Capítulo 2: Él, perdido. Ella, atrapada.
Capítulo 2:
Él, perdido. Ella, atrapada.
Para mí es habitual sentir ansiedad y depresión. Especialmente en las tardes, en tanto que las mañanas ando de mal humor, triste o con un torbellino de emociones difícil de procesar por causa de las pesadillas o la escuela. Ahora, el nivel de esas sensaciones negativas se incrementó desde que me mudé a este horrible pueblo donde conviven personas muy raras; nada me gusta, todo me molesta.
Y tras leer esa inquietante nota....
Tardamos un rato viajando hasta llegar a la escuela, que no es más que una estructura pequeña de paredes blancas y techo azul que cuyo aspecto es semejante a una iglesia cristiana, con la diferencia de que este instituto carece de cartel que reze "escuela" o algo así. Es sencilla y pulcra la instalación que se alza en un jardín de flores diminutas bastantes extrañas bajo un sol que luce un poco apagado. El paisaje que rodea el entorno es campestre pero hay algo que rompe con esa temática. Tal vez el sol grisáceo. El pesado silencio. La presión palpable que envuelve a los varones por la falta de conversaciones entre ellos mientras caminan si mirar al otro.
Es de mañana pero no sé qué hora es. No traje mi teléfono porque lo tengo apagado para ahorrar batería, pues resulta ser que aquí no hay donde conectar un cargador o algo así por el poco uso que está comunidad le da a la tecnología.
Me rectifico: el uso prohibido de la tecnología que existe aquí. No hay automóvil. No hay teléfono. No hay wifi. Los pocos que hay lo utilizan si acaso los varones por cuestiones de trabajo, para más nada. Desde que me mudé me di cuenta del sistema patriarcal que rige sus vidas, y cómo afecta mucho a las mujeres de aquí. Una razón más para odiar este lugar. Estoy en la Edad Media. Con la excepción de que las costumbres de esta son desconocidas y raras, casi espeluznantes en mi opinión.
--- ¿Por qué no hay chicas en la escuela?
---Tengo entendido que solo estudian hasta los 9 años y los chicos hasta los 14 años de edad antes de ponerse ellos a trabajar mientras las niñas son educadas en casa ----suelta un suspiro, cómo si aquello fuera el colmo ---Si hubiera sabido que este lugar era tan estricto no habría venido para acá.
---Te lo dije ----le comenté, entonces me acordé de algo ----Dijiste que mi madre vivió aquí. ¿No? ¿Cómo fue que se conocieron?
---Bueno, es una larga historia, te la contaré más tarde, ya llegamos. Anunció estacionando el auto frente al sitio mencionado. Cuando salgo no puedo evitar en sentirme ridícula con este atuendo pese a que aquí es normal vestirse de este modo, simplemente....odio este lugar, este pueblo, sus costumbres y la manera en que está conformada está comunidad. Me siento mal por las mujeres y los niños. Mi padre me comentó que los niños no jugaban mucho, solo les enseñan a trabajar y les prohíben tener amigos. (Lo que explica el poco interactivo social de los jóvenes.) Si creí que mi infancia fue difícil, estos niños están peor. Aunque me dió curiosidad al ver la otra vez unas niñas jugando con muñecas sin rasgos faciales. Nunca ví unos juguetes así.
---Bueno, nos vemos luego. Le digo a mi papá, ambos nos abrazamos y no puedo ignorar el calor fraternal que me veo envuelta a pesar de todo. Esa sensación de seguridad cada vez que lo abrazo, aspirando el olor familiar que evoca recuerdos nostálgicos. Es el único amigo que he tenido. Mi madre era mi única amiga y la perdí cuando murió. Él es lo único que tengo....
<<TU PAPÁ MORIRÁ HOY>>
<<TU PAPÁ MORIRÁ HOY>>
<<TU PAPÁ MORIRÁ HOY>>
Trago saliva con dificultad, por algún motivo que desconozco siento mi garganta seca mientras empieza a acerelarse mis latidos.
---Te amo, nunca lo olvides. Susurro por un impulso causado por el miedo que me oprime ante la idea de perderlo y no poder decirle eso sí quiera. <<No pienses de ese modo, no morirá, no sé irá, nunca me abandonará...>> Me abraza con más fuerza.
---Yo también te amo, mi Lady Da Vinci. Me río por el apodo que él solía llamarme cuando él y mi madre descubrieron que tenía el don para dibujar. Yo decía en aquel entonces que sería la esposa de Leanardo Da Vinci porque amaba sus obras y quería hacer lo mismo que él. (Y tal vez por haber creído que el pintor era bello, no había visto una imagen suya del internet sino una que hizo mi madre en un lienzo antes de enfermarse, cuando ella podía pintar.)
Nos despedimos, cada quien tomando su camino.
---Te buscaré más tarde.
---Ok.
