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15 |No llores a los muertos, porque no sabrán como reaccionar a tanto afecto

En una gran habitación, con paredes blancas con detalles dorados, muebles perfectamente pulidos con decorados exquisitos, y grandes ventanas con cortinas de satén, atadas a los costados, iluminaban perfectamente toda la habitación. Un grupo de personas se encontraba rodeando a unos metros a una gran cama de dos plazas, en la que se recostaba una joven castaña rojiza con camisón blanco de seda y perfectamente tapada con las cobijas de la gran cama.

Sin embargo, escondido para nadie que no supiera, había una maquina intravenosa escondida entre la cama y la pared. En la que el tubo y la aguja en la mano de la joven estaba escondido con cuidado con un hechizo proporcionado por la Maestra real.

En medio de esa habitación lujosa, cualquiera que mirara la ropa de las personas, notaria que había algunas que destacaban más que otras.

En especial, a una mujer castaña con una bata blanca, que se encontraba entre el grupo de personas y la cama de la hermosa castaña que estaba aparentemente dormida.

- ¿Como se encuentra, Princess Haruka? ¿Ha mejorado? -la Reina pregunto preocupada a la mujer con bata blanca-

La mujer con bata blanca suspiro, y miro sin expresión alguna a la reina y a todas las personas reunidas en la gran habitación.

-Sus heridas ya se han cerrado en su mayor parte, milagrosamente, la cicatriz que debería haber tenido apenas y se notara, tengo que admitir que la gata sabía lo que estaba haciendo cuando me dijeron que ella la coció -la mujer miro a la gata en forma humana en el grupo, al lado de la reina-

La Maestra Real bajo un poco sus hombros, ningún comentario saliendo de su boca, su experiencia hablaba por ella.

-Pero si hablamos del estado de su coma, nuevamente, no sé cuándo despertara, que sus heridas estén comenzando a cerrarse no quiere decir que cambia el hecho de que perdió una cantidad asombrosa de sangre y sin mencionar el dolor que debió sufrir al ser travesada dos veces con una espada en distintos lugares -la mujer suspiro- Enserio, me sorprende que este viva, ¿Que tan terca es?

-Es la hija de mi Moe e Ibuki, no hay forma de que no terminara siendo terca -Stella sonrió con orgullo, ignorando completamente la mirada que le envió la pareja de esposos-

-Bueno -la mujer se encogió de hombros- Esto es todo lo que pude rescatar de la revisión de hoy, solo sigan enviando la intravenosa como les indique, y vendré nuevamente en dos semanas para ver su progreso -la mujer camino y agarro un maletín negro en una silla cerca de la cama-

-Muchas gracias otra vez por su ayuda -la reina dio una ligera reverencia a la doctora, seguida de sus hijos y las hadas-

-Realmente no deberían agradecerme a mí, agradézcanle a ella -la mujer apunto a Stella- Ella fue la que uso uno de sus favores que le debía para venir.

-Si si, ¿Puedes dejar de decirles eso? Además ¿No tienes otras cosas que hacer hoy? -Stella enarco una ceja a la mujer-

-Solo remarcando Stella, ya sabes, no me agradan los mundos mágicos, en especial los encantados -la mujer entrecerró los ojos hacia la familia real, que desvió los ojos sin poder tolerarlo- Me tienen harta con su arrogancia sin medida -Towa se encogió a si misma-

-Está bien, creo que fue demasiado recordatorio por hoy -Stella hizo gestos con sus manos para detener a la mujer- Deberías volver antes de que tus jefes en el hospital noten que no estas.

-Mhp -la mujer saco un anillo de detrás de ella y lo arrojo al aire, y antes de caer se agrando abriendo un portal- Vendré en dos semanas para revisar a la Grand Princess, nos vemos -con ese último recordatorio la mujer entro por el anillo y este desapareció-

Stella suspiro y se llevó una mano a la cabeza masajeando su sien. Siempre era lo mismo cuando la mujer venía a revisar a Haruka.

