Si alguien preguntara por Elentari, ellos te dirían que era una Reina increíblemente fuerte, que era capaz de aceptar el monstruo que fue su ex esposo poco despues de dar a luz, y aun se quedó para proteger a su hijo, sin sentir ni una pisca de dolor por su traición.

Elentari por esta razón, se dio cuenta que Hope Kingdom , por mucho que diga tener esperanza, realmente no era un lugar al que uno podría vivir estando vivo.

Es cierto que, gracias a su entrenamiento proporcionado por su padre y su hermano, ella era capaz de aceptar la realidad de las cosas más rápido que la mayoría.

Eso no significaba que no doliera.

Le dio profundamente que la persona de la que creyó enamorarse no era más que una mentira. Que el amor de años que tuvo, no fue más que una manipulación del ex rey para que tuviera una esposa que lo escuchara sin rechistar.

Era doloroso no poder salir del castillo para no ver su podrida cara nunca más, y dejar que su corazón dolorido descansara de sufrir al recordar la traición y ver los verdaderos colores de quien antes llamaba su esposo.

Pero no podía dejar a Kanata solo con él. Ella no podía y se negó a hacerlo.

Sabía que, si intentaba irse, Feanor usaría su status para evitar que ella se llevara a Kanata y ella prefería no pensar en lo que ese bastardo hubiera hecho si no hubiera aguantado la tentación de querer irse.

Porque no faltaron sus "dichos en voz alta" sobre que ella era libre de irse cuando quisiera, así no tendría que volver a verlo nunca más y dejar que su corazón sea libre de ir y encontrar a su verdadero amor como deseaba.

Pero él nunca dijo nada sobre Kanata, y ella había notado eso desde la primera vez que dijo algo así.

El intento hacer que se fuera "amablemente" por muchos meses, hasta que se dio cuenta de que ella no lo haría, y paro por algunos años.

Y luego, el maldito condenado hijo del demonio, la forzó a tener otro hijo con ella.

Aún no está segura si lo hizo solo para verla sufrir y que tuviera más razones para irse del castillo o porqué de verdad quería intentar tener otro hijo y ver si nacía con magia esta vez.

De todas formas, cuando Towa nació. El desgraciado tuvo más razones para actuar amigable y amable.

Claro que sin dejar que su primer hijo se acercara a su preciosa hija llena de magia.

Elentari sabía que Feanor ahora que ya tenía a su heredera sin magia, se lo restregaría en la cara de Kanata para hacerlo más miserable de lo que ya lo era.

¿Como se supone que un niño debe sentirse, cuando hace todo lo posible para ganar el amor de su padre para que este solo busque razones para que se vaya de su vida, hasta el punto de dejarle en claro que solo ama a su hermana menor por tener algo que él no tiene y que él no tenia de ninguna manera el control de eso?

Elentari no sabía cuál era el nervio de Feanor con hacer su sufrir a su hijo, pero lo hacía demasiado.

Ella perdió la cuenta de cuántas veces tuvo que morderse la mano para evitar matarlo.

Ella sabía que Feanor quería que Kanata se matara a si mismo, así el ya no sería responsable de él, pero también sabía que si Kanata se suicidaba dejaría una mala huella en la Familia Real por lo que Feanor no podía permitirse tenerlo muerto.

Y todo mientras le daba abrazos y mimos sin fin a Towa.

Elentari siempre se dio cuenta que, a diferencia de lo que Towa creía. Kanata era la sombra de Towa. Siempre lo había sido.

Towa nunca fue tan observadora para darse cuenta de la realidad de su propia familia. En parte era por culpa de todos ellos, nadie quería que Towa se enterara de lo que realmente sentía su familia para todo. Ni siquiera Elentari o Kanata querían decirle la realidad, incluso si eso podría salvarlos del tormento de Rey en ese entonces.

Towa realmente era un rayo de esperanza para ellos, un rayo de esperanza de la ignorancia y la ilusión.

Towa no sabía nada de la realidad, por lo que ella podía sonreír con fuerza genuina y decir que su familia tenía un vinculo fuerte y un amor sin igual, por lo que cuando estaban con ella, no sabían nada.

No sabían nada de los verdaderos colores del rey. No sabían nada de la navaja que Kanata tenía escondida en un cajón de su habitación. No sabían nada del por qué Elentari se dormía lo más alejada posible de Feanor en su cama de matrimonio. No sabían nada del porque sus corazones sufrían cada vez que deseaban irse de ese infernal castillo luminoso lo más alejado posible y nunca regresar.

