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Encuentros.

Renuncia de derechos, los personajes que aparezcan aquí les pertenecen a sus respectivos dueños y autores.

Habían pasado varias horas desde el acontecimiento ocurrido en el antiguo edificio escolar, lugar que alberga al Club de Investigación de lo Oculto.

El pelinegro acudió a la llamada de Rias junto a Issei, quien optó por reencarnar como demonio al servicio de la heredera del clan Gremory por el simple hecho de poder cumplir su sueño: tener un harem.

Rias y su séquito le hablaron a Issei acerca de las principales facciones y le hablaron de las Sacred Gears.

Rias le dijo a Issei que poseía una Sacred Gear bastante poderosa, por ese motivo un ángel caído camuflado bajo la piel de una humana llamada Yuuma Amano, trató de asesinarle, siendo detenido por Goku.

El ojinegro escuchó con atención, la mayoría de cosas que decían Rias y los demás ya las conocía, pero iba obteniendo un poco más de conocimientos acerca de los Sacred Gears, etc.

Justo cuando Goku iba a irse apareció Sona junto a la vicepresidenta y a la vez [reina] Tsubaki, queriendo saber con insistencia quién era realmente el azabache.

El muchacho respondió que era un humano con la capacidad de manipular la energía de la vida [Ki], tal y como le respondió a la líder del Shinto, Amaterasu, y a la reina yokai Yasaka.

Con el fin de atemorizar a las jóvenes diablesas de los clanes Sitri y Gremory, Goku asesinó a Issei, demostrando que no le temblaba la mano a la hora de asesinar y sabiendo que el muchacho castaño sería reencarnado como demonio, así que moriría en vano.

Rias y su [reina] Akeno tragaron saliva al ver aquel acto lleno de crueldad. Ambas deseaban conocer el motivo por el que el pelinegro actuaba de una manera tan fría, pero sobretodo querían saber si realmente él era un humano como sostenía.

A Sona se le heló la sangre al ver aquello, sabiendo que jamás tendría que enojar a aquel chico tan misterioso, aunque seguiría insistiendo con reticencia. La diablesa pretendía saber si Goku representaba o no una amenaza, sin embargo, desconocía el verdadero poder de la antigua leyenda del universo 7.

[...]

El ojinegro permanecía tranquilamente recostado bajo la sombra de un árbol, como de costumbre, mientras veía jugar a unos pájaros en las ramas de aquel árbol.

De pronto sintió como se acercaba velozmente una energía a su dirección. Se trataba de Issei, ahora reencarnado como demonio, quien venía sacando humo por sus orejas mientras una vena destacaba en su sien.

-¡Tú, bastardoooo! ¿Cómo te atreviste a matarmeeee? -el muchacho de cabello castaño gritó con furia, antes de recibir un golpe en la nuca por parte de Goku.

-Primero, deja de gritar tanto, pareces una mujer a punto de dar a luz -el pelinegro comentó, mientras Issei se sobaba la zona en la que había sido golpeado.

Varias chicas que veían la escena miraban a Goku con estrellas incrustadas en sus ojos, ya estaba siendo hora de que alguien le enseñase modales a ese chico tan pervertido.

-Segundo, agradece que hayas sido reencarnado como demonio. Tal vez tu pequeño cerebro no sepa aún a lo que te enfrentas, pero me da igual. Si mueres le harías un gran favor al mundo -Goku habló soltando un bostezo de aburrimiento, mientras volvía a recostar su cabeza en el tronco del árbol.

Issei sentía furia, sin duda aquel chico con extraño peinado le estaba sacando de quicio.

"¡Ise el club de natación está en los vestuarios!"

"¡Si no te das prisa te lo perderás todooo!" 

Matsuda y Motohama, ambos amigos de Issei, gritaron mientras corrían a los vestuarios del club de natación. El pelinegro negó con la cabeza, si tuviera el Mafuba les sellaría durante un par de meses o años, a ver si de esa manera se les iba tanta perversión.

