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Pensamientos.

Renuncia de derechos, los personajes que aparezcan aquí les pertenecen a sus respectivos dueños y autores.

Tres días transcurrieron desde aquella noche llena de sorpresas y desde entonces Artemisa, sus cazadoras y Goku todavía no habían llegado a su destino, seguían surcando el firmamento.

-Desde aquí hay vistas excepcionales -habló una chica pelinegra de ojos azules mientras miraba las blancas y suaves nubes con suma ilusión.

-No te asomes tanto Bianca, podría ser peligroso para ti -habló Thalia con cariño y la muchacha obedeció a la hija de Zeus haciendo un puchero.

Bianca di Angelo, una semidiosa hija de Hades que se había unido a las cazadoras de Artemisa el verano pasado a pesar de que a su hermano Nico no le agradase para nada aquella idea.

-Es joven, pero tiene un gran espíritu y en ocasiones resulta una fuente de alegría para en equipo -farfulló Artemisa sonriendo al lado de Goku, quien estaba de brazos cruzados.

-Me sorprende que no te aburra pasarte tu inmortal vida cazando, a mí me parecería tedioso -espetó Goku tranquilamente y Zoë le miró desde en rabillo de sus ojos.

Cuando una doncella se unía a las cazadoras de Artemisa juraba un voto de castidad definitivo y permanente. Una vez que ya estén dentro del equipo de cazadoras pasaban a ser inmortales.

Artemisa ya no aceptaba hombres en sus filas. Desde el incidente con Orión vio con malos ojos incluir a hombres en su séquito de cazadoras.

Artemisa recordó con una mueca el momento en que Orión trató de violarla en una cascada, pese a todo lo que la diosa de la luna hizo por él.

Fue Apolo quien le asesinó con una de sus flechas, sumado al hecho de que estaba celoso por todo el tiempo que su hermana Artemisa y Orión pasaban juntos y al hecho de que Artemisa le prestaba menos atención.

Zeus tuvo compasión de Orión y le subió al cielo, formando la conocida constelación de Orión.

-No seas así, es bastante divertido cazar -Artemisa hizo un lindo puchero mientras golpeaba suavemente el hombro de Goku.

-Claro, claro, tu concepción de diversión es genial -el pelinegro entrecerró sus ojos mientras pensaba simultáneamente en varias cosas.

"¿Cómo estarás... Kuro?"-. Discurrió el chico viendo en las nubes la imagen de su novia.

Goku se maldijo internamente, otra vez había vuelto a equivocarse. Cuando todo parecía ir bien al final regresaba al punto de partida.

Lo que menos quería era perder a Kuroka, si eso sucedía perdería la cordura. Kuroka era la que alegraba sus días y si ella, nada tendría sentido.

Todo volvería a ser como antes, oscuro y sombrío, si ningún rastro de luz en medio de la oscuridad infinita que se extendía infinitamente.

"No, esta vez voy a hacerlo bien. No pienso perder a Kuroka, una vez que esto termine regresaré, le pediré perdón y hablaremos"-. Se dijo a sí mismo con un leve rayo de esperanza.

Al menos había comida en casa, por lo que Kuroka no tendría que comprar nada.

Sonrió con un estremecimiento recordando cómo se ponía Kuroka cuando no tenía sus dulces. Goku siempre acababa pagando las consecuencias recibiendo fuertes palizas.

"Kuro... prometo que volveré, gracias a ti puedo volver a sonreír... realmente no sé que haría sin ti"-. Pensó el muchacho ya abriendo sus ojos.

-¿En qué pensabas? -le preguntó Artemisa al verle de nuevo con los ojos abiertos.

-Nada importante, sólo quiero acabar con esto y regresar a casa -respondió Goku desviando su mirada a las nubes- espero no tardar demasiado.

-Eso espero, de todas formas eres inocente -añadió Artemisa con una sonrisa y el pelinegro dio un asentimiento ante eso.

Definitivamente Goku era el hombre más extraño que había conocido Artemisa en su larga vida.

