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Noticia

Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.

La gata abrió sus ojos pero los entrecerró al recibir demasiada luz en ellos, lo primero que distinguió fue la figura de Goku sonriéndole.

-Kuro, ¿cómo te sientes? -el azabache preguntó con una sonrisa pero Kuroka no manifestó signos de entusiasmo o alegría al ver a su amado Goku.

-Lo siento~nya... ¿Quién eres? ¿Dónde estoy? -preguntó Kuroka confusamente haciendo que el corazón de Goku dejara de latir en aquel instante.

Amaterasu se movió incómodamente ante aquello... al menos esto no era como que tu hermano se presentase en tu palacio gritando que lo iba a destruir hasta el último pedazo.

Yasaka sintió mucha pena por Goku... pena porque nadie se merecía tanto sufrimiento, ni siquiera el ser más cruel del mundo se merecía una vida de tanto dolor, sin nada de paz.

-Ku-kuro por favor dime que esto es una broma, dime que no te has olvidado todo lo que hemos vivido estos meses -habló Goku sintiendo cómo pedazos de su corazón se iban rompiendo.

Su esposa murió en sus brazos mientras una lágrima bajaba por su mejilla, sin poder decirle lo mucho que lo sentía por no haber estado cuando ella más le necesitaba a lo largo de su vida.

Ahora Kuroka se había olvidado de él, ¿había peor castigo que la persona que amaba se olvidase del amor que ambos se tenían? No, claro que no.

-¡NYAHAHAHA ERA UNA BROMA! -Kuroka gritó llena de gran euforia mientras que se abalanzaba sobre Goku, hasta el punto de tirarle en el suelo.

Goku no se pronunció, sus mechones oscuros tapaban sus ojos. Conocía a Kuroka y su lado bromista, hubo un día en que se despertó y vio a Kuroka vestida de enfermera sosteniendo una enorme jeringa diciendo "Go-chan tu inyección".

Pero esta vez se había pasado, ella sabía mejor que nadie lo mucho que Goku le amaba y jugar así con sus sentimientos era bastante cruel.

Minutos después.

Una chibi Kuroka estaba con un bulto destacando en su cabeza mientras la mano de Goku sacaba humo, el pelinegro tenía una sonrisa en su rostro.

-Go-chan has sido bastante malo, sólo hice una pequeña broma~nya -habló Kuroka mientras se frotaba la zona del golpe con bastante dolor.

-¡No ha tenido gracia! ¿Sabes qué sería de mí si te perdiera...? -preguntó Goku mientras su voz se iba apagando a medida que se acercaba a Kuroka.

Kuroka bajó la cabeza, sinceramente se había pasado con aquella broma sabiendo lo mucho que Goku la amaba, era lo único en su vida.

Kuroka le abrazó con fuerza mientras liberaba varias lágrimas, Goku hizo lo mismo pero contuvo las ganas de llorar, no le quedaban más lágrimas en los ojos después de tanto sufrimiento.

Ambos habían vivido momentos tensos en los últimas horas, el pelinegro angustiado por saber el paradero de Kuroka y la gata angustiada por la muerte que le esperaba en su ejecución.

Por suerte se habían vuelto a encontrar, tan sólo deseaban poder ser felices durante unos instantes, ¿acaso era mucho pedir aquello?

Amaterasu vio aquello con una sonrisa, vio un gran amor entre dos personas manchadas por un oscuro pasado, que ahora trataban de remediar.

Amaterasu había oído el caso de aquella gata pero no hizo nada, sabía que una guerra con los demonios no les beneficiaria en nada, sino todo lo contrario, acabarían siendo erradicados.

A pesar de que el Shintō tenía ocho millones de dioses en la corte los demonios eran mucho más poderosos, una guerra sería contraproducente.

Yasaka se cogió de las manos al ver aquella escena, ella también deseaba encontrar el amor y un padre para Kunou para que sean felices.

Pero el destino se lo impedía, Kioto no podría subsistir sin su presencia durante mucho tiempo pues ella regulaba las lineas de ley de Japón.

Su esposo le había abandonado por eso, realmente no podía estar con una mujer anclada en un solo sitio durante tantos milenios.

Yasaka se entristecía al saber que aquello era lo que le deparaba a su hija Kunou, ka historia volvería a repetirse generando un ciclo sin fin.

"Lo lamento hija... me habría gustado darte una vida mejor"- se dijo Yasaka apretando sus puños ante la injusticia que hizo la vida contra su hija.

-Nada ni nadie nos volverá a separar... te lo prometo Kuro -dijo el pelinegro manteniendo su frente pegada a la de Kuroka, quien sonrió.

