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Bienvenidos

***

La pelirosa de ojos azules se miró en el espejo por última vez. Había elegido el uniforme azul, que consistía en: un blazer azul con dos franjas rojas, una camisa básica manga larga, una falda de pliegues azul un poco más arriba de las rodillas y la pequeña cinta como corbata, pero a pesar de que su imagen física se venía perfecta, psicológicamente era un desastre.

Decir que Alexandria no se encontraba nerviosa era mentira. Hacía años que no venía a España y había pasado mucho tiempo desde que había visto a su hermano, y era por eso que se encontraba tan metida en sus pensamientos cuando bajo a desayunar esa mañana antes de la escuela.

Günaydın büyükanne.

Saludo Alexandria a su nana en turco cuando llego a la cocina, dándole un beso en la mejilla y sentándose en una silla del desayunador donde su comida ya se entraba servida.

Günaydın tatlım.

La joven le dedico una sonrisa antes de empezar a desayudar y perderse en sus pensamientos.

La verdad no sabía, de porqué de tantos colegios su padre había elegido ese en especial. Más que un viaje de recuperación, se sentía como un castigo; sabía que las Encinas era un colegio privado de gran prestigio a nivel internacional y muy caro, según había leído las becas en ese colegio habían sido suspendidas por un año, pero las había reanudado y esos chicos iniciarían hoy con ella y los viejos alumnos después de las vacaciones de verano.

Había estudiado desde los trece años en un internado en Londres, pero después de lo que paso hace un año no quiso volver. Muchos recuerdos y ella no se encontraba mentalmente preparada para volver. Por sugerencia de su psicóloga, su padre accedió a cambiarla de colegio pero nunca se le paso por la cabeza que sería La Encinas.

— ¿Te encuentras bien Alaka? —la voz de su nana (o büyükanne, en turco) la saco de sus pensamientos.

La joven miro el rostro de la mujer que la había cuidado desde pequeña; Aydan era un mujer de mediana edad, cabello castaño con algunas canas y esos ojos color avellana que siempre la miraban con mucho cariño. Era soltera y muy dedicada a su trabajo, muchas veces le decía que era como la hija que nunca tuvo.

—Siendo sincera büyükanne, es extraño estar aquí, en España, con este uniforme y no en Londres, en el internado, en la cafetería desayunado con mis amigos.

Aydan miro a la joven con compresión.

—Lo cambios son buenos ¿no? Ya verás que aquí también harás amigos.

La chica suspiro.

—Lo sé, es solo que... han pasado años desde que estuve aquí, y no me trae recuerdos especialmente bonitos. —bebió un poco de su café y miro los restos de su desayuno, se le había ido el apetito.

La mujer de mediana edad le tomo la mano izquierda.

— ¿Lo decís por tu hermano?

Alexandria hizo una mueca pero asintió.

—Ha pasado mucho tiempo desde que hable con él, desde que lo vi.

Desde que me dejo de lado por su familia adoptiva, desde que eligió como hermana a esa chica. Pensó mas no lo dijo.

—Mírame Alaka—le ordeno a mujer turca, tomándole el mentón para que la mirara a los ojos—Eres una chica extraordinaria, y si ese joven, no te valoro, siendo tu su hermana melliza, no vale la pena, okey.

La pelirosa asintió con una pequeña sonrisa.

—Ahora vete, que Baris te esta esperando. —le informo haciéndose la seria, pero la sonrisa la delato.

—Nos vemos más tarde nana—se despido rápidamente tomando su mochila antes de salir de la cocina.

En la entrada, una pequeña limosina la esperaba. Dentro se encontraba Baris, quien al verla le sonrió antes de poner el marcha el auto.

***

El clima en España era muy distinto a Londres o el de Turquía. Mientras que en Londres era lluvioso o frió, o en Turquía que era cálido en estas épocas, en España era una combinación extraña entre las dos. Esa mañana era muy fresca mientras iban de camino a La Encinas.

