Elentari suspiro mentalmente al ver las miradas horrorizadas de los reyes del reino Pumpkin. Ella no estaba sorprendida, honestamente, comparando las reacciones que tuvo con algunos otros reinos que se atrevieron a venir o a exigir las explicaciones, ella llego a la conclusión de que debía esperar dos reacciones de cualquier reino.

Horrorizado o extremadamente indignado, o una mezcla entre ambas.

Si... Elentari había renunciado a su derecho de un dolor de cabeza.

Miro de reojo como la maestra real, Miss Shaymin, agarraba el Princess Pad y lo hacía levitar a su lado, para luego agarrar una pequeña pila de papeles que sabía que eran los tratados con el reino Pumpkin y algunas hojas en blanco que obviamente iban a necesitar.

Tomando un segundo, cerro los ojos para prepararse para la segura avalancha pasivo-agresiva de los reyes.

Y Elentari calculo también otro año a la creciente deuda nacional.

...

Towa observo como la Princesa Pumpururu la miraba con los ojos muy abiertos y quiso suspirar, pero se contuvo por la etiqueta que debía mantener.

Ambas princesas estaban en uno de los jardines del castillo, estaban sentadas en un banco blanco rodeados de la infinidad de flores multicolores con una fuente a unos metros de su ubicación.

Towa frunció el ceño al ver la falta de brillo a la que estaba acostumbrada a ver en sus flores, ahora las flores tenían niveles de brillos que le recordaban a las de la Tierra.

Antes de que pudiera cuestionar en su cabeza el porqué de este detalle que acababa de notar, la princesa de las calabazas hablo interrumpiendo su línea de pensamiento.

-Towa, lamento mucho lo de tus amigas, pero tal vez, vuelvan a verse algún día -Pumpururu intento sonreírle con apoyo-

Towa sonrió al ver a la princesa extranjera intentando apoyarla, apreciaba el gesto, pero realmente no se sentía de ánimos para seguir hablando del tema.

-Gracias, Pumpururu. Yo también lo espero -Towa asintió en agradecimiento-

Hubo un momento de silencio, hasta que la princesa de las calabazas volvió a hablar.

-Por cierto -Pumpururu hablo en el tono universalmente conocido para cambiar de tema- ¿Que está pasando exactamente, Towa? Tu reino no estaba cumpliendo su parte del tratado, según mis padres, e incluso yo no sabía que estaba en el mismo mundo, y eso es preocupante ¿Tiene que ver con el enemigo que tú y tus amigas derrotaron?

Towa se mordía el interior de la mejilla, contemplando como explicar la situación a la princesa extranjera.

Era difícil, porque ni siquiera ella lo entendía exactamente.

-Para serte sincera, Pumpururu, yo tampoco entiendo muy bien lo que está pasando -Towa hablo sinceramente- Pero puedo asegurarte que no es el mismo enemigo que yo y mis amigas derrotamos, realmente no sé quién es, todo lo que puedo decir, es que alguien encerró nuestro reino del resto del mundo y oculto las relaciones externas que teníamos con el resto de los reinos.

-Oh, por los cielos -Pumpururu se llevó las manos a la boca con los ojos abiertos por la sorpresa- ¿Quién pudo haber hecho algo así? Podría haber llevado a una guerra entre incontables reinos.

-No lo sé -Towa negó con la cabeza- Todo lo que se, es que aparentemente usaron a mi padre como peón para sus planes.

-Oh Towa -los ojos de la princesa se entristecieron en comprensión- Lo lamento mucho, entiendo por lo que debes haber pasado.

-Gracias Pumpururu, realmente aprecio que alguien entienda -Towa asintió con una sonrisa agradecida, pero luego se oscureció- Parece que mi padre sigue bajo el poder de ese enemigo, aun no lo he visto, pero hay magos en el castillo que lo están ayudando para romper la magia que lo tiene bajo su control -ella llevo las manos a su corazón- Tengo esperanza en que pronto podrán romper el control sobre él.

-Es un alivio que lo estén asistiendo, pero ¿El enemigo aun esta libre? -pregunto con preocupación-

-No, según mi madre, ya fue capturado y encarcelado, incluso fue despojado de su magia por todos los problemas que causo, pero yo no pude verlo y parece que nadie quiere que lo vea, tampoco se su nombre, hay tanto odio hacia esa persona, que todos se niegan a pronunciar su nombre, y con lo que le hizo a mi padre, estoy de acuerdo en no saber su nombre -Towa frunció el ceño-

-Cielos... Es un gran castigo, pero...Espera, ¿despojarlo de su magia? Nunca había escuchado de eso, ¿Cómo lo hicieron? -Pumpururu pregunto sorprendida-

-Es un poder que tiene nuestra maestra real, incluso a mí me sorprendió.

