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Salieron juntos de la cafetería, caminando lado a lado por las calles de la ciudad tomados de la mano, sabiendo que no había vuelta atrás. Pero en ese momento, ninguno de los dos quería retroceder.

Ambos comenzaron a pasar más tiempo junto fuera del teatro. Las largas caminatas por la ciudad se convirtieron en cenas íntimas, y las conversaciones profundas que antes solo ocurrían en los rincones oscuros del teatro se trasladaron a los rincones acogedores de pequeños cafés. Jungkook sentía que, con cada día que pasaba, su conexión con Namjoon se profundizaba. La chispa inicial se transformó en algo más, algo que no se atrevía a nombrar, pero que se sentía increíblemente real.

Una noche, después de una cena tranquila en un restaurante apartado, Namjoon tomó la mano de Jungkook mientras caminaban por la calle desierta. La brisa fresca de la noche de verano los envolvía, pero la calidez entre ellos era suficiente para mantenerlos cerca.

—¿Sabes? —Comenzó Namjoon, apretando la mano de Jungkook— Nunca había conocido a alguien como tú.

Jungkook lo miró, notando la sinceridad en sus ojos.

—¿En serio? —preguntó Jungkook, sonriendo—. Porque yo podría decir lo mismo de ti.

—Es cierto —deteniéndose para mirarlo directamente—. Me haces sentir cosas que no había sentido en mucho tiempo... o tal vez nunca. Hay algo en ti, que me hace querer ser mejor, querer ser... más de lo que he sido.

Jungkook sintió que su corazón se aceleraba ante las palabras de Namjoon. Podía sentir la intensidad de lo que estaba surgiendo entre ellos, y por primera vez en años, se permitió soñar con la posibilidad de un futuro juntos.

—Tú también me haces sentir algo especial en mi pecho además de que solo pienso en ti, Namjoon — su voz suave pero firme—. No sé hacia dónde va esto, pero sé que no quiero que termine.

Namjoon lo miró, y en sus ojos había una mezcla de emoción y temor.

—No quiero que termine tampoco —dijo Kim, antes de inclinarse y besar a Jungkook con amor.

Fueron a un bonito restaurante de un hotel, pidieron sus platillos y Namjoon pidió demás una botella de su mejor vino y una bonita habitación con vista a la ciudad donde se hospedarían.

Luego de cenar, tomaron el elevador y ahí se veían con ojos de amor e ilusión hasta que llegaron a la habitación reservada y en el momento en que la puerta se cerró fue que la pasión se encendió, Namjoon agarro a Jungkook de los muslos cargándolo mientras besaba sus labios con ferviente pasión, el ambiente se sentía un poco subida la temperatura o tal vez solo eran ellos 2 excitados con emoción por ese momento, sus labios se movían con un delicioso movimiento sincronizado de labios con lengua intercambiando saliva, el aire les comenzó a fallar asi que se separaron un momento y se veían a la cara tratando de recuperar aire .

Namjooon dejo a Jungkook en la cama y comenzó a desvestirse hasta quedar en ropa interior, observaba sentado Jungkook quitarse de una manera sensual su ropa hasta quedar desnudo apreciando su piel pálida, delicadas piernas y gorditos muslos que se le antojaban marcar.

-listo mi ángel? Si no quieres continuar podrías decirme no te forzare a nada

-quiero hacerlo SR. Kim así que no te detengas

-llámame por mi nombre porque será lo único que dirás toda la noche

Namjoon lo acomodo boca abajo con una almohada bajo Jungkook en su cintura donde se alzaba su trasero, tomo un botecito de lubricante, hecho un poco en sus dedos para prepararlo, comenzó a dejar un rastro de besos en su espalda mientras le susurraba cosas excitantes en su oreja mordisqueando su lóbulo. Adentro lentamente sus dedos en su entrada moviéndolos de manera lenta.

-aahh nammie- gemía despacito apretando un poco las sabanas

-descuida cariño te hare sentir más especial porque eres mi ángel- movía mas rápido sus dedos hasta que noto que casi Jungkook estaba llegando a su orgasmo así que los saco para acomodarlo bien

Saco su miembro de su ropa interior, Jungkook al ver su miembro sus ojos se expandieron de la sorpresa y excitación, Namjoon comenzó a ingresar de manera lenta escuchaba a Jungkook gemir fuerte hasta que entro por completo, era apretado como el paraíso mismo se sentía en el mismo cielo así que comienza a embestir con un ritmo lento, veía la cara de su amado sonrojada con los ojos cerrados, beso su frente.