-Esa mujer nunca olvida su rencor ¿Verdad? -Moe le pregunto a la mujer rubia mirando el lugar donde estaba el anillo anteriormente-

-No. Y ella no es la única con rencor a mundos como este, créeme. Hay quienes reacción peor -Stella suspiro- Oye Elentari, ¿Estás bien?

La reina levanto la mirada y acaricio sus manos un momento. Su expresión era difícil de leer.

-...Estoy bien, solo...Necesito adaptarme a los nuevos conocimientos que me llegan.

-No eres la única, Madre -Towa murmuro por lo bajo-

-De cualquier forma -Ibuki suspiro- Parece que el estado de Haruka está mejorando, al menos un poco, y eso es bueno.

-Es verdad, Momoka se pondrá feliz cuando le digamos -Moe sonrió suavemente, pero luego cambio su expresión a una de disculpa hacia Elentari- Lo siento, Elentari, pero ya debemos irnos, no podemos dejar la tienda cerrada por mucho tiempo y tenemos que recoger a Momoka de la escuela.

-Entiendo, no se preocupen. Vengan cuando gusten -Elentari asintió con la cabeza en una pequeña reverencia-

-Sooo, lamento decir que yo también tengo que irme, mi manager se asustara si me demoro en llegar -Stella dijo con una expresión de disculpa para luego sonreír- ¡Y no te preocupes Kirara! ¡Tú puedes quedarte! ¡Me encargue de que a nadie se le ocurra molestarte hoy!

-Ni siquiera voy a preguntar -Kirara suspiro ante la locura de su madre- Que te vaya bien.

La pareja de esposos y la supermodelo se fueron, no sin antes despedir también a la joven princesa acostada en la cama con la promesa de que vendrían mañana como siempre.

Cuando los adultos de la Tierra se fueron, seguidos de la reina y la Maestra Real. Los jóvenes humanos y elfos junto con Pafu y Aroma fueron los únicos que quedaron en la habitación.

Solo se quedaron mirando la cama donde su más querida amiga estaba prostrada en un estado del que no se sabía si despertaría alguna vez.

Las heridas que el anterior rey le hizo a la Princesa de las Flores. Fue un milagro que pudieran llegar a tiempo para salvarle la vida.

La segunda herida que recibió de la espada, estuvo muy cerca de perforar su corazón, por lo tanto, su sistema nervioso reacciono gravemente a ese dolor, y la pérdida de sangre, junto con atravesarle el estómago...

De no ser por la Maestra Real, que, gracias a su gran edad y conocimientos pasados, sabia un tipo de cocido para las heridas como estas, que salvaron la vida de la Princesa de las Flores.

Lo que más llamo la atención a los doctores del ala médica, fue que no era nada mágico. Literalmente, solo era cocer la herida.

Teóricamente, usar magia hubiera podido salvar también a la Princesa de las Flores, pero nadie se sentía cómodo de usar magia para sanarla, incluso si fuera magia blanca. La "verdad" que descubrieron de cómo funcionaba la magia, hicieron temer a todos de que usarla para salvar a la princesa, llevara un riesgo posterior al que nadie quería llevarla si sucediera.

En verdad, fue un milagro, en palabras de Hope Kigdom.

Pero incluso con ese milagro, todos sabían que la Princesa de las Flores aún tenía un largo camino que recorrer para volver a estar en plena salud nuevamente.

Y todos en el reino rezaban para que despertara de su sueño engullido a causa del dolor, por culpa de su anterior rey.

"Ojalá despiertes pronto, joven Grand Princess. Un reino entero espera para conocerte y servirte.

Y que des sentencia al juicio que se ha esperado por milenios".

...

Towa y Kirara se encontraban caminando por un camino de hierba. La princesa pelirroja tenía en sus brazos algunos ramos de flores, al igual que la princesa de las estrellas. La castaña llevaba tres ramos de flores con sus colores principales siendo rosa, azul y amarillo, y la pelirroja llevaba aproximadamente la misma cantidad de colores y uno extra, de flores blancas y celestes.

La princesa pelirroja iba un poco más adelante, no más de medio paso, claramente guiando a la otra princesa por el camino. Despues de unos minutos, finalmente llegaron al final del camino.

