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Estas son las últimas noticias

2015

"Encuentran sin vida el cuerpo del adolescente Choi SooBin, quien había sido reportado como desaparecido días atrás."

"La trabajadora Lalisa Manoban muere tras caer de ascensor de galería."

"Capturan a sicario acusado de asesinar al escolar Byun Baekhyun en la puerta de su casa."

Aún si está de más recordarlo, en este mundo sólo existen dos tipos de realidades que separan a las personas además de los rangos de Sol, Estrella y Luna, estos quedan en segundo plano: Existe la realidad de las personas que tienen que trabajar día a día para ganarse el pan de cada día.

La otra realidad tiene suficientes riquezas para vivir toda una vida sin necesidad de mover un dedo. En algunas ocasiones estas realidades se conectan en una relación conocida popularmente como explotados y explotadores.

En otras no están ni cerca de coincidir en ningún tipo de relación. La realidad de Kim Taehyung era aún más deprimente, despreciado por ambas clases, era un hijo de la Luna, y no podía trabajar, la única pierna que le quedaba no se lo permitía.

Él no tenía que comer, en ocasiones era ahuyentado como un perro de los mercados. Él no tenía una cama en donde dormir, el frío piso de su callejón habitual y unos periódicos son todo su abrigo.

Ricos y pobres que lo veían en extrañas ocasiones lo miraban con asco, con lástima, deseando nunca tener que caer tan bajo como para buscar cualquier cáscara de fruta para engañar a su estómago.

Como en esta ocasión, en donde el joven de apenas veinte años trataba de apoyarse en el contenedor de basura torpemente para alcanzar aquel pedazo de pan que unos niños habían arrojado a propósito para burlarse del vagabundo.

—¡Sí que eres bobo! Ese pan ya debe de estar lleno de basura, ¿Y aun así lo quieres comer? ¡Qué asco!

—¡Parece un perro! —El niño más pequeño comenzó a reírse ante su comparación.

—¡Es cierto! No te acerques tanto o puede morderte —le siguió en primer niño.

Taehyung ignoraba las burlas de aquellos infantes mientras se impulsaba torpemente para alcanzar el trozo de pan, estaba tan cerca, sólo un poco más... El chico de cabello negro y sonrisa rectangular dio un movimiento en falso y terminó por caer dentro del contenedor ante las risas escandalosas de los pequeños.

El hijo de la Luna sonrió triunfante al agarrar el alimento y se apuró en devorarlo como si no hubiera comido en días, cosa no muy lejos de su realidad, siempre era lo mismo y el pequeño joven prefería mil veces aguantar las burlas y hasta golpes de aquellas personas que al final de alguna manera terminaban por alimentarlo que tener días de tranquilidad sin nada.

—Se mueve como un roedor en la basura —Comentó asombrado en niño más pequeño mientras señalaba el contenedor.

—¿Uh? Sí, pero vámonos de una vez que tu mamá prometió preparar sushi.

—¡Oki Doki!

Ambos niños se tomaron de la mano y comenzaron a correr, pero antes de poder avanzar mucho escucharon un golpe brusco, el mayor se dio la vuelta al ver al vagabundo tirado en el suelo con la ropa llena de basura mientras se trataba de apoyar en algo para incorporarse, el niño más pequeño dio un paso a la dirección contraria pero el mayor afianzó su agarre.

—¿A dónde vas?

El hijo de la Luna menor señaló al vagabundo.

—El perro ya me dio pena —Respondió el infante haciendo un puchero y trató de zafarse del agarre, pero el mayor ni se lo permitió.

—No lo hagas, te puede morder.

—¡Hyung! Una cosa es burlarse de él y otra ser malos.

El mayor frunció el ceño al escuchar la extraña lógica de su Luna, miró de reojo como el vagabundo trataba de incorporarse y se caía en el intento, suspiró y asintió mientras colocaba al menor detrás de él como si quisiera protegerlo, después comenzó a caminar lentamente hacia el sucio joven.

Escuchó unos pasos detrás de él y se volteó molesto.

—Quédate ahí.

—Pero...

—Taemin te estoy hablando enserio.

El niño rubio de mejillas abultadas hizo un puchero y dejó de seguir a su hyung, el pequeño Sol siguió acercándose hasta llegar a una distancia cercana pero prudente con el indigente, Taehyung lo miró indiferente y siguió en su labor de tratar de incorporarse, con algo de suerte y el niño se limitara a pegarle.

El pequeño pelinegro se limitó a arrodillarse para quedar a su altura.

—¿Te ayudo?

Aquella pregunta tomó por sorpresa al castaño quien supuso que el infante sólo quería seguir burlándose de él por lo que trató vanamente de incorporarse por sí mismo una vez más terminando en el suelo nuevamente con la diferencia de que en esta ocasión su mano derecha no aterrizó como debería provocándole un agudo dolor que terminó por destruir las esperanzas de Taehyung.

Ya no podía levantarse por sí mismo.

El niño miró con asco al vagabundo sintiendo el olor nauseabundo de este desprendía y pensó en si sería una buena idea tocarlo o no.