Pensé que sería un día cualquiera, pero este local no es como las escuelas normales, es muy diferente en muchos aspectos, además de que estoy apenas adaptandome a este sitio. Para mí sorpresa, todos nos sentamos en el mismo aula. No hay salones, solo habitaciones. Una para niños y otra para jóvenes. Me sentí incómoda al ver que soy la única chica de 14 años estudiando en la escuela de este aislado clan, o eso pensé al principio, pues más tarde entra una joven de mi edad con el cabello carmesí suelto en espesas y largas ondas que cubrían su rostro como un velo, pero sin esconder la esbelta y bien proporcionada figura que desprende sensualidad aún y con esa ridícula prenda que ambas llevamos. <<Ojalá los atuendos me quedaran tan bien como le queda a ella...>> Cruzó el estrecho espacio velozmente con sus largas y preciosas piernas antes de sentarse elegantemente: sin poder ignorar la mirada de desprecio que todos le lanzan, incluido el profesor. Extrañandome por aquella escena, es decir.... ¿Qué razón habría para que todos la traten de esa forma? ¿Qué hizo ella? Cuando ella toma asiento, noto que un pedazo de papel cayó en el suelo, cerca de donde estoy. Lo recojo sin que los demás se den cuenta y me pregunto qué hace allí. Al desdoblar cuidadosamente el papel, me quedo estupefacta...
NO CONFÍES EN NADIE.
ESTÁS EN PELIGRO.
TÚ Y TU PADRE.
VÁYANSE
Siento que el tiempo se detiene.
No, no es posible.
¿Por qué? ¿Qué está sucediendome? Tengo tantas preguntas mientras el corazón me late muy fuerte. ¿La nota está dirigida a mí? ¿Es una amenaza o una advertencia? ¿Quién la escribiría? ¿Cómo llegó esa nota ahí en el suelo sin que nadie se diera cuenta? ¿Cómo es que los demás no se fijaron en ella y yo sí? Todo es demasiado confuso y preocupante. Tal vez esto me ayude a convencer a mi padre de irnos de aquí. ¿Qué vamos a hacer aquí? No podemos durar mucho tiempo en este lugar, yo sé que mi padre está pensando en irse porque no le conviene que nos quedemos, pero se tomará el asunto con calma y no es recomendable. Si nos retrasamos no solo perderemos la oportunidad de salir de aquí, sino que será más difícil por la falta de medios para comunicarse con el exterior, está gente vive muy aislada y los extranjeros vienen a este pueblo si acaso. Además de que corremos peligro.
Debo hablar con mi papá. En otras circunstancias habría analizado más el tema, pero no duré mucho tiempo preguntándome tales cosas porque me concentré para mi pesar en la clase, que transcurrió con lentitud toda la mañana hasta que finalizó bajo la débil luz del mediodía, tornándose más deprimente con la presencia de una anciana que me da la impresión de que es la única con la autoridad aquí: ataviada con ropas negras hechas de seda. Rostro oculto en un velo de encaje, dejando al descubierto su cabello blanco como la nieve, contrastando sus ojos de color oro, dorados y brillantes para mí perplejidad. Caminando en silencio con su figura alta y delgada, nos contempla con frialdad, sus ojos semejantes a un halcón mirándonos a todos nosotros, escudriñando, buscando, evaluando. Pareciera que quiere penetrar nuestras almas para devorarlas. Me estremezco ante su modo intimidante de observarnos. Me pregunto si soy la única que piensa de esa manera. Todos se levantan de sus asientos y me relajo un poco, viendo cómo salen del pasillo sin inmutarse por la presencia sombría e inmóvil de la desconocida que yace de pie como una estatua; son tantos que termino quedando de última en la fila, justo detrás de la chica de cabello rojo, a quien estoy a punto de comentarle algo hasta que una voz fría, femenina e imperturbable resuena como un eco en la habitación: --- Esther Lee... ¿Puedes venir para acá? Por favor.
Es la anciana quien me llama. ¿Para qué? ¿Qué puede ser? ¿Habré hecho algo malo o solo quiere conocerme? Me regreso hasta donde está la mujer que despide con un gesto al profesor, quedando solo ella y yo para incomodidad mía.
--- ¿Eres Esther Lee, verdad?
---Si, así es... ----me pregunto qué querrá de mí ----Un gusto conocerla.
---Lamento informarle que a partir de la semana que viene usted no seguirá asistiendo a clases, es muy...mal visto que una mujer siga recibiendo educación a estas alturas cuando debe cumplir el verdadero papel que le corresponde.
Me quedé sin palabras por una fracción de segundos antes de que reaccionara desagradablemente, sin levantar la voz, claro.
---Disculpe, pero yo no soy parte de su clan, así que creo que puedo seguir asistiendo si no le importa. Dije con toda la calma posible, doy media vuelta y me dirijo a la salida sin evitar sentirme ofendida. ¿Qué es lo que adoctrinan en este lugar? ¿Qué reglas imponen aquí?
