Capítulo XI -Plan maestro
Plan maestro
Jayden
Mamá no ha parado de hablar desde hace más de una hora y a papá parece no importarle ya que solo se ha quedado viéndola. Estamos todos reunidos en la oficina de mi padre en Oxford por una reunión de emergencia que surgió. Dante se encuentra con nosotros ya que forma parte de la tarea que se nos asignó, a pesar de que su padre lo envió, el está aquí a voluntad propia.
Aunque estoy aquí presente mi mente está en Ashford junto a una chica que no he logrado sacar de mi mente, lo malo es que no me gusta la razón por la que ronda en mis pensamientos.
— ¡Jayden! ¿En qué piensas? Te he hecho varias veces la misma pregunta —dice mi madre con una ceja enarcada y las manos en su cintura. Me enderezo en el asiento y adopto una postura seria.
— ¿Qué decías? —pregunto sin mucho ánimo, mi madre suelta aire de manera exagerada y toma asiento junto a mi padre.
—Te preguntaba cómo vas con la chica, ¿Has conseguido algo? —inquiere Talía y ahora quién vota aire de manera exagerada soy yo, asiento lentamente hacia ella, todos los presentes en la habitación ponen su atención en mi.
—Hemos pasado mucho tiempo juntos las últimas semanas y he avanzado más en la investigación que cuando iba solo, ha sido muy buena ayudante, es lista y astuta —hago una pausa —me volví parte de su círculo y creo que ya ella ha depositado gran parte de su confianza en mi... lo que me hace pensar en que ya debería llevar el plan un paso más.
Mamá niega frenéticamente mientras papá se masajea la frente, volteo mi vista al otro extremo y me encuentro con la mirada de desaprobación de Alexis y la expresión venenosa de Dante.
— ¿A qué te refieres con un paso más, Jayden? —Dante pregunta de manera ácida.
—Creo que le intereso, no sé si sea de manera romántica o no, pero podría usar eso a mi favor —suelto sin tratar de darle muchas vueltas en mi mente.
— ¿Quieres hacerte el interesado en ella para conseguir que? —quien pregunta ahora es Alexis y empiezo a perder la paciencia.
—Jayden, no puedes hacerle eso —dice mi madre reflejando su enojo — ¿Acaso ella es realmente consiente de a quien está persiguiendo?
—No estamos seguros si ella sabe —contesto tajante .
— ¿Si lo hubiera sabido crees que estaría aportando en la investigación? —Dice mi madre casi a los gritos — lo que planeas no es parte del plan... considero que esa chica ya ha pasado por bastante.
Suelto el aire que estaba reteniendo, quizás sea muy arriesgado y cruel de mi parte hacerle eso a Blair, no tengo la certeza de en qué camino estoy ahora mismo con respecto a ella, quizás sea ella quien me este engañando, aún hay cosas que no se sobre su pasado.
He intentado investigar lo que le sucedió cuando era más joven, pero su familia hizo muy bien la tarea de protegerla. Borraron todo rastro sobre su trágico pasado. El intentar acercarme a Blair de otra forma me permitiría llegar a una capa de ella que me ayude a conocerla mejor y saber si es la persona que mis padres creen que es.
Llegué a escuchar por ahí que el fin justifica los medios.
—Estamos casi llegando a un punto donde las opciones se reducirán y no dudaré hacer lo que se necesite para cumplir lo que se me ha asignado— levanto la voz ganándome una mirada decepcionada de mi madre.
—El pedirá respuestas pronto, el diablo está avanzando y nosotros junto con el —agrega mi padre poniéndose de mi lado.
En la habitación se hace un silencio total, se que ellos no están de acuerdo con mis métodos, pero necesito saber si puedo confiar en ella, si la puedo tener de mi lado.
Me paro y salgo sin decir nada, siento como el aire de tensión va quedando atrás a pesar de que alguien viene siguiendo mis pasos. Entro al elevador y presiono el botón del primer piso.
—No lo harás —Dante entra conmigo al elevador —Jayden, no nos hagamos los tontos, no vengas a querer improvisar, eso no forma parte del plan.
— ¿¡Qué!? ¿Ahora ella te importa? —me exaspera y mi voz sale un poco más alta de lo normal.
