Soledad.
Renuncia de derechos, los personajes que aparezcan aquí les pertenecen a sus respectivos dueños y autores.
El resplandeciente sol se alzó en su cenit dando a entender que el mediodía había llegado.
Las horas pasaron tácitamente para Goku, estuvo atendiendo tranquilamente a las clases impartidas por el profesor de historia, pero al fin y al cabo acabó dándose cuenta de que era observado nada más y nada menos que por las dos "Onee-sama" de la secundaria Kuoh.
Rías y Akeno observaron minuciosamente cada gesto corporal y detalle físico del azabache, en busca de algún indicio que les explicara el motivo del porqué de su mirada tan fría y carente de vida o sentimiento alguno.
En más de una ocasión el profesor les llamó la atención porque estaban distraídas y ellas asintieron vergonzosamente, pero aún le dedicaban alguna que otra mirada al saiyajin Son Goku.
Varias alumnas permanecieron sonrojadas a lo largo de la clase por el simple motivo de que Goku les resultaba sumamente atractivo, algunos chicos bufaron con molestia sintiendo celos y envidia del azabache.
Finalmente llegó la hora del recreo y la mayoría salió del aula, momentáneamente Goku estaba recogiendo sus libros tranquilamente y guardándolos en su mochila, gesto que imitaban Rías y Akeno a la espera de poder tener una oportunidad para hablar con el pelinegro.
Lentamente comenzaron a acercarse hacia él, una sonrisa estaba impregnada en sus facciones mientras pensaban que por fin el nuevo alumno se comportaría de una manera más abierta.
-"Qué chicas más pesadas."-pensó Goku con una mueca de aburrimiento al ver a las dos demonios paradas frente a él. No le quedó mas remedio que escuchar lo que dirían aquellas chicas porque sabía no le dejarían en paz.
-Hola Goku-san, soy Rías Gremory.-Rías de manera tranquila y afable le extendió la mano al pelinegro, por su parte el azabache permanecía con las manos en el bolsillo, mirando desinteresadamente la mano frente a sus ojos ónix.
-Soy Akeno Himejima-Habló Akeno con voz seductora mientras le guiñaba un ojo al saiyajin, quien suspiró mientras miraba alternativamente a Rías y a su [reina]
-¿Algo más?-preguntó Goku sin interés, girando su cuerpo en dirección a la puerta, lo que sorprendió a ambas.
-Ufufu ¿no te gustaría que te enseñemos la escuela Goku-san? Ver...-las palabras de Akeno se perdieron en el aire puesto que el azabache ya se había ido de la sala.-ara nos ignoró Buchou, ¿qué crees que ocurra con Goku-san?
Rías se mantuvo pensativa por unos instantes, aprovechó el pequeño encuentro con Goku para rastrear su energía y se llevó una gran sorpresa porque no logró detectar nada, lo cual significaba una cosa: él no es un humano.
-No sé Akeno, espero que Koneko logre reunir algo de información, sospecho que él no es un humano-Habló Rías con la mano en el mentón.-Tal vez Sona averigüe algo, ¿notaste sus ojos?
La sonrisa de Akeno se desvaneció repentinamente, dando lugar a una expresión atestada de seriedad.
-Si Rías, sus ojos se parecían a un pozo vacío, como si no tuvieran vida o emoción.-al instante Akeno bajó su cabeza con tristeza.-me recordó a mí cuando...-no pudo terminar cuando Rías se unió a ella en un cálido abrazo.
Akeno era la hija de Barakiel, un poderoso ángel caído y uno de los líderes de Grigori, y Shuri Himejima, una sacerdotisa que murió a manos de unos Onmyōuji.
Varios de su propio clan trataron de aniquilarla únicamente por su sangre de ángel caído, pero gracias a Rías aquel trágico suceso no llegó a producirse, Akeno se convirtió en la [reina] de la heredera del clan Gremory.
-No vivas en el pasado Akeno, tan sólo... olvídalo y sigue adelante.-al cabo de unos segundos ambas se separaron nuevamente sonriendo.-vayamos al club, de seguro Koneko y Kiba nos están esperando.
-Ara Ara parece que Buchou sólo busca una excusa para leer sus mangas-Habló Akeno burlescamente y su [rey] comenzó a balbucear ininteligiblemente.
Árbol.