No era atrevido como su padre, ni arrogante como Ares, ni vanidoso, era alguien tranquilo, en cierta forma inocente comparado a las personas que conocía y sobretodo muy enigmático.

Sin embargo, había llamado la atención de Artemisa. Si tuviera que escoger a un hombre sería a alguien como Gokū, aunque claro... había jurado voto de castidad frente al río Estigia.

-¿Puedo recostar mi cabeza en tu pecho? Llevo toda la noche despierta -habló Artemisa soltando un bostezo mientras sonreía.

Más de una cazadora se había dado cuenta de que su señora se comportaba de una manera muy distinta cuando estaba con aquel pelinegro.

Frente a los demás hombres era bastante arisca y fría pero parecía que con Goku era algo muy distinto a lo que habían visto.

Zoë bufó ante aquello, temía que se repitiese otra vez la misma historia de Orión.

Le aconsejó a su señora que tener a Orión en su equipo no era algo bueno, pero Artemisa la ignoró por completo cuando tenía razón.

"¿Quién se cree ese chico?"-. Pensó Zoë chasqueando su lengua hacia otra dirección.

Zoë era una hija del titán Atlas que nació hace más de dos mil años, debido a las acciones de su padre Atlas fue difícil hacerse un hueco en el panteón griego pero Artemisa le aceptó como su cazadora y ella aceptó aquello gustosamente.

Artemisa se quedó maravillada al ver el potencial de Zoë, tardó quinientos años en nombrarla segunda al mano tras la muerte de Quíone a manos de la propia Artemisa.

Quíone fue una doncella que acabó convirtiéndose en cazadora al servicio de la diosa de la luna. Sin embargo, su arrogancia y vanidad fueron un problema numerosas veces.

Artemisa toleró aquella actitud durante varios años, pero cuando Quíone comenzó a mostrar aires de superioridad tuvo que asesinarla.

-Claro, como desees -habló Goku sin darle importancia y Artemisa hizo conforme dijo.

"Es cálido, pero sus latidos son bastante extraños, echaba de menos esta sensación"-. Pensó Artemisa con una sonrisa y cerró sus ojos para descansar durante unos instantes.

"A Kuro no le hubiera gustado ver esto"-. Se dijo a sí mismo el chico con una sonrisa nerviosa.

Olimpo.

Zeus veía desde un acantilado cómo el trineo de su hija Artemisa surcaba el cielo en dirección al Campamento situado a unos kilómetros.

-¿Primero roba mi rayo maestro y ahora quiere robarme a ni hija? -inquirió Zeus con molestia al ver a Artemisa descansando en en pecho del pelinegro. ¿Qué rayos estaba ocurriendo?

El hijo de Cronos apretó sus dientes al ver al chico, que según él, había robado su Master Bolt. Suspiró, ya le juzgaría cuando llegase al Olimpo o cuando se agotara su paciencia.

Una gentil mano se posó en sus hombros y el líder del panteón griego se volteó y vio que se trataba de su esposa y hermana Hera.

-¿Por qué no te relajas un poco? Llevas día bastante estresado -habló Hera masajeando los hombros de su esposo, quien negó al oírla.

-No puedo dormir tranquilo cuando mi rayo maestro no está en mis manos, ahora que las cosas parecían más tranquilas todo parece haberse complicado -añadió Zeus suspirando, él sólo quería paz y ahora robaban su Master Bolt.

-El culpable saldrá a la luz, no te preocupes -mencionó Hera besándole en la mejilla- sólo es cuestión de esperar a que Artemisa regrese.

-Exactamente, la paciencia es una gran virtud -habló Poseidón apareciendo en la zona mientras comía con tranquilidad una manzana.

Poseidón le había encargado a su hijo Tritón que se encargase del reino de Atlantis mientras que estuviese fuera del mismo un par de días.

Poseidón estaría un tiempo en el Olimpo hasta que se solucionase lo del Master Bolt de Zeus.

Anfítrite, quien era su esposa y por lo tanto reina del mar, le había aconsejado mantenerse neutral si se iniciaba una guerra interna entre dioses.

De todas maneras Poseidón no tenía ganas de participar en una, sólo deseaba vivir en paz junto a su esposa e hijos en su reino submarino.