----Me temo que sí me importa, Esther ----me detengo al oír su voz cruel y potente como un látigo ----Es mi deber que todos cumplan el papel que les corresponda a cada uno, para evitar el desorden en nuestra sociedad.
---No veo cómo una chica que siga recibiendo educación provoque desorden en su comunidad.
---Por eso estoy aquí, para guiarla a aprender a adaptarse a nuestras costumbres, que son fundamentales cumplirlas para la paz y el orden de la comunidad ----me alejo de ella cuando se me acerca con una expresión de ternura ----No lo entiendes ahora, pero pronto lo harás y lo aceptarás.
Ya me tiene harta esa vieja, este pueblo y el sistema que rige sus destinos. De todo.
----Me temo que no, no aceptaré algo que me perjudica de la misma manera que las mujeres de estás tierras. Yo no soy como ustedes. Nunca lo seré.
Me mira con una expresión que no logro descifrar.
---Vas a aprender te guste o no, niña ----sentencia con un ligero tono amenazador ----Este es tu hogar ahora, acéptalo o las consecuencias serán muy... desagradables.
Me hierve la sangre ante su insolencia. ¿Quién se cree que es para decirme cómo debo vivir o no contra mi voluntad? No ha pasado mucho tiempo y ya envían a una vieja orgullosa por su miserable destino a enseñarme a ser cómo ellos. Como si quisiera vivir a merced de una sociedad machista, del cual ya de por sí vivimos incluso en esta época moderna. No, no quiero vivir así. No quiero ser una mujer que vive controlada, humillada o pisoteada a la sombra de su marido y sus propios hijos. Sin libertad, invisible, sin ni siquiera saludar junto a su marido a los extranjeros...
Cuando vine para acá, recuerdo que unas mujeres se escondían al ver que llegábamos. Al principio no lo entendí, pero al oír los rumores de la gente sin notar que yo estaba entre ellos, me puse a investigar en un libro las semejanzas que poseía cierto grupo religioso con los de esta comunidad y son prácticamente lo mismo. Son muy similares. Me di cuenta que aquí las mujeres son propiedad de los hombres, no reciben suficiente educación y dudo que sepan si quiera lo de la sexualidad por las cosas que las jóvenes comentan entre ellas. Es mal visto que una mujer grite cuándo esté dando a luz, tiene que hacerlo en silencio, como una buena mujer sumisa. Nadie en este pueblo puede ir al médico, no tienen si quiera algún doctor. Nada. Desde niños les enseñan a trabajar, les prohíben formar amistades y hay poco trato con el sexo opuesto. En verdad, no sé que estaba pensando en mi padre al venir aquí.
Aunque ahora que lo pienso, creo que vino porque aquí vivía mi madre. Ella fue expulsada de este lugar por salir embarazada antes de tiempo. ¿Será eso o también que se haya enamorado de mi padre, que era un extranjero?
--- ¿Es una amenaza? No puedo evitar en preguntar, mirándola a los ojos.
--- ¿Me estás faltando el respeto?
----Solo estoy preguntando. ¿Por qué insistes que acogemos su doctrina o estilo de vida si nosotros tenemos la nuestra? No hay razón para que eso traiga consecuencias horribles sólo porque no nos da la gana de encajar en su... sociedad. Si es que se le puede llamarse de esa forma.
---Claro, no entiendes nada porque no te han sabido educar ----la miro perpleja ----bueno, no es culpa de tus padres, sencillamente fueron corrompidos por los errores del mundo moderno.
---No son errores, son visiones de una mejor calidad de vida que ustedes carecen.
Hace una mueca.
---Llaman vida a algo que causa tragedias, confusiones y caos. Eso es lo que sobra en tu perfecta sociedad, niña. No veo que tiene de bueno esos lugares.
---Yo tampoco veo nada de bueno en este sitio. Sin más preámbulos me largo de allí tan rápido como puedo, llegando al pasillo salgo corriendo al darme cuenta que mi padre debe estar esperándome. Llegando a la salida oigo a la irritante mujer llamándome a mis espaldas.
---Esther.... ¿A dónde crees que vas?
---Mi padre debe estar esperándome. Respondo, cualquier excusa con tal de alejarme de su desagradable sombra.
---Habia olvidado decirte que tú padre no vendrá hoy.
Me detengo. ¿Es en serio?
--- ¿Por qué lo dices? Le pregunté exasperada.
---Porque ha desaparecido: hallaron su automóvil y sus cosas en una avenida cercana a un lago, sin embargo, no a él. Está desaparecido desde hace horas. Nadie sabe dónde está.
***
...Seguí esperando.
Nada.
Ningún progreso. ¿Como iba a ver si no hay ni policías en este puto pueblo? Estoy molesta por la negligencia de esta comunidad, por ser tan cerrados de mente y desinteresados. Las palabras que intercambiamos la anciana y yo no fueron buenas tampoco: me quedé inmóvil cuando dijo que mi padre llevaba horas desaparecido y no había rastro de él. Mis peores temores se confirmaron, pero aún había algo que no encajaba.
