Capítulo XX -Verdades Ocultas
Verdades Ocultas
Siento como acarician mi espalda suavemente, el tacto me hace sentir segura y cálida. Volteo mi cuerpo hasta toparme con Jayden, se encuentra acostado de lado apoyando su cabeza en su mano, sus dedos los cuales antes acariciaban mi espalda viajan hasta mi cintura para halarme hacia él.
No dice nada, yo también permanezco en silencio. Me acerco más a él y coloco mi cabeza sobre su pecho, transcurren varios minutos en los que estamos en la misma posición. Su respiración es calmada y pausada, todo el ambiente transmite una paz y tranquilidad que me resultan ajena. Nunca me había sentido tan relajada y tranquila como lo estoy ahora.
Mis ojos quieren volver a cerrarse, pero soy consciente de que ya es momento de levantarnos y dirigirnos a lo que realmente vinimos, intento moverme, pero mi corazón protesta.
—No quiero irme de aquí —digo en voz baja, pero no lo suficiente para evitar que me escuche.
—Yo tampoco quiero irme, pero sabes que debemos hacerlo —dice, su mano vuelve a acariciar mi cintura y si de algo me he dado cuenta en estas últimas horas es que adoro que me toque así.
—¿Cuando salgamos por esa puerta que pasará con nosotros? —pregunto sintiendo como se me forma un nudo en la garganta.
—Seguiremos siendo Blair y Jayden —responde sarcástico, levanto mi cabeza y lo miro directo a los ojos con expresión cansada.
—Sabes a lo que me estoy refiriendo, Davis —Jay toma un mechón de mi pelo y juega con el, por unos segundos no dice nada, solo juega con el mechón dejándome en espera de una respuesta.
—Me gustas Blair, y se que también te gusto —dice después de varios minutos los cuales se me hicieron eternos— quiero intentar tener algo contigo, solo si tú estás dispuesta, yo quiero arriesgar todo aunque el mundo se nos venga en contra.
Siento como su mirada trata de trasmitirme algo que no entiendo, aún así sus palabras se colaron en lo más profundo de mi, causando estragos en mis emociones, experimento una mezcla de sorpresa y alegría intensificándose en mi estomago y una inusual motivación me impulsa a hacer lo que mi corazón ordena.
—También me gustas, bastante de hecho —comento—yo también estoy dispuesta a darlo todo si me prometes que esto no es un juego y un pasatiempo para ti —mis palabras salen con un peso profundo, los ojos de Jayden me miran directo al rostro mientras su mano acaricia la mía —He sufrido bastante, quiero por primera vez en mucho tiempo experimentar algo diferente al dolor.
Las caricias se detienen, la tranquilidad que había en el rostro de mi compañero se esfuma, es sustituida por algo parecido a la conmoción, tira de mi hasta tenerme acorralada entre sus brazos.
—Entre mis planes no está lastimarte, todo lo contrario —deja escapar el aire que al parecer estaba conteniendo —quiero salvarte, Blair.
Su afirmación me confunde, al momento de intentar aclarar las ideas su celular suena rompiendo la burbuja en la que estábamos sumergidos.
Jayden se acerca y contesta su celular, su semblante se transforma adoptando una expresión seria. Me levanto de la cama y empiezo a vestirme. Al terminar la llamada Jayden se acerca a mi apurado.
—Tenemos que irnos —dice, con una agilidad increíble recoge nuestras pertenencias.
—¿Qué pasó? —pregunto sin obtener respuestas —¿Quién te llamó, Jayden? ¿Porqué tenemos que irnos tan rápido? —mis preguntas quedan al aire al ser ignoradas por él. —¿Me puedes decir que demonios está pasando? —Agarro su codo para voltearlo frente a mi.
Cierra los ojos mientras toma un profundo respiro en un intento por calmarse.
—Te contaré luego —Acuna mi rostro entre sus manos —Ahora necesito que confíes en mí, no se como rayos nos encontraron, pero vienen por nosotros. Cielo, necesito que nos vayamos de aquí ahora mismo.
Mis protestas se ahogan en mi garganta, en menos de diez minutos nos encontramos en el auto en dirección a la Penitenciaria de City Down.
A los pocos minutos estacionamos afuera de la penitenciaria, no tardamos en llegar ya que nos encontrábamos bastante cerca, salimos del auto y en total silencio nos dirigimos a la entrada.
No intercambiamos palabras, ya hemos repasado bastante la forma en que nos comportaremos y lo que debemos de decir. Un cosquilleo me invade la mano izquierda y la aprieto para tratar de calmar mis nervios. Jayden lo nota, toma mi mano y seguimos caminando juntos hasta la entrada.