Un arco de piedra se alzaba sobre ambas princesas, con símbolos de las estrellas, soles, y nubes, junto con una pequeña estatua encima, de un corazón con alas y un halo apoyado entre las alas.

Apenas ver detrás del arco sin puerta, se podía ver sin necesidad de describirse cuál era el lugar al que fueron.

Un cementerio.

El cementerio de Hope Kingdom.

Estar finalmente en este lugar hacia que las extrañas de Towa se removieran incómodamente, sus brazos abrazando un poco más los ramos que llevaba, pero sin atreverse a dañarlos.

Su compañera noto esto, e intento aligerar un poco su ánimo.

-Sé que sonaré muy bruta por esto, pero la verdad nunca pensé que Hope Kingdom tuviera un cementerio, el nombre me cegó -Kirara se rio entre dientes-

-Yo también -lo dicho por la pelirroja hizo cerrar la boca de la castaña para mirarla, pero la pelirroja mantenía su mirada en el camino- Yo tampoco pensé que hubiera un cementerio en Hope Kingdom, nunca pensé que hubiera un lugar en donde descansaban los muertos. Incluso con las muertes de los padres de Pafu y Aroma... Realmente era muy ingenua.

Kirara se quedó en silencio, no había comentarios para esto.

Ambas princesas cruzaron el umbral y caminaron por el pequeño camino que siempre había entre las tumbas.

Caminaron durante unos minutos, la princesa pelirroja haciendo todo lo posible por no mirar tanto las tumbas a su alrededor, y la castaña, claramente más acostumbrada que su amiga, simplemente miraba con curiosidad las tumbas del reino mágico.

No eran de ninguna manera tumbas orientales, pero se parecían a las tumbas occidentales, que no sorprendía a la castaña, mientras estudiaban en la Academia Noble, en una clase de cultura que Miss Shamour, en ese momento, les había dado. Se hizo muy evidente para las tres que la cultura de Hope Kingdom era muy similar, por no decir casi igual, a la cultura victoriana occidental, exceptuando el hecho de que eran un reino mágico claro.

Honestamente, todas notaron que las hadas estaban impresionadas de que aprendieran tan rápido esto, comparado con otras de sus lecciones. Claramente habían pensado que sería difícil para ellas por ser una cultura de otro mundo.

Fue Haruka la que les señalo la similitud que tenía la cultura de Hope Kingdom con la occidental en su mundo, y que ya tenían cierto conocimiento de ella por la escuela.

Pafu y Miss Shamour aceptaron fácilmente este conocimiento, pero Aroma...

Kirara realmente, realmente, en ese momento quería hablar seriamente con Aroma, no era la primera vez que hacía comentarios similares.

La parte más frustrante es que esos comentarios siempre, pero siempre, iban hacia Haruka, mientras que el hada de perico elogiaba a Minami y Kirara.

La única razón por la que Aroma no fue regañado infinidad de veces, fue porque Haruka les recordaba repetidas veces que Aroma era todavía un niño y no tenía claro el peso de sus acciones como mayordomo.

Kirara aún estaba confundida del porque Haruka era tan amable con el hada de perico, no sabía si tenía que ver con el "problema" que tenía Haruka de ser demasiado indulgente con sus amigos, o porque no quería que el hada pasara malos momentos mientras su reino aún estaba en manos de Dyspear.

O quizás tal vez fue-

-Parece que es aquí.

Kirara se detuvo apenas escucho la voz de la princesa pelirroja, y miro a la dirección en que esta miraba.

Tres tumbas, claramente puestas hace poco tiempo, cada una con tallados en la piedra muy preciosos, de flores, burbujas y estrellas con un símbolo muy familiar arriba de los nombres que estaban tallados en la lápida.

La Princesa de las Flores de antaño, Chieri.

La Princesa de los Mares de antaño, Yura.

La Princesa de las Estrellas de antaño, Sei.

Ambas princesas miraron fijamente las lapidas, hasta que Kirara se arrodillo y puso sus ramos suavemente en cada uno.