--- ¿No lo han encontrado? Niega con la cabeza.
---No lo hemos buscado.
--- ¿Cuando iniciarán la búsqueda? ¿La policía no hará nada?
Frunce el ceño, confundida.
--- ¿Policía? ¿Qué es eso? No importa. No, no lo haremos ----me quedo sin palabras por la manera tan natural con que lo dice y... ¿No saben que es la policía, no hay en este lugar? Dios mío ----No es responsabilidad e incumbencia de esta comunidad, solo nos importa los nuestros.
--- ¡¿Entonces no harán nada?! Es una persona desaparecida, tienen que buscarlo. ¡¡Es mi padre!!
---Él ha sido advertido y no hizo caso, ahora asumirá las consecuencias de sus actos ----responde, da unos pasos para acercarse a mí ----Por otro lado, tú eres solo una niña que ha sido abandonada a su suerte, no puedes estar sola, es por ello que me enviaron a ponerte bajo mi custodia. Fue decisión de los Ancianos del Consejo.
Esto no está pasando. No es posible.
--- ¿A qué te refieres? ----hay algo aquí que me da mala espina ----Ya te dije que no soy uno de ustedes.
---Te guste o no vas a formar parte de esta comunidad, si no quieres sufrir el mismo destino que tú padre, te agradecería que cooperaras.
Me alejo de ella.
--- ¿Quién eres? ¿Por qué no me dijiste desde el principio que mi padre desapareció?
La mujer se detiene a unos 3 metros de mí, se quita el velo y contemplo estupefacta su rostro hermoso libre de arrugas. Sin embargo, la voz es lo opuesto a su hermosura.
---Soy Jobalet, hija de Jacoh, de la tribu Sonarem ----murmura con una sonrisa que esboza misteriosamente ----He venido a escoltarla a su nueva residencia hasta que la comunidad decida qué hacer con usted después.
---No pueden hacer esto, tienen que ayudarme a encontrar a mi padre. Le respondo desesperada.
----Ya te lo dije, no es nuestra responsabilidad, pero tú sí. Ven conmigo.
--- ¿Y si me niego?
Tendré que huir, ir a la casa, buscar lo que necesito e ir en su búsqueda. No necesito a nadie, ya veo que no harán nada.
Alejándome no me di cuenta que chocaría con una pared, pero cuando doy la vuelta descubro que unos hombres altos de barbas largas, sin bigotes, vestidos con el mismo atuendo se hallaban a mis espaldas.
---Creo que usted ya tiene la respuesta.
Recordé de nuevo las notas anónimas que me dejaron hoy. ¿Eran una advertencia de lo que sucedería hoy? ¿Quién lo escribió y cómo supo que ocurriría? Sea quien sea, no sé equivocó. Mi padre y yo estamos en peligro. Tenemos que huir lo más pronto posible. Ya.
El problema es que mi padre está desaparecido. Nadie sabe dónde está y tampoco les importa, no lo van a buscar excepto yo...
Si tan solo no estuviera aprisionada...:
<<No recuerdo cómo perdí la conciencia, pero supongo que me drogaron con algo para que me quedara dormida.>> Desperté en una habitación desconocida que entraba poco sol a causa de la ventana cerrada con candado. De paredes color blanco con flores rosas pintadas en ella. Una cama. Un tocador, un armario y un cuarto de baño. La puerta cerrada con llave. Solo hacen esto para asustarme. Para mostrarme que ellos tienen el control. Resignada por esta situación noto que un pedazo de papel reposa encima de la cama. Lo agarro para leer en una elegante caligrafía lo que parece ser una advertencia de quién sabe...
Esperamos que disfrute de su hospedaje. Nuestras más sinceras disculpas por las circunstancias que se presentaron, pero no sé preocupe, está situación no sé prolongará por mucho tiempo. Solo pedimos su colaboración para resolver unos asuntos y si lo hace, puede que la ayudemos a encontrar a su padre...
De parte de los Ancianos del Consejos.
¿Se están burlando de mí? Hacen que esta situación parezca que yo ando de vacaciones o algo así, aunque me intriga cuando dicen que pueden ayudarme a buscar a mi padre si colaboro con ellos. ¿A cambio de qué? ¿Qué es lo que quieren ellos?
Si hubiera sabido que esto pasaría me habría traído el teléfono para llamar a quien sea y poder pedir ayuda. Debe haber una línea telefónica en alguna parte si estamos cerca de Portland. ¿No?
Ahora que lo pienso...
No recuerdo cómo llegamos aquí. Estaba deprimida, cansada por las pesadillas y el viaje largo que recorrimos que, me la pasé durmiendo o tratando de dormir durante todo el viaje, cuando llegamos quise irme por el aire asfixiante que transmitía aquel pueblo. Mi padre dijo que nos habíamos perdido, pero que era el mejor lugar donde podíamos quedarnos...
