Valkyries.
Renuncia de derechos, los personajes que aparezcan aquí les pertenecen a sus respectivos dueños y autores.
".................."
Reynare observaba estoicamente el denso bosque que tenía frente a sus ojos violetas, árboles gigantes destacaban en aquel lugar.
-¿Para qué estamos aquí Kaichou? -Reynare preguntó aquello pronunciando con dificultades el honorífico, para ella tratar con respeto a una diablesa menor que ella era dificultoso.
El peerage de Sona estaba presente siendo encabezados por la misma: Tsubaki, Momo, Kusaka, Saji... estaban todos en aquel bosque enigmático acompañando a su ama.
Reynare sabía que le debía bastante a aquella diablesa de clase alta, ella le había reencarnado como su torre salvándole la vida en el proceso cuando los insubordinados le traicionaron.
Reynare se dio cuenta finalmente de que no necesitaba subir de rango para impresionar a Azazel, a quien ella amó en el pasado. Se dio cuenta de que Azazel era un obsesionado a los sacred gears y que probablemente el esfuerzo de intentar llamar su atención no tenía sentido, por eso abandonó el plan de los ángeles caídos insubordinados y ellos, al no aceptar la renuncia de Reynare, intentaron matarla de todos modos.
"Quizá deba agradecerle de alguna manera"- Reynare indagó ruborizada recordando quién le dio otra oportunidad de vida a pesar de lo que ella le había causado apenas unos días antes.
En sus últimos minutos de vidas Reynare juró ver al mismísimo Azrael, el ángel de la muerte estaba esperando a que llegase la hora pero al parecer Azrael no tuvo trabajo que hacer.
Con la intervención de Goku ella pudo reencarnar como un demonio al servicio de Sitri, concretamente bajo las órdenes de su heredera Sona, quien se sentía muy satisfecha por ello.
Sona no supo el motivo pero se sintió halagada cuando Goku recurrió a ella para reencarnarle a Reynare en vez de recurrir a Rias Gremory.
Obviamente Rias se sintió sumamente ofendida al escuchar aquello, en ese entonces Sona supo que realmente a Goku le disgustaba bastante el carácter Rias: una chica maleducada, egoísta, manipuladora... aunque ella era su mejor amiga, Sona sabía que Rias llegaba a ser... exasperante.
-Debido a tu reciente reencarnación como diablesa a mi servicio -entonó Sona ajustando sus gafas- estamos aquí para la elección de tu familiar, este lugar es el llamado bosque de los familiares -añadió la muchacha pelinegra-
Reynare cruzó sus brazos bajo su enorme busto, resaltándolo, y alzando su ceja derecha inquirió:
-¿Me es necesario tener un familiar? -preguntó la antigua ángel caído, sabiendo de antemano qué son los familiares, cuales viniendo siendo lo que son los shikigami en el archipiélago de Japón.
-Un familiar te ayudará con tareas básicas como la obtención de información, así que... realmente sí es necesario -Tsubaki contestó en lugar de su presidenta, quien agradeció eso con un gesto de asentimiento tranquilamente efectuado.
Tsubaki le mostró a su familiar, una Yuki onna de baja estatura mientras el familiar de Sona era un Mizuchi peliazul, Momo tenía un fugurama-yōbi, Saji tenía a una especie de Ippon-datara....
-Sigh... espero que sea rápido -suspiró Reynare, otra tarea tediosa de ser ahora una diablesa.
También estaba el hecho de que Reynare tenía que acudir a los encargos que hacían algunos clientes. Estaban quienes pedían cosas básicas como la buena fortuna aunque no faltaba algún que otro hombre pervertido, eso sumado al despampanante cuerpo del ángel caído.
Reynare se partió de risa cuando un cliente tuvo un sangrado nasal nada más verla. Debido a su naturaleza "pecaminosa", los ángeles caídos tenían cuerpo voluptuoso y Reynare no era la excepción, igualmente Penemue o Akeno.
"Hahaha así que finalmente han venido, les estaba esperando desde hacía un tiempo".
Un hombre se presentó con voz enérgica vistiendo una ropa casual. Sona se paró frente a su grupo como era de esperar al ser la líder.
-Hola Zatouji-san, ella es Reynare y como previamente te mencioné está en busca de un familiar -Sona habló mientras que el llamado Zatouji asentía al oír sus palabras.
-Como ves todos sus familiares son de la raza yōkai, algo bastante innovador -le indicó Zatouji a Reynare señalando a los familiares de Sona y su peerage y ella rodó sus glóbulos oculares.