-Nada ni nadie nos volverá a separar -parafraseó Kuroka con una sonrisa impregnada en su rostro.

Los labios de ambos no tardaron en universo en un lento beso, Goku añoró los labios suaves de su amada y sería una mentira negar aquello.

Kuroka hizo ademán de continuar el beso deslizando su mano bajo la camisa de Goku, quien dio tosió ligeramente para hacerle notar que no era el lugar ni momento idóneo.

Kuroka se llevó el dedo corazón de la mano derecha al labio superior mientras tenía una sonrisa pervertida en su rostro, esta noche recuperaría el tiempo perdido con Goku.

-Yasaka... Amaterasu, ¿hay alguna forma de que pueda agradecer este gesto? -preguntó Goku con seriedad, los dioses nunca hacían nada gratis.

Yasaka compartió una mirada con la líder del Shintō, unos segundos después ambas sonrieron mientras que se miraban con una sonrisa.

-Mereces ser feliz junto a esa chica... has pasado por muchos problemas y pienso que ha llegado tu momento de paz -señaló Yasaka con una sonrisa.

-Sin embargo, es posible que mi panteón, el Shintō, requiera de tu ayuda en un futuro cercano -completó Amaterasu y Goku dio un asentimiento.

Goku supo que tendría que involucrarse nuevamente en algo, esta vez un asunto concerniente al Shintō. ¿Qué podría ser?

"La espada que contiene a la gran serpiente Yamata-no-Orochi ha sido robada..."- discurrió Amaterasu sabiendo lo peligroso que era aquello.

Lo peligroso no era que la espada de Yamata-no-Orochi hubiera sido robada, sino que estaba en manos equivocadas en estos momentos, o eso comentaban sus fuentes.

Yamata-no-Orochi había sido una serpiente-dragón que residió en el mundo humano hace milenios, atacaba aldeas con frecuencia matando a gente donde pasaba.

Cuando Susano'O fue desterrado del Takamagahara o palacio celestial anduvo sin rumbo hasta que se refugió en una pequeña aldea que era frecuentada por aquella gran serpiente.

Susano'O se propuso acabar con la serpiente de una vez por todas para liberar a aquel pueblo.

Una aldeana llamada Kushinada preparó ocho tinajas llenas hasta arriba a de bebidas alcohólicas para así embriagar a cada una de las ocho cabezas que poseía Yamata-no-Orochi.

La gran serpiente llegó al pueblo por la noche y decidió beber lo que le ofreció Kushinada, hasta que se quedó totalmente ebrio por el alcohol.

Susano'O aprovechó el momento y selló al dragón en una espada llamada Ama-No-Murakumo-No-Tsurugi, aunque la mitología decía que cortó sus cabezas.

Ama-No-Murakumo-No-Tsurugi es la espada que había sido robada, lo que le hacía peligrosa era el veneno mortífero que contenía en su interior.

"Khaos Brigade..."- pronunció la diosa en su mente recordando a aquel grupo de terroristas que últimamente estaban en boca de la mayoría de los panteones por sus actos delictivos.

Amaterasu oyó una reunión entre Odin junto al panteón nórdico con Zeus y los dioses griegos, al parecer los griegos tuvieron una insurrección.

Había dejado el asunto para más tarde para poder atender a Kuroka, Ame-no-Uzume había insistido en que era muy importante que supiera aquella noticia pero la diosa se negó a hacerlo.

-Cuando quieras saldar esta deuda sabes donde encontrarme, tus exorcistas no son muy buenos ocultándose -habló Goku haciendo referencia a los onmyoujis que tiempo ante le vigilaban.

Amaterasu se sonrojó enormemente y empezó a jugar con sus dedos, ella era una diosa de rango alto, ¿por qué entonces no podía controlarse?

-Gracias Amaterasu-sama, Yasaka-sama~nya -agradeció Kuroka, pues eran ellas dos las que le habían ofrecido una nueva oportunidad.

Esta vez disfrutaría su relación de Goku, no le presionaría para que hablara de su oscuro pasado o sobre lo de tener hijos, y haría que las cosas mejorasen con Shirone, su hermana.

"No fallaré"- se dijo a sí misma Kuroka, había renacido de sus cenizas para ser la mejor esposa y la mejor hermana posible, ella no fallaría.

-Entonces nos vamos, despídeme de Kunou, gracias nuevamente -Goku puso sus dos dedos en la frente mientras Kuroka le cogía la mano, y ambos desaparecieron de aquel palacio.

Yasaka sonrió, por un momento se imaginó una vida con Goku siendo su esposo y Kunou su hija... no obstante rápidamente negó ruborizándose.

