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Imbéciles.

Renuncia de derechos, los personajes que aparezcan aquí les pertenecen a sus respectivos dueños y autores.

Rias Gremory nunca se había sentido tan imponente como en el día de hoy. Había visto, oído y observado como sus sirvientes fueron insultados y no pudo hacer nada al respecto.

¿Quién era el causante de aquella situación? Un misterioso muchacho que se había presentado en la academia Kuoh hace unas semanas, y que al parecer sabía de la existencia de lo sobrenatural: Son Goku.

Los primeros días Rias trató de averiguar todo lo posible acerca de aquel chico, incluso mandó a sus familiares a vigilarle pero éstos nunca regresaron a ella.

Conforme fue pasando el tiempo y con las charlas que mantuvo Rias con él, su curiosidad aumentó sobremanera, Rias anhelaba saber en motivo por el que Goku era así, todo apuntaba a un trágico pasado.

Claro, Rias no iba a negar que tener a Goku en su séquito sería algo fantástico, de esa manera obtendría un gran prestigio en los futuros Rating Games.

Sin embargo, Goku le había dejado tajantemente claro que no tenía planes de unirse a ninguna facción, a pesar de todas las propuestas que recibía.

Rias sabía que hacer caso omiso a su advertencia sería algo peligroso pero eso no significaba que iba a rendirse sin dar brazo a torcer. Además, Sona también iba detrás de él, pero al parecer Sona no era consciente de que estaba jugando con fuego.

Pero algo cambió aquella noche. Rias quería demostrarle a Goku que no era una niña mimada mostrándole el potencial de los siervos que habia reclutado para su séquito.

Rias pensó que con aquella demostración lograría cambiar el parecer de Goku pero resultó todo lo contrario, el muchacho le habia señalado todos los defectos que presentaban sus siervos, llegando incluso a burlarse de sus habilidades.

PFT JAJAJA! ¿En serio? Su habilidad con la espada es una bazofia, sólo hay que mirar como blandía la espada para analizar su estilo, parece que tu caballero desconoce que cada espada tiene un alma propia que se fusiona con el usuario cuando está en sus manos, pero puedo notar con demasiada claridad que el trata a todas sus espadas con demasiado orgullo y por igual"-.

Rias Gremory apretó vigorosamente sus puños recordando aquellas palabras de burla y cierto desprecio dirigidas a su caballero Yuuto Kiba.

"Le falta un estilo de combate, en una pelea no sólo es importante la cantidad de poder. Otras cosa es que confía demasiado en su fuerza, eso le lleva a cierta arrogancia en sus movimientos"-.

Volvió a recordar las palabras de Goku hacia su querida Akeno, tal vez estaba en lo correcto pero él no era nadie para juzgar a su sierva Koneko.

"¡¿Tanto les costaba hacer eso? ¡¿Por qué seguían torturándole cuando podían acabar fácilmente con su vida?! Akeno me has decepcionado, cuando dijiste que querías ser diferente a los de tu raza jamás me esperé esto"-.

Aquellas palabras fueron para Akeno, su reina y podría decirse que una de sus mejores amigas. Rias se percató de algo: notó cierra tristeza y dolor en los ojos de Goku cuando éste veía la masacre de Akeno al demonio renegado Vaizor.

No sabía el porqué de eso pero al parecer a Akeno sí le dolieron esas palabras. Todavía no habia superado su pasado y utilizaba una máscara para ocultar su dolor, pero que le restregarán aquello en la cara sin duda debía ser un duro trago.

"Cuando me invitaste aquí esperé ver algo mejor que esta basura Rias, tú dices tener un grupo pero ni siquiera sabes sacarle partido a tus piezas, es realmente deprimente ver esta situación. Dime una cosa Rias, dijiste que querías que todos dejaran de pensar que eras mimada por tu hermano ¿no es así? ¿cómo conseguiste cada una de tus piezas?"-.

Tal declaración colmó la gota del vaso. ¿Quién se creía ese muchacho para llamarla mimada y atreverse a insinuar que ella era totalmente dependiente de su hermano Sirzechs? Sin duda era algo inaceptable para la heredera Gremory.

Tampoco es como si pudiera hacer algo al respecto, el poder de Goku estaba a una escala totalmente diferente de la suya. Pero, ¿y sí...?

Rias recordó que Koneko le había dicho que su hermana Kuroka estaba en la ciudad de Kuoh, algo que no entendía puesto que era su territorio y Kuroka al ser una diablesa en busca y captura tenía prohibido el acceso, pero dio por hecho que habia sido gracias al Sennjutsu.

"Shirone... Te recomiendo que abras los ojos de una vez, antes de que sea demasiado tarde"-.

