Muerte
Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.
Hasta hace unos minutos Rías había estado disfrutando de su fiesta de compromiso, sabía que después de eso le esperaba una vida amarga al lado de Raiser así que disfrutaría cuanto podía.
Entonces, cuando pensaba que nada podría salir mal, escuchó un estruendoso ruido que provenía del este de la mansión donde acontecía el evento.
Compartió una rápida mirada con Akeno y junto a su peerage corrieron hasta el origen del estruendo. Al llegar, Rias se llevó una sorpresa enorme. No, no habían términos para describir lo que sentía al ver a Sirzechs siendo estrangulado.
"¡NII-SAMA!"
Rias gritó llamando a su hermano mientras lágrimas amenazaban con salir de sus ojos, su sorpresa se hizo más grande al ver al autor de la interrupción en su fiesta... no era otro que Goku.
Akeno abrió sus ojos al ver la nueva apariencia de Goku, iba a relamarse los labios pero recordó que era inadecuado hacerlo en un momento así.
Koneko estaba igual de sorprendida que Rias y su reina, pero no entendía lo que estaba haciendo Goku en el inframundo y aquello le intrigaba.
-¡¿Por qué estás haciendo esto?! ¡¿Por qué?! -vociferó la princesa carmesí soltando aquellas lágrimas que intentaba contener sin éxito.
-Ve-vete Rias... -susurró Sirzechs, no sabía porqué su cuerpo no reaccionaba por más que lo intentara. Se sentía impotente viendo a Rias en ese estado pero no podía hacer gran cosa.
-Te dije que no se metieran en mi camino Rias... pero ahora que se han atrevido a tocar mi única pertenencia lo pagarán caro -habló Goku con una mirada sumamente fría emanando de sus ojos.
Goku estaba enfadado con el inframundo, pero más enfadado estaba consigo mismo. Si hubiera permanecido junto a Kuro ella nunca habría sido raptada, todo aquello había sido por su culpa.
Esa frustración que sentía hacia sí mismo acabaría convirtiéndose en odio y rencor, si su corazón seguía albergando más oscuridad acabaría encarnando la figura zoroástrica de Angra Mainyu, "los males de la humanidad".
Si perdía a Kuroka toda su racionalidad desaparecería, destruiría todo a su paso sin que nadie pudiera detenerlo hasta que su cuerpo se agotara y desapareciera entre la oscuridad.
Por eso estaba intentando contener la rabia en su interior, de forma indirecta les estaba dando una oportunidad a Sirzechs y a los suyos para que le devolvieran a su amada y no causar destrucción.
Aquello le repudiaba, su antiguo yo era quien acostumbraba a darle segundas oportunidades a sus enemigos. Él ya no quería ser ese Goku. Sin embargo lo era... estaba siendo el mismo Goku.
"¿Pertenencias?"- se preguntó la pelirroja al borde el colpase. Su mente entonces se iluminó recordando lo que había hecho hace unos días.
-¡Po-por favor no le hagas nada! -pidió Rias juntando sus manos mientras lágrimas bajaban por sus mejillas- ¡No mates a mi hermano!
Goku vio la desesperación en los ojos de Rias... pero él también estaba desesperado por recuperar a Kuroka, ambos estaban en la misma situación y a la vez en una bastante diferente.
Sirzechs se maldijo en aquel instante, odiaba que su hermana le viera con suma impotencia y sabía que en el fondo Kuroka no tenía la culpa de nada.
Sabía que por culpa de los demonios la raza de los Nekoshou había sido erradicada de la faz de la tierra, él tuvo el poder para controlarlo pero no lo hizo. Es mas, se quedó en su zona de confort.
Debido a su enorme insensatez estaba a punto de ser asesinado, un hombre que desconocía con un poder descomunal hizo que abriera los ojos y darse cuenta de su error... se dio cuenta tarde.
"Grayfia, Millicas... lo lamento pero hoy no podré regresar a casa"- se dijo Sirzechs pero abrió sus ojos al ver a tres individuos detrás de Goku.
Goku apenas se inmutó al sentir la presencia de los tres Maou detrás de él, si no le traían a Kuroka destruiría el inframundo pedazo por pedazo.
-Goku-chan detén esto... tú no eres así -murmuró Serafall recordando al hombre que acompañó a Artemisa en la reunión de hace unos meses.
-¿Serafall le conoces? -preguntó con seriedad Ajuuka observando a la pelinegra, quien asintió rogando con la mirada- por favor no es necesario llegar a tal extremo, aún podemos negociar.