Goku ya tenía dueño y era una gata de nombre Kuroka, lo que menos deseaba Yasaka era tener como rival amorosa a una gata ya que ellas eran muy posesivas, más si era una Nekomata.

-Algún día encontraré el amor... -suspiró Yasaka mientras que Amaterasu sofocaba su pequeña risa tapándose los labios con su abanico.

"¡Hime-sama! ¡Hime-sama!"

Amaterasu se giró rápidamente al oír la voz de Ame-no-Uzume, la deidad sostenía una tableta y a juzgar por su expresión facial estaba anonadada.

-¿Qué ocurre Ame? Te noto alterada -preguntó Amaterasu con tranquilidad viendo a la diosa.

-¡Esto es lo que quería enseñarle! ¡Mire! -exclamó Ame-no-Uzume mostrándole la pantalla a la diosa del sol y a la reina Youkai, quienes palidecieron.

Ahi se mostraba la reunión que tuvieron los dioses nórdicos y griegos, pero lo que les había desencajado era la presencia de Goku, ¿qué es lo que estaba haciendo en medio de los dioses?

Su sorpresa se hizo más grande ante la revelación de que Goku era un extraterrestre de la raza saiyajin venido de otro mundo al parecer.

-¿Eso quiere decir que los llamados saiyajin pueden manipular la energía de la vida como lo hace Goku? -preguntó Yasaka con curiosidad.

-Son muchas posibilidades, a lo mejor no sólo Goku sino todos los habitantes de ese universo dominan el ki -respondió Amaterasu ya que el Ki era algo restringido a la facción Youkai.

-Al menos ahora sabemos con certeza que no es un humano con dominio del ki -habló Yasaka viendo lo positivo en todo esta situación.

Ambas se relajaron al oír que no habían más seres como el pelinegro en aquel universo, pero rápidamente se pudieron alerta tras ser testigos de cómo Goku detuvo un golpe del Mjölnir del poderoso dios del trueno del norte, Thor.

"Detuvo con facilidad un golpe de uno de los seres más fuertes de la existencia"- se dijo Yasaka negándose a creer que aquello era cierto.

"Esto le ubica entre los cinco seres más poderosos o más, no se puede hacer ninguna estimación real sobre su poder"- pensó la diosa continuando los pensamientos de su amiga.

Amaterasu creó una esfera que se alzó al aire, aquella sala iluminó todo el recinto mostrando el escenario de una batalla bastante sangrienta.

-¿De qué se trata? -preguntó Yasaka con curiosidad viendo cómo varios seres luchaban entre ellos, eran dioses contra monstruos.

-Goku ha participado en la insurrección que tuvieron los griegos, al parecer acabó él sólo con la mayoría de los enemigos -explicó Amaterasu haciendo que Yasaka jadee ante aquello.

Yasaka sabía que los titanes griegos fueron poderosos en su tiempo, claro ella aún no había nacido pero oyó varias historias al respecto.

Que alguien les hubiera vencido con tanta facilidad era sumamente desconcertante, esperaban que Goku estuviera de su lado.

"¿Quién eres realmente Son Goku?"- se dijo Yasaka con más curiosidad todavía sobre el pelinegro, dudas que quería subsanar.

Con Goku.

Paseaba por las calles de Kuoh junto a Kuroka, ambos disfrutaban de una tranquilidad que no tuvieron durante dos largas semanas.

-Kuro yo... -el azabache iba a hablar pero Kuroka le silenció poniendo sus dedos en los labios del chico, quien parpadeó en aquel instante.

-Go-chan... fui una egoísta al querer obligarte a que me contaras tu pasado... me arrepiento de haberte gritado y enfadado contigo -la chica se desahogó y apoyó su cabeza en el pecho de Goku, quien le acarició el negro cabello...

"Cuánto amo a esta chica"- se dijo Goku acariciando con amor el cabello de Kuroka, quería saber porqué Kuro le hacía sentir de esa manera.

-Así que cuando sientas que quieres contármelo... estaré dispuesta, ahora que has regresado no quiero perderte -susurró Kuroka.

-No me volverás a perder Kuro, tienes todo el derecho del mundo a saber sobre mi vida anterior así que en cuanto descansemos te hablaré sobre mi pasado Kuroka... -habló Goku, era hora de que las sombras del pasado saliesen a la luz por fin.

Los ojos de Kuroka se iluminaron ante aquellas palabras, le hacía ilusión saber más sobre la vida de su amado y por fin podría saber aquello.