—Esa no es la cuestión, pero me queda más que claro de que a ti si te importa. Desde el primer momento no has hecho nada más que improvisar, haciendo cosas que ni teníamos planteadas; te dejé que siguieras porque confío en ti, pero ahora temo que tomes decisiones equivocadas por sentimientos equivocados.
Lo miro con incertidumbre, las puertas del ascensor se abren y salgo del vestíbulo dando grandes zancadas, negándome a creer todo el drama que hacen, tenemos una meta y lo importante es conseguirla sin importar que.
Me dirijo hacia mi auto y abro la puerta para después entrar en él, Dante quien venía detrás de mí al parecer al mismo paso imita mi acción.
—Hay algo que al parecer ustedes no entienden —hablo despacio —pueda ser que no me apague del todo al plan, pero mis motivos son los mismos que los suyos, por eso estamos juntos, solo te pido que sigas confiando en mi como lo has hecho hasta el momento.
Dante da un respiro profundo para luego asentir, en ocasiones podemos no estar de acuerdo en todo pero lo considero como un hermano, hemos estado en varias tareas juntos y en todas siempre salimos victoriosos. El momento se ve interrumpido por un golpe en la puerta trasera, giramos nuestros rostros y vemos a Alexis sentado en el asiento de atrás.
— ¿Qué haces aquí, mocoso? — le pregunta Dante a Alexis.
—Disculpe señor dinosaurio por invadir su hábitat — Alexis rueda los ojos, yo trato de no reírme del comentario de mi hermano.—Con el humor que Jayden provocó en mamá prefiero no estar en el radar —se encoge de hombros.
—Si vienes no estarás de parlanchín —Dante le advierte a mi hermano.
—El único parlanchín aquí eres tú, no se como Jayden aún puede soportarte. —reprimo una sonrisa y observo como Dante se acomoda a mi lado rodando los ojos.
Enciendo el auto y comienzo a conducir hacia Ashford ya que al parecer estos dos se auto-invitaron a acompañarme.
—Te la das de graciosito —Dante comenta en tono burlón
—Podría apostar que eres más inmaduro que yo — Alexis se inclina hacia delante quedando en medio de nosotros —no le haces honor a tus casi treinta años.
Dante entrecierra los ojos hacia mi hermano —No estoy ni cerca de los treinta años —dice casi indignado — incluso me veo más joven que tú con tus dulce quince.
Me rio de los dos, un momento normal de mi rutina diaria junto a ellos; enciendo la radio cesando un poco su efusiva conversación. Disfruto del camino, en estas épocas las lluvias son muy recurrentes ya que avisan con tiempo que las nevadas vienen en camino, Dante me comentaba algo sobre la selección de Futbol cuando el grito de Alexis nos saca de sí.
— ¡Detén el auto!
— ¿Qué demonios...? —me calló cuando dirijo mi vista hacia donde él se encuentra mirando. Detengo el auto y bajamos a toda velocidad de el.
Soy el primero en llegar a ella y tomo su pulso enseguida, sigue respirando, siento que algo empieza a apretarse en mi pecho, Dante llegaa mí y le pido que me ayude a levantarla. Esta sucia, llena de barro y tiene marcas en sus brazos, la ponemos en el asiento trasero junto Alexis.
Nadie dice nada en el camino y puedo sentir como ellos están igual de tensos.
— ¿Crees que a ella...? —Alexis habla pero se corta a sí mismo.
—No lo sé —mi mente trata de procesar la situación y porqué encontrarla ahí en ese estado. Nada tiene sentido.
—Considero que lo mejor sería llevarla a tu casa —coincido con Dante, lo más sensato sería llevarla a casa con su padre y hermanos, pero no me dejaría tranquilo quedarme sin saber que le sucedió.
Puede que suene egoísta pero así lo quiero.
Ya que mis padres se quedaron en Oxford solo estamos nosotros y el personal de limpieza. La llevamos a la habitación de visitas y le pido a la ama de llaves que la atienda, no sé si tenga alguna herida. Ellos finalizan y me quedo con ella en la habitación, me siento frente a la cama en la que se encuentra inconsciente.
La observo detenidamente, miles de preguntas cruzan por mi mente al mirar sus facciones, su rostro refleja calma mas yo se que su mente está en medio de una tormenta.