Towa se arrodillo también y puso sus propios ramos al lado de ella con cuidado, y siguió mirando como su amiga acomodaba los ramos y juntaba sus manos para rezar. Ella siguió su ejemplo y entrelazo sus dedos para rezar junto a Kirara.

Despues de algunos minutos, terminaron de rezar y miraron fijamente las lapidas en silencio.

-Sabes -Kirara hablo haciendo que Towa la mirara- Recuerdas cuando Lock nos robó las llaves, ¿Cuándo tu castillo se convirtió en el Princess Palace?

- ¿Sí?

-Bueno, recuerdas que junto con HaruHaru y Minamin nosotras desaparecimos un rato, ¿Verdad? -al ver el asentimiento de su amiga ella continuo- Bien, nosotras vimos, y hablábamos con estas princesas.

- ¡¿Qué?!

-Si, fue una sorpresa cuando nos dimos cuenta -Kirara asintió sin quitar la mirada de las lapidas- Siendo honesta, aun no entiendo si fue un mensaje pregrabado o algo así, o si en verdad hablamos con sus espíritus, tendría que preguntarle a Miss Shaymin, en fin, ellas nos dijeron que tenían un sueño esa vez y...

-... ¿Cuál era?

-...Soñaban con que Hope Kingdom estuviera lleno de esperanza eternamente.

Ambas se quedaron completamente en silencio durante uno largos momentos, que no fueron tan largos realmente, pero la declaración hacía pensar tantas cosas que hizo parecer que paso mucho tiempo antes de que sonara la respuesta.

-No las merecíamos -Towa hablo con voz hueca- Nunca merecimos a ninguna Precure, somos un reino realmente podrido.

Kirara se quedó callada y siguió mirando la lápida.

- ¿Quieres que se quede así?

Towa miro a su amiga con ojos cristalizados, para luego cerrarlos y negar con la cabeza.

-No.

-Entonces, por favor, haz que tu reino, algún día, se convierta en el lugar que todos nosotras creíamos que era -Kirara poso su mano suavemente en la lápida de la Princesa de las Estrellas de antaño, bajo la mirada de la princesa pelirroja que escuchaba atentamente sus palabras- Haz que sus sacrificios, y nuestro esfuerzo, haya merecido la pena, que la esperanza que dimos no fue en vano.

La princesa pelirroja trago el nudo en su garganta y dejo que unas lágrimas cayeran a la tierra, antes de mirar con determinación a las tres lapidas y a su amiga.

-Lo hare -dijo con voz aguada, pero sonando igual de fuerte y determinada- No importa si toma toda mi vida, no importa si hay personas que me odian en el transcurso. Juro que hare, que daré todo de mi para que Hope Kingdom se convierta en el reino que todas ustedes pensaron que era, y que yo también pensé que era. Lo juro.

Kirara miro de reojo a su amiga princesa, y su mirada ardiente de determinación hacia las lapidas. Ella cerro los ojos y su mano apretó un poco la lápida de la anterior Princesa de las Estrellas.

-Confiamos en ti, estaremos esperando.

...

Una media hora despues, ambas seguían en el cementerio, pero esta vez, a una parte más alejada del principio.

Despues de varios minutos, ambas finalmente encontraron tres lapidas, igualmente con apariencia de ser recientes como las anteriores, y notaron que cada lapida ya tenía su propio ramo de flores multicolores con una cinta decorándolas.

-Miss Shaymin debe haber venido -Kirara señalo la confusión momentánea de Towa-

-Oh, cierto, por un momento olvide que ella era su compañera.

-No te sientas mal por eso, a veces me olvido la edad que tiene, aun me sorprende.

-Si -Towa asintió estando de acuerdo con la castaña- Mas de tres mil años de edad, quiero decir, sabía que ella tenía más edad de lo que aparentaba, pero...

-No es usual -Kirara concordó- Pero tiene sentido despues de que nos explicara su origen. Un peluche, de todas las cosas.

Towa se rio entre dientes un momento, para luego suspirar silenciosamente.

Ambas se arrodillaron nuevamente, dejando los tres ramos que tenían sobre cada una de las tumbas. Solo quedaba un ramo de flores blancas con ellas ahora.