Rias recordó esas últimas palabras de forma pensativa. Shirone... ese era el nombre que tenía Koneko antes de que Rias le convirtiese en su torre, así le llamaba su hermana Kuroka Hellcat.

Uniendo las piezas del rompecabezas Rias descifró que Goku vivía con Kuroka, o al menos le había ocultado en su casa. No sabía el motivo pero aquello le molestaba, pero tampoco es que ella estuviera obsesionada con Goku... ¿verdad?

Bien, si no podía vengarse físicamente por la ofensa de Goku hacia su persona, bien podía hacerlo por medio de Kuroka. Podía llegar a su nii-sama Sirzechs, el Maō principal del Infierno, y decirle que habia hallado la ubicación de una de las criminales más buscadas, su rango era S++.

Intuía que Goku le tenía bastante aprecio a Kuroka, y si la quitaba de en medio le causaría un gran daño a Goku, de esta forma se vengaría.

Rias, habiendo tomado una decisión, activó un círculo de magia que surgió debajo de ella. Iba a decirle a su hermano acerca del paradero de Kuroka para que intervenga cuanto antes.

¿Realmente estaba haciendo lo correcto?

Con Akeno.

"La sacerdotisa del rayo" habia llegado al templo en que residía hace tan sólo un par de minutos. Estuvo paseando pensativamente bajo la luz de la luna, recordando cada una de las palabras de Goku, palabras que se incrustaron lentamente en su corazón como una daga atestada de veneno.

Akeno sabía que la habia cagado, una vez más dejó salir su lado sádico en batalla, como solía hacerlo de costumbre, pero a diferencia de otras veces en esta ocasión lo habia hecho delante de Goku... el chico que le ofreció su amistad.

Honestamente Akeno no sabía el motivo por el que a Goku le había dolido ver la masacre hacia aquella bestia, pero en esos momentos Akeno estaba demasiado concentrada en hacerle sufrir a la criatura del averno con sus ataques de rayos.

"¡Qué decepción!, cuando dijiste que querías ser diferente a los de tu raza jamás me esperé esto"-.

Realmente eso le habia dolido profundamente a Akeno, ella hizo todo lo posible por no parecerse a esos sucios ciervos que tanto odiaba pero a ojos de Goku ella era otro sucio cuervo más del montón, un ser que sólo servía para tener sexo.

Al borde de la desesperación Akeno cayó sobre sus rodillas y soltó un llanto de enorme tristeza, mientras recordaba con pesar el momento en que su madre falleció... todo porque su padre nunca llegó a tiempo para evitar su muerte.

"Kaa-sama... ¿Qué es lo que puedo hacer"-. Se preguntó con suma tristeza Akeno Himejima.

Con Goku.

Tiempo antes Goku llegó a su departamento caminando tranquilamente, nada más entrar acabó siendo golpeando por Kuroka.

Honestamente no sabía que pensar acerca de Rias, aquella niña orgullosa, mimada y en cierto sentido de carácter manipulador. A lo largo de su vida había conocido a muchas personas pero ninguna como lo era la heredera Gremory, Rias.

Se llevó una decepción al ver el sadismo de Akeno, al parecer el odio que lentamente habia ido acumulando la muchacha habia cambiado drásticamente su carácter personalidad.

Al contrario que Akeno, él no había orientado su dolor en mal sentido. También había cambiado: ahora era mucho más serio, comprendía que sus acciones tenían consecuencias de una forma u otra, era menos impulsivo a la hora de tomar decisiones o que no peleaba innecesariamente.

Cuando vio cómo Vaizor era masacrado, se vio a sí mismo. El chico vio reflejada a su versión de hace quinientos años en aquel lugar tétrico y oscuro, cuando dagas y lanzas atravesaban sin piedad su cuerpo. Para él era un recuerdo que quería borrar, pero no, tendría que superarlo.

Supera el dolor siempre era algo difícil, gracias a la nekomata Goku sentía que la culpa sobre sus hombros iba aligerándose cada día, realmente no sabría que hacer si ella no se levantase cada mañana a su lado mostrando una sonrisa.

Por otro lado estaba Koneko, la hermana de su novia Kuroka. El pelinegro todavía mantenía la esperanza de que ella abriera los ojos y se diera cuenta de la realidad de su alrededor. Además, le habia prometido a Kuro que iba a ayudarla, esta vez no iba a defraudar a nadie.

"Duele bastante"-. Pensó el pelinegro sobándose la zona del golpe, horas habían pasado desde aquella paliza propinada por su querida Kuro.

-Al menos me trajiste dulces nya~ -habló Kuroka sentada en el regazo del ojinegro mientras veían una película en el televisor plasma frente a ellos.

