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Alexandria estaba cansada, llevaba más de 2 horas en ese interrogatorio y no veía la hora en la que se acabara.

-Una pregunta Alexandria ¿Por qué volviste a España?-la pregunta de la inspectora hizo que se tensara y al parecer ella había captado su nueva postura

***

No te vayas, por favor

Ese mismo día por la noche, Guzmán se encontraba en su habitación después de la cena con un pequeño album de fotos de Alexandria y el de pequeños. Alexandria, no dejaba de pensar en ella. Verla después de muchos años lo hizo regresar al pasado; ambos se parecían mucho, cabellos rubios y ojos azules. Aunque ella no tenía pecas como el, tenía el característico lunar de su madre; paso ha una foto en la que aparecían ambos de unos diez años en la casa de campo de sus abuelos. Se le cristalizaron los ojos, extrañaba a su hermana, pero no sabía a quién créer. Por un lado estaba su hermana de sangre y por otro, la niña que lo auto proclamó su hermano apenas lo conoció.

Tocaron la puerta de su habitación y vio como la entreabrian.

-¿Puedo pasar?-el rubio le sonrió a su madre y asintió volviendo a ver la foto.

La mujer mayor se sentó al lado de su hijo, sonriendo con nostalgia al ver el álbum.

-Me acuerdo de ese día, ambos no durmieron por ponerse al corriente de todo.

Guzmán rio, su madre le acarició el cabello con ternura.

-¿Porque tan pensativo cariño? Te note raro en la cena.-le pregunta la castaña mayor con preocupación.

El rubio le sonrió triste a su mamá. -Alexandria está aquí, en España.

La mujer hizo una mueca.

-Y supongo que está en Las Encinas-adivino la castaña. Y ante la confirmación de joven, igual sonrió triste.

-Mama está tan cambiada-suspiro con la mirada perdida-tiene el cabello rosado-rio

La mujer suspiró con pesadez.

-¿Has hablado con ella?-ante la negativa de su hijo, lo abrazó.

-Trate hacerlo, pero casi terminamos peleando-explico con la voz apagada.

Hubo un silencio cómodo por unos momentos.

-Alexandria te dijo algo de Marina-pregunto de rrepente la señora Nunier.

Guzmán de separó de su madre y la miro extrañado.

-Si, ¿Mamá sabes algo, y no me lo has contado?-le pregunto curioso.

La mujer se incorporó de la cama, aspirando fuertemente.

-Cuando vosotros tenías unos ocho años, en vacaciones, Alexandria vino a mi diciendo que Marina le había maltratado. En su momento regañe a Marina, y le pregunté por qué lo había echó ¿Y sabes lo que me dijo?-la señora Nunier miro con tristeza a su hijo, había guardado ese secreto por mucho tiempo.

El rubio miro a su mamá atonico, pero negó ante la pregunta de la castaña mayor.

-Que no quiera a Alexandria cerca de vos, y que haría lo que fuera necesario para separaos.

Guzmán se levantó de la cama, respirando fuertemente.

-Al principio pensé que solo era un capricho de niña, pero con el tiempo me dí de cuenta que no-continuo relatando-Vos empezaste a salir con tus amigos y le seguías ritmo a Marina, posponias las llamadas de Alexandria, cariño, poco a poco ibas dejando a tu hermana de lado; cuando ella no pudo venir a vuestro cumpleaños número 10, y vos le dijiste que irías pero por una competencia de Marina no fuistes. Ese fue el punto quiebre de su relación; Alexandria no te odia, solo está dolida por qué la dejaste sola en un tiempo donde ella te necesitaba.

Escuchar esas palabras de la boca de su madre, y recordar cada una de esas veces en las que por una y otra razón dejaba plantada a su hermana melliza, era como echarle sal a una herida que no estaba sanada; se sentó, atonado. Su madre le puso una mano en el hombro en forma de consuelo.

-¿A qué te refieres con que la deje sola, en un tiempo donde ella me necesitaba?-pregunto en voz baja y apagada.

La señora Nunier negó.-Eso no me corresponde decirlo a mi. Habla con ella, como personas civilizadas-le aconsejó tranquilamente.

Guzmán asintió.

-Bien, ahora a descansar cariño.

La mujer se levantó y se dirigió a la puerta.

-Buenas noches mamá.

La señora Nunier sonrió

-Buenas noches cariño.-La mujer cerró la puerta despacio detrás de ella.

Guzmán miro el álbum, que se encontraba en la cama y suspiró.

***

A la mañana siguiente, Guzmán bajo a desayunar con su familia; no había dormido bien, estaba un poco cansado y con las palabras de su madre en la cabeza, tampoco ayudaba.

-Oye y este

Le escucho decir a su mamá a Marina, seguramente mostrándole otro vestido para su fiesta.

-Mama, ese me lo enseñaste ayer- dijo aburrida- y la respuesta sigue siendo la misma.

-Todo te parece mal Marina-recrimino Guzmán, sentándose en la mesa-que te cuesta poner un poquito de buena cara-dijo tomando un poco de café-mama y papa están haciendo todo esto por ti.

Su mama le toco el hombro y sonrió.

-¿Por mi?-se burló la pelirroja- pero si nadie se lo ha pedido.

-Cariño, lo único que queremos es celebrar que eres un mujer y presentarte en sociedad-la señora Nunier suspiró, mirando todavía la revista.

-Presentarme como una jovencita virginal, que busca novio-señalo con ironía.

-Marina, por favor.

La regaño Guzmán.

-Que, no vamos a hablar nunca de ello-Guzmán miro a Marina.