La penitenciaria es un lugar grande y con un aura sombría. El frío y la neblina que hay en este pueblo aporta a esa aura. Los altos edificios están pintados de gris, una pared de algunos cinco metros rodea todo el área con una red que podría ser eléctrica para evitar que alguno intente escapar.
Un oficial nos recibe en la entrada, les mostramos las identificaciones proporcionadas por Dante, este las observa para después volver a nuestros rostros; sin decir nada se aparte y nos permite el paso.
—¿Por qué el oficial nos miró así? —pregunto, Jayden me dirige una mirada rápida por encima de su hombro.
—Por nuestras identificaciones —responde sin agregar nada más.
—¿Que tienen nuestras identificaciones? —pregunto demostrando más interés del que me gustaría, Jayden se detiene y se gira hacia mi para responderme.
—El nombre de la empresa, a la organización que según este carnet —lo sostiene con su mano— pertenecemos.
Observo el carnet y no entiendo a qué se refiere. Leo el nombre de la organización "La sociedad" no había pensado antes en ello, no me había detenido a pensar si el nombre era ficticio o si realmente existe una empresa nombrada así. Esta visita fue planeada por Dante y Jayden y en ningún momento se me ocurrió la idea de cuestionar la información o indagar en ella.
—Aún no logro entender —un jadeo de exasperación brota de mi garganta —¿Que tiene de malo? ¿La empresa es falsa y se dió cuenta?
Vislumbro como un amago de sonrisa se dibuja en los labios de Jayden a causa de mi confusión, siento como en consecuencia mis mejillas se calientan y podría apostar a que adoptan un color rojo.
—No es una empresa falsa, La sociedad es una organización en la cual... —se corta a sí mismo, permanece en silencio por unos minutos, observo en su mirada como analiza las palabras antes de seguir explicándome —se persiguen y capturan criminales, se investigan casos y se desarrollan otras actividades penales y judiciales.
»No es una organización de proyección pública, digamos que en ocasiones opera como una organización fantasma ajena del conocimiento común. Los sectores ligados a la justicia tienen conocimiento de esta organización y de decenas de otras parecidas. El oficial nos miró así por lo restringida que es La sociedad.
—¿Como Dante obtuvo los carnets de esa organización? —cuestiono cruzándome de brazos, según él me explica no es una organización fácil de acceder.
—¿Recuerdas que hace un tiempo te mencioné que mediante esta profesión se hacen relaciones? —asiento y el continúa —Pues Dante es el claro ejemplo de ello, de las relaciones y del dinero, esas cosas son capaces de mover prácticamente todo.
Me limito a asentir sin responder, la curiosidad sobre a lo que se dedican Jayden y Dante va creciendo con forme pasa el tiempo, no solo por esto sino también por la facilidad que han tenido para las informaciones y los contactos durante toda esta investigación.
Jayden me toma de la mano y nos dirige hacia la sala pactada en la que tendremos el conversatorio con Vito Terranova.
Hacen los chequeos rutinarios de seguridad para después permitirnos el paso. Nos adentramos a una habitación en la cual solamente hay una mesa y tres sillas ubicadas en el medio. Grandes ventanales cubren dos de las cuatro paredes quedando uno frente al otro, no podemos observar el exterior, pero ellos si pueden vernos y escucharnos. Todo el lugar está pintado de blanco: piso, pared, techo, sillas y mesas.
Un hombre de pelo negro y ojos oscuro se encuentra sentado en una de las sillas, no luce tener más de cuarenta años, es de complexión media y aún estando sentado no da la impresión de ser de baja estatura. Los sueños que tuve antes de venir se proyectan como recuerdos en mi mente y no paso por alto el parecido que Vito tiene con el señor de estos sueños.
El dirige su atención hasta nosotros, recorre de arriba a abajo a Jayden con una mirada calculadora como si estuviera analizándolo, luego dirige su atención hacia mi repitiendo el mismo gesto a diferencia que una media sonrisa se dibuja en su rostro y me mira como si ya me conociera.
—Los estaba esperando, chicos —comenta Vito, deja caer sus manos esposadas sobre la mesa y se acomoda en su asiento.
Jayden coloca su mano en mi espalda, volteo a verlo y capto como una pregunta silenciosa se establece en su mirada, asiento para transmitirle que estoy segura de continuar. Con un leve empuje me invita a caminar hacia el criminal, hala una de las dos sillas que se encuentran frente a Vito para que tome asiento, luego el se sienta a mi lado.
