Empleo

Robert

Estaba nervioso, me había levantado incluso antes de que la alarma sonara. No vivía lejos de la empresa en la cual empezaría a trabajar, por lo que si deseaba podría irme caminando si me preparaba con tiempo, aunque claro el día de hoy no había pensado irme de este modo ya que no sabía lo que me esperaba y no quería dar la impresión de llagar cansado o sudoroso.

Puse la lista de reproducción de las canciones que me permitían relajarme o concentrarme, en este caso necesitaba lo primero. Soy una persona ansiosa y nerviosa, aun sabiendo de lo que soy capaz es inevitable los nervios. Entro a la ducha demoro más de lo hago regularmente, esperaba que el agua ayudara a que mi cuerpo se sintiese un poco mejor, me cambio con un a atuendo un tanto formal pero relajado, consta de: camisa manga larga ajustada de color azul pálido, pantalón dril de un color azul oscuro, cinturón beige y zapatos tipo botines clásico del mismo color del cinturón, según las recomendaciones de mi madre debería llevar saco o chaqueta pero la verdad me sentía cómodo tal cual iba. Además, iba solo a firmar el contrato no sabía aun si empezada de inmediato con las labores.

Fui a desayunar, mis padres me saludaron con una sonrisa y bromearon sobre mi despertar tan temprano ya que siempre me levantaba después de nueve o diez de la mañana, hoy aun siendo las 6 ya estaba listo para salir. Desayunamos tranquilos y con calma, no podría irme con mi papá su trabajo quedaba en dirección opuesta a mi destino. Cuando salí de casa era consciente de que si tomaba un taxi llegaría muy temprano, si me iba caminando probablemente estaría en el tiempo justo pero llegaría cansado y sudado, por lo que me decidí por el transporte público, no es ni muy lento, ni muy rápido justo lo que necesitaba.

Veinte minutos después ya estaba en la parada que debía bajarme, calculé unos cinco minutos hasta la empresa y aun según mi reloj faltaban 10 minutos para la hora en la cual fui citado. Me acerqué a una tienda y compré una botella de agua sabor limón, caminé despacio y cuando estuve frente a la gran edificación me permití contemplarla, era majestuosa, su arquitectura era impresionante y lo mejor de todo era que mezclaba su diseño con la naturaleza era una construcción ambientalmente amigable, según había investigado la mitad de la compañía se abastecía de energía solar, en la terraza del último piso se encontraba la cafetería central, la cual se encontraba llena de plantas, arbustos y árboles pequeños que daban la impresión de estar en un lugar fuera de la ciudad y las fotos que pude ver eran hermosas, sin duda sería uno de mis lugares favoritos.

—¡Hola! ¿Nervioso? —Me sobre exalté al sentir aquella voz, me había perdido en mis pensamientos que no noté en que momento había llegado la hermosa recepcionista y cuánto tiempo llevaba allí.

—¡Hola! —Fue inevitable reír— si un poco nervioso, pero estaba viendo la construcción de esta empresa, es hermosa, antes cuando vine estaba más nervioso aun por lo que solo entré y cuando salí fue peor, había hecho tantas entrevistas que siempre salía ilusionado pero resignado a la vez. Por cierto, ¿cuál es tu nombre?

—Lo siento, no me presentado. Mucho gusto, Katherine Miranda —ese apellido se me hacía conocido de algún lugar pero no recordaba de donde, total habrá miles de personas con ese apellido, no.

—El gusto es mío, Robert García. —Le extendí la mano.

—Ya lo sé —río levemente— fui yo quien te recibió la otra vez y también te he llamado para avisarte de tu selección.

—Bueno sí, pero no nos habíamos presentado formalmente ¿no crees?

—Bueno en eso si tienes razón, pero se nos hace tarde entremos ya.

Entramos y me llevó a una sala muy grande con una mesa en el centro, al parecer una sala de reuniones, llevaba cinco minutos allí esperando cuando entraron dos personas más una chica joven no era en exceso bella pero se le veía tierna y un joven con un aire de prepotencia. Nos saludamos, nos presentamos y resulta que eran los otros dos seleccionados para ocupar las vacantes restantes de arquitectura, empezamos hablar de nuestros estudios y universidades, la trayectoria que llevábamos cada uno en nuestra carrera.

