2 -Buscar trabajo apesta
Dos meses después
Hay algo que no te dicen de ser omega y realmente debería decirse más.
Buscar trabajo se vuelve muy difícil. Y no influye en nada que termines o no tus estudios, o que te prepares. Simplemente mirarán la letra que designa tu casta en la esquina superior de tu currículo y eso será todo.
Jimin había sido decente estudiando y, cuando descubrió su pasión por la repostería, no lo tomó como un juego. Realmente se especializó en ello. Su padre se aseguró de que terminara los estudios en la universidad e, incluso, ganó una beca para cursar su último año en Francia. Quería ser un repostero famoso, tener un currículo amplio y, con suerte, abrir su propio negocio a los treinta.
Por supuesto, la realidad era muy diferente.
En el colegio no le dijeron que los grandes hoteles y las grandes cadenas de restaurantes no contrataban a novatos. Mucho menos si eran omegas (Jimin imaginaba que huyendo de las implicaciones de licencias por embarazos y celos, lo que decía mucho de cuan lejos estaban de alcanzar la famosa igualdad) No podía demandarlos, sin embargo. Pues "no contratar" no era un delito, incluso si había tanta discriminación hacia su casta. Las autoridades no harían nada más que decirle que se asegurase de vestir respetable y cubrir su olor con spray.
Maldito sistema de mierda.
"Eres un talento desperdiciado, hyung" afirmó TaeHyung, atragantándose con un pedazo de pastel de limón y fresa. Las mejillas del alfa llenas de migas, mientras hablaba. "Tus postres no son de este mundo"
El omega asintió, con desgano.
"Sí, lo que digas"
"Te lo juro" insistió el otro, salpicando por todos lados.
Jimin se limpió con asco un diminuto pedazo de pastel que había salido disparado hacia su cara en tanto él alfa seguía hablando.
"Come o habla, una de dos" regañó. "Eres un bruto sin modales"
"Perdón, hyung" se disculpó TaeHyung, haciendo un intento de puchero que, simplemente, le hizo derretir un poco.
TaeHyung era demasiado guapo para su propio bien.
Todos decían que el chico se había llevado toda la belleza de la familia, y era el pequeño y consentido alfa en una familia casi exclusiva de omegas. Jimin no podía regañarlo sin que se le estrujara el pecho, quizá, porque los diez años de diferencia hacían que lo viese más como su propio hijo que su hermano menor.
"Come tranquilo" dijo, poniéndose en pie y pasando una mano por el cabello oscuro del otro. "Si no logro venderlos te traeré el resto en la noche"
El alfa sonrió con alegría, irradiando completa felicidad ante la noticia.
"Gracias hyung. Eres tan bueno conmigo~"
"Idiota" maldijo Jimin, mirándolo ofendido. "Deberías desear que encuentre trabajo. No te veo haciendo nada en todo el día para aportar a la economía de esta casa''
TaeHyung se puso de pie, cargando los platos hacia el pequeño fregadero.
"Voy a ser modelo, hyung" murmuró, llevándose ambas manos para cubrir sus mejillas. "Con esta cara"
Ah, Jimin no sabía como reventar su pequeña burbuja de felicidad. TaeHyung podía ser un alfa y podía ser atractivo, pero ellos no tenían el dinero para poder costearse siquiera ropa presentable para sus fotos. Mucho menos un estilo de vida para exhibir en redes.
Suspirando, empacó las porciones del postre de mango junto a las otras muestra y cerró la caja donde las transportaria.
"Solo no te filmes desnudo" dijo, recapacitando de prisa antes de corregirse. "Pensándolo bien, eso tuyo ganaría mucho dinero en intenet"
"¡Hyung!" chilló el alfa, tornando su rostro en rojo rápidamente."¡No pienso hacer eso!"
"Bromeo, bromeo" canturreó, saliendo de la cocina, retrocediendo un paso antes de volver a decir. "O quizá no"
"Yaaah"
TaeHyung le lanzó un trapo directamente desde el lavaplatos, casi logrando pegarle, pero que esquivó entre risas.
"Voy a encontrar trabajo" aseguró con una sonrisa optimista. "Deseame suerte"
[[...]]
