★Ecos de lo que fue★
" Y me doy cuenta en este lugar, que los muros no son los que nos atan, sino los pensamientos que no podemos detener."
La luz tenue que entraba por la ventana marcaba mi segundo día en este lugar. Me desperté temprano, aunque no estoy seguro si dormí realmente o si solo cerré los ojos y dejé que el tiempo pasara.
Me senté en la cama, observando el cuarto. Jimin todavía dormía en la cama de al lado. Su cabello rosado estaba desordenado, y su respiración era tranquila, casi imperceptible. Me senté lentamente, intentando no hacer ruido. Mientras mis pies tocaban el suelo frío, mi mente se llenó de recuerdos.
Desperté lentamente, el sol entrando tímidamente a través de la ventana. Él estaba allí, como siempre, a mi lado. No hacía falta mirar el reloj para saber que habíamos pasado horas en la cama, simplemente envueltos el uno al otro. No decía nada, y yo tampoco. Solo el sonido de nuestras respiraciones llenaba el silencio, pero eso no incomodaba. Había algo tan perfecto en esos momentos, algo que ni siquiera entendíamos pero que sentíamos con tanta intensidad.
"¿Sabes?" dijo él, su voz aún somnolienta, "creo que podríamos quedarnos así para siempre."
Su voz estaba llena de calma, de una seguridad que rara vez escuchaba. Me giré un poco hacia él, y al mirarme, sus ojos brillaron con esa ternura que nunca le había visto a nadie más. Me sorprendió lo fácil que era estar en ese momento, sin hacer preguntas, sin buscar respuestas. Todo estaba bien, todo tenía sentido.
"¿Para siempre?" pregunté, sonriendo ligeramente, sin siquiera pensar en lo que eso significaba. Pero él simplemente asintió con una ligera sonrisa, como si todo fuera tan simple.
"Sí, para siempre. Sin prisa. Sin miedo."
-¿Qué hice mal?- susurré para mí mismo, como si alguna respuesta pudiera devolverme el tiempo.
Recordé cómo solía mirarme cuando creía que no lo notaba, con una ternura que ahora parecía una ilusión cruel. En esos días, nunca imaginé que acabaría aquí, roto, tratando de entender qué había salido mal.
—¿Listo para enfrentar otro día? —preguntó Jimin con una sonrisa somnolienta, sacándome de mis pensamientos.
Asentí sin decir nada, y juntos salimos de la habitación.
El comedor estaba lleno de voces y movimiento, pero todo se sentía lejano para mí. Me senté junto a Jimin, quien parecía decidido a hacerme sentir menos incómodo.
—¿Sabías que los jueves sirven algo que parece ser pollo? —comentó, señalando su bandeja con una mueca divertida.
No pude evitar soltar una pequeña risa. Fue la primera en días, y él lo notó.
En el horario de hoy toca el ejercicio de arte grupal. Todos estamos en una sala, sentados en mesas con hojas en blanco y lápices de colores. "Pueden dibujar lo que sientan", dice la terapeuta con una voz suave, casi como si estuviera pidiendo que compartiéramos algo que no se puede ver en palabras. Pero yo no siento nada. Solo una desconexión que me pesa en el pecho. Mi mano se mueve mecánicamente, el lápiz acariciando el papel sin rumbo.
De repente, sin pensarlo, algo comienza a tomar forma. Un rostro, un contorno, algo familiar. Mi pulso se acelera, y no puedo detenerlo. Mi mente se transporta a otro lugar, a un momento que había olvidado en la rutina del hospital, un momento en el que no me sentía perdido, un momento en el que me sentía parte de algo, de alguien.