Algo está mal.
Estaba tan concentrada en superar mis pesadillas y adaptarme en este horrible lugares que no pensé que las posibilidades de que estemos en una zona aislada de Portland, según mi padre, sea posible. Él dijo que nos perdimos. Lo dijo porque yo andaba adormilada...y es raro que haya dormido tanto tiempo aún y con mis sueños inquietos. La única manera sería que...
No, no tiene sentido. ¿Por qué mi padre me daría anestesia? ¿Para qué? ¿Qué quería ocultarme?
<<O tal vez lo hizo para no molestarme, además de que andaba también deprimido por la muerte de mi madre... ----pienso con la respiración agitada ----Tal vez quería darme una sorpresa pero no salió como lo imaginaba al llegar aquí. Si, tiene que ser eso. Él no permitiría que algo malo me sucediera. Es más, él tampoco quiere quedarse. No parecía contento con este sitio...>>
Me sobresalto al oír unos ruidos extraños. Veo la puerta. ¿Vendrá alguien, quién?
" ---Él ha sido advertido y no hizo caso, ahora asumirá las consecuencias de sus actos..." Un escalofrío me recorre los nervios al recordarlo, al unir un cabo suelto que despierta unas sospechas que voy desentrañando mientras los pasos suenan más y más cerca de la puerta. Me acerco a la ventana, pensando, recordando...
"...Solo pedimos su colaboración para resolver unos asuntos y si lo hace, puede que la ayudemos a encontrar a su padre..." Eso decía la nota. Creí que valdría la pena hacer algo por ellos si eso me ayudaba a encontrar a mi padre, pero ya no estoy segura, es decir... ¿Cómo sabré si no me están tendiendo una trampa?
---Al fin despertaste. Me alarmo al oír su voz. Cuando volteo encuentro a Jobalet acompañada por los mismos hombres que seguramente me pusieron aquí. Entonces noto que uno de ellos lleva consigo una cadena larga y gruesa, mientras el otro sostiene un collar de perro.
Me quedo paraliza en tanto que un miedo atroz congela cada fibra de mi ser, un pavor ante lo que sucederá que temo perder el poco control de mí misma, la escasa integridad que me queda, solo por pensar en lo que me harán; por las cosas que me obligarán hacer. Me acerco más a la ventana, refugiándome de la sombra proyectada.
--- ¡¡¡Alejense de mí...!!!
Me ignoran. Uno de ellos avanza hasta acorralarme.
--- ¡¡No!!
---Te dije que los actos tienen consecuencias, si no quieres que empeore esto te agradecería que cooperaras, niña.
--- ¡¿Que quieren de mí?! Les pregunto antes de forcejear con uno de ellos quiénes me fuerzan, lastimandome, para ponerme el collar de perro aprovechando el otro de conectar la cadena para atarla al poste de la cama; mientras pataleo y grito de impotencia, furia e indignación.
----Solo queremos saber quién eres.
----No entiendo... Murmuré acariciando la piel enrojecida por el dolor causado para ponerme el collar como si fuera un perro.
---Queremos que nos digas quién eres: Nombre, apellido, edad, gustos, lugar de nacimiento, dónde estudiaste, el significado de tu marca.
--- ¿Por qué quieren saberlo? ¿Para que?
----Solo queremos despejar algunas dudas, cariño.
Intento no estar asustada, pero el roce del cuero junto al sudor resbalando mi piel, el sonido de las cadenas al hacer un mínimo movimiento lo complica, y para empeorar, no puedo calmar los tambores que golpean mi pecho o relajar mi respiración. Me siento imponente al no saber qué harán conmigo o como huir de esta situación. No tengo opciones, solo me queda averiguar cómo hallar a mi padre y salir de aquí mientras lucho por sobrevivir.
---Mi nombre es Esther Lee, tengo 14 años de edad y vivía en Nueva York con mis padres desde que tengo los 7 años, he estudiado en la misma preparatoria hasta hace poco ----No sé en qué me ayudará pero debe servir algo, es tan extraño ----Me gusta dibujar y escribir. En cuanto a mi marca...
Entonces caigo en la cuenta de que ella no debería saber eso. ¿Cómo podría? Es una marca de nacimiento que la ropa oculta, cómo rayos...
---Espera... ¿Cómo supo lo de mi marca?¿Acaso usted...?
---Hacemos lo que es necesario para proteger está comunidad.
--- ¿Y porqué me tienen como prisionera? No soy una amenaza para ustedes. Mi padre y yo solo somos unos extranjeros, déjenos ir. Por favor. Dígame dónde está mi padre.
---Si cooperas puede que te ayudemos, ahora dime: ¿De dónde eres realmente? No somos estúpidos, niña, sabemos qué eres y porqué estás aquí.
Los miro con extrañeza, no me había dado cuenta que tanto la mujer como los hombres me miran como si fuera un peligro hecho de carne y hueso.