La película iba acerca de un multimillonario que de día es un empresario y de noche un antihéroe oscuro que protege su ciudad del crimen.

"Como para no hacerlo, aprecio mi vida"-. Habló mentalmente el chico tragando saliva ante las palabras de Kuro, amaba bastante los dulces.

-Recuérdame por qué estamos viendo esta película -farfulló Goku con disconformidad, prefería mil veces la serie en que los dioses peleaban contra humanos que aquella película.

-La elegimos al azar, supongo que eso sí lo recuerdas ¿verdad~nya? -añadió Kuroka viendo a su novio, quien asintió soltando un bufido.

-A partir de mañana seré quien elija jejeje -declaró el pelinegro con una sonrisa tranquila.

-Mou, Go-chan es tan malo que no deja a su novia elegir la película que quiere -habló Kuroka juguetonamente mientras inflaba sus mejillas.

"Oh no, esa mirada otra vez"-. Se dijo a sí mismo el pelinegro mientras que Kuroka ponía una cara tierna, intentando hacerle cambiar de parecer.

-Tal vez esto te haga cambiar de opinión ~nya -con un movimiento rápido Kuroka se volteó y enrolló sus piernas en la cintura de Goku, antes de ceñir el cuello de Goku con sus brazos.

-Kuro... -Goku estaba a punto de ceder ante los delicados besos que Kuroka le propiciaba.

Kuroka deslizó sus manos por debajo de la camiseta del azabache y gimió al sentir los abdominales bien formados del saiyajin Son Goku a pesar de la falta de entrenamiento.

Goku hizo lo mismo besando con suavidad el cuello de Kuro mientras que sus manos se encargaban de deslizar los tirantes del camisón de la nekoshō, revelando parte de su gran busto.

Con un leve toque Kuroka empujó el pecho del chico, situándose por encima de él y dominando la situación, pero estaba claro que Goku jamás se dejaría dominar por Kuroka ¿no es así?.

Antes de que pudieran seguir, oyeron como la puerta principal era tocada, así que el pelinegro se levantó para ver quién tocaba la puerta.

[Nota: paciencia pajeros hormonados :v]

"¿Por qué siempre nos interrumpe algo?"-. Se preguntó Kuroka cruzándose de brazos, ya tenía ganas de disfrutar de su amado Go-chan.

Kuroka babeó al imaginarse a sí misma probando diferentes posturas sexuales con el pelinegro, iba a llevar su mano izquierda a su intimidad para darse placer pero recordó que su querido Go-chan aún estaba en la sala.

-¿Quién.....?- el ojinegro no pudo terminar su frase al distinguir con anonadamiento las bellas facciones de la chica que estaba tocando su puerta- ¿Reynare? -preguntó con sorpresa.

Reynare, el ángel caído que tanto dolor de cabeza le había dado, ahora estaba enfrente de su domicilio. La única diferencia es que una lanza de luz estaba incrustada en su pecho.

-A-ayúdame... -susurró Reynare antes de caer sin vida al suelo... El ángel caído habia fallecido.

-Go-chan quién... -la boca de Kuroka se abrió al observar que se trataba de un ángel caído, pero honestamente no entendía qué es lo que hacía en su casa y sobretodo qué es lo que quería.

Por instinto Kuroka se agachó para tratar de ayudarla, por más que odiase que su momento con su novio hubiese sido interrumpido.

-No hay nada que hacer, ni siquiera tu Sennjutsu podría ayudarla -habló Goku tranquilamente, en este mundo no habia esferas del dragón ni nada parecido además, no tenía porqué ayudarla.

"Pero hay algo extraño en todo esto. Su muerte ha sido causada por una lanza de luz, eso quiere decir que o han sido los ángeles o... los propios caídos"-. Pensó el ojinegro viendo la lanza sacra.

-Kuro, lo siento pero debo ir a algún sitio -habló Goku cargando el cuerpo inerte de Reynare- quiero zanjar este asunto de una vez por todas.

Antes de que Kuroka pudiera decir algo Goku la tomó de la cintura y le dio un profundo beso. Se maldecía a sí mismo por el trato que le daba a Kuroka, cuando acabase el asunto de los caídos disfrutarían juntos todo el tiempo del mundo.

-No te preocupes ~nya, estaré esperándote como siempre -habló Kuroka guiñándole un ojo y Goku asintió, haría su mejor esfuerzo para que la relación siguiera su curso sin ningún problema.

Así, Goku salió del departamento hacia aquella dirección, literalmente pactaría con el diablo.

Al día siguiente.

Reynare pov.

Puto sol, me estaba dando en toda la cara mientras abría los ojos después de tanto tiempo.

Sentía un leve dolor en en cuerpo, nada que no pudiera ser arreglado con un poco de magia.