—Veo que llegaron muy callados, pensé que sería más divertido.
—Esto no tiene que ser divertido, sabes porque estamos aquí, Vito —Cada palabra sale con seriedad, el Jayden atento de hace unos minutos es remplazado por uno más frío y calculador.
Opto por adoptar la misma postura, saco mi libreta y mi bolígrafo para tomar algunos apuntes.
—Será mejor que iniciemos, no nos dieron mucho tiempo —intervengo captando la atención de ambos.
—Quiero que nos saltemos la parte en la que niegas tener alguna participación en esto y vayamos directo al punto —dice Jayden, coloca sus codos sobre la mesa lo que hace que su camisa se vea más apretada.
—No negaré nada, tanto ustedes como yo son conscientes de porque vinieron a verme a mi y no a cualquier otro.
—Sabemos lo que hacías —comento —como frecuentabas la Villa, eso te liga directamente a los asesinatos en Ashford.
Vito niega lentamente, una sonrisa burlona decora sus labios mientras me dirige una mirada cargada de malicia. Trato de proyectar seguridad y confianza aunque no posea de estas.
—No creo que sepan todo sobre mí, hermosa Blair —arrastra las palabras lentamente lo que causa que mi pulso aumente, ¿De donde obtuvo mi nombre? —Aunque yo si podría presumir mi conocimiento sobre ustedes.
—Según tú, ¿Qué no sabemos acerca de ti? —Pregunta mi compañero, Vito se relame los labios antes de responder.
—Un martes veinte de octubre de hace seis años atrás, la preciosa familia Davis recibió una noticia que los dejó desconsolados —Vito mantiene la forma lenta de hablar, parece estar burlándose de nosotros, por otra parte Jayden se mantiene serio sin expresar emoción alguna, algo en su mirada a cambiado volviéndolo más desafiante. —Pobrecitos, estaban todos muy triste y sabían que no habían podido hacer nada, ¿O tal vez si?
—¿A donde quieres llegar con esto— pregunta Jayden, su mandíbula se encuentra apretada y ejerce presión sobre el bolígrafo que tiene en las manos.
Las palabras dichas por Vito se cuelan en mi mente, octubre de hace seis años, es un momento que recordaré para toda mi vida, con algunas lagunas y recuerdos en blanco, pero en definitiva es un momento que marcó mi vida.
Mi cuerpo se siente frío, mi pulso se acelera aumentando mi respiración, a pesar de lo frío que se encuentra el ambiente empiezo a sudar, se me dificulta respirar con normalidad lo que se hace evidente cuando inhalo con profundidad para intentar llevar oxígeno a mis pulmones, cierro los ojos para intentar calmarme cosa que se me dificulta al empezar a ver imágenes de aquel día: barro, sangre y gritos. Aprieto los ojos con fuerza para alejar esos pensamientos, ahora no, repite mi mente, pero esta está empeñada en hacerme una mala jugada. Siento como alguien toma mi mano y afloja el puño en el cual estaba ejerciendo presión.
—Tranquila, todo está bien. Respira lento y suave —Jayden dice cerca de mi oído, su voz es ese puente que me trae devuelta, sus caricias en mi mano no se detienen, abro los ojos lentamente y ya más calmada le dirijo una mirada de agradecimiento.
—¡Oh, discúlpame! No quería traerte malos recuerdos—una fingida expresión de disculpa se refleja en el rostro del italiano, la burla y el cinismo describen a la perfección a este hombre.
—¿Porqué no nos dejamos de estupideces? ¿Que relación tenías con Iván González? —el tono de Jayden es demandante pareciera que su paciencia está llegando a su límite.
La burla que decoraba el rostro de Vito desaparece dándole paso a una expresión seria, sus labios forman una línea; junta sus manos sobre la mesa jugando con sus dedos. Creí que habíamos tocado un punto débil y al fin obtendríamos algo de respuesta, pero la sonrisa que se forma en sus labios me hace cambiar de opinión.
—Manejan algo de información. Bien—dice el italiano— ¿Te había dicho que ese pelo negro te queda hermoso? Aunque siendo sincero me gusta más cuando lo llevas lacio.
De reojo observo como Jayden niega lentamente y se recuesta en la silla. Dirijo mi vista hacia el italiano y observo como se demora en escrutarme como si no se quisiera perder el más mínimo detalle de mi rostro. Aprovecho esto para tratar de indagar mas, algún punto débil debe de tener este hombre.