Nuevamente juntaron sus manos y rezaron por unos minutos. Al terminar, las dos miraron fijamente las lapidas y los nombres tallados en ellas.

-Las originales, las creadoras y primeras portadoras de las llaves -Kirara hablo con admiración- Nunca pensé que realmente sabría el nombre de una, menos el de nuestro grupo.

-Yo tampoco, pensé que se había perdido en el tiempo mortal, si sabes lo quiero decir.

-Si, lo entiendo, Miss Shaymin nos explicó el "registro" que tiene el Precure -Kirara asintió- Es bueno que ESE no pueda ser manipulado ni ocultado por nadie, ni siquiera las Precure.

-Realmente lo es -Towa asintió mirando fijamente las lapidas-

Las dos se quedaron nuevamente en silencio, simplemente mirando las lapidas y pensando en las historias que les contaron de ellas.

No había mucho que pensar en estas lapidas, eran las más antiguas, pero también eran con las que menos familiarizadas se sentían.

Aun así, Towa sintió que tenía que decir algo.

La pelirroja puso sus manos sobre la tierra debajo de las lapidas.

-Soy Akagi Towa, también la Princesa Daylight Towa de Hope Kingdom, soy la Princesa de las Llamas Cure Scarlet, mi llave nació a partir del deseo de mi líder, la actual Princesa de las Flores, Cure Flora, gracias a ella es que existe Cure Scarlet. Sé que mi familia ha cometido pecados imperdonables contra ustedes y sus predecesoras, y que no existía Princesa de las Llamas originalmente, he cometido muchos errores también, pero como primera Princess Precure de las Llamas, les prometo que honraré el legado de Precure, el verdadero legado y no la falsedad de mi familia, para hacer de Hope Kingdom el reino que ustedes creían que salvaron y yo también pensé en que nací. Lo juro por mi vida -la princesa inclino la cabeza hacia las lapidas-

Kirara miro con una sonrisa y ojos orgullosos a su amiga. Ella estaba creciendo, y realmente estaba comenzando a dar el paso que hace tanto tiempo debió haber dado.

Pero nunca es tarde para avanzar.

...

Nuevamente, ambas caminaron por el cementerio, pero esta vez, el lugar al que se dirigían, las lapidas estaban rodeadas de algunas estatuas de reyes de apariencia muy imponente y elegante en cada una de ellas.

Kirara y Towa fruncieron el ceño a las estatuas, compartieron una mirada y negaron con la cabeza al mismo tiempo.

Reyes arrogantes, queriendo mantener su superioridad incluso despues de la muerte.

Siguieron su camino y Kirara no pudo evitar hacer la pregunta que tenía desde que comenzaron a prepararse para venir al cementerio del reino mágico.

-Towa-chi.

-Si.

- ¿Conociste a tu abuela?

Towa negó con la cabeza y siguió manteniendo la mirada en el camino.

-No, nunca tuve la oportunidad de conocerla, falleció antes de que naciera. Solo la conozco de las historias que contaban de ella. Que poseía una magia increíble y un corazón igual de bondadoso... Él es un monstruo, su propia madre...

-No pienses en él, Towa-chi. No vale la pena -Kirara puso una mano en su hombro-

Towa asintió y le dirigió una débil sonrisa de agradecimiento a su amiga.

Siguieron caminando entre las lapidas de los antiguos reyes, y algunas estatuas más, y finalmente llegaron a la zona donde debería estar la tumba de la anterior reina de Hope Kingdom.

Pero ambas se detuvieron en seco, al notar a una mujer en la tumba de la antigua reina, estaba claramente rezando y había muchas flores rodeando la tumba.

Towa reconoció el cabello peli miel de esa mujer.

- ¿Señorita Sofia?

La mujer levanto la voz al oír su nombre y sus ojos verdes se fijaron en ambas princesas.

-Princesa Towa, Princesa Kirara -la peli miel se levantó y dio una reverencia-

-No es necesario la reverencia, al menos, no en un cementerio -Kirara hizo gesto con su mano-

-Por supuesto, lo lamento, fuerza de la costumbre -ella se levantó de la reverencia para quedar en frente de ambas princesas, ella noto el ramo que llevaba la princesa pelirroja-

Towa también noto a donde miraban los ojos de Sofia, y decidió preguntar a la sirvienta mayor su curiosidad.