Hablando de eso, sentía que mis reservas mágicas se habían aumentado enormemente.

No sabía el motivo de ello, sólo recordaba haberme dirigido hacia la casa de ese chico de cabello extraño. Son Goku creo se llamaba.

Los putos ángeles caídos de mierda me habían traicionado, me negué a seguir cooperando con ellos y me dieron la espalda, espero que pronto Kokabiel se dé cuenta de la tontería que está cometiendo contra la facción del Grigori.

Azazel está demasiado ocupado investigando acerca de los malditos Sacred Gear, tanto que se olvida de los problemas internos del panteón.

Cuando mis ojos ganaron nitidez, pude observar que estaba en una sala y que varias personas me estaban mirando fijamente con sus ojos.

-¿Q-qué es lo que miran? -pregunté con un suave hilo de voz. Realmente me sentía acosada.

Una chica sin pechos ni culo, totalmente plana y que vestía unos lentes, se acercó a mí. A juzgar por su aura es una diablesa, me atrevo a decir que todas las chicas presentes en la sala son diablesas, salvo un chico que tenía la espalda recargada sobre la pared tranquilamente.

Era Son Goku, entonces ¿él estaba aliado con los murciélagos? lo dudo, él no haría algo así.

-Bienvenida sierva mía -habló la chica con lentes y me levanté bruscamente ante eso.

-¿De qué cojones estás hablando tablita? -pregunté- no soy un murciélago como dices.

-¿Cómo explicas que tus reservas mágicas hayan aumentado de la noche a la mañana? ¿Cómo crees que estás viva? con las Evil Pieces te reencarné, ahora perteneces a la casa Sitri -replicó esa chica y abrí los ojos, cada una de las palabras que dijo eran totalmente ciertas.

-Escúchame bien niña -esa fue la vos de Goku, quien se dirigía a mí. No pude evitar sentir un escalofrío al ver su mirada- no sé a qué están jugando esos caídos pero vienen tras de mí y eso me irrita, dime todo lo que sabes para acabar con esto de una maldita vez.

Genial, estoy asustada.

-Así es, Goku-san me pidió que te reencarnara como diablesa para que nos revelases los planes de los caídos sobre esta ciudad... -habló la chica plana con una ligera sonrisa tranquila.

Me resigné a hablarles del plan de extraer el [Twilight Healing] de Asia para otorgárselo a un caído de mayor rango, esa era la idea de Kokabiel.

Kokabiel quería causar otra guerra entre las facciones y habia decidido que el escenario sería la ciudad de Kuoh, además, ya se habia puesto en busca de las espadas Excaliburs para unificarlas en una sola.

Si Kokabiel obtenía el [Twilight Healing] en sus filas prácticamente sería invencible, es por eso había que actuar cuanto antes.

-Bien, esta noche actuaremos -habló Sona, tal y como se llamaba la tablita, y su grupo asintió- Reynare-san, ahora que formas parte de mi séquito automáticamente estás en el Consejo Estudiantil, por ende en la academia Kuoh, mañana comienzas como estudiante.

¿Qué? Iba a ser... ¿una estudiante? Me niego.

-Si Kaichou -asentí con obediencia, estaba muy mal parada y además era ella quien me habia resucitado.

Maldita sea mi suerte.

Fin del pov.

Tsubaki y Momo Hanakai acompañaron a Reynare a la salida, más tarde le enseñarían su nueva casa a su ahora compañera de equipo.

-No crean que porque estemos en el mismo equipo seremos mejores amigas ni esas mierdas ¿entendieron? -habló Reynare fríamente.

-Qué chica más grosera... -susurró Momo a su vicepresidenta, quien asintió tranquilamente.

Las tres caminaron hasta perderse en un pasillo.

-Entonces, ¿consideras mi propuesta de unirte al Consejo? Serías un gran miembro -habló Sona sonriendo levemente mientras tomaba té.

-Nunca, no creas que hice esto por ti -dijo Goku seriamente y Sona tragó- hice esto por beneficio propio, aunque ambos salimos ganando: a mí me dejan en paz y tú ganas información y una nueva sierva. Luego nos vemos -habló y salió de la sala-

Sona sonrió viendo como se alejaba mientras se servía una taza de té, no se rendiría. Conseguirá su objetivo, nada ni nadie va a impedírselo.

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Fin del capítulo.

¿Qué les pareció este capítulo?

1) Bien.

2) Normal.

3) Vete a la mierda.

120 votos es su meta para el siguiente capítulo, les aseguro que se vienen sucesos interesantes y que merecen la pena ser leídos y apoyados.

Sin más que añadir por hoy se despide su vecino y amigo del alma Destroit-san.

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