Etapa 2: El llamado
La feria del libro se llevó a cabo junto a la llegada de Samayoto, el ambiente quedo con un aire refrescante, todos se sentían con energía y con ganas de aprender de una nueva cultura, y por supuesto de un artista con un gran recorrido y reconocimiento. Lo primeo que se hizo cuando ella tocó tierras latinas fue darle una bienvenida con un almuerzo de presentación, luego ella misma decidió ir al evento como visitante. Quedo fascinada con la voz de Jason, su tono fuerte al leer los relatos la hicieron sumergirse en estos. Cada vez le llegaban ideas para hacer los otros tomos y a su vez le recordaban a su esposo.
<<a Kazuhiko le habría encantado estar acá, siempre decía que había que aprovechar los cambios>>
Ese pensamiento fue como un llamado, entre la multitud lo vio pasar por un lado del stand, no iba solo, junto a él caminaba un perro. Su cuerpo reaccionó e intentó ir tras de él, la voz de Misao no se lo permitió, poco a poco fue desapareciendo. Las firmas y fotos cerraron la feria, muchos de los que asistieron reconocieron a la mangaka, no se aguantaron las ganas de saber más sobre sus trabajos y de la trilogía. Ella con algo de zozobra no se negó a responder a las inquietudes de sus lectores.
—Konbawa—expresó uno de los fans algo nerviosos —. ¿Qué fue lo que te motivo para hacer este proyecto aquí en Latinoamérica?
—Koko Raten'amerika de kono purojekuto o yarou to anota kikake wa nandesuka—trasmitió Jiro Mori, quien por protocolo de eventos fue el traductor que los acompañó mientras Misao y Uni disfrutaban de este.
—Kono kuni no geijutsu wa itsumo watashi no chūi o hiita. Botero no sakuhin watashi ni koi shimashita. Watashi no otto wa koko ni ichi shīzun sunde ite, no bijon o hirogeru ātisuto to issho ni hataraku to iu aidea o omoitsuita hitodeshita —respondió Uni.
—Siempre me llamo la atención el arte de este país. Las obras de botero me enamoraron. Mi esposo vivió una temporada acá y fue el que planteó la idea de trabajar con artistas que ampliaran mi visión—interpretó Jiro.
—¿Podrías darnos un adelanto de lo que va ser este proyecto? —cuestionó otro lector.
—Kono purojekuto no gaiyō o oshietekudasai —Jiro tradujo de nuevo.
—Hoka no sakuhin ni kurabete, koreha odorokudeshou —aclaró Uni.
—No les puedo decir mucho, comparado con mis otros trabajos este va a sorprender —aclaró Jiro.
Por ser algo extra el director janner no permitió más intervenciones, sabía que Samayoto entendía y podía hablar español, por respeto a que estaba recién llegada fue que solicitó el traductor.
Después fue su instalación en una casa de dos niveles a las afueras de la ciudad, lejos del ruido para que se pudiese acomodar al horario; el primer nivel estaba amoblado para su editor y el segundo por la vista y la iluminación fue acomodado según los gustos de ella.
Durante el primer mes todo fue de acoplamiento y de uno que otro tour corto por la ciudad. Uni y Misao tuvieron algo de tranquilidad sin la presencia de eventos paranormales, ni pesadillas, fuera de eso se logró en medio de este pulir ese primer tomo del cazador, el cual dejó a más de uno estupefacto. Ni siquiera Lilian ni Tamara podían asimilar como sus trazos se convertían en una obra de arte, no había técnica que pudiese igualar lo que ella hacía.
—Es asombrosa, parece que las sombras de sus dibujos cobraran vida, ¿Cómo lo logra? —inquirió Tamara tratando primero con la de tramado, luego con el tramado cruzado, y por ultimo probó con el circulismo. Al hacer el frotado lograba una buena sombra, pero esta no hacia resaltar el objeto ni darle volumen, mucho menos trasmitir el aspecto tenebroso y peligroso.
—Nunca compares tu trabajo con el de los demás, cada artista tiene su propio toque o marca—declaró Lilian viendo las 54 páginas de la historia ya con los cambios sugeridos por Misao y por ella misma.
—¿Qué pasa?, tienes cara de no estar satisfecha, los cambios fueron buenos. Sera exitoso, no tienes de que preocuparte.