Un pelinegro estaba recostado mansamente bajo la sombra de un árbol, el viento soplaba ligeramente sobre él y la suave brisa golpeaba delicadamente sus facciones.
De repente una loli peliplata se acercó a él y comenzó a tirarle de la manga, haciendo que abra sus ojos al instante.
-Estás durmiendo en mi lugar-Habló Koneko secamente, sin embargo el azabache se encogió de hombros desinteresadamente y volvió a su sueño.
Koneko se quedó parada sin inmutarse, hasta que oyó un ruido que hizo que se voltease hacia atrás y que Goku abriera los ojos, observando el origen de aquel ruido.
-*¡HAN ATRAPADO A MATSUDA ISE!*-un chico adolescente de cabello verdoso con anteojos gritó mientras era perseguido por un grupo de chicas enfurecidas.
-*¡¡CORRE MOTOHAMA Y NO MIRES ATRÁS!!*-gritó el muchacho castaño llamado Issei quien a su vez también era perseguido por una multitud de féminas iracundas.
Aquel grupo de amigos se hacían llamar "el trío pervertido de Kuoh" más que nada por su gran perversión, minutos antes habían estado espiando en los vestuarios femeninos pero fueron pillados y ahora estaban siendo perseguidos.
-Tch, pervertidos-Hablaron Goku y Koneko simultáneamente con rostros de aburrimiento, al instante la nekomata peliplata confirmó parcialmente sus sospechas.
-"Incluso en este universo hay pervertidos."-pensó Goku entrecerrando lentamente sus ojos, evocando momentos que su mente había tratado de olvidar.-"Kame'sennin..."-sus ojos adquirieron un matiz frío e impávido que Koneko perfectamente pudo detectar.
-Ten.-Koneko se volteó hacia Goku y vio que el azabache le extendía una barrita de chocolate.-ahora vete, seguramente te estén esperando.-Koneko abrió los ojos en sorpresa ante aquellas palabras, pero asintió obedientemente y se fue del lugar.
Lentamente el azabache volvió a recostarse bajo el árbol, pero había un asunto que parecía intrigarle.
-"Kuro-chan... ¿acaso hay algo que no me dijiste?"-pensó Goku tranquilamente, cuando regrese a su hogar tendría que aclarar ciertas cosas con el único ser en quien ha confiado desde su llegada a ese mundo: Kuroka.
La gata negra era la única que lo había visto sonreír desde hace tiempo, y era la única que alegraba sus días grises y tristes, siempre estaba allí cuando más la necesitaba.
La primera vez que se encontró con ella acabó llevándose una sorpresa, pues no esperaba que ella pudieses hablar, pero con el paso del tiempo fue acostumbrándose, de todas maneras uno de sus primeros maestros fue un gato.
Club de lo oculto.
Mientras tanto, un cuarto atestado de semioscuridad, sólo iluminado por una tenue luz, estaba ubicado en la segunda planta del antiguo edificio de la escuela.
Allí Rías y su séquito llevaban acabo sus reuniones, y actualmente se encontraban esperando impacientemente la llegada de Koneko.
Entretanto Akeno se había propuesto elaborar algo de té mientras esperaban. La [reina] de Rias estaba caminando alegremente con una tetera en dirección a la mesa donde estaban reunidos los demonios, se agachó con una sonrisa para servir un poco de aquel liquido verde y depositó la tetera en su lugar.
-Ara ara ¿verdad que tenía razón Rías?-preguntó Akeno con una sonrisa maliciosa viendo que su mejor amiga estaba leyendo disimuladamente un manga.
-Ara no pude evitarlo, ¡¡es muy interesante!!-gritó Rias llena de emoción asemejándose de esta manera a una fangirl, mientras su nobleza la miraba con una gota de sudor en la cabeza.-Ha habido mucho movimiento en la ciudad, parece que los cuervos están tramando algo.
-Ufufu habrá que darles una buena lección-Habló Akeno con sadismo en sus palabras, la pelinegra era bastante conocida por "su lado sádico" a la hora de batallar, se tomaba las peleas de una manera sumamente extraña.
-Ese chico... No recuerdo su nombre-Habló Rías mansamente y al instante se volteó hacia Kiba.-Yuuto-kun, ¿cómo se llamaba el chico de cabello castaño que forma parte del "trío pervertido"?