Falbium se mostraba serio para la ocasión, su habitual expresión problemática y aburrida había sido sustituida por una mueca de severidad.
Goku sonrió con arrogancia al ver aquello, le suscitaba gracia ver cómo se aferraban a la vida como simples insectos que eran en realidad.
Goku bajó su poder y volvió a su estado base... Su cabello regresó a su habitual color negro y con eso soltó lentamente el cuello de Sirzechs.
Sirzeches se cayó de rodillas inmediatamente y Rias fue a auxiliarle rápidamente, él daba gracias a que ni Grayfia ni su hijo estuvieron para verlo.
-Nii-sama... sabes de lo que estaba hablando Goku, ¿verdad? -preguntó Rias observando con seriedad a su hermano- sabes lo que sucedió realmente con la hermana de Koneko, ¿no?
Sirzechs se sorprendió al oír el tono con que habló su hermana pero no le faltaba razón, todo lo acontecido había sido culpa suya y sólo de él.
-Rias... entiendo que no fue lo más justo, pero hice todo lo posible por encubrir ese asunto para no causar una guerra con la facción shintoista, la hermana de Koneko-san sólo le protegió de una muerte segura -confesó el rey demonio Lucifer-
Sirzechs evitó que Magari se enterara de aquel asunto, el padre de ambas Nekoshou era un exorcista budista que trabajaba en la investigación junto con el clan Naberius.
Magari era quien lideraba a los Nekoshou desde hacía ochocientos años, debido a la casi extinción de su raza vivía ahora en China con los supervivientes, apenas superaba la decena.
Fujimai había vendido al diablo el alma de sus dos hijas literalmente, fue quien llevó a Kuroka y a Shirone ante el clan Naberius con el objetivo de experimentar con ellas... poco después los padres de ambas murieron en un accidente.
Los Naberius tenían el objetivo de crear un súper demonio y con el potencial que tenían los Nekoshou podían crear un híbrido perfecto que tendría energía demoniaca y dominio del Sennjutsu, literalmente una bestia poderosa.
-¡¡Eso no fue nada justo Nii-sama!! Koneko se quedó sin hermana a pesar de que todo podía haber sido diferente -exclamó Rias haciendo que Koneko abriera sus ojos al oír aquellas palabras.
Los ojos de Koneko se llenaron de lágrimas en aquel instante... Recordó el momento en que se encontró con Kuroka semanas atrás, ella trató de pedir perdón pero Koneko la rechazó de golpe...
-¡¡Su hermana va a ser ejecutada mientras tú sabes que es injusto!! ¿Cómo puedes vivir con eso? -demandó Rias con lágrimas en sus ojos.
Ahora que su hermana iba a ser ejecutada se sentía sumamente culpable, siempre odió a su hermana por haber cometido aquella matanza pero lo único que hizo Kuroka es protegerla.
Akeno caminó hacia ella y la abrazó con suavidad, gesto que fue correspondido por Koneko. Akeno entendía lo difícil que tenía que ser para ella esta situación, su única familia y su única hermana estaba a punto de ser ejecutada.
Goku se sorprendió al escuchar las palabras de Rias, nunca pensó que aquella niña mimada podía enfrentarse a su amado hermano mayor.
No sólo eso sino que estaba defendiendo a Kuroka e intercediendo por ella, eso hizo que el corazón de Goku comenzara a sentirse diferente.
"La juzgué con bastante crueldad aunque en parte tenía razón, en realidad Rias ha llegado a sorprenderme... nunca me habría esperado que hiciera esto"- indagó Goku con una mano en la barbilla mientras estaba bastante pensativo.
Sirzechs bajó su cabeza en aquel instante, sabía que su hermana tenía razón y sabía que tendría que detener la ejecución de Kuro antes de nada.
Issei se acercó a su ama y le dio un abrazo para consolarla, su pequeño cerebro no podía llegar a entender totalmente la situación actual.
Sirzechs sacó un pequeño teléfono, marcó unos números y susurró un leve "anulen la ejecución y traigan a la Nekoshou" antes de bajar la cabeza.
Goku relajó su postura mientras cerraba sus ojos, pronto regresaría a Kuoh junto a su amada y por fin podrían hablar después de su discusión.
De repente sintió una ligera patada en su espalda, con frialdad se giró para ver de quién se trataba y se llevó una enorme sorpresa al ver la figura.