----Ya les dije lo que sé.
---No nos has dicho lo de tu marca.
Que raro. ¿Por qué es importante para ellos saberlo? No veo de malo decirlo pero, una parte de mí teme por su reacción o por lo que podría llegar a malinterpretar. No sé qué decirles. No puedo mentir y tampoco decir la verdad.
--- ¿Qué quieres saber de mi marca? ----les pregunto con voz neutral, para no revelar que estoy asustada, confundida, ante este raro interrogatorio, por lo que pueden hacerme si no les doy la respuesta que buscan ---- ¿Por qué quieren saberlo?
No me dice nada, solo le hace un gesto a uno de ellos quien a grandes zancadas avanza hacia mí y....
Un impacto doloroso y atroz como fuego marca mi rostro. Una bofetada cruel marca mi mejilla derecha hasta darme un hormigueo desagradable. Seguido de otro golpe, una y otra vez. A duras penas contengo las lágrimas que arden en salir de mis párpados.
Oigo los odiosos pasos de la mujer acercándose un poco, levanto la mirada y veo como alza la barbilla en un aire de suficiencia e irritación.
---Contesta mi pregunta, niña ----murmura entre dientes ----No lo hagas más difícil.
Reprimo las ganas de llorar por causa del ardor que me escuece la piel con intensidad. Por miedo a otro golpe.
----Solo es una marca de nacimiento.
Frunce el ceño.
--- ¿Eso es todo? Pregunta con desprecio en su voz. (Está mujer está loca, a veces me habla con ternura y otras veces con odio.) ¿Y qué insistencia tienen en averiguar mi marca de nacimiento?¿Qué quieren que les diga? No entiendo.
--- ¿Qué más quieres saber? ----me encojo de hombros ----No es mayor cosa, solo es una marca con forma de luna llena que parece un lunar teñido de blanco. Lo tengo desde que tengo memoria. Mi padre decía que era señal de que fui una reina en una vida pasada, en aquel entonces tendría 8 años. Mi madre decía que era una marca que heredé de alguien.
--- ¿De quién?
---No lo sé, nunca me lo dijo.
--- ¿Donde está tu madre? Me pregunta, y duramos unos segundos sin decir nada porque no le doy la respuesta. Permito que el silencio se extienda para que entienda la indirecta....
No parece pillarla. Rayos... ¿Es que aquí dicen las cosas directamente, no son delicados a la hora de anunciar ese tipo de noticias? Vaya...
----Esta muerta. Respondo, de todos modos también digo y prefiero que me digan las cosas directamente, pero es solo porque no soy buena captando las indirectas por mi condición de autismo. (Larga historia.)
---Es una lástima ----baja la cabeza, cómo si se lamenta por la pérdida ----Kiato pudo aclararnos muchas cosas, supongo que no hemos sido muy comprensivos con ella y eso desencadenó este desastre.
La miro con extrañeza.
--- ¿De quién hablas?
---De tu madre, obviamente.
---Disculpe, pero mi madre se llamaba Nicole Lee, no Kiato.
Ahora ella me mira confundida.
--- ¿Y de dónde crees que heredaste esos rasgos asiáticos?
---No lo sé, creo que de un pariente que falleció hace mucho tiempo o algo así ----Tal vez aquí no existen personas que desciendan de mesclas ----Mi abuela era japonesa y mi abuelo norteaméricano, pero mi madre conservó el apellido materno porque su padre nunca la reconoció, así que heredé sus...
---No, no, no, no me refiero a ello ----ambas nos observamos confundidas e intrigadas ----Es decir... ¿No se supone que eres adoptada?
Frunzo el ceño ante tal idea alocada.
--- ¡¿Qué?! No, no soy adoptada. Ya le conté todo lo que sé.
----Tal vez sea eso ----murmura, pensativa ----Tal vez tu padre iba a decirtelo pero no tuvo la ocasión de contarte.
Siento que mi mundo se detiene al recordar el nerviosismo de mi padre al querer decirme algo, su preocupación al ver que mi madre no me contó algo antes de morir...
--- ¡¿De qué estás hablando?!
Niega la cabeza con pesar.
---Que desastre, eso explica porqué no entiendes nada de nada, no te contaron la verdad si quiera ----con un ademán de la cabeza les pide a los hombres que se alejen de mi ----Atenla y no dejen que salga, no hasta que notifique esto a los ancianos.
Dicho esto, sale acompañada de mis gritos al pedirle que me libere, que me saquen. Solo el silencio que produce la puerta tras cerrarse se burla de mi pánico. Los hombres se quedaron afuera a vigilar, no los veo pero sí sus sombras bajo la rendija, no obstante, los pasos apresurados de la mujer se alejan hasta desaparecer.
Dejándome sola en esta habitación silenciosa, sin más compañía que mis lágrimas, mis emociones revueltas y las miles de preguntas sin respuestas. Ya no sé qué hacer.