—Creo que te hace falta refrescar un poco la memoria, Vito—digo con voz pausada— Mejor cuéntanos cómo tú e Iván se conocieron en Imperius —Al decir esto Jayden dirige rápidamente su mirada a mi.
No estoy segura de esto, pero debo encontrar la manera de sacarle información y si mintiendo lo obtengo, seguiré así.
Observo que mi estrategia empieza a funcionar ya que Vito se remueve un poco en la silla. Tengo la vista clavada en él, aunque estoy mirando directamente a los ojos de un psicopáta no me intimido.
—Ya veo a que quieres jugar, princesa— contesta, una pequeña risa ronca se escapa de su garganta —Esto me divierte, alimentaré su hambre de curiosidad y les daré las respuestas que buscan —hace una corta pausa para acomodarse en la silla —Iván y yo nos conocimos por un tercero en Imperius, yo les servía como transportador, traía mi mercancía de Italia y se la entregaba a Iván y a... bueno supongo que si fueron a la villa ya deben saber su nombre.
—Te refieres a Andrés Bora, ¿Cierto? —inquiere Jayden, coloca sus codos sobre la mesa para inclinarse más hacia el italiano.
—Así es —algo inescrutable se posa en la mirada de Vito. Giro para ver a Jayden y su mirada es totalmente desafiante parecieran tener un duelo solamente con la vista. La expresión de Vito deja a entender que sabe algo más y nos quiere desafiar con eso.
—¿Que relación tienes con Andrés Bora— pregunto anotando las últimas palabras del italiano en mi libreta.
—Solamente negocios, Iván era su marioneta y eso a mi me beneficiaba —contesta con desinterés mientras finge quitarse una pelusa del hombro.
—Entonces la persona para la que Iván trabajaba es Andrés Bora —reflexiono en voz alta. A mi lado Jayden niega lentamente y deja salir de todo el aire que tenía en los pulmones.
—No tiene sentido, Iván no se iba a dejar manipular tan fácilmente con todo el poder que tenía, me cuesta creer que Andrés siendo solamente un asesino pudiera manejarlo a su antojo. —dice Jayden reflejando su desacuerdo. Es obvio que no le cree y me está ocultando la razón de porque no lo hace.
—Te estás saltando la conexión con Imperius, son decenas de mafiosos trabajando juntos en una sola organización.
—Organización a la que Iván también pertenecía —aclaro. A pesar de la información que me está ocultando Jayden estoy de acuerdo con él. Andrés e Iván eran miembros de Imperius.
—Correcto, pero no tenían el mismo nivel Jerárquico. Iván era una simple marioneta de la cual le exprimían la información. Los ayudaré con este dato por qué tú —me señala con su dedo índice— me caes bien, princesa. A pesar de todo. —intento hablar pero el continúa —Iván dejó de serle útil a la organización y por eso se deshicieron de él, lo mismo pasó con Zack. La organización no recicla.
—¿Se matan entre ellos mismos? —pregunto algo sorprendida.
—¡Claro que lo hacen! todos son psicópatas y lunáticos. Me extraña que una organización llena de gente podrida aún siga en pie —cada palabra que sale de Jayden es llena de repulsión y desagrado.
Algo suena en mi mente, pero decido ignorarlo, ya llegará el momento en el que enfrentaré a Jayden, su actitud se me hace extraña, como si tuviera un motivo personal por el cual odiarlos a todos.
—Creo que ya no serviré de ayuda, les he dicho lo que quieren saber, así que les pido que por favor se retiren.
—Aún no me haz dicho donde podemos encontrar a Andrés —inquiere Jayden, puedo notar como su mandíbula se encuentra apretada y como sus manos forman puños sobre la mesa.
Vito tampoco pasa por alto su actitud y se inclina hacia él con una sonrisa.
—Deberías calmarte Davis, no vaya a ser que tú princesa empiece a desconfiar de ti.
—No la llames así —es evidente como cada vez el enojo va aumentando en Jayden.
—Jayden —pongo mi mano en su hombro y el voltea a verme —es suficiente, mejor vámonos.
Parece analizar la situación para después asentir, le dedica una última mirada a Vito cargada de odio, se para y me espera junto a la puerta.
Me levanto de mi asiento y cuando me dirijo a la puerta el italiano habla haciendo que me voltee a verlo.
—Ten cuidado princesa, muchos están detrás de ti.
Esas últimas palabras me acompañan a la hora de salir de la penitenciaria y se quedan en mi mente en todo el transcurso de regreso a Ashford.
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