Apreciaba el paisaje mientras escuchaba música con sus auriculares, tratando de no pensar en nada.

El corazón se le acelero un poco cuando el coche paro en frente de un enorme edificio gris y poco acogedor, la chica miro suplicante a Baris con sus ojos azules brillando pero ese solo le sonrió.

—Ve Alex, que vas a llegar tarde—le dijo con su característico acento al hablar español.

La pelirosa le gruño pero bajo del auto tomando su mochila blanca y cerrando la puerta de un golpe, y volvió acomodarse los auriculares para poder ignorar a todo el que tratara de hablarle. Los pocos estudiantes que estaban en la entrada la miraban con tremenda curiosidad pero no sabía si era por su cabello – que era extremadamente llamativo- su apariencia y por donde había llegado. Un trió de estudiantes se hallaban pero no les prestó atención siguió su camino por las escaleras.

Su corazón se aceleró un poco más cuando ingreso al colegio, sabia a donde ir. Su padre había sido uno de los que colaboraron en la construcción de ese edificio, por lo que le había conseguido un mapa del colegio para ahorrase el guía turístico y no llamara tanto a atención, al igual que su horario y clave de casillero habían llegado por correo hacia unas semanas.

Sabía que su clase se halla en el segundo piso, por lo que emprendió rápidamente antes de llegar tarde bajo la mirada y cuchicheo de los alumnos de las Encinas al verla pasar.

***

Llegar al aula fue fácil y por lo que podía ver y oír, el profesor todavía no había llegado. Antes de entrar, guardo los audífonos en su mochila y dando un suspiro entro al aula.

Al entrar todos se quedaron callados y la miraron detalladamente pero su mirada se dirigió a un rubio de ojos azules como los suyos que se encontraba sentado en la fila de mesas del medio, mirándola fijamente también junto con un chico de cabello rizado muy lindo, desvió su mirada y tomo asiento en la parte de la última fila al lado de la puerta, junto en el momento cierta cabellera pelirroja entraba, y se le quedaba mirando por unos instantes por lo que Alexandria le dedico una sonrisa burlona al momento que de que los tres chicos que estaban en la entrada entraban igual.

Trato de ignorar a todos y más a la mirada intensa de los hermanos Nunier al disponerse a sacar todos sus útiles de estudio.

—Hey no

Le escucho decir a Guzmán.

— ¿Está ocupado? —le pregunto el chico nuevo a Guzmán.

Alexandria dejo lo que estaba haciendo y miro disimuladamente a ambos hombres.

—Por mi amigo invisible

La pelirosa arrugo su nariz con desagrado, no le gusto el tono que había utilizado el Nunier.

—Que disfrutes de su compañía entonces—Alexandria se tuvo que morder la mejilla para no reir al ver la cara de Guzmán por cómo le habían contestado.

Good morning, class. How is everybody doing today? Please sit down. el profesor entro hablando ingles haciendo que el chico de cabello rizado que estaba junto a su hermano se sentara a su lado y sacando unas cosas de lo que ella suponía eran sus cosas.

— ¿Nueva en Las Encinas?—le pregunto susurrando el chico a su lado, a lo que ella asintió mirando al profesor.

Okay. So as we all know, we have five new students with us today, let's meet them. —la joven pelirosa observo como la pantalla que se encontraba al lado de la pizarra mostraba el rostro del chico del cigarrillo—Christian Varela.

Giro su cabeza para mirar al chico, quien al parecer no se encontraba muy cómodo con ser el centro de atención de la clase.

Yes...—el muchacho bufo sin saber qué hacer.

Alexandria le dedico una sonrisa de aliento, ella misma sabía lo que era no saber un idioma.

Do you want to introduce yourself to the class?.—

Lo vio murmurar con la muchacha musulmana, para después levantarse

Eh Hello...Eh goodbye—el chico se volvió a sentar apenado y la clase se rió pero ella no lo hizo, eso no le causaba ninguna gracia.