—No es por eso, es que todos sus trabajos trasmiten algo de oscuridad, pero este en especial anuncia algo que me da escalofríos—aclaró Lilian fijándose en las sombras que delineaban a sus personajes—. Supongo que debe ser las bestias que rodean al protagonista, su locura, su descontrol. Quería trasmitir como todos esconden un lado salvaje, mas no pensé en llegar a canibalismo y masacres.
—Bueno, es lógico que se vea distinto ya que esta vez se basó en algo ya creado y en tu dibujo —le calmó Tamara antes de volver a la editorial por una llamada de Janice.
—Así es—confirmó la voz de la misma mangaka entrando el mini estudio de su casa, si hubieses visto lo primero que hice te habrías quedado más impactada, sé que es algo fuerte, claro está que el relato más tu arte dicen mucho más que mostrar el lado salvaje. Esta vez quise irme por algo psicológico, mostrar el escape de una mente afectada por un trauma y por algo de su pasado.
—Realmente es diferente a tus otros trabajos, impacta lo de las cabezas pero... ¿Por qué tenerlas guardadas en un congelador?
Uni no podía decir que eso lo dibujó después de haber tenido esa pesadilla con su esposo. Dijo lo más comprensible que se le ocurrió.
—La cabeza es lo más importante ya que allí se dan todos los sentidos y el control del cuerpo, esta demuestra superioridad y poder, y al dejar los cuerpos sin esta y conservarla, anuncia a los enemigos lo débiles que son.
—Tiene sentido— Lilian se relajó y concordó con eso, aunque seguía percibiendo algo extraño en la historia.
—Me gustaría que nos acompañaras a la editorial, seria grandioso que vieras los microrrelatos que nos siguen llegando, por mi fuera habría elegido otro del mismo autor.
—¿Los seleccionados pertenece al mismo? —indagó Samayoto
—Vienen del mismo correo, es anónimo el autor, hace poco llegó otro— aclaró Lilian.
—Me gustaría revisarlo—solicitó la mangaka.
—Claro, precisamente estaba trabajando en él.
El tiempo se agota, se acerca la hora de una despedida,
No hui, tarde lo descubrí, justo cuando mi entorno comenzó a caer
Estaba claro que la vida me cobraría haber causa esa profunda herida
El tiempo se agota, ya no tengo salvación alguna
Distanciándome, ruego que aquellos actos no te lleguen a envolver
Sigue sin mirar atrás, y si deseas hablar solo ve a esa laguna.
El tiempo se agota, es momento de seguir mi camino en la penumbra.
Ya puedo decir adiós, con la certeza que siempre estará ahí para ti.
Uni sintió que su cuerpo la abandonaba, vio el miedo reflejado en el rostro de Lilian antes de que corriera a pedir ayuda a Misao. Entre los dos trataban de mantenerla consciente, y por más que ella puso todo de sí para seguir despierta, su mente no se lo permitió.
Despertó en su hogar, una casa inmensa en la ciudad de Sapporo, rodeada de cachorros con los que reía y jugaba, allí sus padres le dijeron que nunca estaría sola, que siempre estaría protegida. Unos meses después ya no había cachorros, esa ausencia la atormentó, más cuando acompaño a su padre al monte Maruyama. Estaban en verano, él le dijo que lo esperara, pero la curiosidad de una niña la llevo a descubrir algo desgarrador, vio como su padre le entregaba uno de los perros a otro señor. Corrió hacia el al ver que iba a entregar a su favorito, el que siempre llegaba a dormir a su lado, tropezó en tierra blanda cayendo a un hueco donde descubrió los cuerpos inertes y destrozados de los que alguna vez le habían hecho reír. Ese mal recuerdo quedó en ese pozo abandonado hasta ahora, y esa tragedia salvo a su amigo.
Al recuperar la conciencia notó que Lilian y Misao hablaban mientras veían algo en el computador, ambos cambiaron de tema cuando notaron su presencia.
—¿Qué fue lo que paso?
—Esa es mi línea —anunció Misao.
—Te pusiste mal cuando leíste el relato, te pido disculpas ante mi imprudencia, sé que estás pasando por un duro momento.