-Issei, Hyōdōu Issei-Habló Kiba tranquilamente mientras le daba un sorbo a la tisana que le había preparado Akeno.-¿por qué la pregunta Buchou?
-Los caídos van tras él, al parecer su Sacred Gear resulta bastante interesante.-Rias sonrió sosegadamente, si sus planes salían a la perfección, quizás su compromiso podía llegar a ser anulado.
-Ufufu este té me salió de maravilla-Habló Akeno placenteramente y recibió el asentimiento de Kiba y Rías.
Al instante la puerta de aquella sala se abrió lentamente, los tres se voltearon hacia dicha dirección y vieron que se trataba de Koneko, quien comía tranquilamente una barrita de chocolate.
-Ara, creí que hoy no habías traído chocolate-Habló Akeno sorprendida y la loli asintió mansamente.-¿entonces?-preguntó con una sonrisa en sus suaves labios.
-Goku-sempai me dio chocolate, luego me dijo que me fuera-Habló Koneko masticando con tranquilidad y al instante Akeno y Rías se acercaron velozmente hacia ella.-¿eeh?
-¡¡¿GOKU-SAN?!!-preguntaron ambas con sorpresa y la peliplateada asintió con serenidad mientras seguía disfrutando de aquel dulce.-¡¿QUÉ HICISTE?!
-Vimos a unos pervertidos siendo perseguidos por las chicas del club de natación-Habló Koneko pronunciando con veneno la palabra "pervertidos".-luego me dio chocolate y me dijo que me fuera.
-Ara ara parece que le tomó aprecio a Koneko-san-Habló Akeno con una sonrisa, pero enseguida la nekomata negó rotundamente.-¿oh, acaso no es así ufufufu?
-Cuando dijo que me fuera sus ojos eran como el acero y fríos como el hielo-Habló Koneko ya habiendo terminado su chocolate.
Rías y Akeno intercambiaron una mirada que fue suficiente para dar por aludidas sus sospechas acerca de Goku.
-¿Qué has podido saber acerca de él?-preguntó Rías seriamente y su [torre] se encogió de hombros tranquilamente.-¿segura?-cuestionó acercándose a la loli, quien permanecía callada y con la mirada baja.-¿Koneko?
-No es nada Buchou-Habló Koneko tranquilamente, se sentó y enseguida Akeno le sirvió algo de té para que pudiese tomar.-rico.
-Ufufu me halagan tus palabras Koneko-Dijo Akeno con un rubor impregnado en sus mejillas, mientras Rías permanecía pensativa.
-De todas maneras queda claro que no es un humano... No pude sentir su energía, si fuese humano seria todo lo contrario.-Rías pronunció inteligentemente aquellas palabras mientras su [caballo] asentía dando un sorbo a su té.
Rías y Akeno se miraron mutuamente y asintieron, ambas sabían ya cuál era el siguiente paso.
Horas después.
Consejo.
Tsubaki mansamente sirvió una taza de té a las "dos grandes damas" de Kuoh mientras se acomodaban en sus asientos, frente a ellas estaban Sona y un chico rubio que probablemente formaba parte de su nobleza.
-Así que también te has dado cuenta Rías.-la pelirroja asintió tranquilamente ante las palabras pronunciadas por la heredera del clan Sitri.-lo noté esta mañana, y dime, ¿qué has podido deducir?-preguntó Sona.
-Poca cosa, Akeno y yo suponemos que no es humano, no pudimos detectar su energía-Habló Rías y su [reina] asintió con una sonrisa.
-Puede ser, pero tú mejor que nadie deberías saber que hay humanos que pueden manipular el flujo de la naturaleza a su antojo, a lo mejor él tiene la capacidad de esconder su energía-Habló Sona tranquilamente.
-Puede ser una opción, pero no descartamos que no sea humano, seguiremos investigando-Habló Rías y Sona asintió.-¿y qué has descubierto tú?
Sona le susurró algo al chico rubio, e inmediatamente éste se levantó de su asiento, tomó una carpeta y se la entregó a la pelinegra.
-Gracias Saji, ten-Dijo Sona extendiéndole a Rías aquella carpeta, tanto Rías como su [reina] comenzaron a leer lo que había en el interior.
Nombre: Son Goku.
Fecha y lugar de nacimiento: 09/05/2001 Tokio.
Padre: Desconocido, Fallecido.