-¿Ese es quien robó tu rayo? Parece un enclenque sin fuerza alguna -espetó Ares, el dios de la guerra, mirando con una sonrisa superior a Goku- será pan comido eliminar a esa basura.

-Como dios de la guerra deberías saber que subestimar la fuerza de alguien es un error grave -instó Poseidón sin mirar directamente al dios-

-Eso lo decido yo -Ares bufó mientras cruzaba sus brazos y salió de aquel lugar, ante la mirada de todas las deidades griegas presentes.

Horas después.

Bosque.

Artemisa decidió hacer otra pausa en un bosque antes de ingresar en el Campamento Mestizo.

Varias cazadoras de dirigieron a ríos cercanos para tomar agua y otras para asearse un rato.

Goku descansaba bajo la sombra de un árbol. Sonrió, le recordaba a los recreos en Kuoh que siempre acababan siendo interrumpidos, ya sea por Akeno, Rias o Koneko... su cuñada.

"Espero que le haya ido bien con su padre"-. Se dijo el pelinegro recordando su conversación con Akeno. Por lo menos ella todavía estaba a tiempo de rectificar su error... no como él.

-¿No vas a beber agua o comer siquiera? -preguntó Artemisa mientras caminaba hacia él y se sentaba a su lado.

"¿Ahora una diosa también interrumpe mis descansos?"-. Se preguntó el pelinegro ya planteándose la idea de cambiar su zona habitual de reposo con urgencia.

-No tengo sed... pero si me das esas frutas estaré agradecido -habló un chibi Goku al oír como sonaba su estómago con furia.

Artemisa sonrió y le pasó las frutas que había cogido hace un momento en un campo cercano.

-Está deliciosa -agregó el azabache comiendo una de las manzanas que le dio Artemisa.

-Dime Goku, ¿cómo es tu vida en esa ciudad? -preguntó Artemisa con curiosidad mientras se acomodaba sobre el césped.

-Normal -habló simplemente el chico y la diosa se quedó con una gota de sudor- por culpa de cierta persona terminé como un estudiante, pero admito que sí es un tanto interesante.

Goku recordó algunos de sus momentos en la academia Kuoh, realmente eran entretenidos.

Bufó al acordarse de Matsuda, Motohama e Issei, los "tres pervertidos de Kuoh". Siendo honestos el pelinegro se preguntaba cómo es que no habían sido expulsados hasta el día de hoy por las actividades que cometían.

-¿Las hermanas de los Maō ya saben... de ti? -preguntó Artemisa y Goku asintió ante aquello.

-Dije que era un humano con dominio del ki para evadir más preguntas -contestó Goku dando un mordisco a su manzana- ninguna me cae del todo bien, Rias Gremory es bastante egoísta y manipuladora, el porqué es bastante y obvio, y Sona Sitri tiene un lado bastante controlador, aunque sus objetivos son elogiables.

Artemisa asintió comiendo una pera. Al parecer todos los rumores que habia oído eran ciertos.

-Ambas han tratado de reclutarme a sus equipos utilizando diferentes métodos, aunque es obvio que no voy a unirme a ninguna de ellas dos ni a nadie -mencionó el chico azabache- tal vez en otras condiciones elegiría a Sona para ayudarla con su objetivo, pero no es el caso.

Rias solo pretendía tener un lugar entre los top de los Rating Games, aunque para eso tendría que superar a equipos como al de Seekvaira hija del Duque Agares, Sairaorg Bael, su primo; Diodora Astaroth y por supuesto Sona.

Sona pretendía construir una escuela que fomentase la inclusión de los demonios de clase baja a la sociedad, una escuela a la que podrían asistir todos los niños del Inframundo.

Sona sabía que hacerse un hueco entre los mejores de los Rating Games sería bastante difícil. De hecho vencer al equipo del Campeón Belial ya se consideraba como algo imposible.

-Sona Sitri... vaya, me esperaba que fuese parecida a su hermana Leviathan, pero veo que no es así -habló Artemisa con una mano en la barbilla mientras recordaba a la Maō.