Era una niña rubia de cabello ondulado cuya indumentaria consistía en un vestido azul oscuro con zapatos azules, se trataba de Ravel Phenex.
-Mí-misero humano, ¿cómo te atreves a hacerle daño a mi hermano? -demandó Ravel mientras su hermano Raiser era atendido por otros demonios.
-¡Ravel-chan detente! -gritó Serafall maldiciendo la enorme imprudencia de la hija menor de los Phenex, aquel acto sin duda le costaría la vida.
Goku sintió algo familiar en aquella chica, no recordaba dónde pero sentía que le había visto en alguna parte. Su mente le jugaba una mala pasada o bien ambos se encontraron antes.
-Agradece que le dejé con vida niña, desaparece de mi vista antes de que me arrepienta -amenazó el pelinegro dándose la vuelta lentamente.
Ravel apretó sus puños con impotencia al ver la acción de Goku, iba a hacer algo pero Serafall le tomó la mano y le dio una mirada de severidad.
El resto de Maou observaban sin decir nada, temían que al más mínimo movimiento aquel sujeto les eliminara con un simple ataque.
Los invitados de la fiesta de compromiso estaban en total silencio, ver que el Maou Lucifer, el súper demonio Crimson Satanas, fuese doblegado así de fácil por Goku les hizo sentir bastante miedo.
Todos tenían en mente la incógnita acerca de la identidad de Goku, no sabían ni cómo ni de dónde surgió pero sabían lo poderoso que era él.
Con la conmoción el compromiso de Rias y Raiser se quedó en el aire, ninguno de los dos bandos sabía lo que iba a suceder a partir de ahora y preferían mantener el silencio.
De repente se formó un círculo mágico justo a unos metros de Goku, de él emergió la figura de una hermosa azabache con magulladuras en su cuerpo. Sangre emergía de sus heridas debido a que permaneció fuertemente atada durante días.
-¡Kuroka! -la expresión de Goku se suavizó cuando vio a su amada, quien abrió levemente sus ojos pero los cerró al instante al recibir la luz que no tuvo en estos días, estuvo encerrada.
-Go-goku-chan... lo si-siento -Kuroka cerró sus ojos mientras que Goku la tomaba en sus brazos después de tanto tiempo sin poder tocarla.
Su suave y cálida piel ahora era áspera y fría, sus ojos antes llenos de vida ahora estaban apagados, todo había sido culpa suya.
-No, quien debería decir "lo siento" soy yo -lamentó Goku esbozando una sonrisa triste mientras se aferraba al cuerpo de su amada.
Rias sonrió al ver que Goku se había reencontrado con su amada, Akeno miró hacia otro lado con recelo. En cambio, Koneko corrió hacia su hermana anhelando poder disculparse.
-¡Nee-sama! -gritó la gata blanca corriendo hacia Kuroka pero la mano de Goku detuvo su movimiento en aquel instante- ¿Goku-sempai?
-Ahora no Shirone, primero debe recuperarse -Koneko bajó su cara ante tales palabras, pero Goku sonrió- no te preocupes, cuando se ponga bien irá a visitarte y tendrán tiempo de hablar para arreglar todos su problemas... -agregó Goku-
Koneko asintió y se llevó una grata sorpresa al ver que Goku acariciaba su cabeza con una pequeña sonrisa, nunca antes le había visto hacer eso.
-Rias por favor, ¿podrías llevarme de vuelta a Kuoh? Te lo agradecería -preguntó el pelinegro dedicándole una mirada a la chica pelirroja.
-¡Hai, Goku-san! -asintió Rias con una sonrisa mientras se acercaba al azabache y comenzaba a crear un circulo mágico propiedad de Gremory.
Goku le dedicó una última mirada fría a Sirzechs y al resto de Maou antes de que desapareciese, en términos simples les había dejado claro que si se volvía a repetir algo como eso no tendría piedad.
Ahora no sabían si retomar la fiesta o no o bien aplazar el compromiso entre el heredero Phenex y la heredera Gremory, por causa del inesperado evento. Sin embargo, todos tenían una pregunta en mente en estos oscuros momentos.
¿Quién era ese hombre?
Con Rias.
Rias se detuvo frente a un apartamento, supo que era donde vivían Goku y la hermana de su torre ya que hace unos días fue a buscar al pelinegro.
Kuroka iba en la espalda de Goku, estaba inconsciente y lo que más necesitaba en estos momentos era descanso después de que hubiera pasado días encerrada con cadenas supresoras de energía, su flujo de ki estaba destrozado.