Madre: Desconocida, Fallecida.
Familiar en vida: Ninguno.
Hobbies: Comer.
Tras leer aquella información ambas permanecieron en silencio, sin duda era lo más extraño que habían visto en mucho tiempo, las dos se miraron con un rostro serio, antes de devolverle el sobre a Sona.
-Gracias Sona-Habló Rías y se levantó al mismo tiempo que Akeno.-nosotras nos retiramos, de nuevo gracias.-Sona asintió con una pequeña sonrisa y el dúo de amigas salió de aquella sala caminando por los pasillos.
-Akeno, nosotras...-Habló Rías con preocupación.
-Debemos ayudarle...-Completó Akeno con seriedad y asintieron mientras seguían caminando.
Templo desconocido.
Un hombre pelinegro, de barba imponente y oscura, ojos bárbaros y fríos como la nieve, estaba sentado sobre un trono hecho de plata, era Susano'O portador del rayo eterno y dios del trueno y la tormenta del Shintō.
Frente a él un hombre peliplateado que vestía un haori blanco estaba arrodillado en señal de respeto.
-Mi señor, un insignificante mortal ha tenido la osadía de pisar uno de los templos del Shintō-Habló el hombre.-no sólo eso, sino que además ha tomado por cautivo a un yōkai nekomata.
Susano'O bufó desinteresadamente, pero aquellos eran crímenes que no quedarían impunes.
-Que reciba su correspondiente castigo, ya sabes lo que tienes que hacer-Habló Susano'O y el Onmyouji asintió maliciosamente, su siguiente objetivo sería nada más y nada menos que Son Goku.
Noche.
Casa.
Recién regresaba Goku a su casa, se perdió por el camino y tuvo que pedir ayuda varias veces, por suerte no se volvería a repetir porque ya conocía el camino.
Abrió la puerta de su casa y la cerró al instante, se quitó los zapatos sintiendo relajación y caminó hasta la habitación dejando a un lado su mochila, se dirigió a la ducha donde estuvo varios minutos y al salir, vio que Kuroka dormía plácidamente sobre su lecho, así que decidió que seria mejor no despertarla.
Ya aseado caminó hasta la cocina y calentó fideos instantáneos, regresó al salón y encendió el televisor para ver una película como habitualmente lo hacia junto a su gata.
-"Star Wars: El ascenso de Skywalker" suena bien, veamos de qué va-Habló Goku accionando el botón del mando a distancia que daría inicio a la película, mientras comenzaba a tomar sus fideos.
3 horas después.
Ronquidos era lo único que se podía oír en aquella sala, Goku se había dormido en el sofá cuando faltaban unos minutos para la película se diese por finalizada.
Al parecer era una saga que culminaba, por eso no entendía muy bien el argumento de la película, tendría que empezar por el primer filme de la saga para comprender mejor de qué iba.
A unos centímetros de él estaba Kuroka, se estaba despertando lentamente mientras soltaba un suave maullido, abrió sus ojos y vio que el pelinegro se había dormido con el mando en la mano.
-Pobre Go-chan nya, tuvo que ver sólo esta película.-al instante salta sobre él y lo contempla por unos instantes.-Es muy lindo cuando está dormido, pero parece que tiene frío nya-Habló Kuroka viendo como tiritaba el azabache.
Al instante un aura mágica rodeó a la nekomata, segundos después su figura cambió, ya no era una gata, en otras palabras había adoptado una forma humana: su cabello era lacio y azabache, sus ojos eran de color avellana y rasgados, portaba un kimono que mostraba parcialmente sus grandes senos y sobre su cabeza habían dos orejas de gato junto a una cola en su espalda.
Kuroka apagó el televisor, caminó hasta la habitación y trajo una sábana, la extendió y cubrió el cuerpo de Goku hasta la cabeza, se agachó y lo miró a los ojos.
-Que descanses Go-chan, te quiero nya-Habló Kuroka dulcemente rozando con una suavidad y dulzura divina los tersos labios del pelinegro que incitaban a la lujuria.-nos vemos mañana, esperó algún día... poder decirte la verdad nya.-al instante Kuroka volvió a su forma gatuna y se acostó sobre su lecho, esperando un nuevo amanecer.
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Fin del maldito capítulo.
Sin más que decir se despide su vecino y amigo del alma.
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