-¡Como quieras Go-chan~nya! -comentó Kuroka eufórica mientras se pegaba al brazo del chico, quien sonrió ligeramente ante aquel acto.

-¿Qué te parece si vamos a tomar algo...? -preguntó Goku sonriendo, Kuroka asintió enérgicamente conocía una tienda de dulces cerca de aquella zona- no, hoy no hay dulces.

Una chibi Kuroka se hizo presente en aquel momento, los dulces eran lo mejor, ¿nadie lo entendía? Sonrió, sabía como convencerle.

-¡Mou! Go-chan no quiere comprarme dulces, ¿verdad? Los niños malos tienen que recibir su castigo~nya...-profirió Kuroka con una peculiar sonrisa mientras un aura oscura le rodeaba, Goku retrocedió ante aquello, ya tenía experiencia.

Había recibido una paliza cuando pasó la tarde con Asia y Kuroka percibió un aroma femenino en su esencia, recordar aquello era muy doloroso.

-Ku-Kuroka debes entender que mu-muchos dulces son ma-malos para la salud -habló Goku retrocediendo ante el aura tétrica de Kuroka.

Demonios él había luchado contra seres que desafiaban todo tipo de lógica, ¿por qué una mujer le asustaba tanto? No lo entendía.

-Go-chan debe aprender la lección... cuando Kuroka-sama quiero algo no se le debe negar... -habló Kuroka oscuramente mientras que Goku suplicaba piedad, pero llegó demasiado tarde.

Yamete~kudasai!"

Más tarde.

Black DOG Bar.

Un hombre estaba presente en una barra, tenía el cabello corto color castaño y vestía un traje negro que hacía lucir elegantemente a aquel camarero.

El hombre sonrió al ver a Goku entrar, se extrañó al verle acompañado de una hermosa muchacha pelinegra puesto que habitualmente venía solo.

Se sorprendió al ver bultos destacando en la cabeza del azabache así como cojera en su pierna derecha, se compadeció de Goku.

-Hola Goku, ha pasado un buen tiempo -habló el chico con una sonrisa cordial- ¿Qué te pongo?

-Lo mismo de siempre Takara -respondió un chibi Goku, sin duda Kuroka se había pasado esta vez.

-Marchando un jugo tropical... -habló Takara antes de posar sus ojos en Kuroka- ¿la hermosa dama desea pedir algo? -preguntó sonriendo-

-Tengo novio, como intentes cortejar conmigo te cortaré el p... -pronunció Kuroka sonriendo oscuramente antes de que Goku le refrenara.

-Ponle lo mismo que a mí Takara -respondió el pelinegro algo asustado por las palabras de Kuroka, ¿era él o ella Kuroka era posesiva?

Takara asintió bastante aturdido, sólo quiso ser amable y al final acababa siendo amenazado por aquella chica, ¿qué es lo que había hecho mal?

-No sabía que venías a bares~nya -comentó Kuroka, sinceramente Goku no era de ese tipo.

-De hecho suelo venir a hablar con un amigo y.... no, sólo hablar -habló Goku omitiendo la parte de "oír conciertos de cierta chica rubia hermosa".

Takara se hizo presente con los jugos tropicales, Kuroka le miró con una sonrisa que hizo que todo su cuerpo se estremeciera, ¿quién era esa chica?

"¡¡¡Hola como están!!!

Una enérgica voz femenina desde un escenario hizo que todos los presentes en la sala se giraran para oírla, los hombres sonrieron al ver a la chica.

Era una rubia de cabello largo y de ojos azules, cuerpo bastante atractivo con enormes senos... vestía un sombrero blanco que hacía conjunto con su abrigo y sus tacones del mismo color.

"Lavinia"- Goku recordó el nombre de aquella chica, se habían conocido hace muchos meses.

Kuroka vio con extrañeza a Goku, no entendía porqué estaba mirando tan fijamente a la chica rubia del escenario, otra perra que eliminar.

Lavinia comenzó a cantar una melodiosa canción, Goku apenas tocó su bebida ya que se concentró en oír particularmente a la chica mágica.

Kuroka frunció el ceño y se cruzó de brazos, en el tiempo que llevaba con Goku jamás le había visto de una manera tan... ensimismada y distraída.

-Pareces conocerla de algo -habló Kuroka desinteresadamente, Goku no le respondió enseguida sino que tardó unos segundos.

-Ah... nos conocimos hace un tiempo -respondió el pelinegro antes de volver a la voz de Lavinia.

Kuroka volvió a cruzarse de Goku, se suponía que era ella quien debía disfrutar de Goku después de tanto tiempo sin verle pero ese no era el caso.