Enseguida la furia de Issei se disipó, ahora tenía ganas de evadirse mirando pechos, traseros, etc. Entonces se volvió, encarando tímidamente al ojinegro.

-Me las pagarás otro día -al término de aquellas palabras Issei se fue corriendo en dirección a sus dos amigos pervertidos, el vestuario del club de natación les reclamaba impetuosamente.

El azabache se quedó mirando por unos instantes. Espera un momento, ¿un inútil pervertido estaba amenazando al guerrero que una vez fue el más poderoso del universo?

-Ptff JAJAJAJAJA - el ojinegro se echó al suelo soltando varias carcajadas al acto llamando la atención de algunos estudiantes que transitaban en la zona.

Se sostuvo el estómago como pudo mientras lágrimas no cesaban de recorrer sus mejillas. Sin duda hacía tiempo que no se reía de esa manera, aquella amenaza fue el origen de todo.

"Al final va a resultar que esta academia no es un mal lugar para pasar el tiempo" -inquirió el pelinegro reincorporándose lentamente, seguramente a Kaiosama le hubiera hecho gracia.

Repentinamente sintió otra energía demoniaca, a diferencia de que estaba a su lado, había estado tan ocupado riéndose que no se había dado cuenta.

-Ufufu ¿qué es lo que resulta tan divertido Goku-san? -una voz sonó detrás de él. Al girarse se percató de que se trataba de Akeno Himejima, una de las dos 'Onee-sama' de la secundaria Kuoh, quien mostraba una sonrisa, como de costumbre.

Al instante la mirada del pelinegro cambió a una más seria y su sonrisa se esfumó. Akeno se tensó al ver su nueva expresión, pero no perdió su sonrisa.

-¿Qué es lo que haces aquí? Ya les dije que se mantuvieran alejadas de mí, pero parece que no quieren hacer caso -dijo el azabache seriamente. Lo que menos deseaba era un conflicto con la facción demoníaca.

-Goku-san... en verdad yo quiero ser tu amiga, yo quiero conocerte. Me da igual si no quieres formar parte de nuestro clan, quiero ayudarte... -señaló Akeno con sus manos a la altura del pecho, mientras clavaba sus ojos ónices en los de Goku.

-¿Ayudarme? -preguntó el pelinegro con duda. Realmente estaba deseando saber el porqué de su insistencia.

-Siento que tú no eres realmente así, algo o alguien cambió tu forma de ser -respondió la muchacha y Goku arqueó una ceja.- no quiero que vivas en la oscuridad... como lo hice yo -murmuró llamando la atención del pelinegro.

-¿A qué te refieres? -preguntó el chico.- "algo me dice que sufrió bastante en su pasado, por eso se siente identificada conmigo y pretende ayudarme. No quiere que yo pase por lo que ella ha pasado" -indagó, comenzando a encajar las piezas del puzle.

-¿Sabes? Perdí a mi madre cuando tenía cinco años...- mencionó Akeno mientras una lágrima surcaba su mejilla izquierda.- fue asesinada por exorcistas que se oponían a la relación entre ella y mi padre, que es un ángel caído.

-¿Onmyoujis, verdad? -Akeno asintió ante las palabras de Goku, quien le indicó con un gesto que siguiese con el relato.- "entonces Akeno procede de un clan de Onmyoujis, los exorcistas del Shinto. Supongo que veían a los caídos como enemigos y por eso pretendían cortar cualquier lazo que les unía a ellos" -pensó mientras seguía escuchando.

-Mi padre no estuvo ahí para defender a mi madre, todo hubiera sido diferente si él hubiera estado presente en aquel momento -siseó Akeno con enojo. Mantenía un gran odio a su padre Barakiel.- incluso los exorcistas de mi familia me veían como una amenaza, aunque yo no les había hecho nada. SÓLO era una niña de seis años -enfatizó la azabache.