La gran mayoría siempre escogía a cuervos o dragones, lo cual venia siendo bastante tedioso. Zatouji agradecía que Sona hubiese escogido a otras especies que él les mostraba.
Zatouji sacó un catálogo cuyo título era "guía de familiares apta para demonios principiantes", tal parecía que Zatouji era una especie de vendedor de familiares, o una especie de intermediario.
-Bien, bien... -habló Zatouji abriendo el catálogo y Reynare arqueó una de sus cejas- primeramente tenemos nada más y nada menos que a la reina dragona Tiamat... una poderosa dragona que descansa bajo una cueva, ¿Qué me dic...?
-Paso de eso -Reynare interrumpió al hombre nada más ver la imagen de Tiamat en aquella revista, desde luego no estaba tan loca como para donar a una reina dragona del caos.
Sona se frotó la sien mientras que Tsubaki y Momo intercambiaron una mirada rápida, si Reynare fuera menos como es, sería perfecta.
Su carácter no había frenado la creación de un pequeño grupo de admiradores suyos en apenas su primera semana en la academia Kuoh, entre ellos Matsuda y Motohama. Issei no se unió a la fiesta por obvios motivos aunque a Reynare se le hacía divertido ver cómo el castaño trataba de evitarla cada vez que se encontraban los dos.
-Muy bien... -Zatouji sonrió nerviosamente mientras ojeaba el catálogo- ¿Qué te parece a la famosa hidra que derrotó Heracles en uno de sus doce trabajos? -añadió entusiasmado-
-No me interesa realmente... -Reynare suspiró con aburrimiento y Sona arrugó la frente- ¿Qué tal éste...? Parece ser bastante llamativo.
Reynare señaló en el catálogo a un cuervo de ojos rojos, lo cual resultaba irónico pues ella era un ángel caído. Ella no quería complicarse con eso, tampoco es como si estaría usando a su familiar durante las veinticuatro horas del día.
-Está bien... -Zatouji se sintió algo decepcionado ya que nunca nadie elegía a Tiamat o a la pitón que asesinó Apolo, todos iban a por lo fácil.
-Ahora que has hecho la elección de tu familiar debes recitar un conjuro para hacer oficial el contrato -le indicó Sona a su nueva torre-
"No jodas, ¿ahora también tengo que cantar como una maldita princesa? Mierda"- Reynare se maldijo internamente al oír la recitación de Sona.
Más tarde.
Reynare caminaba hacia su departamento tras haber obtenido a su familiar, un cuervo ojirrojo que ahora estaba posado en su hombro.
Su departamento estaba a escasos metros de la academia Kuoh, situado en una zona residencial de estudiantes creada por Sona, la presidenta del consejo estudiantil de Kuoh's highschool.
-¿Qué se supone que debo hacer contigo? -preguntó Reynare observando sin interés al cuervo situado en su hombro izquierdo.
"¡Reynare-san espera!"
El ángel caído demoniaco se dio la vuelta al oír la voz de su compañera de equipo, Momo.
-¿Qué quieres? -preguntó Reynare con tono apático mientras veía a Momo pararse a su lado.
-Quería preguntarte si te gustaría estudiar conmigo, mañana es el examen de historia y pasado el de biología -habló Momo caminando en la misma dirección que Reynare.
Reynare recordó que la muchacha peliplata vivía también en la zona residencial, concretamente en el departamento situado frente al suyo.
-*Suspiro* está bien, ¿decías que mañana es el de historia? -Reynare no tuvo otra opción que aceptar la propuesta, de todas formas se aburría viviendo ella sola.
-Sip, el profesor mencionó que examinaríamos el tema seis y dentro de tres días el tema siete -respondió Momo sonriendo.
Debido a que estaban a mitad de semestre la mayoría de profesores agilizaba el ritmo para terminar con el programa escolar.
-Entonces... estudiemos para aprobar ese maldito examen -Reynare habló mostrando una pequeña sonrisa impregnada en su rostro.
-¿Ya has pensado en un nombre para tu familiar? -Momo preguntó sintiendo un deje de curiosidad.
-No tengo tiempo para pensar en esa mierda, propón tú uno -Reynare le restó importancia mientras inclinaba la cabeza para ver a su cuervo de ojos rojos en su hombro.
Reynare rodó sus ojos al ver que Momo se detenía para pensar un nombre. ¿En serio se tomó la molestia para algo tan insignificante?
Olimpo.
