
¿Me perdonas?
Renuncia de derechos, los personajes que aparezcan aquí les pertenecen a sus respectivos dueños y autores.
Su departamento estaba a unos metros de distancia, caminaba con porte tranquilo y sereno sabiendo que ahora había llamado la atención de una facción prácticamente desconocida para él, el panteón del Shintō, después de todo el origen de aquel asunto fue el hecho de que recogió a Kuroka cuando no debió hacerlo.
Pero no se arrepentía de haberlo hecho, pues la gata, a pesar de haberlo utilizado como a una marioneta o un títere para recuperar a su hermana, le había regalado y ofrecido buenos momentos y anécdotas que por nada del mundo se dignaría a olvidar.
Subió las escaleras que le conducían a su departamento, no eran más de treinta así que no llegaría en cuestión de segundos, y así fue.
Cuando llegó sacó las llaves de su bolsillo, la incrustó en la puerta, subió dos veces y presionó el manillar de la puerta abriendo la misma, cerró y retiró su calzado sintiendo comodidad, además, todavía sentía el ki de Kuroka en su habitación.
"¿Aún sigue aquí? suponía que a estas horas ya se habría ido, tsk como sea" -farfulló Goku mentalmente mientras caminaba hasta su cuarto, abrió la puerta y vio a la pelinegra nekomata todavía abrazando vigorosamente a su almohada.-¿Kuroka?
La azabache alzó la mirada y conectó sus ojos avellana con los ojos oscuros de su "amigo", y entonces se dio cuenta de que había pasado bastantes horas llorando.
-Go-chan yo...-no pudo terminar su frase cuando sus labios fueron sellados por un inesperado dedo, en un abrir y cerrar de ojos el pelinegro se encontraba sentado en su cama frente a ella, pues quería aclarar el tema sin rodeos.
-Quiero que me expliques todo desde el principio, en parte fue mi culpa acogerte sin conocerte en primer lugar -aseveró Goku mansamente y la nekomata asintió limpiándose las lágrimas que impregnaban su rostro.
"Ante todo quiero saber quienes son esos yōkai que mencionó esta mañana, de cierta manera siento que eso está conectado al asunto del shintō y el Onmyōuji que me atacó antes" -pensó el pelinegro esperando a que Kuroka tomase la palabra y le explicase su historia.
-Esta bien nya -farfulló Kuroka gimiendo lentamente mientras se limpiaba las lágrimas impregnadas alrededor de sus ojos.
Entonces Kuroka le explicó la historia relacionada con el demonio del clan Naberius, cuando le ofreció la oportunidad de poder ser parte de su nobleza con el objetivo de mejorar su estatus como clan de demonios.
Kuroka aceptó pensando que aquel hombre les protegería a ella y a su hermana pero estaba totalmente equivocada, el Naberius trató de aprovecharse personalmente de sus increíbles poderes como nekomata.
Sabiendo que eso perjudicaría a su hermana menor Shirone/Koneko, Kuroka acabó con el demonio Naberius siendo declarada como "enemiga del inframundo y demonio callejero de clase SS" en busca y captura por parte de la familia del asesinado.
Shirone, su hermana, desapareció, pero actualmente Kuroka tenía vestigios de que se encontraba en Kuoh y haría todo en cuanto esté en su mano para encontrarla y seguir protegiéndola como le prometió a su madre.
-E-esa es mi historia nya -concluyó Kuroka, sintiendo una llama esperanzadora en su interior, pensando que recibiría el perdón de su amigo Goku.-¿Go-chan?
Goku estaba pensativo, si bien Kuroka se había aprovechado de él en cierto sentido lo hizo únicamente por recuperar a su hermana y cumplir la promesa de su madre, perdió a su hermana injustamente y ahora pensaba en reencontrarse con ella.
-Kuro-chan...-la ex-yokai sintió como lentamente su corazón comenzaba a iluminarse al oír la manera en que fue llamada por Goku.-entonces, ¿todo esto lo hiciste por proteger a tu hermana verdad? -preguntó Goku.
Kuroka asintió moviendo la cabeza.-Go-chan, perdóname, pérdoname por haberte utilizado para recuperar a Shiro-chan, perdóname por haber jugado con tus sentimientos, no me apartes de ti por favor, yo... quiero estar contigo -declaró la azabache nuevamente sollozando pero al instante sintió como Goku le tomaba de la barbilla.
-Kuro-chan...-Goku tenía bastantes dudas con respecto a perdonarla o no, claro, su 'yo' del pasado le habría perdonado sin dudas pero ahora él ya no era el mismo, Kuroka había jugado con él como si fuese una marioneta y es lo que más le solía, pero ahora que sabía las razones, ¿no podría perdonarla?.- claro que te perdono, pero nunca más vuelvas a hacerme algo así ¿entiendes?