Las horas pasan y ella aún sigue ahí, no me he parado de aquí, me he quedado observándola, esperando que despierte o diga algo pero no ha pasado nada. Al cabo de unos minutos Dante y Alexis entra en la habitación y se ponen detrás de mí.
Escucho como se queja, dirijo mi vista hacia ella y veo como se empieza a mover con dificultad
—Está despertando — comenta Dante.
Parece pérdida y confundida, barre la habitación con su mirada y miedo se refleja en su rostro, parece calmarse cuando nuestras miradas se cruzan.
—Yo... ¿Qué hago aquí? — dice en un tono casi inaudible y me acerco hacia ella con cuidado ya que no quiero incomodarla.
—Blair, ¿Cómo te encuentras? ¿Estás bien? ¿Te duele algo? — pregunto y trato de inspeccionar su rostro, se ve cansada. Ella asiente y desvía su mirada hacia los chicos que están detrás.
—Aún no me han dicho que hago aquí — dirijo la vista hacia atrás, no sé bien cómo explicarlo ya que ni yo entiendo lo que le ha pasado.
—Nosotros...— me aclaro la garganta — nosotros te encontramos a orillas de la carretera, fuera del bosque. Íbamos los tres en el auto retornando de Oxford cuando Alexis te vio por la ventana.
La declaración le cae como agua fría debido a que se encuentra más pérdida que cuando despertó, no quiero hacerme teorías en mi mente, prefiero esperar a que por voluntad ella me cuente lo que pasó.
Después de unos minutos salimos de la habitación para darle espacio a su mente y pueda recordar lo sucedido.
Llegamos al salón y los chicos se sientan delante de mí, ninguno se ha animado a decir nada y no creo que lo hagan, ellos saben cosas y por lo que ha pasado sé que todos estamos de acuerdo en lo mismo.
Me levanto de mi asiento y empiezo a caminar alrededor de ellos, mi mente trabaja al mil, tengo una batalla dentro de mí sin saber a qué lado hacerle caso, ahora mismo creo que cualquier escenario es posible y no quiero involucrar sentimientos en esto.
Sé que Blair y yo no somos los más cercanos o que el motivo por el que quiero estar a su lado no sea el más sano, pero debo admitir que en estas semanas le he tomado cariño y eso puede ser peligroso si no mido a tiempo las cosas.
Además de que cualquier persona en su sano juicio se preocuparía al ver a otra en ese estado.
Puedo sentir la intensa mirada de Dante sobre mí, el sabe la batalla interna que llevo y hacia qué lugar quieren ir mis pensamientos; lo conozco y sé que no me dirá nada, por lo menos no ahora.
Las horas pasan y la incomodidad ya no la aguanto más, Alexis se fue a dormir y Dante salió al patio, aprovecho y subo las escalares en dirección a la habitación donde se encuentra Blair. Al abrir la puerta todo está oscuro, ella está tapada de pies a cabeza con una manta, me acerco y me siento en la esquina de la cama, su vista se encuentra perdida en algún punto de la pared, en un impulso siento la necesidad de tocarla y tomo sus pies dando suaves caricias en él, no me gusta como ella esta, como se ve... tan vacía.
— ¿Cómo te encuentras? —Trato de romper el hielo sin obtener resultados — ¿Quieres charlar sobre lo que pasó? —No obtengo respuesta de ella y eso me inquieta — Blair... dime algo por favor.
—Soy una horrible persona —su voz sale ronca. Estuvo llorando. — No deberías dirigirle ni siquiera la mirada a alguien como yo... soy un mounstro, ni siquiera puedo controlarme a mi misma —podría verla de cualquier forma menos como un mounstro.
Sus mejillas están levemente sonrojadas debido al llanto y ese impulso de tocarla llega nuevamente a mí, empiezo a creer que mi cuerpo tiene vida propia.
—No eres un mounstro ni una persona horrible —mi mirada se pierde en sus ojos y me doy cuenta de que nunca había visto esa mezcla rara de café y azul que tienen sus ojos.
—No sabes lo que he hecho —su voz es casi imperceptible.
—Estoy seguro que cualquier cosa que hayas hecho no es tu culpa, por lo tanto no te convierte en un mounstro.
Me dirige una mirada intensa y siento como mi pecho se aprieta por falta de aire, he descubierto que esta chica tiene el don de dejarme sin aire con tan solo una mirada.
—Deberías dejar de mirarme así, cerebrito —me paro para intentar calmar el ritmo de mi respiración.