-Sorprendente... Es una lástima todos los problemas que causo ese enemigo, pero seguro que mis padres lo entenderán, tal vez incluso podríamos ayudar de alguna forma en el tratamiento de tu padre.

-Gracias por tu amabilidad, Pumpururu, pero estoy segura de que los magos del castillo podrán hacer algo.

-Bueno, cualquier cosa, siéntete libre de pedirme ayuda, les debo mucho a ti y a tus amigas despues de todo, y como están conectadas a tu reino, ayudare en lo que pueda.

-Muchas gracias, realmente muchas gracias -Towa agradeció profundamente a la princesa, sus ojos aguados por la felicidad de tener una presencia familiar en sus tiempos de Precure que la estaba apoyando-

Ya podía sentir que todo estaría bien. Nunca hay que perder la esperanza, despues de todo.

...

Las personas que conformaban Hope Kingdom, elfos, mitad humanoides y bestias humanoides, siempre estaban en armonía con la guía de la familia real de Hope Kingdom.

Siempre había esperanza. Siempre pensaron que eran un buen reino.

Pero...

-Deberíamos irnos de aquí, no es un buen lugar para estar.

-No creo que nos permiten poner un pie en ningún reino...

- ¿Y si nos controlan la cabeza nuevamente? ¡Yo me largo de aquí!

-Pensé que se suponía que la familia real debía protegernos... Pero si nunca fue así, ¿A quién estuvimos alabando todo el tiempo?

-Asesinaron y traicionaron a seis Precure ¡Ellos deberían salir del trono rogando clemencia!

-Oh, por favor, seamos honestos, la magia ahora es un problema, no pienso meterme con ella nunca más.

Y esos no eran los peores.

Kuroro suspiro, todos estaban comprensiblemente furiosos con la verdad revelada que estaba básicamente desde los comienzos del reino.

O bueno, si supieran como comenzó el reino en primer lugar.

Las personas tuvieron diferentes reacciones a la situación, y ninguna de ellas era buena.

Algunas personas querían que la familia real saliera del trono por todo lo que hicieron sus antepasados, otros querían irse para siempre del reino para no estar en un reino "manchado" y otros estaban seriamente dudando de si ser tan dependientas con la magia desde que muchas de ellos terminaron siendo de alguna manera controlados por esta.

La parte que más parece horrorizar a todos es que no era magia oscura, era magia blanca la que hizo todo.

Y con esto, Kuroro también pudo sentir que todo su mundo se dio vuelta, pero sabía que no era así.

Jamás fue así.

Kuroro llego a la reciente conclusión, despues de observar muchas cosas, y explicaciones de su maestra Miss Shaymin, de que la magia blanca o negra, solo era diferente en una cosa.

La magia blanca, te hacía sentir emocionado, que tenías el poder para hacer cualquier cosa, y que nada podía lastimarte, independientemente de que tan fuerte era la magia que poseías.

La magia negra, en cambio, te hacía sentir atento, sabias el poder que tenías y lo que podrías hacer y no hacer, y eras consciente de que podías salir lastimado, que no eras todo poderoso.

En otras palabras, que alguien tuviera magia negra, no siempre significaba que fueras malvado, y tener magia blanca no siempre significa que fueras bueno. Siempre dependía de las personas.

Y Kuroro, y todos en el reino en general, tenían que aprender que a veces las personas no eran lo que aparentaban, y el mundo no era solo blanco y negro como siempre estuvieron pintando en un extraño fondo rosa de por medio.

Si Kuroro fuera honesto, acababa de darse cuenta que la maduración que creía haber obtenido en estos dos años, con la revelación, llego la triste verdad de que él aún era solo un niño.

Por lo tanto, rechazo la oferta de vivir en el castillo, pero aun trabajaría en él.

Mientras contemplaba las cosas que podría hacer para ayudar a algunas de las situaciones en el castillo, o deber meterse en la búsqueda de alguna forma de contactar a las Precure, Kuroro noto por el rabillo del ojo una pareja elfo y de bestia humanoide hablando con una media bestia, en la entrada a un gran edificio muy reconocido por todos.