Miró hacia atrás como su lindo amigo lo esperaba pacientemente.

Apretando los labios se acercó aún más al hijo de la Luna mayor y le tocó el hombro sintiendo como este se tensaba al instante y lo miró a los ojos fijamente.

Okey, no daba tanto miedo.

Con algo más de confianza, Minho tomó el brazo lastimado del mayor y lo apoyó alrededor de su espalda para después levantarse lentamente ayudando así a incorporar al vagabundo.

Una vez Taehyung logró estabilizarse el pelinegro se alejó de él retorciéndose y haciendo gestos de asco, tendría de darse un largo baño.

—Gracias —Dijo el castaño sinceramente.

El pequeño Sol se encogió de hombros indiferente y se sacudió la ropa como pudo, luego miró nuevamente al vagabundo.

—¿Por qué no tienes una pierna?

La expresión de Taehyung se tornó algo dura y no respondió rápidamente.

—¿También eres sordo? —Preguntó nuevamente el niño.

—Escuchó perfectamente —Mintió el hijo de la Luna—, perdí mi pierna en un incendio —Explicó.

—Ouch.

El castaño sonrió.

—Dolió, y mucho.

El infante suavizo su mirada, el vagabundo parecía ser inofensivo, no como esos feos vagabundos que le quitaban su lonchera cuando iba a la escuela. Aunque de todas maneras no lo quería cerca de su amigo.

—Bueno, me voy —Dijo el pelinegro mirando hacia donde estaba el pequeño rubio.

Taehyung también miró hacia el mismo lugar donde el pequeño infante se encontraba esperando mientras jugaba con sus pequeñas manitas ignorando que era el centro de atención del par.

El hijo de la Luna suspiró melancólico y volvió a centrar su atención en el niño que lo había ayudado hace unos momentos.

—¿Es tu hermano?

—Es mi Luna, cuando crezca tendré mucho dinero y compraré un castillo para los dos, nos casaremos y viviremos felices para siempre —Respondió el niño con la cabeza en alto y muy seguro de sí mismo.

Taehyung volvió a sonreír, está vez enternecido y asintió lentamente.

—Entiendo.

El pelinegro lo vio vacilante.

—¿No te vas a burlar? Yo lo haría.

El castaño negó con la cabeza y sacó de su viejo abrigo una foto desgastada la abrió torpemente y se la pasó al pequeño niño quien no tardó en tomarla por pura curiosidad. En aquella foto se veía a dos adolescentes juntos, miraban a la cámara de manera sería y se veía que uno de los chicos no quería estar en la foto por su postura mientras que el otro adolescente de la foto llevaba un bastón, el niño presente levantó la mirada sin entender.

—Él —Señaló Taehyung al niño que parecía no querer estar en la foto—, era mi Sol, y este otro niño soy yo.

El infante frunció el ceño, no se parecían en nada, eso sin contar con que el adolescente de la foto que se supone era Taehyung llevaba ropa muy formal, no como ahora.

—¿Y qué pasó con él?

El vagabundo no respondió.

—¿Qué pasó? —Insistió el infante.

—Por mi culpa casi se muere, y desde entonces no lo volví a ver.

El infante volvió a centrar su vista hacia la foto pensando en si su amigo y él podrían terminar así.

No, nunca, él se encargaría de protegerlo y hacerlo feliz.

El niño le devolvió la foto al vagabundo quien lo volvió a guardar en su abrigo cuidadosamente, después el pequeño infante saco de su propio abrigo una pequeña curita y la abrió para ponerla en la mano lastimada del mayor quien abrió los ojos algo sorprendido por aquella acción.

—Gracias —Volvió a decir Taehyung.

El niño asintió sin decir nada y comenzó a alejarse del vagabundo para caminar hacia su amigo.

—Por cierto —Dijo deteniéndose— Soy Minho.

El castaño asintió y vio como los niños volvieron a correr tomados de las manos, sonrió tocando la curita, después de todo, todo terminó bien.

Como pudo regresó a su lugar de descanso y se sentó torpemente, volvió a sacar la foto de su abrigo y la contempló fascinado.

—Espero que donde quiera que te encuentres seas feliz —Murmuró.

Aquel era el mayor deseo de aquel vagabundo que no tenía absolutamente nada, no pedía un lugar para dormir, ni un trozo de comida, pedía el bienestar de su primer y único amor:

Jung Hoseok, ese lindo y positivo niño que había logrado ablandar su corazón con toda su ternura y cariño.

En ocasiones, Taehyung pensaba que de no ser por ello nada de lo que pasó después hubiese sucedido, sin embargo, tampoco se arrepentía de haber amado a Hoseok como lo hizo.

Miró a su alrededor y suspiró, no podía quedarse ahí, tenía que sobrevivir, aún le quedaba un asunto pendiente.

Tenía que vengarse de quien había sido responsable de la muerte de sus padres y hermano, y después atentó contra la única persona que había amado en su corta vida.

Kim Taehyung tenía que sobrevivir.

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