Goku recordó la ocasión en que la hermana de Sona, Serafall Leviathan, mantuvo una reunión con Artemisa hace ya un tiempo.

Goku estuvo presente aquella vez como acompañante de Artemisa, aunque claro, la diosa de la luna tuvo que mentir diciendo que Goku era un asistente nuevo que contrató.

"Esa chica era bastante enérgica"-. Pensó Goku con una gota de sudor recordando a Serafall y su carácter alegre. Se parecía a su antiguo 'yo'.

Serafall estuvo pidiéndole a Goku durante toda la noche que participase como actor en su serie "Miracle Levi-tan" ya que le gustaba su físico.

Goku tuvo que decir que era cojo para evadir aquello, ser actor no estaba en sus planes y mucho menos serlo de una serie infantil, aunque tenía cierto éxito en el Inframundo.

Serafall se fue inflando sus mejillas y diciéndole al pelinegro que no quedaría así y que más tarde se verían para hablar del contrato de Goku como actor secundario en su serie de televisión.

Artemisa se rió durante toda la noche al oír la excusa de Goku. Por lo menos su facción y la facción demoníaca estaban en buenos términos.

-Y que lo digas, es difícil imaginarse a alguien como Sona con un traje de chica mágica -habló Goku haciendo una mueca de desagrado.

-¿Todavía sigues rechazando la idea de ser un actor? -preguntó Artemisa en tono burlón y el pelinegro le miró de reojo a la diosa de la luna.

-No insistas en eso -masculló el saiyan de raza pura mientras entrecerraba con calma sus ojos.

Artemisa sonrió al escucharle, realmente había extrañado las charlas con su amigo Goku.

Flush.

Goku rodó por el suelo abrazando a Artemisa al sentir cómo algo se dirigía hacia él y Artemisa.

Alzó la vista y vio cómo el árbol en el que estaba apoyado había sido destruido de repente.

-¿Goku? -preguntó Artemisa con un leve rubor al ver la posición en que estaban ella y Goku.

-Alguien nos ha atacado -habló Goku con seriedad mientras miraba por todos lados- y no es un ningún ser común -añadió el saiyajin-

Artemisa se levantó y vio cómo sus cazadoras acudían al lugar sosteniendo sus arcos.

-¿Qué ocurre mi señora? -preguntó Thalia, pues había escuchado un estruendo.

Bianca estaba temblando, tenía una mala sensación y parecía que seguiría teniéndola hasta que el enemigo no hiciera acto de presencia.

Flush.

Una enorme ráfaga de aire se dirigió hacia el grupo pero Goku se posicionó delante de todos, bloqueando aquel ataque.

-Gracias Goku -habló Thalia sacudiendo el polvo de su cuerpo- ¿Quién nos ha atacado?

-Por la magnitud de su ráfaga ventosa podría ser un hijo de Bóreas, sólo ellos pueden crear vientos así -masculló Zoë soltando un gruñido.

-¡¡Sal de ahí de tu escondite cobarde!! -gritó Goku apretando sus puños- ¡¡No me hagas perder tiempo!!

"Como desees niño"

Una voz sonó detrás de ellos y al voltear se vieron a un gigante colosal con dos cuernos en su cabeza y un cuerpo bastante oscuro.

-No puede ser... ¡¡se supone que estabas en el Tártaro Porifión!! -gritó Artemisa con bastante enojo.

Los Hecatónquiros le habían informado de la presencia de aquel gigante en el abismo profundo del Tártaro, pero al parecer no era así.

Porifión era hijo de Nyx y Tifón, por lo tanto era un gigante primordial de poderes inimaginables.

"Parece que el asunto se ha complicado"-. Pensó Goku observando cómo se acercaba Porifión.

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Fin del capítulo.

¿Qué les pareció? u.u

En agradecimiento a los 4.000 votos y al cumpleaños de mi amigo Ponssed decidí subir este cap antes de lo previsto, espero que les haya gustado. Si hay apoyo mañana actualizo.

Sin nada más que añadir a este capítulo se despide su vecino y amigo Destroit-san.

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