-te amo tanto eres un tesoro ahh si te adorare tanto como lo mereces

-ahh nammie te amo mucho- lo abrazaba con amor mientras Namjoon arremetía con su punto G

-mi ángel solo mío ahh mhhg

Ambos sentían que su cuerpo explotaría en cualquier momento, por esa razón Jungkook se acomodo encima de Namjoon tomando impulso para comenzar a brincar en su miembro dando sentones extasiado acercando su rostro para besar a su amado nuevamente amortiguando sus gemidos, Namjoon le gustaba como su conejiito brincaba sobre el así que apretaba sus muslos con excitación dejando remarcada sus manos en esos manjares lechosos que le gustaba por eso le daba algunos apretones y dejaba chupetones en su cuello, Jungkook se sostenía del pecho de Nam manteniendo el ritmo a sus saltos hasta que comenzó a cansarse y Nam al notar ese detallito lo tomo de la cintura comenzando a tomar impulso y comenzar a embestir a Jungkook mas rápido y esos gemidos eran música para sus oídos que mantuvo su ritmo viendo que su corrida ya estaba cerca pero su amado todavía no llegaba a tenerlo por eso lo recostó subiendo sus piernas en sus hombros, tomo el miembro de Jungkook para comenzar a masturbarlo y moverse más rápido hasta que ambos llegan a su orgasmo y sudorosos como cansados se acomodaron para descansar ya que la noche seria larga y excitante.

Al día siguiente al salir juntos del lugar fue que la bomba comenzó a detonarse.

Con el tiempo, su relación se volvió más intensa. Namjoon a menudo se quedaba con Jungkook después de los ensayos, a veces hasta el amanecer, hablando, riendo, y explorando el vínculo que había surgido entre ellos. Para Jungkook, esos momentos eran perfectos. Nunca se había sentido tan conectado con alguien, tan completamente entendido y aceptado. Sentía que finalmente había encontrado lo que había estado buscando toda su vida.

Una noche, después de hacer el amor en la cama de Jungkook, se quedaron acostados, sus cuerpos entrelazados en una intimidad que iba más allá de lo físico. Namjoon jugueteaba con el cabello de Jungkook, mientras éste descansaba su cabeza sobre el pecho de Andrés, escuchando el ritmo constante de su corazón.

—Esto se siente... bien —murmuró Jungkook, con los ojos cerrados—. Más de lo que imaginé que podría sentir.

Namjoon se quedó en silencio por un momento, y Jungkook sintió una tensión en su cuerpo que no había estado allí antes.

—Hay algo que necesito decirte, mi ángel—dijo Namjoon finalmente, su voz apenas un susurro.

Jungkook levantó la cabeza, notando la seriedad en el rostro de Namjoon.

—¿Qué sucede? —preguntó, su corazón comenzando a latir más rápido.

—Es sobre mí... y mi vida —hizo una pausa, luchando por encontrar las palabras—. No he sido completamente honesto contigo.

El estómago de Jungkook se retorció. Algo en el tono de Namjoon lo llenó de una inquietud que no pudo ignorar.

—¿Qué es lo que no me has dicho? —preguntó, sintiendo cómo una sombra se cernía sobre ellos.

Antes de que Namjoon pudiera responder, la puerta del apartamento se abrió de golpe, y una figura apareció en el umbral. Jungkook apenas tuvo tiempo de girarse cuando escuchó una voz que le heló la sangre.

—¿Qué diablos está pasando aquí?

Una mujer, con el rostro pálido y la mirada llena de furia, estaba parada en la puerta. Sus ojos pasaron rápidamente de Namjoon a Jungkook, y luego de vuelta a Jungkook, mientras la comprensión se asentaba en sus facciones.

—Miyeon... —murmuró Namjoon, levantándose de la cama, completamente desnudo, pero con la expresión de alguien atrapado en medio de un desastre.

Jungkook sintió que el suelo se desmoronaba bajo sus pies. Todo su cuerpo se tensó mientras miraba a la mujer, incapaz de procesar lo que estaba sucediendo.

—¿Quién es ella? —preguntó Jungkook, su voz quebrándose mientras se levantaba, tratando de encontrar algo de ropa para cubrirse.

Namjoon iba a contestar aunque sentía ese nudo que le impedía decir aunque sea una sola palabra hasta que Miyeon hablo.

—Soy su esposa —espetó Miyeon, sus ojos ardiendo de rabia mientras miraba al chico desnudo en la cama—. Y tú, ¿quién demonios eres? ¿El amante?

Las palabras golpearon a Jungkook como un puñetazo en el estómago. Sintió que la habitación comenzaba a girar mientras las piezas encajaban en su mente. Namjoon estaba casado. Durante todo este tiempo, había estado involucrado con un hombre casado, y ni siquiera lo había sabido.

—Yo... yo no sabía... —tartamudeó, dando un paso atrás, sintiendo cómo la vergüenza y el dolor se apoderaban de él.