Entonces... estaba demasiado capacitado para el primer lugar y muy poco para el segundo. La misma vieja historia que usaban para rechazarlo trabajo tras trabajo.
Por más que le desanimara, parecía incapaz de dedicarse a lo que realmente le gustaba y sabía que no podía vivir de sus sueños. Solo quedaban una entrevista más y tendría que volver a su casa con malas noticias de nuevo.
Era consciente que su madre, más que nadie, no merecía seguir esperando por él.
Tendría que buscar un trabajo a tiempo completo y abandonar sus medios tiempo para comenzar a ingresar dinero real a la casa. El salario de su madre como vendedora en el mercado del barrio no era suficiente para pagar las cuentas y ni hablar de lo costoso que resultaba la compra de sus ingredientes de trabajo.
Tendría que parar definitivamente de hacer postres.
"¿Señor?"
Tendría que conseguir un empleo para TaeHyung, también. Bajarlo de la nube en la que estaba.
"¿Señor Park?"
Quizás hipotecar la casa solucionaría las cosas por un tiempo. Sí, podría hacerlo.
"¿Señor Park Jimin?"
Jimin parpadeó, casi soltando la caja de postres que llevaba en sus manos cuando una omega de cabello corto y cano se dirigió a él.
"Por aquí, señor" le indicó ella, haciendo una cortés reverencia en tanto Jimin se ponía de pie y caminaba hacia lo que parecía una pequeña sala de juntas.
El Rose Garden era un restaurante bastante caro que solo frecuentaba la clase alta, por lo que la noticia de que necesitaban un nuevo chef de postres había sido bastante comentada. Eran reconocidos por sus exquisitos pasteles de chocolate y moras, todos hechos por su chef francés. Era obvio que no podrían darse el lujo de trabajar sin un experto del nivel del anterior.
Pero nunca se había hecho un anuncio de búsqueda o contratación.
Los restaurante famosos preferían hacer las cosas sutilmente, así que Jimin realmente se estaba atreviéndo mucho al presentarse ahí y pedir hablar con el jefe.
Estaba lo bastante desesperado como para hacerlo.
La omega mayor le invitó a tomar asiento en la mesa con un gesto.
"El señor Min lo atenderá enseguida" murmuró antes de irse.
Jimin suspiró, sentándose y colocando la caja de postres sobre la mesa de madera oscura que ocupaba casi toda la sala. Abrió el envase y colocó los dulces de la mejor manera que pudo con tal de que se viera presentables. Había conseguido mantenerlos a buena temperatura y con el glaseado intacto, sin embargo ya no eran tantos como en la mañana. Solo el maldito beta del local anterior había devorado dos porciones de su torta de galletas y su pudin de coco, solo para decirle luego que no podía contratarlo.
Agh.
La puerta a su espalda se abrió.
"Buenos días"
El sonido de la voz rompió su calma antes de mandarle un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo. Incluso antes de verlo supo que era un alfa. El olor lo golpeó haciendo que sus dedos de los pies se curvaran dentro de sus zapatos y su pulso se alterara un poco.
No había tenido este tipo de reacciones desde...
"Min Yoongi, director de Rose Garden"
Cuando sus ojos hicieron contacto, Jimin sintió que el piso bajo sus pies desaparecía por entero y era succionado en la más absoluta de las miserias.
Ahí, frente a él, estaba el mismo tipo pomposo y metiche que le había sacado del baño del alfas durante navidad.
¿Cómo podía ser Seúl tan diminuto como para hacerlos coincidir?
"Park Jimin" correspondió el apretón de manos, intentando no hacer muy prolongado el contacto pese a que el roce se sintió extrañamente cálido. "Encantado de conocerlo"
<<Por dios, que no me recuerde>>
"Pero ya nos conocemos. En el restaurante del Golden Empire, ¿o fue en el baño?" inquirió, fingiendo desconcierto mientras el omega se quedaba paralizado. "Tuvimos una pequeña conversación ahí. ¿Superaste ya tu ruptura?"
<< Maldito sea >>
Jimin tragó en seco, deseando que Min Yoongi fuese de esos alfas educados que fingian amnesia ante la incomodidad de un omega.