Goku también necesitaba descansar, después de haber usado la Genkidama divina además del Kaioken mezclado con el súper saiyajin su cuerpo estaba literalmente pulverizado, si se sostenía en pie ahora era por Kuroka, únicamente por ella.
"De todas formas lo peor que podría pasarme es que vuelva a tener esa peculiar enfermedad relacionada con el ki"- ironizó Goku, porque si sucedía eso y era atacado tendría las de perder.
-Bu-bueno Goku-san, debo regresar al inframundo enseguida -habló suma Rias con timidez, a ella se le hizo sumamente extraño el haber paseado con Goku tras varios insultos por parte de él.
Goku se detuvo tranquilamente, con una sonrisa en su rostro caminó hasta Rias, quien, pensando que Goku podría hacerle algo, cerró sus ojos por miedo, pero de sorprendió al ver que el pelinegro acariciaba su mejilla con extrema suavidad.
-Rias... gracias por todo lo que has hecho por mí hasta ahora -agradeció el azabache con una sonrisa llena de sinceridad- desde el primer día en que nos conocimos no has hecho más que intentar ayudarme y eso te lo agradezco mucho.
Rias abrió sus ojos ante aquellas, lentamente su mente comenzó a sumergirse en el recuerdo que albergaba la primera vez que conoció a Goku.
Sí, lo recordaba exactamente. Sucedió después de la clase de historia, ella y Akeno se propusieron conocer al nuevo pero se llevaron una sorpresa al presenciar su actitud fría.
Intentaron por todos los medios posibles conocerle, pero él siempre las evadía con sus respuestas llenas de enigma y oscuridad.
Hasta que tras unas semanas por fin comenzó a abrirse a ella y luego a Akeno... no tanto pero simbolizaba un gran avance para ambas.
Entonces supieron que él no era un humano corriente, Rias tuvo que invitarle para darle a conocer las habilidades de su peerage.
Ahí es donde empezaron a surgir los problemas, Goku comenzó a criticar a su séquito señalando sus errores, algo que para nada le gustó... pero reflexionó y se di cuenta de que Goku tenía razón.
Durante los días previos al Rating Game con Raiser entrenó según las deficiencias que había señalado Goku, pero aunque no fuera suficiente estaba orgulloso de los progresos de su peerage.
Sintió la injusticia que estaba cometiendo su hermano y lo mínimo que pudo hacer es ayudar a Goku, no sólo para salvar al inframundo sino también para salvarle a él de semejante dolor.
Sirzechs le había decepcionado sumamente, nunca se esperó que su hermano mayor hiciera algo como aquello, cuando regresara debería hablar con él porque eso no era normal.
-Te je juzgado con crueldad a pesar de que tu única intención era ayudarme... lo siento, quizás esto no sea suficiente pero en el día de hoy te has ganado una nueva amistad Rias Gremory -habló Goku, ni siquiera él era tan ingrato como para no ofrecerle su amistad a Rias con todo lo que hizo ella por él, muchas cosas cambiarían desde hoy.
Rias salió de su asombro cuando vio la mano de Goku frente a ella, con una sonrisa correspondió el saludo, finalmente después de tantos intentos consiguió la amistad de Goku en el día de hoy.
-Sin embargo, eso no quita el hecho de que si alguien de tu familia u otra persona intenta hacerle algo a ella -habló Goku con seriedad, girándose para ver a Kuroka en su espalda- lo pagarán caro, hoy me contuve porque podría haber reducido el inframundo a cenizas.
-L-lo tengo claro Goku-san -aseveró Rias rápidamente y Goku sonrió- entonces... nos veremos en otra ocasión, cuídate... amigo.
-Igualmente Rias -el pelinegro vio cómo la chica creaba un círculo mágico bajo sus pies y desaparecía- ahora me toca actuar a mí.
Más tarde.
Goku veía con seriedad el cuerpo de Kuroka en el sofá de su departamento, esperaba que su amada se despertase para hablar con ella.
Sentía que su energía vital se estaba disminuyendo conforme avanzaba el tiempo, en estos momentos maldecía no tener una semilla del ermitaño para sanar las heridas de Kuro.
Sus circuitos mágicos estaban destrozados y sin Sennjutsu no podía curarse a sí misma, era como si a un coche le quitaban su motor o su batería.