Parecía que termino en el orfanato sin darse cuenta, y debido a la cercanía y su buena audición, no pudo evitar escuchar.

- ¿Están seguros de que quieren adoptarlo? El pequeño no tiene ninguna habilidad mágica progresiva -la que podía suponer la encarga del orfanato dijo a los padres-

Kuroro frunció el ceño, eso...sonó como un insulto ocultado entre silabas. Pero luego una de sus orejas se crispo recordando que, en efecto, si, esa era la realidad con Hope Kingdom y la magia.

Hay, y él pensando que no era tan malo que fueran dependientes de la magia.

La mujer claramente estuvo de acuerdo con su pensamiento por que claramente estaba furiosa.

-Guardia silencio, nadie quiere saber de quien tiene magia en estos días, ¿O te has olvidado de todo lo que paso?

-O ya veo, entonces, discúlpenme, fuerza de la costumbre, supongo que el niño les ayudaría ante el rechazo.

Kuroro respiro hondo y se llevó las patas a la boca para evitar jadear, horrorizado por lo que acababa de escuchar.

Al hombre bestia claramente tampoco le gusto escuchar eso, porque su cola golpeo el aire con evidente ira.

-Estamos adoptando a Eldrie por nuestras propias razones, que no tienen nada que ver con la mal -su esposa la dio un codazo, y el se corrigió rápidamente- desagradable situación que está ocurriendo, así que, te pido amablemente que guardes tus comentarios no deseados y nos des los papeles para adoptar a Eldrie.

-Por supuesto, no hay necesidad, de hacer tal drama -la mujer levanto la mano en un gesto despectivo- Simplemente tuve en cuanta la situación con el niño, nada más.

-Solo danos los papeles, para que podamos irnos de una buena vez -la mujer gruño-

-Por supuesto, pero si ven que el niño no es de su agrado-

Kuroro se negó a escuchar más y salió volando rápidamente de ese lugar.

Las lágrimas estaban formándose en sus ojos, nublando su visión, y la rapidez con la que volaba no le ayudaba a darse cuenta de su entorno.

Se suponía que Hope Kingdom era un lugar lleno de esperanza con personas amables y llenas de bondad.

Se suponía que tenían una familia real poseedora de magia increíble que los protegía a ellos de cualquier mal.

Se suponía que ellos ayudaran a las Precure, cuando aparecieran, para salvar al reino cuando se avecinara una calamidad.

Se suponía que el estaría sirviendo fielmente a la familia real ayudándolos como futuro maestra real

Sus pensamientos turbios se vieron interrumpidos por chocar contra algo duro que cayo con él también y pudo sentir que muchas otras cosas cayeron y hubo unos cuantos choques en su cabeza. Sintió su pelaje cubierto de algo espeso y el olor a tierra lleno su nariz.

Abrió sus ojos llorosos, con su visión aun algo borrosa noto que estaba en una florería y había chocado contra una estantería con pequeñas masetas esparcidas a su alrededor ensuciando el pavimento de la avenida con la tierra que antes se encontraba en las macetas.

- ¿Kuroro?

Sus orejas se levantaron al escuchar la voz familiar, volteo su cabeza y noto un rostro de hada familiar con un pelaje tan marrón como una de sus manchas.

- ¡¡O-Otou-san!! -el grito con voz rota y se lanzó a abrazar a su padre en forma de hada que rápidamente correspondió y lo acaricio intentando calmarlo-

-Tranquilo, Kuroro, ¿Que ocurre? -pregunto su padre acariciando su cabeza y espalda con sus patas-

- ¡Soy...Soy un hada desagradecida!

Kuroro rompió a llorar en el abrazo de uno de sus padres. El cerro al resto del mundo a su alrededor. No noto que el dueño de la tienda había dejado de estar molesto despues de que rompiera a llorar y todas las personas cercanas miraban con preocupación mientras sus sollozos rompían su pequeño cuerpo lloroso manchado con tierra mientras temblaba dejando que sus lagrimas cayeran como ríos.

Una hermosa flor rosada que había estado firmemente en una de las macetas, antes de que Kuroro chocara, yacía ahora en el suelo de concreto con sus raíces expuestas mostrando que estaban secas.

Parece que el dueño la había hecho brillar con magia, sin darse cuenta de que la mataría si no la cuidaba adecuadamente.