—No es necesario que te disculpes, fue una crisis, desde que llegue no había tenido ninguna.
—Bien, ¿quieres que vayamos a un hospital?, te ves algo pálida—sugirió Misao.
—No, tuve una pesadilla —aclaró tomando algo de la nevera.
—¿Con Kazuhiko? —preocupado indagó su amigo.
—No, fue extraño—contestó sorprendida, nerviosa e incómoda al ver que Lilian estaba presente.
—Uni no tienes de que preocuparte, Misao me explico la situación, bueno, de hecho lo obligué a que me dijera, solo quiero que sepan que pueden confiar en mí.
—Gracias, es cosa de tiempo, más bien concentrémonos en el proyecto.
—Como quieras, pero preferiría que trabajaras en la editorial, no me gusta dejarte sola, así me sentiré tranquilo mientras averiguó un poco sobre el autor de esos escritos que te afectan drásticamente.
—Gracias, eso sería bueno.
Esta vez ella siguió el consejo de su editor, al reposar en compañía de Lilian y Tamara y al saber que no fue posible dar con el autor de los micros, decidió que era hora de continuar en el tomo 2 en las instalaciones de la editorial. Los primeros días pasaron sin ningún percance, allí se distraía con los asistentes, se sentía diferente al enseñar una que otra técnica a los que le pedían consejos. Al volver a casa lograba descansar como hacía rato no lograba hacerlo, de vez en cuando volvía a soñar con perros, por eso mismo se concentró en el segundo microrrelato elegido, lo analizó y comenzó adelantar.
***
Tomo 2: Reminiscencia
Esta vez dibujo a un Colva siendo niño, viviendo una vida normal junto a sus padres, amigos y su perro Nigu. Nunca los vio discutiendo, hasta esa noche donde su vida cambio. La violencia tocó las puertas de ese hogar, hombres corpulentos y armados hasta las narices le arrebataron el calor familiar, a él lo ataron junto a su madre, los obligaron a ver como torturaban al padre hasta dejarlo sin vida; luego intentaron con el perro, él fue capaz de defenderse, logró arrancarle un dedo a uno, y escapar algo herido. Lo peor vino cuando fue el turno de su madre, allí la inocencia y la dulzura de un niño quedaron sepultadas.
Para Colva aquellos hombres se trasformaron en monstruos antinaturales, su pequeño cuerpo recibió tantos golpes que llego a un punto de no poder respirar, menos llorar. Sintió un abrumador calor cuando vio el fuego cubrir el cuerpo de sus padres, arrastrándose se alejó de este; sin embargo unos brazos lo detuvieron para que no escapara, lo alzaron para lanzarlo a la hoguera. En ese momento vio como Nigu traspasaba las llamas y enterraba sus colmillos en el cuello de uno de los monstruos, disparos fue lo último que escuchó antes de perder el conocimiento.
Una pequeña luz con sus brazos intentaba tomar, no le fue posible, su cuerpo se hallaba en un pozo al lado de los restos de su familia. Inesperadamente algo lo hacía mantener a flote, era Nigu que estaba allí para ayudarlo, más bien salvarlo. De raíces que sobresalían y con escasas fuerzas pudo llegar a la luz. Con miedo busco una soga y trató de salvar a su amigo; pero este ya no tenía fuerzas, desde arriba visualizó en cámara lenta como su cuerpo se sumergió y no volvió a salir.
El tiempo curó su cuerpo pero no su mente, todas las noches se escapaba del orfanato para internarse en el bosque. Llegaba a su hogar, ni las ruinas ni el mal estado le impedían visitar el lugar donde descansaban las almas de los que lo habían amado. Años pasaron y con sacrificios recuperó su hogar, a esa casa del bosque llegó la familia de Nigu. Siete lobos con algo de perro crecieron a su lado, en épocas de cacería el salía a cazar y a salvar junto a ellos.
***
Uní quedó nostálgica y agotada con lo que había hecho, sintió ruidos en el piso de abajo, se imaginó que era Misao, quiso llamarlo pero prefirió ir a descansar.
La mañana estuvo agitada, recibió una llamada de la editorial para que fuera con urgencia. Antes de salir de casa volvió a sentir ruidos en la planta baja, Misao salió con ropa deportiva, se sorprendió al verla ya arreglada.