-Sofia, si puedo preguntar, ¿Por qué estás en la tumba de mi abuela? ¿La conociste antes?

Sofia guardo silencio ante la pregunta, y desvió la mirada de la princesa.

-Princesa Towa... Me es difícil explicar esto, sobre todo por lo difícil que será de creer.

- ¿Por qué sería difícil de creer? -Towa inclino la cabeza confundida-

-Princesa Towa...Usted recuerda que, en su fiesta de cumpleaños, el anterior rey menciono que su madre estaba en una relación con una plebeya sin magia, ¿verdad?

Towa guardo silencio con la mención de su cumpleaños, pero no obstante asintió ante la pregunta.

-Si, lo recuerdo.

-Vera yo...Yo soy esa plebeya.

Towa abrió los ojos sorprendida por esa revelación. Kirara solo miro confundida al no saber de qué hablaban, pero se quedó callada y prestando atención a lo que dirían.

-Tu... No ti -ella negó con la cabeza ante la pregunta que iba a ser y se corrigió- ¿Tu...Como fue...?

-Ella era increíble, siempre estuve sorprendida de que siquiera me dirigiera la palabra, a mí, una plebeya sin magia -Sofia miro al aire con sus ojos volviéndose algo cristalizados- Al principio solo habíamos hablado, conociéndonos hasta ser amigas, y luego comenzó a hacer algo más... Yo temía esa relación, desde que su esposo había muerto... No quería traicionar el amor que de seguro sintió, pero ella se mantuvo firme y no importa cuantas veces intente quedarme solo como amigas, ella siguió insistiendo -las lágrimas comenzaron a llegar a sus ojos y ella bajo la cabeza- Estar con ella...Era realmente increíble, no por ser la reina, ella solo...Era una persona increíble.

Las dos princesas se quedaron en silencio, ambas podían decir que no estaba mintiendo, sobre todo Kirara, que tenía más experiencia alrededor de personas que fingían expresiones y lágrimas. Su lenguaje corporal y los movimientos irregulares de ciertas partes dejaban en claro que no estaba mintiendo.

-Sofia...De verdad lo siento.

La sirvienta mayor miro con ojos aguados a la princesa, su boca se abrió y cerro unos segundos, tratando de decir algo, pero claramente no pudo, por lo que solo negó con la cabeza y desvió la mirada de la princesa pelirroja.

-Yo... Lo siento, Princesa Towa, pero simplemente...No puedo en este momento, yo... Creo que sería mejor irme en este momento -ella se agacho y agarro una canasta que se ocultó por la falda de su vestido desde donde estaban Kirara y Towa- Me retiro -dio una rápida reverencia a medias a las princesas y se fue a pasos rápidos del lugar-

Towa y Kirara miraron en silencio como la señora mayor se alejaba entre las lapidas y estatuas, hasta desaparecer de su vista al doblar en una pequeña capilla a lo lejos.

-...Towa-chi...

-Estoy...Estaré bien, no soy la única que tiene que pensar en muchas cosas, aun lo hago -Towa murmuro la última parte mientras se acercaba a la lápida rodeada de flores-

Kirara se quedó en silencio mientras seguía a su amiga, vio cómo se arrodillaba y colocaba su ramo de flores blancas alrededor de los otros tantos ramos multicolores.

De todas las lapidas de los reyes y reinas anteriores, esa era la única lapida que estaba rodeada de tanto color y casi parecía estar viva con tantas flores alrededor de la lápida de piedra.

Kirara se arrodillo junto a Towa e hizo una pequeña oración para la antigua reina.

Mientras miraba el nombre de la lápida, no puedo evitar pensar que su nombre era apropiado. Puede que no la haya conocido, pero claramente era una persona genuina si las reacciones de las personas de quienes la conocieron era algo por lo que decir.

Los ángeles eran raros y valiosos, despues de todo.

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