Kuroka asintió al momento en que una gran sonrisa se impregnó en sus labios y sin dudarlo un ápice saltó a los brazos de Goku sollozando nuevamente, el pelinegro no pudo hacer otra cosa que corresponder el abrazo con una pequeña sonrisa.
Estuvieron apegados un par de minutos más hasta que se separaron, Kuroka se limpió las lágrimas sonriente y dijo.-si recupero a Shirone ¿podremos vivir los tres juntos aquí?
Al instante de efectuar aquella pregunta los ojos de Goku se volvieron completamente oscuros y fríos, suscitando un escalofrío en las entrañas más profundas de la nekomata.
-No, no quiero tener amigos, prefiero que estemos los dos, si cuando te hubiese recogido en aquel templo hubiera sabido que puedes transformarte en humana, te habría dejado allí sin dudar -dijo el pelinegro fríamente y Kuroka bajó la mirada tristemente.-pero no me arrepiento de haberte conocido -añadió mientras le acaricia la cabeza.
-Gracias Go-chan nya~ tus caricias me excitan bastante -gimió Kuroka infantilmente al sentir las caricias de Goku sobre su piel, lentamente llevó la mano izquierda del pelinegro a su enorme seno derecho, únicamente opacado por aquel kimono que lo dejaba parcialmente a la vista, y comenzó a masajearlo suavemente.
Kuroka se acercó atraída por los labios del saiyajin y en un movimiento colmado de una suavidad extrema sus labios se chocaron lentamente, antes de que lo hicieran sus lenguas rosadas en un roce sumamente afrodisíaco.
El tiempo no supuso un obstáculo para ambos y lo ignoraron como si no existiese, extendiendo aquel beso más de lo habitual hasta que decidieron separarse manteniéndose frágilmente unidos por un fino y transparente hilo de saliva.
Kuroka se acercó a la oreja de Goku y susurró mientras le mordía tiernamente.-¿Quieres que tengamos un hijo nya?-preguntó en un cálido susurro mientras besaba con una ferviente pasión el cuello del azabache metiendo su mano por debajo de la camisa de Goku y acariciando sus fornidos pectorales.
El azabache salió de su erótico trance, por unos instantes se había dejado llevar por su instinto saiyajin y probablemente el asunto habría acabado de otra manera.
Se levantó de la cama palmeándose la cabeza tras el error que había cometido, dejando a Kuroka completamente extasiada y con muchas ganas de más.
-¿Un hijo?-preguntó Goku sorprendido y Kuroka asintió moviendo lujuriosamente su lengua mientras lentamente comenzaba a desvelar sus grandes senos.-No, somos amigos pero eso no quita lo mucho que te quiera -aseveró el saiyajin puro tranquilamente.
Kuroka bufó con molestia, se había excitado bastante pensando que tendría una noche mágica con Goku, pero no seria así, de todas formas estaba muy contenta pies su relación con Goku volvía a estar con antes.
Kuroka se ajustó el kimono y a su vez se levantó de la cama con una sonrisa impregnada en sus facciones.
-Iré a ducharme nya, si quieres podemos entrar juntos a la ducha -añadió Kuroka guiñándole el ojo al pelinegro sensualmente y caminó hasta el baño bailando sobre sus caderas siendo vista por un incrédulo Goku.
Goku cerró los ojos suspirando, en cierta manera Kuroka le había excitado bastante, su cuerpo atractivo no tenía que envidiar a ninguna modelo y la belleza de sus facciones no se quedaba atrás pero tendría que controlar sus impulsos y no dejarse llevar por la pasión.
Minutos después.
El pelinegro estaba en el salón de su departamento esperando a Kuroka para que pudiesen empezar a cenar viendo una película como de costumbre, había preparado un bol de leche con cereales para Kuroka pues la nekomata amaba todo lo relacionado con los dulces, y varios platos de arroz con wasabi para sí mismo.
Desde que llegó a ese mundo tuvo que apañárselas para aprender a cocinar, seguramente si su antigua esposa Milk le viese en estos momentos le daría un infarto.
"¿Dónde está" -se preguntó Goku mentalmente mientras se giraba hacia la puerta del baño viendo que estaba todavía cerrada.-¡¡KUROKA SE ENFRÍA LA CENA!!
Al instante las puertas del baño se abrieron de par en par y salió Kuroka vistiendo un kimono de tela fina, siendo completamente transparente, por lo que sus grandes pechos estaban a la vista.
Goku casi se ahoga con el agua que estaba bebiendo, poco a poco la sangre comenzó a acumularse en una zona concreta de su anatomía y tuvo que concentrarse para que no sucediese aquello.