—¿Paso algo?
—Me llamaron de la editorial, nos vemos para almorzar.
—Sí, ve con cuidado.
En la editorial todo era un caos, estaban en tiempo de cierre y como siempre, surgieron inconvenientes de último minuto. Lilian y Tamara la saludaron con sorpresa.
—¿Paso algo? —preguntó Lilian con prudencia.
—Misao me pregunto lo mismo, estoy aquí porque me llamarón debido a una urgencia.
—¿Urgencia?, ¿Quién te llamo?
—Fue un hombre, creí que necesitaban un adelanto del tomo 2, me pareció raro cuando dijo que era para unas portadas que habían salido mal.
—Creo que hubo una confusión, veré de quién es ese número que te llamó—anunció Tamara.
Lilian y Uni fueron al estudio, allí discutieron detalles sobre ese avance, fue necesario el uso de pañuelos.
—Ahora ya entiendo porque el cazador era así, esto hará mover fibras susceptibles, más con lo del perro —expresó Lilian—. El sueño que tuviste la otra vez tuvo que ver con esto.
—Sí, he estado soñando con perros, y hasta donde yo sé no crecí con ninguno, mi familia nunca fue de mascotas.
—De pronto alguien cercano a ti si los tuvo.
Uni no tardo en pensar en Kazuhiko, recordó como lo vio pasar junto a uno.
—Creo que sí, la familia de mi esposo es muy devota a los perros.
—Igual que la mía, un tío lejano tuvo un criadero de dobermans y Samoyedos, realmente te dan mucho amor, había un doberman que era mi favorito, siempre llega a dormir a mi lado.
Ante esa confesión Uni se estremeció un poco, estuvo a punto de preguntar si había pasado algo trágico, pero Lilian se ocupó con una llamada.
—No te quito tiempo, viendo que no hay urgencias me marcharé.
—Uni estoy apenada con esto, te acompaño hasta tu casa.
—¡Esperen! esto les sonara extraño, ese número era del área de recursos humanos, ya esa línea la quitaron hace 4 años —informó Tamara alcanzándolas en el ascensor.
Con esa afirmación la puerta del ascensor se cerró, Uni estando adentro trató de detener las puertas pero ningún botón respondió, el único que estaba iluminado era el del cuarto piso. Al llegar a este las puertas se abrieron ante un pasillo vacío, con nervios insistió en cerrar las puertas y marcar otro piso, nada sucedió. Se vio obligada a salir cuando vio a Kazuhiko pasar por este junto al perro. Se quedó inmóvil viendo su espalda y como algo goteaba, se dio cuenta que eran rastros de sangre que salían de la garganta de ambos, en segundos sus cabezas cayeron.
Grito y entró de nuevo al ascensor, las puertas al fin se cerraron, cerró los ojos y respiro al sentir algo de movimiento, aunque la sensación de humedad la obligaron a ver. Descubrió que tenía sangre hasta sus rodillas, busco los botones y no palpó nada, las puertas habían desaparecido, se hallaba en ese pozo de su pesadilla.
El ruido de la alarma y del metal abriéndose la liberaron de ese horror. Lilian y el director Janner la recibieron en el primero piso. Su cuerpo no dejaba de temblar, fue necesario llevarla al hospital.
Lilian se quedó con ella, Misao llego a los minutos en estado de alarma.
—¿Qué fue lo que sucedió?
—Las puertas del ascensor se bloquearon y ella quedo atrapada.
—Por cuento tiempo, supongo que activo el botón de emergencias.
—Paso media hora, el caso es que ningún botón sirvió.
—Debí venir con ella.
—Sí, ella es vulnerable cuando está sola, presiento que hay cosas que quedaron pendientes con Kazuhiko, por eso ella lo sigue viendo.
Misao se puso rígido, sabía que tarde o temprano llegaría el momento en que tendría que decir la verdad.
—Lilian, por eso mismo fue que decidí este viaje, estaba sufriendo mucho, veras, ella cree que Kazuhiko murió en un asalto, pero eso no es del todo cierto. Días antes el me confesó que se sentía perseguido por algo que hizo tiempo atrás.
—¿Qué fue lo que hizo?
—No lo sé, el día que me lo iba a contar murió.
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Total de palabras 2750.
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