"No tengo idea de qué habla, señor. Debe estar confundido" sonrió, mirando hacia los dulces en medio de ambos y acercando la caja hacia el alfa para captar su atención. "¿Podemos tomar asiento?"
Yoongi asintió, guardado silencio con una sonrisa petulante en el rostro. Al parecer, había captado que aquel no era un tema del que quisiera hablar.
"Por supuesto, adelante"
El omega se acomodó de vuelta en la silla y procuró desprenderse de su nerviosismo inicial, luciendo una sonrisa. Sin dudas, las primeras impresiones no eran su fuerte pero esta tenía que valer.
"Yo... lamento si mi aparición aquí fue demasiado imprevista" murmuró, atropellado. "Imagino que es un hombre muy ocupado"
"Lo soy"
Ok
"Quise traer algunas muestras de mi trabajo para que pueda tomar una decisión en base a ella"
Yoongi le miró, dubitativo.
"¿Qué clase de decisión?"
"Eh...yo, bueno, escuché que su anterior chef había presentado algún problema. Un asunto familiar que le había hecho imposible continuar trabajando y..."
"Su madre murió" interrumpió el alfa, aún mirándole con la misma expresión de piedra, como si no acabase de decir algo demasiado fuerte de manera casual. Levantó una de sus manos y lo alentó a proseguir. "Continúa"
Jimin le observó, sin encontrar las palabras que había practicado, pues estas se habían quedado atrapadas en algún sitio tras la declaración del hombre.
¿Cómo se continuaba luego de una noticia así? ¿Parecería poco sensible si decía querer el puesto del hombre que estaba atravesando una desgracia personal? ¿Era este alfa, si quiera, capaz de sentir empatia? ¿La esperaba de él?
"¿Viniste hasta aquí porque escuchaste que mi repostero quedó huérfano o tienes algo más que decirme?"
Jimin tomó el vaso de agua que habían colocado frente a él en la mesa y lo bebió casi por completo, pensando un poco antes de decir.
"Estoy buscando empleo" reconoció, mirando al alfa a los ojos. Era ahora o nunca. "No sabía qué había sucedido con su chef repostero, pero tengo claro que están en busca de uno. Yo puedo ser lo que necesitan. Me especialicé en Francia, y tengo todo el tiempo y la disposición para adaptarme a las más duras exigencias. No hay receta o paladar que se me resista, eso se lo aseguro. Tengo la confianza de llenar sus expectativas"
El alfa se remojo los labios y apoyó su mejilla en su palma, como si necesitase pensar en algo muy seriamente.
"¿Quieres el puesto de trabajo de mi chef huérfano?"
"Por favor, deje de decir que su chef quedó...Okay. Es mejor que me vaya" dijo el omega, atrayendo sus pasteles de vuelta en su dirección para alejarlos del alfa que ni siquiera les había dado una mirada. "No voy a malgastar mi tiempo ni el suyo"
Cerró la caja, cuidando de doblar lo mejor que podía el papel, pero sus manos se volvieron torpes ante la mirada burlona y crítica del alfa que no dudó en tomar la palabra de nuevo.
"No sé si quiero un omega que no sabe seguir ordenes y cuestiona todo lo que se le diga como mi trabajador"
Jimin boqueó, ofendido, dejando la caja a medio hacer y mirándolo.
"N-no cuestiono todo" graznó, con la voz tomada. "Era un momento muy difícil para mí y tu-...y usted se comportaba muy autoritario"
"¿Ahora admites que sí eras tu?" él sonrió, torciendo el lápiz en su mano y señalandolo con el. "¿No eres un poco mentiroso también?"
Jimin apretó el espaldar de la silla hasta que sus nudillos blanquearon ante la presión.
"Ya sabe que sí lo era. No ha parado de molestarme con eso desde que me vio" gruñó, demasiado frustrado. "Fuiste el único alfa que se sintió ofendido por mi presencia e insistió en sacarme"
"Tenía que hacerlo. Había un omega en él baño de alfas, haciendo sabe dios qué barbaridad"
Jimin arrastró la silla hacia el frente, conteniendose de estamparla con fuerza contra la mesa. Estaba seguro de estar lo suficientemente rojo como para rivalizar con una manzana y aquello solo lo enojaba más. Sus mejillas siempre se habían empecinado en exponerlo, incluso más de lo que hacía su aroma.