-Go-goku-chan... sa-sabía qu-que me salvarías -susurró débilmente Kuroka mientras estiraba su mano para tocar la mejilla de su amado Goku.
-No Kuroka, llegué tarde, si hubiera estado aquí contigo tod... -Goku se vio interrumpido cuando Kuroka selló sus labios con su dedo índice.
-N-no te culpes... yo también me comporté como una tonta, lo mejor es que muera... -murmuró la pelinegra, sin embargo Goku frunció el entrecejo.
-Mientras yo esté con vida eso nunca va a suceder, todavía tenemos cosas que hacer tú y yo... además Shirone desea hablar contigo -habló Goku viendo a la Nekoshou esperanzado.
-¿Shi-shiro? Dile que me perdone... fui una mala hermana mayor -susurró Kuroka con una lágrima deslizándose por su mejilla- Goku-chan... nunca te olvidaré, te amaré ahora y por siempre.
Kuroka utilizó sus últimas fuerzas para besar los labios de su verdadero amor, quien le sacó de su propia oscuridad, mientras tomaba sus manos
Goku sintió cómo el agarre de Kuroka iba haciéndose más débil, sintió como sus ojos se cerraban lentamente y sus labios dejaban escapar el último suspiro... junto con su vida.
"¡KUROKA!"
Goku gritó con todo el dolor acumulado en su alma mientras se aferraba al cuerpo exánime de su amada Kuroka. ¿Por qué la oscuridad siempre terminaba consumiéndole? ¿Qué le hizo a la vida para que le hiciera sufrir durante tanto tiempo?
Quinientos años atrás vio cómo cada uno de sus seres queridos se marchaba sin que pudiera hacer nada por evitarlo... ahora su única luz en este mundo lleno de oscuridad se había apagado para siempre... nuevamente no pudo evitarlo.
Goku sólo quería ser feliz, sólo quería sonreír, ¿por qué era tan difícil? ¿Por qué acaba perdiendo a todos aquellos que ama una y otra vez?
Recordó el sueño que tuvo en el campamento mestizo... un sueño que se había hecho real, las sombras de su pasado finalmente le alcanzaron llevándose consigo a Kuroka, su única luz.
Había vuelto a fallar, había vuelto a perder a un ser querido, a su único ser querido. La historia volvía a repetirse una y otra vez, es como si el destino se estuviera burlando en su cara.
-Que le den al destino, Kuroka va a vivir sí o sí aunque tenga que enfrentarme a la misma muerte para que suceda -juró Goku con una gran frialdad nunca antes vista en él y no era para menos.
Puso sus dedos índice y corazón en la frente, desapareciendo de aquel lugar junto al cuerpo de Kuroka. Esta vez podría enmendar sus errores.
Templo desconocido.
Una mujer rubia, piel tersa y blanca, ojos ámbar, nueve colas saliendo de su cóccix con dos orejas destacando en su cabeza y que vestía un yukata amarillo acicalado de flores que resaltaban sus enormes senos, caminaba por un pasillo.
No era otra que Yasaka, líder de la facción yokai y quien regulaba las lineas de ley en Kioto... ella era también un yokai milenario que encarnaba la figura del Kyubi no yoko o zorro de nueve colas.
Un anciano Tengu le había dicho que alguien le esperaba en el vestíbulo, debía de ser sumamente urgente como para interrumpir su hora del té con Amaterasu, no se esperaba ninguna visita.
Yasaka abrió sus ojos bastante sorprendida al ver de quién se trataba, nunca se esperó volver a verle en su templo y menos con una chica en sus brazos, todo esto resultaba desconcertante.
-Por favor necesito tu ayuda Yasaka, esto es una urgencia -habló Goku viendo a la hermosa mujer, intentando disimular sus emociones ante ella.
Yasaka vio que los ojos de Goku ya no eran fríos y sombríos como hace un tiempo, ahora estaban llenos de una gran tristeza que no supo explicar.
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Fin del capitulo.
La historia cumple un año desde su publicación, exactamente sucedió hace 4 días... pero decidí esperar hasta Navidad para actualizar. Haré un "preguntas y respuestas" así que ya saben xD.
Pequeña pregunta mía: ¿Por qué odian tanto a los Gremory? Una respuesta lógica para justificar ese odio hacia ellos me vale, no logro entender y eso que he leído las novelas ligeras de DXD.
Les deseo una feliz navidad a todos, disfruten de estas fiestas con sus seres queridos cumpliendo las medidas sanitarias contra el coronavirus :)
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