Cierro los ojos, derrotada, hecha un ovillo en el suelo helado a la espera de lo que sea que acontecerá a continuación. Sin opciones. Sin ideas. Sin un plan que me resguarde. Preguntándome si hay alguien cuerdo en este clan que sea capaz de sacarme y ayudarme a buscar a mi padre...
Pensándolo bien lo dudo mucho.
Estoy atrapada.
Intento relajar mi agitada respiración, en vano, se me acerela con cada latido que golpea mi pecho. Me concentro en ese sonido, lo escucho antes de que el suave, agradable y débil canto de la lluvia se oiga desde el exterior: trayendo consigo el nostálgico recuerdo del olor a tierra húmeda. La sensación del agua mojando mi cuerpo. El aire fresco besando mi rostro. No obstante, solo siento el suelo frío, duro e incómodo bajo un techo cerrado.
Lo odio.
¡¿Cuánto tiempo estaré aquí?!
Las lágrimas me ahogan y no parecen que vayan a cesar, solo siguen deslizándose lentamente en mis mejillas con el asfixiante silencio arropandome.
Poco a poco, el tiempo se extiende hasta conventirse en una burbuja que me ahoga. El llanto me adormece aprovechando que mi cuerpo está débil por la escasez de agua y comida.
Transcurren los segundos.
Minutos.
Horas.
Y no sucede nada, no hago nada, solo me limito a cerrar y abrir los ojos hasta que finalmente no vuelvo a abrirlos cuando caigo en la red del sueño...
***
...Un árbol de roble se alza detrás de un altar rectangular hecha de piedra gris, bañado por las sombras y luces del fuego encendido...
...Máscaras y cuerpos borrosos que parecen danzar a través de una fogata enorme, teñido de tonos cálidos que parecen entremesclarse con los gritos que suben hasta la montaña que yace en el horizonte oscuro...
...Una hermosa joven yace acostada sobre la piedra rectangular completamente desnuda, con el rostro oculto por cabello largo y espeso como si fuera un velo, con símbolos teñidos de escarlata adornando su piel pálida como la porcelana...
...Una estatua hecha en arcilla es iluminada bajo la débil luz de color sal que penetra a través de las sombras que arropan la cueva, dónde se ubica el extraño objeto que parece estar vivo. Es una estatua en miniatura con silueta y rasgos femeninos, a excepción del rostro que está oculto por una máscara vagamente familiar...
...Veo tornarse el cielo día y noche, cambiando las fases de la luna, repitiéndose el ciclo una y otra vez para señalar el transcurso de los días y noches hasta detenerse en un momento, un día, una noche en concreto; marcado por una luna de color tinta que cuelga en un cielo ceniza...
...Las voces de la tierra infértil parecen clamar en un idioma antiguo y olvidado...
...Las imágenes, reproducidas en flashback, retrodecen en el tiempo y vuelven a reproducir las escenas rápidamente hasta detenerse en la joven que yace inmóvil con el rostro oculto y de perfil.
Como un vídeo, la cámara se acerca más hasta enfocar el rostro de la chica quien repentinamente mira de frente y descubro con horror que es mi rostro, me mira sin expresión antes de gritar con terror.
--- ¡¡¡¡Corre...!!!!
***
Abro los ojos abruptamente, me levanto con violencia y tardo unos segundos en procesar que estoy despierta. Ya no estoy en la pesadilla. Estoy despierta. Estoy despierta...
¿Verdad? Creo que he despertado.
Entonces... ¿Qué son estás cadenas?
¿Este collar que me oprime el cuello?
¿Está habitación pequeña, este...?
Es entonces cuando lo recuerdo todo justamente al abrirse la puerta donde entran Jobalet y sus compinches, con personas que desconozco a sus espaldas, tanto hombres como mujeres...son muchos.
Todo mi cuerpo se tensa al ver que avanzan hacía mí, despacio.
--- ¿Qué es lo que quieren de mí? ----susurro, preguntándome qué piensan hacer ---- ¿Por qué me hacen esto?
Uno de ellos, una mujer alta, blanca, de cabellos negros se acerca a dónde estoy hasta quedar unos pocos metros, mirándome con odio.
---Sangre ----su declaración me confunde, ella lee mi expresión y por eso me aclara ----Pagarás tus pecados con sangre. Por las atrocidades que cometiste con las familias de esta comunidad, incluyendo la mía, mi hermana mayor.... ella...nunca volvió por tu culpa.
Ahora sí estoy asustada.
---Espera... ¿Con quién me confunden? ----forcejeo con los hombres que me impiden moverme mientras uno quita la cadena para que los demás me lleven a rastras ---- ¿De qué están hablando? ¿A quién se refieren?
Lo siguiente que procesé es que me estaban golpeando. Todos me abofetean, me lastiman, me golpean, una y otra vez. Tengo la piel en carne viva en algunas zonas, cada centímetro adolorido y las lágrimas brotan sin poder contenerlo por el dolor atroz que siento.