Ok, great. —el profesor miro la pantalla, donde aprecio otra foto, siendo la chica musulmana—Okey, Nadia Shana

La chica de piel oscura y hiyab se levantó de su asiento con una confianza pero Alexandria sabía que se entraba nerviosa, lo veía en sus ojos.

Hello, I'am Nadia. I'am sixteen. My family is from Palestine, but i was born here in Spain. And when I finish my studies I'd like to be professional diplomat in the United Nations.

Alexandria la miro con un eje de admiración, su ingles era perfecto a pesar de tener un pequeño error gramatical, pero eso seguro se debía a que seguro nunca había estado en un país donde el inglés fuera su idioma principal, y al parecer tenía su futuro ya planeado.

Wow, impressive—El profesor comentó asombrado. — ¿Sabías que todos los años elegimos al mejor alumno? Y el galardón es bastante feo, pero te permite estudiar el año siguiente en... ¿Quién me puede decir dónde?

La mano de una chica rubia se alzó al aire.

—Carla

Le cedió la palabra el profesor a la muchacha

—En una escuela en Florida, que te da acceso a una Universidad Ivy League—el tono engreído de la chica rubia no le gustaba para nada a la pelirosa.

— ¿Y cómo se gana?—pregunto la chica musulmana con curiosidad.

— Sobresaliendo en todas las actividades — Explicó el profesor. — Escolares y extraescolares. Cuantas más extraescolares mejor. —añadió. —Fotografía, ajedrez, chino—nombro.

Alexandria negó, ella no necesitaba ese premio. Al terminar el colegio tenía una beca lista para estudiar en el Conservatoire de París.

— Yo que tu tendría cuidado con esta. — La voz de Guzmán capto su atención— Va a ir a degüello. —le dijo a una chica latina que se hallaba a su lado.

Alexandria frunció el ceño mirándolos.

La latina le respondió, con un acento que parecía mexicano— Ridícula, ¿Que este no era un colegio Laico?—

La pelirosa rodo los ojos, estos chicos sí que eran engreídos. Ella quería decirle algo pero prefirió quedarse callada, no quería problemas el primer día.

— Samuel García. —

El chico lindo comenzó a hablar sentado.

— Hola me llamo Samuel. Y es que tengo la sensación de que todo lo que diga se va a utilizar en mi contra. Así que mejor me voy a quedar callado. —

— Ay cosita. —se rió la latina que estaba sentada al lado de Guzmán.

— No tengas miedo, aquí educamos en valores. La educación y el respeto son lo más importante—Alexandria quiso reír, estos chicos necesitaban un clase bien extensa de modales. — De aquí saldrán los líderes del mañana

— Ya, es que es eso lo que me da miedo. —

— ¿Que ha dicho el camarero?— Ante la burla del Nunier rubio, Alexandria no aguanto más.

—Podrías callarte de una vez, a nadie le interesa tus opiniones, Aptal—escupió el turco lo último, el chico a su lado le sonrió compresivamente.

Guzmán se tensó en su asiento al escuchar su voz y Marina la miro furiosa.

El chico, Samuel la miro y siguió hablando.

— Vale, me llamo Samuel y efectivamente como dice vuestro compañero soy camarero. Y es que aunque les parezca raro a veces a los camareros les dan un lugar en la mesa. Pero podéis estar muy tranquilos que yo no le he venido a quitar el sitio a nadie. Vosotros seguiréis siendo los líderes del mañana. —

Okey, thanks Samuel—otra foto apareció, y era del chico que se encontraba al lado de Samuel —Anthony Jones.

El chico en si era lindo, cabello castaño y ojos azules. Se levantó de su asiento algo nervioso.

Hi, my name is Anthony Jones, I'm from the United States, but I moved here because of my parents' work —se sentó de nuevo, el profesor asintió pasando a otra foto y era la suya . —Alexandria Yildiz

Para Alexandria sé sintió extraño ver una imagen de ella en esa pantalla. Pero no se levantó se su asiento.