-¿Por qué...? -Artemisa preguntó anonadada al ser repentinamente salvada por Goku, porque después de la discusión que mantuvieron no se esperaba verle de nuevo, ni mucho menos en la batalla que tenían contra los hijos de Gaia.
-Quizás con esto pueda saldar mi deuda completamente, así que espero que no me reclames nada después de esto -contestó el pelinegro fríamente sin darse la vuelta.
"Eso y que sigo siendo un saiyajin, mis instintos permanecen incluso después de tantos siglos"- se dijo Goku, su naturaleza era la de un guerrero después de quinientos años sin ninguna pelea.
Aquello no significaba que participaría en cualquier pelea emocionante que se encontrase, aquél era el Goku de tiempo antes, cuyos métodos buscaban la batalla y no la paz.
Ahora Goku buscaba la paz, salir de la sombra en que vivía por más dificultoso que pareciera conseguirlo. Poco a poco iba lográndolo.
Artemisa seguía sin entender el motivo por el cual Goku arriesgaba su vida. Claro, ella le había ayudado bastante en su tiempo pero eso seguía sin ser motivo suficiente para participar en la Titano/Gigantomaquia que estaban teniendo.
-¿Qué es lo que planeas? -preguntó Artemisa al ver a Goku dar un paso al frente.
-¿Quieres que te sea sincera... Artemisa? -Goku preguntó a su vez y la diosa de la luna asintió con curiosidad- ustedes los dioses no tienen ninguna opción de ganar, mira a tu alrededor.
Artemisa lo hizo y abrió sus ojos incrédulamente. Ares estaba totalmente exhausto, Apolo desfallecía, la magia de Hécate no parecía funcionar y sus antorchas no tenían efecto sobre Clitio, Athenea estaba bastante herida, Poseidón estaba agotado, Hermes, Dioniso y Hefesto no estaban en condiciones de seguir peleando y no hacía falta hablar de Zeus.
Artemisa se miró a sí misma y vio sus heridas. ¿Realmente ellos estaban perdiendo la batalla? Al ocuparse de un titán y un gigante era normal que estuviesen agotados, si seguían así la batalla se declinaría en su contra en cuestión de nada.
-He notado que los poderes de gigantes y titanes crecen exponencialmente por lapsos de tiempo, lo cual es bastante raro -añadió Goku con un tono pensativo y con la mano en su barbilla.
Goku se había percatado de una cosa bastante importante: mientras que los dioses parecían agotarse a medida que pasaba el tiempo, los titanes y los gigantes parecían incrementar sus fuerzas, es como si tuvieran un potenciador.
-Ophis... -susurró Artemisa con el ceño fruncido y Goku abrió sus ojos al oír aquel nombre pero sin embargo, lo dejó pasar.
-Por eso -entonó el pelinegro sacando de su anonadamiento a la diosa- voy a equilibrar esta pelea.
-¿Por qué... Goku? Tú mismo lo dijiste, ésta no es tu guerra y no tienes ninguna obligación para arriesgar tu vida -habló Artemisa con cierto dramatismo.
-Bien es cierto que dije aquello pero también te dije algo antes de irme a Japón, ¿lo recuerdas? -preguntó Goku mirándola a los ojos, aquellos ojos plateados.
-Sí... -murmuró Artemisa- prometiste devolverme el favor como sea, a menos que sea algo concerniente a mi facción... cual es este caso Goku.
-Sí, romperé mi propia regla -habló Goku con una media sonrisa- tú rompiste varias reglas al acogerme en este lugar y al salvarme la vida, y yo romperé las reglas al participar en esta guerra.
-¿Es... realmente necesario? -preguntó Artemisa, en un último intento por disuadirle.
-Sí, además... soy un guerrero por naturaleza, me tomaré esto como un desafío -contestó Goku dando un paso al frente.
Artemisa suspiró sabiendo que Goku no retrocedería debido a su terquedad intrínseca.
"Ella me ayudó cuando estaba solo en este mundo así que no veo otra forma de pagárselo que ayudándola en esta batalla"- pensó Goku recordando el motivo por el cual partipicaría en esta guerra-" Mi objetivo era mantenerme neutral en este mundo y no convertirme en una luz de esperanza, pero con mis intervenciones a lo largo de este tiempo he cambiado el transcurso de los sucesos... Sigh, supongo que no lo puedo evitar, siempre habrá una acción que no pueda pasar por alto y me instigue a cambiarla, luego de un cambio acaba generándose otro y así sucesivamente hasta que se crea un circulo de acontecimientos del cual resulta imposible salir"
Goku estuvo pensando días antes en qué hubiera pasado si él nunca hubiese estado en ese mundo: probablemente Asia formaría parte del peerage de Rias, Reynare estaría muerta, Kuroka no estaría en Kuoh, Akeno no habría sido capaz de abrir los ojos, Yasaka a lo mejor seguiría peleándose con su hija... quizás su presencia había cambiado varias cosas a bien, pero esto era sólo el comienzo.