Es él. Son sus ojos, su sonrisa. Puedo ver su rostro con claridad, tan real como si estuviera frente a mí, pero esa ilusión desaparece casi al instante, me pierdo en mis pensamientos, hasta que la campana que anuncia el final de la terapia suena.
a pasos lentos salgo del aula junto con Jimin que también está en silencio, tal vez quiere respetar mi momento o tal vez está tan sumido en sus pensamientos como yo.
caminamos hasta llegar al patio donde hay varios estudiantes sentados en el pasto, recibiendo el sol, me siento en un banco, mirando las flores de Hibisco, sus pétalos vibrando suavemente con la brisa. El sol me toca la piel, pero no lo siento. Es como si estuviera mirando el mundo desde una distancia insalvable, como si todo a mi alrededor fuera una pintura que no puedo tocar. Las personas a mi alrededor conversan y se ríen, pero yo estoy aquí, atrapado en una burbuja que me separa de todo lo que sucede.
Jimin se queda unos pasos atrás, dándome espacio.
Cierro los ojos por un momento, dejando que la brisa fría me golpee en la cara. Quiero sentir algo, quiero estar presente, pero todo se me escapa. Pienso en cómo todo parecía tan fácil antes. Cómo las mañanas entrelazado con él parecían infinitas, como si el tiempo no tuviera prisa. Ahora, todo lo que me queda es el eco de lo que fue, y el dolor de saber que ya no hay vuelta atrás. Las imágenes de su sonrisa, de sus ojos, se desvanecen como si nunca hubieran sido reales, como si mi mente las hubiera inventado para tener algo a lo que aferrarme. Pero ya no está. Ya no está, y me pregunto si alguna vez estuvo.
A veces me siento como si estuviera buscando respuestas donde no las hay, como si la solución a mi desconexión pudiera encontrarse en algo que aún no he descubierto. Pero cada vez que lo intento, me pierdo más, y el vacío dentro de mí se hace más grande.
-¿Estás bien?- La voz de Jimin me saca de mis pensamientos. No me había dado cuenta de que se había acercado.
Lo miro sin poder responder, y en su rostro veo algo que no logro entender completamente. ¿Es preocupación? ¿Compasión? No lo sé. Pero me duele más que cualquier palabra que pudiera decirme.
"Solo... Necesito estar aquí un rato", le digo, sin ganas de explicar nada más. Él asiente, con esa mirada que siempre tiene, como si supiera exactamente lo que necesito, aunque no lo diga.
Mis pensamientos vuelan a otro lugar donde las dudas de que pudo haberle pasado a Jimin retumban en mi mente, él se encuentra sentado al lado mio mirando mas alla del jardin, su mirada también está perdida, luego su mirada pasa a algún lugar el edificio, su mirada brilla y me pregunto que pudo haber visto, cuando se da cuenta que lo estoy observado, me sonríe brevemente.
- Debo irme- mira alrededor- podrás estar solo?
Yo solo asiento y el a pasos lentos desaparece de mi campo de visión, pasados unos minutos donde solo puedo pensar, me levanto del banco y caminó hasta la habitación
Al entrar a la habitación, el aire pesado parece darme la bienvenida. Miro a mi alrededor, el lugar vacío, pienso en decorar mi lado de la habitación para que el lugar se sienta menos frío y desolado como se siente mi corazón, me dejo caer sobre la cama, mirando el techo sin realmente verlo. Y en ese instante, mientras el sol comienza a esconderse detrás de las nubes, me doy cuenta de que, por más que lo intente, no puedo escapar de mis recuerdos, no aún cuando todo está tan fresco en mi memoria.
Mis ojos se cierran, y por un momento, siento que todo está oscuro. Pero justo cuando la sombra parecía envolverme por completo, un pensamiento atraviesa mi mente con una claridad dolorosa: Tal vez, solo tal vez, si sigo adelante, tal vez pueda encontrar una salida.
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Si, dos actualizaciones en un dia, es todo lo que tengo...
Esta mas corto pero igual lo hice con mucho amor.
Los amo, denle a la estrellita, comenten, y compartan o recomiendad esta historia.
★KimJeon★
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