"Su voz es mágica"- se dijo Goku ya que oír la voz de Lavinia le relajaba bastante aturdido, en ocasiones fue exclusivamente a Black DOG Bar para oír los conciertos que daba Lavinia.

La rubia terminó el concierto, apenas pasó un segundo cuando todos, incluido Goku, se pusieron en pie para llenarla de aplausos.

Kuroka se quedó anclada en su asiento con una mueca de disgusto, Takara evitó mirar a la pelinegra ya que sabía que le despedazaría.

-¡¡Muchas gracias a todos, nos veremos en el próximo concierto!! -habló Lavinia tras recibir una oleada de aplausos por parte del público.

Goku se sentó y dio un sorbo a su bebida, vio a Kuroka con el ceño encrespado y se rascó la nuca sin entender porqué ella estaba enfadada.

"Vamos piensa... ¿qué has hecho mal?"- se preguntó Goku indagando en el motivo del enfado de Kuroka, pero no llegaba a entender aquello.

Antes de que pudiera seguir indagando sintió un par de brazos rodeándole la espalda junto a dos enormes montículos que estaban pegados en la misma zona, Kuroka se levantó de su asiento.

-¡Oye tú...! -antes de que Kuroka pudiera seguir Goku se giró rápidamente viendo que era Lavinia quien le abrazaba, pero sí que le asustó.

-Podrías haberme avisado casi me atraganto Lavinia -habló Goku mirando fríamente a la chica, quien hizo una mueca mientras sonreía.

-¡Qué frío! ¿Ni un abrazo me das Go-chan? -preguntó Lavinia y Kuroka abrió sus ojos ya que ella era la única con derecho a llamarle así.

-Pero después me invitas a otro jugo -habló un chibi Goku ya que se lo bebió de golpe por culpa del susto que le había pegado Lavinia Reni.

-¡¡Trato hecho!! ¡¡Ahora mi abrazo!! -exclamó Lavinia extendiendo sus manos y Goku no tuvo otra opción que aceptar y abrazar a Lavinia.

Lavinia se percató de que Goku se había vuelto menos frío en comparación a la última vez que le vio, ¿qué había podido pasar para ese cambio?

Los ojos de Kuroka temblaron unos instantes al ver que Goku abrazaba a aquella chica rubia.

-Te eché de menos Go-chan... vuelve conmigo a Slash Dog -susurró Lavinia pero enseguida negó el pelinegro, aunque pasó buenos momentos con ella y con los demás miembros de Slash Dog.

-Ahora tengo algo que proteger -susurró Goku y Lavinia asintió, al menos lo había intentado- ella es Kuroka, Kuroka esta es Lavinia Reni.

-E-encantada~nya -Kuroka tuvo que forzar aquellas palabras para que salieran de sus labios, lo hizo por su amado pero ella era su enemiga.

-L-lo mismo digo -habló forzadamente Lavinia estrechando la mano de la gata, ella era su enemiga y rival que tenía que desaparecer.

Goku juró ver rayos saliendo de ambas y retrocedió sabiamente, Takara comenzó a silbar mirando hacia otro lado para no ver, era como si un gorila gigante peleara contra una reptil colosal.

-Bueno chicas, iré a hablar con Tobio si quieren pueden quedarse así aprovechan y se conocen mejor -habló Goku antes de irse de aquella zona.

Lavinia intercambió una rápida mirada con Kuroka, ambas se cruzaron de brazos antes de mirarse intensamente como rivales que eran.

-Él es mío perra de cuarta, aléjate o muere -profirió Kuroka con una mirada afilada pero Lavinia no retrocedió ante aquellas palabras.

-Yo lo vi primero gata callejera -habló a su vez Lavinia con un rostro amenazador, lo cual era raro pues ella siempre estaba sonriente y alegre.

Ambas se miraron con rayos saliendo de sus ojos, el aura violeta de Kuroka chocó con el azul de Lavinia creando gran tensión en el lugar.

Takara se dio la vuelta ante aquellas muestras de hostilidad por parte de las dos chicas, Goku tenía que ser muy problemático para tener a dos o más chicas peleando por ver quien robaba su corazón.

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Fin del capitulo.

Primer capítulo del año, ¿les gustó? Quise que sea más relajado que los anteriores, de ahí que saliera menos largo... pero iremos subiendo.

35 caps... estoy contento por esa cantidad y por el apoyo que estoy recibiendo, casi 9k de votos. El siguiente cap será el último del arco, si quieren leerlo sigan mi perfil para llegar a los 2.8k seguidores u.u... vamos solo es pulsar un botón, creo nadie se esperó lo de Lavinia xD.

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