"Aquí vamos"- indagó tranquilamente Goku observando el campo actual de batalla.
Los dioses y héroes seguían batallando contra titanes, gigantes y bestias del averno. Cada gigante estaba hecho para un dios específico, tal y como lo planeó Gaia al crearlos, pero Gaia no contaba con que los gigantes podían llegar a ser vencidos por los dioses con la ayuda de un héroe, como lo fue en el caso de Heracles.
Los gigantes contaban con la ventaja de ser más poderosos en su territorio de origen, por eso los dioses tuvieron la idea de forzarles a salir de su dominio para así ganarles sin complicaciones.
También estaba el caso de la fuerza bruta que poseían los gigantes, quienes tenían el poder para destruir hasta montaña con una patada.
Los titanes, los cuales eran sus hermanos, venían siendo más poderosos y versátiles; Tifón, Atlas, Cronos, Porfirión y Jápeto destacaban en aquel grupo siendo los más peligrosos.
Adamas, al ser un dios olímpico, sabía la ubicación de cada prisión en que permanecían encerrados cada uno de los titanes.
Robar el rayo de Zeus no fue más que una excusa para distraer a los dioses y así liberar a cada titán y gigante con la ayuda del infinito en un pacto que estableció Adamas con el dios dragón.
El infinito le ayudaba a cambio de que Adamas le ayudase a conseguir su objetivo una vez que hubiese tomado el trono del Olimpo.
También estaba el hecho de que sin las puertas de la muerte cada monstruo eliminado volvería a aparecer en cuestión de minutos. Adamas se encargó de Thanatos para hacerse con en control de aquellas puertas.
Heracles, Perseo, Aquiles y los demás héroes deberías encontrar rápidamente a Thanatos y con ello a las puertas de la muerte, así impedirían la rápida regeneración de los monstruos del averno.
Goku estuvo a punto de hablar pero sintió una docena de energías acercándose a aquella zona.
Woosh.
Un círculo de magia nórdica apareció en medio del campo de batalla, lo que ocasionó una ligera tregua entre dioses, héroes, gigantes y titanes.
Del círculo emergieron varias doncellas vestidas con armaduras plateadas destacando entre ellas una bella muchacha peliplata de ojos azules.
-¡¿Qué significa esto?! -preguntó Zeus con varias heridas destacando en su figura, pues Tifón le estaba superando con creces en la batalla.
-Soy Rossweisse mi señor, escolta del Odin-sama y junto a mis hermanas valkyries venimos como refuerzo en esta batalla -explicó la chica llamada Rossweisse con una mano en el pecho.
"Así que éstas son del panteón nórdico"- indagó Goku con cierta curiosidad al ser la primera vez que veía a alguien de aquella facción.
Sólo le quedaba ver unos cuantos panteones. No lo deseaba pero seguramente ocurriría.
-Soy Brynhildr líder actual de las valkyries -habló una chica de cabello azabache y de ojos azules- Odin-sama nos ha enviado como símbolo de cooperación entre el Yggdrasil y el Olimpo, y la alianza existente entre nuestros dos panteones.
Brynhildr sonrió mentalmente, pues era su primera vez al mando de las valkyries. Freya, reina Vanir y líder de las valkyries, le había dejado al mando para aquella misión con una docena de valkyries en sus filas, las mejores.
Freya estaba bastante ocupada en Folkvang donde los Einherjer, doncellas puras y esposas fieles eran debidamente agasajados. Confió en Brynhildr para aquella misión y llegó a prestarle sus plumas de halcón, las que dos veces tomó prestadas Loki y ella usó al buscar a Odur.
Zeus bramó furioso, se suponía que un dios no recibía ayuda y ahora estaba sucediendo. Toleró una vez en el pasado la ayuda de los héroes para acabar con los gigantes pero tolerar que unas doncellas le ayudasen sería humillante desde el punto de vista del soberano del cielo.