-Que tal los chicos nuevos del cole-les pregunto evitando una pelea, la señora Nunier a sus hijos

-Un tarado, una integrista y uno con el puño en alto, como chiste no tendrían precio -se burló el rubio.

-¿Y que me decís de Alexandria? Llego alardeando sobre su beca en París.-le devolvió la burla, Marina

Guzmán la fulminó con la mirada.

-¿Alexandria? Tu hermana-el señor Nunier miro a su hijo interrogante.

Guzmán asintió seco.

-Oye, y si invitais a uno de ellos a la fiesta-sugirió el padre de Marina y Guzmán.

-¿Es encerio?-Guzmán miro a su padre, con enojó.

-¿Porque no?-se encogió de hombros, el patriarca se levantó por qué su teléfono sonó.

-¡Pero estamos locos!-Guzmán vio como su padre se iba, haciendo caso omiso a sus palabras.

-Pues a mi me parece una idea genial-comento feliz la pelirroja Nunier- además que es mi fiesta ¿No?.

La castaña mayor, miro a su hijo Guzmán y le dijo con complicidad:

-Cariño, y si invitas a Alexandria. Hace mucho que no la vemos-añadio la señora Nunier, mirando a su hijo con una sonrisa.

Guzmán vio como a su hermana adoptiva se le borro a la sonrisa. Y le siguió el juego a su madre.

-¿Sabes que si? Si los becados viene, ¿Porque no, decirle a Alexandria que venga? En todo caso es mi melliza.

El rubio sonrió cínicamente, las palabras de su madre no se iban de su cabeza.

***

Alexandria había tenido una mañana tranquila. Marina no se le había acercado en todo el día y Guzmán parecía está ocupado acosando a los chicos becados; no había dormido bien ese día, así que agradecía que ninguno de los dos se le hubiera acercado. Tuvo pesadillas otra vez y por la noche había tenido una consulta con su psicóloga, le había contado todo su día, la pelea con Marina y Guzmán. Irónicamente Selin -su psicóloga- le aconsejo que hablara con Guzmán, que cerrara esa etapa y como si el rubio lo supiera, le dejo una nota:

«¿Podemos hablar.? Te espero en puente en el descanso»

Era por eso que ahí se encontraba, en el puente esperándolo. Apreció el paisaje del puente, el día estaba igual de fresco que le anterior; vestía el uniforme blanco.

Sintió como alguien se le situaba al lado, sabía que era Guzmán pero no volteó para verlo.

-Es hermoso el paisaje ¿No?-le escucho decir al rubio, asintió de acuerdo.- Alessie, ¿Que nos pasó?

La pregunta de su hermano la hizo suspirar y se cruzó de brazos, pensativa. -No lo sé.

-Se que me equivoqué.-la pelirosa lo interrumpió.

-Lo que hiciste no fue solo un error Guzmán-lo encaro, mirándolo directamente a los ojos-te escribía diciéndote que te quería ver, me saliste con "pero's", y luego que me dejaras plantada, me canse...

-Lo se ¡Joder!-maldijo por debajo- me obseccione con encajar con mi nueva familia, y no me dí cuenta estaba perdiendo a mi hermana de sangre-los ojos de Guzmán estaba cristalizados.

Alexandria no dijo nada.

-No te pido que me perdones, solo te pido una oportunidad de arreglar las cosas-siguio el muchacho con voz baja.

«Tienes que cerrar ciclos, Alexandria y empezar nuevas etapas en tu vida, así podrás sanar» las palabras de Selin volvieron a su cabeza como un susurró.

Su corazón latía frenéticamente.

Miro a los ojos azules cristalizados de su hermano y tomo su decisión.

***

Risas se escuchaban por todo el pasillo y la figura desnuda de Christian Velera se mostró en su campo de visión diciendo:

-Hey, has visto mi uniforme.

Alexandria se encontraba con Guzmán, Polo y Ander en el pasillo viendo cómo Christian se paseaba desnudo por su lado preguntado por su uniforme.

-¡Díos! No puedo ver ésto-murmuro la chica pelirosa mirando hacia otro lado.

-Esto si que es no tener pudor-le escucho decir a Polo.

Guzmán le pasó su brazo a Alexandria por los hombros, obligándola a ocultase en su pecho; Alexandria tomo la decisión de darle a oportunidad de su hermano, le necesitaba. Pudo ser estúpido, si. Pero lo extrañaba y siguio el consejo de si psicóloga.

-Ya te gustaría tener este culo.

Dijo Christian a lo lejos.

-Ya se fue, Bonita-le informo Ander divertido.

La muchacha los miro a los tres, sin separarse de Guzmán y soltó una risa.

Ander y Polo la miraron con extrañes, y miraron a su mejor amigo, quien se encogió de hombros.

***

-Oye, te apetece ir mañana a una fiesta en mi casa-le dijo Marina a Samuel con una sonrisa.

-¿Y porque me vas ha invitar a una fiesta?-le pregunto divertido Samuel a la pelirroja

-Pues porque necesito a alguien que se lo pase igual de mal que yo-bromeo la Nunier con un puchero- además, no te apetece ver la cara de mi hermano-miro a su hermano, desde hacía rato estaba muy pegado a la princesa rosa. Frunce el ceño, al parecer su querido hermano decidió tomar el conejo de su madre.

Samuel y Marina se ríen pero el becado acepta.

***

Hace aproximadamente un año y seis meses que mi mejor amigo murió, y lo hizo delante de mi—le respondio la chica a la inspectora.

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