—¡Por supuesto que no sabías! —gritó con sarcasmo, avanzando hacia él—. Porque eres un estúpido chiquillo que no le importa meterse con hombres casados de seguro eres un casarecompenzas que solo busca dinero ya que se nota que eres una zorra busca atención que no se tiene respeto ni a relaciones ajenas.

Le pego a Jungkook una cachetada que resonó en la habitación, sus ojos llenos de lágrimas los cerro, esperando a la segunda cachetada u otro golpe pero nunca llego ya que al abrirlos observo a Namjoon sosteniéndola impidiendo que lo golpee.

—¡ya basta! —intervino, sujetando a su esposa por los brazos, tratando de calmarla—. Esto no es lo que piensas. Te lo puedo explicar.

—¿Qué me vas a explicar? —Miyeon se liberó de su agarre, su voz llena de amargura—. ¿Cómo me traicionaste? ¿Cómo has estado viviendo una doble vida mientras yo pensaba que nuestro matrimonio aún tenía una oportunidad?

Namjoon trató de acercarse a ella, pero Miyeon retrocedió, su rostro descompuesto por la ira y el dolor.

Jungkook se quedó en el lugar, sin saber qué hacer, sintiendo cómo el peso de la verdad lo aplastaba. Todo lo que había sentido por Namjoon, todo el amor que creía que estaba construyendo, ahora se sentía como una mentira. Su corazón estaba roto, pero al mismo tiempo, no podía dejar de amarlo, a pesar de todo.

—Kookie... —dijo Namjoon, volviéndose hacia él, su voz llena de desesperación—. Lo siento. Debería habértelo dicho. Nunca quise que te enteraras de esta manera

—¿Por qué no me lo dijiste? —preguntó Jungkook, su voz temblando—. ¿Por qué me hiciste creer que solo me amabas a mí?

Namjoon bajó la cabeza, incapaz de sostener la mirada de Jungkook.

—No quería perderte —dijo finalmente—. No quería que te alejaras de mí. Me enamoré de ti. Pero estaba atrapado en algo que no sabía cómo manejar lo.

Las palabras de Namjoon fueron como un cuchillo en el corazón de Jungkook. Podía ver que Namjoon estaba siendo sincero, pero eso no hacía que doliera menos.

—Yo también me enamoré de ti —respondió, su voz apenas un susurro—. Pero esto... esto lo cambia todo.

Miyeon, que había estado observando en silencio, soltó una amarga carcajada.

—¿En serio pensabas que podrías mantener esto en secreto para siempre? —Dijo con desprecio—. ¿Pensabas que no lo descubriría? Qué patético.

Namjoon intentó hablar, pero las palabras se le atragantaron en la garganta. En ese momento, todo lo que había construido con Jungkook parecía desmoronarse, y no tenía idea de cómo arreglarlo.

Jungkook, sintiendo que no podía soportar estar en esa habitación ni un segundo más, se comenzó a vestir, dio la vuelta y se dirigió a la puerta.

—Kookie, espera —imploró Namjoon, pero Jungkook no se detuvo.

Él lo miró a la cara, luchando por contener sus lágrimas.

—No sé si puedo seguir con esto, SR.Kim. No puedo ser una segunda opción en la vida de alguien. No quiero ser el amante.

Namjoon al escucharlo se arrodilló frente a él, buscando desesperadamente su mirada.

—Por favor, no me dejes —suplicó Namjoon —. No puedo soportar la idea de perderte. Estoy dispuesto a enfrentar lo que sea necesario para estar contigo.

Jungkook se quedó en silencio, el conflicto interno reflejado en su rostro. Sabía que lo que sentía por Namjoon era real, pero también sabía que estaba enredado en una situación dolorosa y complicada. No sabía si podría continuar con una relación que había comenzado con mentiras y secretos.

—Necesito tiempo para pensar —dijo finalmente, poniéndose de pie—. No puedo tomar una decisión ahora mismo.

Namjoon asintió, con una expresión de desesperación y tristeza.

—Lo entiendo. Tómate el tiempo que necesites. Solo... por favor, no te vayas para siempre.

Jungkook se dirigió hacia la puerta, sintiendo el peso de la situación sobre sus hombros. Mientras salía del apartamento, no podía evitar sentirse como si estuviera atrapado entre dos mundos, uno lleno de amor y otro de traición. Caminó por las calles de la ciudad, su mente abrumada por la confusión y el dolor.

Sabía que amaba a Namjoon, pero también sabía que la confianza había sido rota. La pregunta de si podrían superar esto, si su amor podría sobrevivir a la traición y la mentira, era algo que solo el tiempo podría responder. Pero en ese momento, solo sabía que necesitaba espacio para entender lo que realmente significaba para él.

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