Como era de esperarse el más experimentado era el chico que se llamaba Alex Vera, comentó que había trabajado varios años en una gran compañía, pero que quería mejorar su economía por lo decidió postularse a esta empresa ya que era de las mejores del país, aun cuando en su anterior empleo ganaba muy bien, a pesar de mostrar una aparente prepotencia, resulto ser muy amable y un tanto tímido una vez que se empieza a hablar con él.

Por otro lado la chica, se llamaba Ángela Cusco, al igual que yo era su primera oportunidad laboral desde que terminó la universidad, claro que dijo que había hecho un par de trabajos de manera independiente pero que no le había ido del todo bien. Estaba muy contenta de esta oportunidad, era una chica espontánea y muy alegre, no se cohibió en ningún momento y eso facilitó la conversación entre los tres hasta que entro nuevamente Katherine acompañada de quien sería nuestro jefe a partir de hoy, lo sabíamos porque era quien nos había hecho la entrevista.

Luego de una nueva presentación, nos explicaron las condiciones del empleo, los tres tendríamos la misma paga, estaríamos en un piso en cual nuestras oficinas estaban en un mismo espacio, se requería el trabajo en equipo y eso lo facilitaba un poco, íbamos a contar con una asistente cada uno. —Cosa que me sorprendió muchísimo, es decir estaríamos en prueba qué caso tiene tener asistente en ese periodo, además con una es suficiente para los tres—. Nos leyeron el contrato y los beneficios que obtendríamos una vez firmáramos, tendríamos un buen seguro de salud, una excelente paga, descuentos en una línea de tiendas del dueño de la compañía, el almuerzo corría por cuenta de la empresa, igual que los viajes de negocio.

Nos mostraron nuestro espacio de trabajo una vez firmamos. Era inmenso, cuando nos dijeron que compartiríamos oficina me imagine un lugar amplio pero no tanto, habían 3 tipos de escritorios principales dotados con tus computadores y demás, estaban solo cubiertos de arriba hasta la altura de la base de cada escritorio. En la entrada del lugar se encontraba una pre oficina con 3 escritorios que conformaban media circunferencia, detrás de estos se encontraban unas puertas deslizables de vidrio que se movían al contacto del carnet empresarial, que no llevaban colgando —cosa lógica o de esperar— sino que lo llevaban en sus bolsillos. Según entendí, eran porque son las llaves de las oficinas y no se pueden ir mostrando, todos los carnet abren cualquier oficina excepto las del piso de los gerentes y presidente de la compañía y cada carnet tiene los datos de sus portadores y un código que los distingue.

Igual sirve para llevar control de llegada de los trabajadores, ya que el sistema de seguridad registra cada uso de las tarjetas, como hay que usarlo al llegar para abrir el ascensor se sabe a qué hora sale y entra el personal. Como si fuese poco, nuestras asistentes debíamos escogerlas nosotros ya que éramos quienes conocemos nuestras necesidades y requerimientos profesionales, ya había hecho una convocatoria y en media hora llegarían los aspirantes. —Sí, dije bien los, aunque fuese un cargo para asistente en este rol no solo se desempeñan mujeres.

No tenía palabras para describir lo que pasaba por mi mente en ese momento, es decir hasta apenas ayer no tuve empleo después de una larga búsqueda. Ahora, no solo lo tengo; sino que además voy a tener que escoger a alguien para que trabaje conmigo y seré su jefe inmediato, es una locura todo esto pero me encanta la idea, no de ser jefe, sino que las cosas están mejorando y la vida me está brindando una oportunidad maravillosa con las que podré realizar muchos de mis proyectos personales y eso es lo que no tengo como explicar esa felicidad de saber qué puedo hacerlo.