— ¿Cerebrito?
—Pareces uno cuando no entiendes algo— le guiño un ojo y me percato de que se movió, cosa que hizo que la manta que la cubría se corriera y quedara cubierta solo por la toalla — oye no quiero molestar pero ¿Por qué no llevas ropa?
La observo detenidamente de arriba hacia abajo.
—Deja de mirar, pecas —arqueo una ceja — ¿O prefieres Jay-Jay? —me niego a esa opción, maldigo el momento que Dante se le ocurrió llamarme así delante de ella.
La invito a quedarse un tiempo en casa ya que quizás necesite tiempo para recuperarse, ella acepta y yo me marcho de la habitación para que ella pueda vestirse y descansar, miro la hora y me fijo en que ya es tarde, me dirijo hacia mi habitación para descansar ya que mañana me espera otro día.
....
Me encuentro sentado en la terraza mirando como cae la lluvia, siempre me ha gustado reflexionar y pensar el por qué de las cosas, alguien se sienta a mi lado y no tengo que mirar para saber quién es, solo ella vendría a mirar el cielo conmigo.
—Creo que el día esta igual que yo, triste —dice Blair tomando asiento a mi lado.
— ¿Por qué crees que el día esta triste? —pregunto admirando la lluvia.
—Es obvio, mira toda el agua que está cayendo y lo gris que esta el cielo.
—No creo que eso solo represente tristeza —la miro —el agua limpia, se lleva todo lo malo y el gris... es un color neutro puedes dibujar o añadirle cualquier cosa o color y le quedará bien.
Ella entrecierra los ojos hacia mi —Mal momento para venir de sabio —sonrío ligeramente, el silencio reina y veo como ella se debate en decir algo.
— ¿Puedo decirte algo, en confianza? —Asiento con la mirada fija en ella, Blair en un acto de nerviosismo empieza a jugar con sus dedos — yo... —se aclara la garganta — yo creo... —se detiene y niega lentamente — creo que asesiné a una persona — me mira directo, sus ojos se llenan de lágrimas.
— ¿Por qué crees eso? —pregunto algo atónito por su declaración.
—Jayden, hay cosas que no sabes de mi —toma un respiro profundo— cuando mi madre murió hace cinco años en aquel accidente yo quedé con algunas secuelas de lo que sucedió. —se toma un momento pensado si es debido continuar—Años después del accidente me diagnosticaron un raro tipo de amnesia y aunque tomo medicamentos muchas veces no está siempre en control... esto ocasiona que yo tenga un tipo de sonambulismo y alucinaciones —se detiene y cierra los ojos. Respira y vuelve a abrirlos—que me hacen hacer cosas que normalmente yo no haría, hay veces que despierto y casi no recuerdo nada, pero el ultimo episodio fue fuerte y diferente.
—Trastornos disociativos —digo para mí mismo pero al parecer ella logra escuchar ya que asiente levemente. —Cuando te encontramos fuera del bosque — deduzco por el cúmulo de información que esta soltando.
—Sí. Y recordé —la voz se le corta —no sé porque pero lo hice y siento que no podré con lo que vi —lágrimas caen por su rostro y me acerco a ella para tomarla de las manos, ella pasa la mirada de nuestras manos unidas a mi rostro— no es lo mismo escuchar lo que hizo otra persona a ver como tú mismo acabas con la vida de alguien.
La abrazo y corresponde al gesto, siento su desesperación y el pecho se me hunde al pensar lo que ella esta sintiendo, no tengo manera de culparla ya que ella me ha dejado muy claro, ha sido víctima de su circunstancia, es más que evidente como le pesa el cargar con algo que arrastra. Los puntos en mi cabeza se van resolviendo y todo va cayendo en su lugar. Eso que me nublaba la mente ahora se aclara.
—Blair, yo quisiera...
—No tienes que decirme nada, con que estés aquí es más que suficiente para mí. Ahora no necesito palabras de consuelo, solo necesito que alguien esté aquí y no se vaya.
Me despego un poco para mirarla a la cara
— No pienso irme a ninguna parte.
Sus ojos vuelven a llenarse de lágrimas y me abraza más fuerte que antes, diría que me incomoda pero no es así, me agrada la idea de que ella sepa que me quedaré aquí, justo a su lado.
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