-Hermano -Zeus sintió la mano de su hermano Poseidón posándose en su hombro- sabes más que nadie que necesitamos ser ayudados, Odin quiere reforzar nuestra alianza y es por eso que ha enviado a sus mejores guerreras o valkyries.
Poseidón sabía que rechazar la ayuda de Odin sería una especie de ofensa hacia los nórdicos, ellos eran excelentes aliados y perderles ahora no sería para nada positivo, desde luego.
Poseidón tenía en cuenta que el estado anímico actual de su hermano no era el mejor. Estaban perdiendo la batalla inminentemente.
-¡Está bien! ¡Agradezco el apoyo de Odin a favor de nuestra causa! -Zeus habló sosteniendo su Master Bolt, a punto de reanudar la guerra.
Poseidón y Brynhildr sonrieron al mismo tiempo; el primero porque su hermano había dejado a un lado su terquedad y la segunda porque tendría la oportunidad de demostrar su liderazgo.
-¡Valkyries en posición de ataque! ¡Hagan sentirse orgullosa a Freya-sama! -gritó Brynhildr y las guerreras del norte golpearon aquel suelo con sus lanzas vociferando un potente "¡Sí!".
Iban a ir seguramente a por las bestias del averno y después a prestar apoyo contra los gigantes, pues los titanes estaban en una liga mayor pero aun así podrían generar daño crítico con sus poderosas habilidades mágicas.
"Vamos Ross, esta misión será importante para ti"- Rossweisse no pudo evitar sentirse nerviosa al encontrarse frente a terroríficas criaturas.
Rossweisse era la mejor maga dentro del grupo y con su magia podría sellar los movimientos de los gigantes, sería una grandiosa táctica para inmovilizarles durante un buen tiempo.
Gigantes y titanes estaban impacientes por volver a la carga, pues ya habían esperado tres milenios. Cronos les indicó que esperasen, el señor de los titanes disfrutaría despedazando a cada uno de los presentes en aquella batalla.
CRACK.
Una grieta se formó en el suelo y todos los presentes sintieron una increíble sensación de poder proviniendo de un muchacho pelinegro.
"¿Ese humano irradia tanto poder?"- preguntó Ares sorprendido ya que le estaba costando en gran manera el poder mantenerse en pie.
Zeus, Poseidón, Hermes, Hefesto, Hécate, Athenea y las valkyries estaban más que sorprendidas ante lo que estaban viendo.
Artemisa no estaba tan sorprendida pero el poder de Goku nunca dejaría de suscitar estupor en ella, y eso que todavía no había visto nada.
-¡ESCÚCHENME BIEN DIOSES, HÉROES, GIGANTES Y TITANES! -gritó Goku mientras un aura de color rojo comenzaba a cubrirle.
"Es el aura que usó en su pelea contra Porifión"- indagó Poseidón con desconcierto, mientras se giraba hacia donde estaba su hermano Zeus.
Zeus estaba con una mueca en su rostro pero no se inmutaba, quería ver adónde llegaba todo el asunto para luego pronunciarse al respecto.
Sin embargo, tres de los gigantes, cansados de seguir esperando aún más tiempo, se lanzaron al ataque movidos por el intenso furor que iba carcomiendo sus cuerpos desde hacia tres mil años. Tres mil años encerrados por Zeus.
-¡¡Cómo te atreves a interrumpir mi venganza mortal!!/ ¡¡¿Quién eres para irrumpir en nuestra guerra?!!/ ¡¡No tienes derecho basura!! -Gratión, Encélado y Damasén gritaron respectivamente lanzándose hacia Goku sin pensárselo más.
"Parece que no queda de otra que luchar, no me esperaba la aparición de esas guerreras pero ya es tarde para retroceder"- indagó Goku, sabiendo que mostrando parte de su poder llamaría aún más la atención de las facciones que ahora.
También sería la oportunidad perfecta para dejarles claro que como se atrevieran a molestar su vida y a Kuroka, lo pagarían con su vida. Aquellos ángeles caídos insubordinados que se atrevieron a molestarle y no hicieron caso y pagaron las consecuencias y ahora estaban en el quinto infierno.
Goku cerró sus ojos y como si su cuerpo se moviera sólo comenzó a esquivar a cada gigante que le atacaba, dejando estupefacto a cada dios.
"Es como si su cuerpo se moviera por instinto"- Athenea pensó intentando descifrar el misterio que abarcaban los movimientos de Goku.
Athenea desconocía que Goku estaba leyendo los movimientos realizados los gigantes pues eran sumamente previsibles y lentos.