Hicimos las entrevistas, para no perder tiempo estuvimos los tres entrevistando a la misma persona al tiempo, se presentaron alrededor de 20 candidatos, al final Ángela escogió un muchacho que se veía muy piloso e extrovertido como ella ­—creo que por eso congeniaron muy bien—. Alex también escogió un muchacho un poco tímido pero que siempre respondía de manera brillante, sabía que se veía reflejado en ese jovencito era el más joven de todos los que aplicaban. Por mi parte escogí a una chica de mi edad, que aunque se veía nerviosa supo defenderse y además era muy buena organizando documentos, en unas de las prueba que hicimos ella organizó muy bien los documentos y carpetas en el computador que se les facilitó, eso es algo que me agrada mucho y que se me haría muy útil ya que lo que más odio es el desorden y no saber dónde buscar.

Luego de escoger nuestros asistentes podíamos irnos a nuestras respectivas casas, a pesar de que el contrato empezaba desde el día de hoy nosotros empezaríamos a trabajar desde el lunes, después de todo ya era viernes.

Intercambié números de teléfono con mis nuevos compañeros y me dirijo nuevamente a la parada del transporte público, siento que será mi nuevo medio de transporte diario así que empezaré a usarlo más. Una vez abordo me dispongo a revisar mi celular, lo he revisado poco por la emoción de mi nuevo trabajo y además porque no me quería arruinar el momento con nada, ni nadie y con esto me refiero a mi querido ex que ha decidido volver.

Para mi sorpresa no hay mensajes suyos, pero si hay de Marta, de Matt, de otros amigos y de los más recientes de mis padres queriendo saber cómo me había ido hoy. Solo les contesto que voy camino a casa y que cuando esté allá hablaremos del tema.

Leo los de Matthew y en casi todos me pregunta que si sigo enojado y que porque no le contesto e incluso encontré mensajes de llamadas que me hizo mientras mi móvil se encontraba apagado, ni me había fijado en ellos, me sorprende que en estos dos días no pensé en él y tampoco en Eric en parte eso me alegra porque significaba que era capaz de estar sin esos pensamientos si ocupaba mi mente en algo de provecho, como trabajo por ejemplo y era otra cosa positiva de mi nuevo empleo, creo que esto me ayudará más allá de mejoramiento económico y desarrollo de mis capacidades como arquitecto.

Decido no contestar los mensajes de mi amigo, no ahora, quiero estar así por un rato más no tengo ganas de responder posibles peguntas y tampoco quiero que nombre a Eric nuevamente. Por otra parte, Marta me ha escrito para saludar, preguntarme como me había ido hoy en mi nuevo trabajo y para invitarme a una «reunión» con Juan, su primo y otros amigos de ella por la noche, en la que aseguraba no habría alcohol. —Cosa más alejada de la realidad, ni ella se podía creer lo que había escrito ya que había enviado un montos de caritas sonrientes.

Acepté la invitación ya que me servía en parte para celebrar mi nuevoy excelente empleo además le pregunté si podía llevar más personas. Al parecerestaba en línea porque no demoró en responder.

—¿A quién vas a llevar? ­—Envió cara de confusión y sospecha.

—Hola, si estoy bien. —Bromee un poco.

—No te hagas el gracioso, que además te pregunté cómo estabas y qué tal te había ido y fuiste tú quién respondió solo a la invitación de la rumba. Responde, con quien piensas ir.

—Bueno era una broma, estoy bien y ya te contaré en persona como me fue en la empresa. Bueno estaba pensando en tomar la rumba de hoy como excusa para celebrar mi nuevo puesto y quería aprovechar para invitar a mis nuevos compañeros de trabajo, creo que es una buena forma de crear una buena amistad o por lo menos para iniciar una buena relación y que en el trabajo todo fluya. Bueno también invitar a la recepcionista de la compañía es muy amable y sé que podría aceptar.

—Tú si eres lame botas no, no cambias. —Caras sonrientes a montones.

—No lo soy, solo quiero ser amable.

—Bueno como sea, si puedes invitarlos. Te espero, nos vemos voy saliendo a almorzar con Juan.

—Dale, salúdalo de mi parte y le dices que en la noche hablamos.

Al llegar a casa les cuento todo a mis padres, se emocionan con cada detalle y ahí está nuevamente ese brillo en sus ojos, sin duda están felices y orgullosos y eso me agrada de muchas maneras.