Porque Towa era la Princesa, y las Princesas eran los corazones de un Reino. Por lo que, si Towa estaba feliz, eso significaba que su reino era feliz, ¿Verdad?

Elentari se preguntó si hubiera sido mejor ser honesta desde el principio.

Tal vez, si le hubiera dicho a Towa la verdad cuando tuvo la edad suficiente para comprender, incluso si aún era una niña en ese entonces. Tal vez, Towa no se habría visto tan necesitada por la aprobación de su padre y su pueblo. Towa no habría perdido su voluntad para sí misma y querer convertirse en una Grand Princess, a pesar de que ella era una princesa nacida, por los cuentos y delirios que Feanor le contaba y le prometía.

Tal vez Towa hubiera sabido que tenía que trabajar para lograr su sueño, sin dejar que nadie lo hiciera por ella. Y así, ella no habría entrado al Bosque de la Desesperanza por las mentiras de Dyspear sobre cumplir su sueño.

Elentari sabía sin lugar a dudas que eran el Reino de la Esperanza.

El Reina de la Esperanza Falsa.

La esperanza que solo está ahí para fingir estar bien, la esperanza que sirve para decorar las palabras de gloria, la esperanza que cuando se enfrenta a la realidad muere rápidamente al intentar luchar al no tener fuerza real.

Definitivamente, les quedaba el nombre.

Ella sabía que no podía retroceder el pasado, y si lo hacía, corría el riesgo de no ser lo que esperaba o incluso un resultado peor.

La magia el tiempo era una perra, por algo estaba prohibido usarla.

Con todo, ella ahora más que nunca se daba cuenta porque las llaves estaban tan furiosas por usar y sobre explotar la leyenda de las Precure, que no se suponía que debiera suceder.

Ponían los hechos en una luz falsa, con cuentos de gloria y felicidad eternas. Fuerza invencible, y magia milagrosa que arreglaba todos los males. Y protegía a su reino de todos los peligros posibles.

Así como ella y su aparente fuerza ante la verdadera naturaleza de Feanor.

Ella quería matar a quien dijo esa estupidez de que no le dolió todo el engaño de Feanor, diablos.

Ella todos los días pensaba en una forma de escapar sin que Feanor se diera cuenta y pudiera llevar a Kanata y Towa con ella con seguridad. Solo para frustrarse cada vez que se daba cuenta que ninguna podría funcionar y/o causar su muerte o la de una de sus hijos, y quedarían solos para sufrir.

Ella sintió una horrible impotencia al ver el horrible trato de Feanor por su hijo y saber que no podía hacer nada para detenerlo, si no quería Feanor la matara y se fuera la única protección que su hijo tenía para con él.

Ella lloro cuando su hijo, a los diez años, tuvo suficiente de tanto abuso de parte de Feanor y su propia auto culpa por la desaparición de Towa, e intento suicidarse en su habitación. De no ser porque se dio cuenta que estaba actuando extraño ese día, a la mañana siguiente habría encontrado a su hijo en un charco de sangre que fluida de sus muñecas cortadas.

La frustración que sentía ante los engaños de Feanor con Towa y como no podía hacer nada por la misma amenaza con su primer hijo. Ella solo podía enterrar su frustración de querer agarrar a su hija y correr lo más lejos posible de ese desgraciado.

Elentari no sabe cuántas cerámicas o estatuas baratas consiguió para romper y liberar su ira reprimida en ellas para evitar explotar en cada fiesta o corte que tenía con Feanor.

Ella sufrió tanto y aun sufría tanto por todo lo que Feanor había hecho a lo largo de su vida. Y sabía que nunca se iría ese dolor.

Los héroes sufrían cuando luchaban, siempre lo hicieron, siempre lo harán, siempre lo harían.

Elentari entiende perfectamente porque el Precure está destinado a quedar en el olvido.

Si vas a poner leyendas de chicas legendarias con poderes asombrosos que ganan contra seres oscuros y siempre llevan la esperanza en sus corazones. Ignorando que solo eran chicas normales como todos, que hacían lo mejor posible para proteger a sus seres queridos y soportaban el dolor de ver una guerra y luchar en una, que a veces ni siquiera era de ellas. Y ni siquiera tendrías la decencia de poner el nombre de las guerreras que salvaron a todos en la leyenda.

Entonces sería mejor que no existiera esa leyenda en primer lugar.