"No hice nada de lo que usted me acusa" corrigió. "¿Y por qué tuvo que tomarse las molestias? ¿No habían más alfas ahí? ¿Porque se tuvo que molestar tanto solo usted?"
"Porque es el hotel de mi madre y no permitiré que sea mancillado por un escandaloso omega de clase trabajadora"
Ah, eso era.
Jimin se inclina hacia el alfa, solo para tenerle cerca y mirar sus profundos ojos negros cuando le habla. Quiere que le vea también. Que pueda olerlo y saber que está siendo brutalmente serio con esto de su odio por él. Siempre ha tenido problemas con verse amenazante, por sus putas mejillas, pero quiere que el mensaje sea claro.
"¿Ser de clase trabajadora es malo para ti?"
Yoongi se reclina en su silla, alejándose con pereza.
"No dije que fuera malo" se excusa.
"Lo dejaste caer como si lo fuese"
"No pongas palabras en mi boca, Park Jimin"
"Pondré algo mejor que palabras" sonrió, agarrando una de las porciones de su torta de chocolate sobre la mesa y untandola en la cara del alfa, sin darle tiempo a si quiera reaccionar ."Y disfrútalo. Fue jodidamente caro hacerlo."
Min Yoongi a penas articuló palabra, quedándose absolutamente petrificado. Con la cara, parte del cabello y su (seguramente) carísima camisa recibiendo todo el glaseado que se resbalaba hasta llenar todo de chocolate.
Pudo sentir la mirada atónita del alfa sobre él hasta que desapareció tras la puerta, rehusandose a prestarle atención.
Ah, Jimin ha tenido suficiente de alfas y jefes por un día. Quizá debería hacerse a la idea de que conseguir trabajo en su campo en jodidamente imposible y que tiene que buscar en otro lado y eso podría estar bien. No todo mundo trabaja en lo que quiere.
Y prefiere seguir en la calle que tener a un imbecil por jefe.
Sale de la oficina a paso rápido y pasa por frente a la omega mayor que le había recibido tan cordialmente. Esta le reitera el saludo, más Jimin la ignora por completo buscando la salida.
A medida que la adrenalina baja, la realización de lo que hizo le llena.
¡Acaba de cubrir de pastel al Jefe de Rose Garden! El mismo tipo que le expulsó de un baño de alfas y que presenció como terminaba su relación, todo el mismo día.
Mierda, su reputación acaba de ser enterrada en ese pastel y luego cubierta de glaseado.
Su nombre debe estar siendo tachado de todos los lugares de prestigio de la capital. Casi puede oírlo.
"¡PARK JIMIN!"
Se voltea asustado solo para ver al alfa en concreto corriendo hacia él, con la cara cubierta de glaseado, intentando quitárselo con un pañuelo que no parece estar funcionando del todo bien.
No se ve molesto, pese a todo.
"¿Tu hiciste este pastel?" Le interroga a penas lo tiene cerca. "¿Todo el pastel?"
"Por supuesto que lo hice yo" contestó en voz baja, confundido. "¿Crees que lo compré para traerlo?"
"No, te creo" afirmó el alfa, aún limpiando su rostro con la pañuelo, con absoluta seriedad. "Estás contratado"
Jimin se echó a reír, él absolutamente se carcajeó, y agrandó sus ojos. "Te escuchas a ti mismo. Honestamente, ¿te escuchas?"
"Claro como el cristal"
"Me trataste bastante mal ahí dentro. Me trataste bastante mal en el baño también. ¿Y qué? ¿Ahora quieres me das el empleo?"
"No sabía que eras talentoso" admitió el alfa, encogiendose de hombros con una indiferencia que hizo a Jimin enojar aún más. "Eso cambia muchas cosas"
Jimin hizo una mueca.