Me llevan contra mi voluntad no sé a dónde acompañada por gritos iracundos, voces que se alzan con furia y locura hasta dolerme los oídos por el escándalo provocado. No logro ver bien por causa del ejetreo y la multitud enojada, pero cuando siento el viento besar mis mejillas, la luz de la noche caer sobre mí...
Me sentí aliviada...
Por una fracción de segundos...
No sé quién fue, cómo, cuando, o quién lo inició, pues la multitud enloquecida me impidió saberlo, pero mis gritos se oyeron cuando me arrancaron la ropa, me la quitaban pieza por pieza para horror mío.
Pataleo, fuerzo, lucho contra las miles de manos que invaden mi intimidad sin poder hacer nada al mismo tiempo.
Grito de miedo y vergüenza.
Lágrimas de furia y humillación bañan mis mejillas lastimadas.
Grito, pidiendo que me dejen en paz.
Que hay un error.
Un malentendido.
Que me están confundiendo de persona.
Esto no puede estar pasando.
Completamente desnuda me conducen a un sendero a través de una multitud enorme de personas que danzan desnudos alrededor de grandes fogatas. Sus rostros ocultos por máscaras que carecen de rasgos faciales. Sus cuellos adornados por amuletos extraños hechos de arcilla, oro o piedras preciosas.
Es de noche, casi luna llena.
Un altar de piedra rectangular grande, con runas y símbolos antiguos tallados en ella yace al pie de un árbol de roble con ramas largas y gruesas extendidas que se alza en terreno ligeramente alto. Varios me obligan a acostarme en ese altar, sin poder dar crédito a lo que veo en este entorno que creí que era un simple pueblo raro con gente rara.
Cuan equivocada estaba.
Me atan las muñecas y tobillos antes de que unas mujeres, incluída Jobalet, derramaran sobre mí un líquido espeso, negro y viscoso que huele ligeramente a sangre...
--- ¿Que están haciendo? ¿Acaso van a matarme?
---No, niña ----No veo a Jobalet, pero oigo su voz atravesar el ruido de la multitud que sube con intensidad ----Eres un tributo demasiado valioso para desperdiciarlo en un sacrificio. Oh, sí. A cambio de ti, nos recompensará la Diosa Sin Rostro muy generosamente, así que solo serás la doncella que dará inicio a la festividad que conmemora la llegada del Sostilcio Oscuro. Sin embargo, tienes que pagar tus pecados con sangre.
Mi corazón late dolorosamente en mi pecho. No puedo estar pasando. No es posible.
--- ¿Va a torturarne hasta sangrar para pagar, según ustedes, mis pecados?
---Veo que sigues siendo insolente, pero no, no vamos a torturarte ni nada. Solo te ofreceremos a nuestra diosa dentro de tres días, por ahora, un sacrificio ha sido preparado para que muera en tu lugar y pague tus crímenes.
--- ¿Qué he hecho yo para que...?
Un grito masculino interrumpe mi pregunta, dejándome confundida.
Es entonces cuando observo cómo arrastran su cuerpo mutilado, maltratado, ensangrentado, hasta una hoguera que están preparando...
No, no, no, no no, no, no, no...
--- ¡No, por favor...! ----No me escuchan, nadie, solo me ignoran ----¡¡¡Ya basta!!! ¡Déjenlo en paz! ¡¿Qué pretenden hacerle!?
Creo tener la respuesta, pero me niego a aceptarla. No es posible...
Impotente, vulnerable, solo me limito a contemplar a mi padre desfigurado siendo atado a un poste donde tienen colocado ramas que van encendiendo con fuego...
Mi padre, inmóvil, no parece reconocerme cuando le grito.
Tiene la mirada vacía y hueca.
Yo solo grito.
<Dios, por favor, no permitas que ésto suceda. Que muera yo, que muera yo, pero deje vivir a mi padre. O líbranos de esta situación, por favor...----rezo----Solo salve nuestras vidas. Que esto sea otra pesadilla. Otra pesadilla. Que no sea real. Que no es real. No es...>>
Jobalet se ríe.
---Pierdes tu tiempo si estás rezando al Dios que todos veneran ----me dice, señalando a mi moribundo padre y a mí ----Aquí, en la Isla Prohibida, nadie entra o sale de estas tierras. Ninguna deidad protege o salva. La única deidad que rige nuestras vidas es la poderosa Diosa Sin Rostro, también conocida como la Madre de Horrores.
Me quedo petrificada al oír ese nombre: Madre de Horrores. ¿Donde fue que lo oí? Estoy segura haberlo oído en alguna parte. ¿Habrá sido en mis pesadillas? No tiene sentido, mis sueños no son reales...
Excepto...
Miro perpleja a la estatua que se alza inmóvil al fondo de este macabro escenario: la del rostro oculto por una máscara sin rasgos faciales y un cuerpo seductor. La misma estatua que ví en mis pesadillas.
Eso es imposible.
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