Hello everyone, my name is Alexandria Yildiz, I am Turkish, I used to study in London but for personal reasons, my parents transferred me to this school—se presento con su perfecto ingles mirando solo al profesor.

Ah awesome—silbo asombrado—tu inglés es perfecto ¿hace cuánto has estudiado en Londres? —le pregunto intrigado, a lo que ella se removió incomoda.

—Desde los 13 años

El profesor camino un poco mirando a los estudiantes.

—He visto su expediente señorita Yildiz, y debo decir que me impresiona, es una lástima que no participe en lo del galardón—suspiro decepcionado.

Para este punto la pelirosa sentía la mirada intensa de sus compañeros.

— ¿Por qué no participas?—la pregunta vino del azabache que se halla al lado de la rubia arrogante.

Alexandria no le gustaba ser el centro de atención si no era en un escenario, porque lo se sentía muy incómoda que todos quisieras saber sobre ella pero de igual forma respondió.

—No es por sonar arrogante ni nada, no me gusta eso. Mi coeficiente intelectual es más alto que el promedio, y si le sumamos a que tengo memoria fotográfica. Sería injusto que compitiera sabiendo que tengo más probabilidades de ganar. Además no lo necesito, tengo una beca en el Conservatorie de Paris. —explico un poco apenada y bajo la cabeza. Sintió que un pie la golpeaba suavemente y miro al chico del cabello rizado a su lado, quien le dedico una sonrisa.

—Okey, porque no empezamos con la clase.

***

Alexandria amaba la naturaleza.

Era por eso que en el descanso, se sentó cerca del puente que había en la entrada debajo de un árbol, con sus audífonos puestos y revisando su teléfono. Cuanto el viento soltó un poco de aire, levanto la mirado y vio caminando por el puente a Marina y a Samuel, y un poco más atrás a Guzmán y al chico de cabello azabache.

Los vio interactuar, sabía que Guzmán y a su amigo estaba molestando a Samuel mientras se iban y a Marina yéndose un poco molesta en dirección contraria. Se encogió de hombros y siguió mirando su teléfono y escuchando música, hasta que sus audífonos fueron arrebatados.

Alexandria miro la cabellera rubia de su hermano, gruño.

—Dámelos Guzmán—pidió tendiéndole una mano.

El rubio negó —Tenemos que hablar. —la pelirosa se levantó y miro a su hermano desafiante.

—Haber ¿Y de qué quieres hablar? —sus ojos se encontraron, azul con azul. El rubio desvió la mirada

— ¿Desde cuándo estas en España? —Alexandria bufo y negó.

Recogió sus cosas del suelo y miro a su hermano mellizo—Eso a ti no te importa, nada de mi vida te debería importar. Deberías ir y seguir molestando a Marina y Samuel, pero a mí no. —se dio la vuelta para irse, le valían los audífonos, podía comprar otros

— ¿Seguís celosa de Marina? —Guzmán le tomo la muñeca, impidiendo que se fuera.

La turca soltó una amarga risa y se volteo para mirarlo con sus ojos cristalizados —Eres un Aptal Guzmán —se soltó de su agarre para irse rápidamente.

Guzmán no sabía qué hacer, se había quedado paralizado; desde pequeño el con solo mirar los ojos de su hermana, sabía que quería o como se sentía. Al mírale sus ojos azules tan parecidos a los de él, se dio cuenta que su hermana no está bien, está rota.

***

Después del desagradable momento que había tenido con Guzmán, Alexandria trato de prestar atención a las dos clases que había tenido después, pero nada. Afortunadamente en esas dos clases no se encontraban ni Guzmán y Marina; con la pelirroja nunca se había llevado bien, desde niña cuando los Nunier adoptaron a Guzmán, Marina trata hacerla a un lado. Ella en cambia trato de ignorarla todo lo que pudo y se concentró hacer que su relación con el rubio fuera bien, a pesar de la distancia. Solo podía ir a España dos veces al año, una en su cumpleaños y otra en vacaciones, eso fue hasta que todo se complicó y su vida dio un giro drástico...