"Bueno, no cambia que eres un mimado, elitista y patético alfa al que no pienso llamar jefe nunca"
El alfa arrugó su entrecejo, curioso.
"Quiero que seas mi empleado. No entiendo que tiene que ver mis patrones de comportamiento si, al final de cada semana, te pagaré un sueldo"
"Tus patrones de comportamiento son una mierda" añadió, agudizando su voz con énfasis en tanto le daba la espalda y seguía caminando hacia la calle en busca de un taxi. El alfa lo siguió, por supuesto. "Llámame anticuado, pero me importan esas cosas. Me gusta respetar a mis superiores y me será francamente imposible respetarte"
"Puedes fingir que me respetas. Me da igual siempre y cuando nadie se entere"
El taxi se detuvo ante la señal y Jimin abrió la puerta trasera sin más dilación, acomodando la caja de postres en su regazo y dándole una última mirada al alfa.
"A mi me importa" le aseguró. "No quiero tener que ver tu cara todos los días. Espero que lo comprendas"
La comisura de la boca del alfa se alzó con una pequeña sonrisa y, en menos de lo que esperaba, le orrilló hasta hacerse sitio a su lado dentro del auto.
"¿Qué diablos-...?"
"¿Van juntos?" inquirió el chófer, poniendo el taxi en movimiento.
"¡¡NO!!"
"Es mi empleado" aseguró Yoongi, acomodándose el cinturón con mucha tranquilidad, ignorando deliberadamente la expresión de enojo del omega. "Vaya a donde le diga"
"¡No soy tu maldito empleado! Detenga el auto, él se va ahora mismo"
"No, no me voy. No detenga nada"
El chófer suspiró y, cómo no, decidió ignorar lo dicho por Jimin mientras seguía conduciendo hasta salir de la zona comercial y adentrarse en la calle principal.
Jimin suspiró con fastidio y le dio la dirección entre dientes, volviéndose a mirar luego al alfa.
"¿Vas a seguirme hasta mi casa?"
"Hasta que aceptes trabajar en Rose Garden" lo corrigió el alfa, siguiendo su empeño de pasarse el pañuelo por la cara. "No tengo interés de ninguna otra clase contigo, bájate de esa nube"
"Oh, podría ser que me confundí porque estás siguiéndome"
"Escucha, el mercado laboral de Seúl es un desastre y ambos lo sabemos" señaló Yoongi. "Toma el trabajo. Te tendré a prueba dos meses con salario completo y todos los beneficios del seguro. Nadie te va a ofrecer algo mejor"
"¿Por qué?" le preguntó con genuina curiosidad. "¿Por qué soy un omega?"
Yoongi suspiró con hastío, doblando y guardando el pañuelo.
"Porque no tienes experiencia, no tienes currículo y sí, porque eres omega" concluyó. "A tu edad debes de haber notado que la gente de mi ámbito no suele contratar a omegas. Para tu suerte, yo sí"
"¿Tu ámbito?"
"Hoteleros y dueños de restaurantes"
"Eres un maldito engreído" sonrió Jimin, debatiéndose si empujar al tipo fuera del auto en movimiento.
"Un engreído que te ofrece un salario respetable y trabajo estable" señaló Yoongi, sin perder la calma. "Tendrás aumentos de sueldo también, siempre que el rendimiento sea bueno"
El auto se detuvo lentamente hasta orillarse cerca de la acera, lo que Jimin aprovechó para recoger su tarjeta de manos del conductor y abrir la puerta.
"No habrá rendimiento porque no pienso aceptar"
"¿Vas a perder una oportunidad como esta?" gritó el alfa, cerrando la puerta del coche y saliendo tras él. "¿Te caíste de la cuna cuando pequeño o qué?"
"¡Tú te caíste de la maldita cuna! La gente no está obligada a aceptar tu mal carácter solo porque tienes dinero"
"La mayoría de la gente si"
Jimin reprimió el grito que subió hasta su garganta y comenzó a caminar rápidamente colina arriba, ignorando por entero al alfa que parecía empecinado en convencerlo. Estaba seguro de que le daba tiempo llegar a su casa y encerrarse sin tener que hablar con el maldito cerdo. Era problema suyo si el tipo decidía permanecer la noche afuera esperando un sí que no llegaría.
