Sin abordar la cursilería
Te necesito para vivir…
Por favor, no eches sal a la herida,
Ten un poco de piedad de mí.

Róbame un beso, así de repente,
Dando humedad a la sequía,
Maldita soledad que no miente
Me cuenta siempre su agonía.

Y tú que dices leer mis versos:
¿Por qué no comprendes mi intención?
Cuando todo lo que digo y siento,
Es por culpa de tu corazón.

Evita decir que eres mi amigo,
Si no aceptas mi proposición,
Te amo y dime si será un castigo…
Dejo en tus manos la conclusión.