Los senos de Kuroka de bamboleaban lascivamente ante los ojos ónix de Goku, el pelinegro tranquilamente desvío su mirada hacia el televisor y la chica se sentó a su lado
-Cenemos, mañana tengo escuela -habló Goku desinteresadamente y Kuroka asintió, sintiéndose extasiada cuando aquellos dulces se incrustaron sobre sus papilas gustativas, así comenzaron a cenar mientras veían una película.
-Oye Kuro-chan ¿tu puedes sentir el ki? -preguntó Goku inesperadamente y la nekomata alzó sus cejas en sorpresa ante aquellas palabras.
-S-si nya, he de admitir que *munch* nunca había sentido un ki tan grande como el tuyo nya ¿por qué *munch* lo preguntas Go-chan? -preguntó Kuroka queriendo saber el motivo.
"Entonces... ahora lo entiendo todo" -pensó Goku con una mano en la barbilla y se giró hacia Kuroka.-por nada, yo también puede sentir el ki, y el tuyo también es grande -añadió y la nekomata sonrió orgullosamente.-"y por cierta razón es parecido al de otra persona"-pensó.
Siguieron comiendo tranquilamente viendo aquella película, sin embargo, en la mente de Goku varias preguntas relacionadas con el Shintō se sucedían, quizás debía preguntarle a Kuroka acerca de ello.
-Kuro-chan -ella le mira con una sonrisa.-¿sabes quiénes son los del panteón del Shintō? -preguntó Goku sorprendiendo nuevamente a Kuroka.
-Son los dioses de la mitología japonesa nya -el pelinegro abrió los ojos ante aquellas palabras.-por ejemplo está Tsukuyomi-sama el dios de la luna, Amaterasu-sama la líder del panteón y diosa del sol y también está Susano'O-sama el dios de la tormenta nya -explicó Kuroka mientras masticaba cereales azucarados.
-¿Hay más aparte de ellos? -preguntó Goku inteligentemente, dado que había derrotado a un Onmyōuji descendiente de Susano'O es posible que los del Shintō tomasen represalias contra él.
-Hay miles de dioses nya~ -habló Kuroka sorprendiendo bastante al saiyajin de sangre pura.-nosotros los yokai establecimos una alianza con los del Shintō, dado que ambos pertenecemos a la facción mitológica japonesa, Yasaka-sama es la actual líder del panteón Yokai -añadió la azabache.
-Entiendo, es por eso aquel Onmyōuji perteneciente al Shintō me atacó, pues tomé a Kuroka que es una yokai-demonio -murmuró Goku con la mano izquierda en la barbilla.-"espero no enfrentarme a ellos, no quiero problemas innecesarios" -pensó Goku.
-Go-chan, tienes un pequeño corte en la mejilla -inquirió Kuroka tocando la mejilla del azabache en la cual había un rasguño poco importante.-espera, voy a curarte nya -al instante las manos de la nekonata brillaron y la mejilla de Goku quedó completamente sanada.
-Es increíble, ¿tienes habilidades curativas? -preguntó Goku desconcertado mientras se tocaba la mejilla viendo que no había ninguna herida o rasguño.
Kurola asintió sonriente.-he utilizado Sennjutsu para curarte nya -aseveró con una sonrisa tranquila.
"Una habilidad similar a la de Dende, interesante" -pensó el pelinegro viendo a su amiga con una sonrisa en sus labios.-¿qué tal si...?-no pudo acabar cuando recibió un lento beso en los labios, Kuroka lo estaba besando apasionadamente mientras sus sedosos labios se bailaban a un compás melodioso y sensual.
-Gracias por perdonarme Go-chan -dijo Kuroka sonrojada, separándose del pelinegro, quien parpadeaba sus ojos un tanto confuso por aquella acción.
-No te preocupes, ahora sigamos viendo la película -añadió Goku con una pequeña sonrisa y Kuroka asintió.-iré a preparar palomitas, ¿quieres? -preguntó.
-PONLE MUCHO AZÚCAR NYA -exclamó Kuroka sonriendo ávidamente, dejando al pelinegro con una gota de sudor en la nuca, él asintió y al cabo de diez minutos reapareció con un bol lleno de palomitas.
Comenzaron a comer tranquilamente mientras veían la película, después de 500 años, por fin Goku comenzaba a encontrar la paz que tanto había anhelado en su vida.
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Fin del maldito capitulo.
Bueno, un capítulo dedicado a la relación entre Kuroka y Goku, vemos que van avanzando y profundizando en su "amistad" no sé pero creo que esto acabará con resultados sexuales.jpg. Ahora el pelinegro sabe a quiénes se enfrenta y no son otros que los dioses del shintoismo, ya verán las sorpresas de los siguientes capítulos y después iniciaremos con el 1° arco de DxD.
Gracias por el apoyo y espero que hayan pasado unas felices fiestas, no se olviden de votar y comentar, aquí su amigo y vecino del alma hará lo posible por responder.
Atte Destroit10k
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