Tenían bastante fuerza bruta pero no compensaban la velocidad, y al no tener un estilo de combate definido sería bastante fácil derrotarles para alguien con una desmesurada experiencia en peleas como lo era Goku.
Entonces Goku abrió sus ojos y extendiendo sus brazos, concentró algo de energía en sus manos y disparó potentes ráfagas en dirección al trio de gigantes, eliminándolos de golpe con su ataque.
"¡¿QUÉ?!"
Dioses, titanes y gigantes gritaron llenos de estupor ante lo que acababan de presenciar. Las valkyries estaban desconcertadas pero de igual forma no pudieron evitar sorprenderse.
Poseidón y la mayoría de dioses supieron que de cierta los gigantes volverían a aparecer en el Tártaro al cabo de un tiempo, si Thanatos no cerraba las puertas de la muerte su tiempo de reaparición sería prácticamente escaso.
Ares vio la escena con una mueca pero tampoco estaba en condiciones de hacer algo.
Zeus tenía claro que aquel ser no era un humano, más tarde le consultaría a las Moiras, quienes habían predicho la derrota de los dioses, para tremendo disgusto del rey olímpico.
Zeus desconocía que sus versiones romanas también estaban sufriendo el asedio de los titanes liderados por Saturno, en cambio ellos contaban con la ayuda de los semidioses del campamento Júpiter.
El resto de gigantes no se quedó de brazos cruzados y fueron al ataque, siendo eliminados hasta que sólo quedaron Ctonio, Clitio y el rey Porfirión, quien estaba muy enojado.
"Este no es un mortal cualquiera, ¿quién es realmente?"- pensó Cronos, el señor de los titanes, blandiendo su guadaña.
Cronos tenía la sensación de que aquel mortal pronto acabaría con los gigantes, de ser así acabaría llegando su turno. El hijo de Urano querría dejar a los dioses para el plato final.
Pump.
El rey de los gigantes comenzó a correr hacia Goku haciendo temblar el suelo en cada paso. Goku estiró su mano para crear una ráfaga pero al parecer el Porfirión hizo una finta de cuerpo para engañarle.
-¡Te tengo mortal insolente! ¡Veamos si puedes liberarte! -Porfirión, el rey de los gigantes, tomó el cuerpo de Goku entre sus brazos para tratar de aplastarlo con su enorme fuerza.
-¡¡M-MALDICIÓN!! -gritó Goku con dolor.
Los gigantes sonriendo victoriosamente ante aquello, ahora aquel ser pagaría su intromisión con su vida.
-¡¡Acaba con él hermano!! -gritaron Clitio y Ctonio, los dos gigantes restantes, con sed de sangre.
Artemisa vio aquello horrorizada y los dioses estuvieron a punto de intervenir pero se detuvieron al ver que el cuerpo de Goku emanaba un aura carmesí destellante.
"Otra vez ese aura, es como si se tratara de un potenciador"- indagó Athenea con la mano en su barbilla intentando descifrar el enorme misterio que abarcaba ka figura de Goku.
-¡¿CÓMO?! -gritó Porfirión al ver que sus brazos comenzaban a expandirse lentamente.
"¡AAAHHH!"
Goku gritó completando su transformación: su aura pasó a ser dorada, su cabello se alzó hacia el cielo luciendo un color amarillento, su iris era de color turquesa y su musculatura aumentó.
Sin problemas Goku se deshizo de Porfirión y le pateó mandándole hacia donde estaba el resto de gigantes, ante la vista anonadada de todos.
Varios mechones de cabello tapaban sus ojos, lo que hacia aumentar su atractivo a los ojos de las dos diosas presentes y de las valkyries.
"¡Ese aura es espléndida!"- exclamó Rossweisse en su mente con los ojos brillantes al observar a aquel muchacho rubio que llamó su atención.
"Así que esto es..."- Artemisa pensó mirando con gran asombro la figura de su amigo ahora rubio.
-Escuchen bien dioses, titanes, gigantes... -habló tranquilamente Goku mientras alzaba su cabeza- mi nombre es Son Goku y hoy... seré su verdugo.
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¿Qué tal quedó?
Ahora que estoy en un curso pre-universitario tengo muy poco tiempo, así que sean pacientes pero eso sí, tengan por seguro que yo no dejaré abandonada ninguna de mis historias actuales.
Recuerden votar y dejar sus respectivos comentarios para saber si es de su agrado o no el fic. Se avecinan cosas muy interesantes...
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