En fin no le gustaba pensar en esa etapa de su vida, solo quería evitarla a toda costa hoy. Pero parecía que su día iba en mal en peor

Saliendo de su clase de matemáticas avanzadas, que era la última que tenía, se encontró con la persona que había tratado de evitar todo el día.

—La princesita volvió a España —el tono que la pelirroja utilizo era grosero pero trato de ignóralo y seguir con su camino pero le tomó del brazo muy fuerte—Mira cariño, mantente alejada de Guzmán, okey. O si no te ira muy mal—la miro fijamente.

Se soltó del agarre de un talonazo —Escúchame muy bien Marina, ya no soy la misma cría de antes que atormentabas, así que mantente alejada de mi o me conocerás de verdad.

Paso por su lado, chocando su hombro con el de ella. Cuando estuvo a cierta distancia se miró su brazo y vio una marca rojiza en su piel blanca, maldijo por debajo. Le pregunto a una de las chicas que pasaba por ahí si habían visto a Guzmán y le respondieron que en la cafetería, le agradeció y fue a buscar a la única persona que podía mantener a la raya a la pelirroja.

***

Lo encontró con los que parecían sus amigos y Christian, aparecía que Guzmán ya se iba después de lo que parecía haberlo amenazado.

Se acercó rápidamente hacia él, no le importaba que estuviera con su grupo de amigos.

—Guzmán—lo llamo.

Este volteo mirándola a los ojos, era un truco que tenían desde niños, sabía que el vería que no se encontraba bien y por eso no desvió la mirada.

La mexicana volteo a para ver a su novio—La conoces

Sin embargo este la ignoro y siguió mirando a la pelirosa.

—Alessie, si vienes a pelear, no estoy de humor. —el apodo hizo que los amigos de Guzmán lo miraran extrañado. La joven se estremeció al escucharlo pero trato de ignorarlo.

La chica se rio amargamente aleando la cabeza—Dile a tu queridísima hermana que se mantenga alejada

— ¿Qué? —el rubio parpadeo confundido

—Lo que escuchaste y si no me crees, mira la marca que me dejo—le mostró su brazo derecho donde la marca rojiza permanecía.

Lu, Ander, Carla y Polo observaron como Guzmán se podían rojo pero no dijeron nada; Ander miro a la Bonita pelirosa, no sabía qué relación tenía con Guzmán pero debería ser muy especial por la forma en la que le hablaba.

— ¿Y cómo se, que no te la hiciste tú?— la voz de Guzmán se volvió fría al igual que sus ojos. — Digo, en el pasado hacías lo mismo—añadió. Sabía que no debería haberle hablado así, vio como sus ojos se le pusieron cristalinos

Alexandria retrocedió, y por segunda vez en el día, se le escocieron sus ojos. Le iba contestar pero su celular sonó. Vio que era Baris y decidió contestar aclarándose la garganta.

—Hola Baris... si, ya sali...oh ya estas afuera...—Alexandria miro al grupo detrás de ella—Si ya salgo tranquilo...—colgó. —Ya estas advertido, Guzmán y sabes, no tengo necesidad de hacerme daño a mí misma por acusar a una persona, y si sigues sin creerme, pregúntale mis compañeros de matemáticas avanzas, ellos vieron todo.

La manera en la que Alexandria le hablo a Guzmán fue mu cortante y frio, haciendo girar su cabello suelto se fue.

***

Guzmán maldijo por debajo, pasándose las manos por el rostro.

—Guzmán, ¿de dónde conoces a esa chica?—la voz de Lu, lo devolvió a la realidad.

Por un momento se había olvidado de sus amigos.

—Y esa tensión—ese fue Polo.

El rubio miro a sus amigos—Es mi hermana.

Los ojos de los chico se agrandaron.

— ¿Tu hermana de...? —Ander miro a su amigo sorprendido.

El Nunier asintió. 


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