Y entonces todo se fue al carajo cuando vio a su madre.
"Jimin-ah, ¿conseguiste empleo?"
SunHee apareció de la nada, y se plantó a medio camino deteniéndolo, eliminando así la ventaja que tenía sobre el alfa.
Fue cuestión de segundos lo que tomó para que Yoongi se situarse al lado de Jimin, con la pose más respetuosa existente, y le diera una reverencia de noventa grados perfectos a la señora.
La vieja omega abrió los ojos con asombro al ver el porte del alfa, tanto que su voz se volvió suave e insegura cuando preguntó.
"Este..., ¿quien es usted?"
"Oh, soy el nuevo jefe de su hijo, señora" sonrió el zoquete. "Min Yoongi"
SunHee abrió los ojos, sorprendida, y se inclinó para darle dos rápidas reverencias en tanto pasaba su mano por sobre su pantalón de flores, quizá en busca de limpiarla antes de ofrecerle al alfa.
Yoongi no demoró en aceptar el saludo.
"Aigoo, eres tan guapo" rió tontamente la omega, sacudiendo la palma del hombre con alegría. "¿Qué edad tienes? ¿De qué año eres?"
El alfa dudó, dándole una mirada rápida a Jimin antes de reverenciar a la omega nuevamente.
"Este año cumplo 27. Soy del 96"
"Aish, demasiado joven" se lamentó la mujer, entornando los ojos para mirar a su hijo. "Mi Jimin consiguió un jefe alfa muy guapo y considerado. ¿Lo trajo hasta la casa porque es tarde, cierto?"
Yoongi miró hacia el omega y Jimin juraría ver el atisbo de una mueca en su cara.
"Sí" aseguró al alfa, volviendo a sonreirle a la omega."La calle es peligrosa para un omega solo"
Jimin mordió una risa.
"No lo sería si los alfas supieran su lugar"
"Silencio, cariño. El señor Yoongi estaba hablando" dijo su madre, agitando su mano en su dirección. "¿Quiere pasar a beber una tasa de té? Trabajo en el mercado de aquí cerca, ¿sabe? Tengo los mejores tes de todo Seul"
"Estoy seguro que sí, pero no se moleste. Ya me iba" pidió, inclinandose de nuevo en saludo. "Jimin-ssi, lo espero mañana temprano en mi oficina para firmar los papeles. Traiga su sello y no llegue tarde" volteo a ver a la omega y sonrió con educación. "Señora"
Y se fue.
Jimin prácticamente lo vio perderse cuesta abajo, caminando con su costoso traje y sus zapatos finos por su precario barrio. La imagen hacía tal contraste que bien podría tratarse de una manzana naciendo entre las enredaderas de una calabaza.
"Me trató como uno de esos alfas de los dramas" fantaseo la omega, con los párpados a medio cerrar de puro encanto."Conseguir un empleo es tan difícil estos días, pero lo has intentado tanto que te mereces esta recompensa. Y nos vendrá de maravilla otro salario en la casa, ¿no crees? Estoy tan feliz que haremos una barbacoa en cuanto lleguemos a casa, ¿te parece?"
Jimin no tenía corazón para negarle eso, así que asintió.
Mañana se negaría a firmar algo pero, por ahora, no podía bajar de esa nube a su madre. La pobre mujer ya había hecho demasiado por él toda su vida. Se merecía soñar aunque sea un poquito, incluso si Jimin no podía permitírselo a sí mismo.
"Y tu jefe es tan guapo, Jimin-ah. Tan educado" continuó la omega, mientras empezaba a caminar rumbo a la casa. "Te envidio mucho, niño. Poder trabajar y ver esa cara todos los días, a cada hora, cada vez que levantes la vista. Dios, ¡es como un sueño!"
Jimin contuvo una mueca de repulsión solo de imaginar tal escenario.
"Un cuento de hadas, mamá" suspiró, hundiéndose de hombros, resignado. "Posiblemente la bella y la bestia: secuestro y esclavitud, solo que sin él candelabro parlante"
Holis, dejen su ⭐
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