Goku siguió escuchando con atención. Ahora veía a Akeno como una chica frágil que utilizaba una 'máscara' para ocultar el gran dolor que albergaba su corazón.

-¿Adonde quieres llegar hablándome de tu pasado Akeno? -inquirió el pelinegro.

-Quiero ser tu amiga, quiero ayudarte a salir de esa oscuridad ¿qué harías si dejas morir a alguien cuando tuviste la oportunidad de salvarle? -el ojinegro abrió los ojos ante aquellas palabras mientras su mente comenzaba a evadirse de la realidad.

Ahora estaba en un lugar completamente oscuro enfrente de su hijo Goten, quien mostraba múltiples heridas en su cuerpo así como lágrimas en sus ojos.

"P-papá, ¿por qué no pu-pudiste salvarme?"-. su hijo Goten apareció delante de sus ojos, mientras comenzaba a cerrar lentamente sus ojos sin vida.

-Hijo yo... -el ojinegro se quedó sin palabras mientras se arrodillaba tomando en sus manos el cadáver de su hijo menor.

Cuando tuvo la oportunidad de salvar a su hijo... la rechazó. Si simplemente no hubiera sido tan estúpido, si simplemente pudiera regresar al pasado y enmendar su error... todo sería diferente.

Al instante el cuerpo de Goten se desvaneció como si se tratase de polvo, mientras la oscuridad de aquel lugar comenzaba a desaparecer y la mente de Goku regresaba a la realidad. 

-¿Goku-san ocurre algo? -Akeno preguntó posando con empatía su mano en el hombro de Goku, quien negó lentamente meneando la cabeza.

-¿Qué es lo que decías Akeno? -preguntó el muchacho tranquilamente, o al menos eso aparentaba.

-Seré tu amiga cueste lo que cueste -respondió Akeno apretando sus puños.- aunque para eso pasen varios meses conseguiré ser tu amiga -comentó con firmeza siendo observada tranquilamente por el azabache.

-Si acepto, ¿dejarás de acosarme, observarme sigilosamente todos los recreos y ser tan insistente? -Akeno se sonrojó por la vergüenza y asintió tímidamente.- está bien, ya puedes irte. Seguramente Rias ande buscándote.

-¿Entonces somos amigos? -Quiso saber Akeno comenzando a ilusionarse, mientras entrelazaba sus dedos.

-Si tanto te empeñas sí, pero te advierto que como sea una estrategia para unirme a tu clan, te arrepentirás bastante -amenazó Goku con frialdad y la pelinegra asintió, sin perder su sonrisa.

-No es ninguna estrategia ufufu, quiero que tú y yo seamos amigos, o lo que tú quieras que seamos ufufufu -Akeno soltó una carcajada, mirando con un toque de lujuria al azabache.

"Kuroka me va a matar si se entera de esto" -pensó el muchacho tragando saliva. Ver a Kuroka enojada no estaba en su lista de deseos, sin lugar a dudas.

Akeno se levantó y antes de marcharse, le guiñó un ojo al pelinegro dedicándole una suave sonrisa. Entonces se giró, pero la voz de Goku le hizo detenerse.

-Akeno -la mencionada se volteó, mirando con su imborrable sonrisa al muchacho.- siento lo de tu madre, lamento que hayas tenido que pasar por algo así -Goku habló sin mirarla directamente. Aunque no le importaba demasiado, reconocía el valor de Akeno.

-No te preocupes Goku-san -profirió Akeno entrecerrando sus ojos mientras mostraba una sonrisa. Entonces se alejó mientras caminaba tranquilamente en dirección al viejo edificio escolar.

"Goten, Gohan... lo lamento" -se dijo Goku mentalmente, volviendo a cerrar sus ojos para aprovechar el tiempo de descanso que le había quitado el encuentro con Issei y la charla con Akeno.

Más tarde.

Mc Donald's.

El pelinegro comía tranquilamente varias hamburguesas en un local de comida rápida, que estaba situada de camino a su departamento.

De repente un hombre de mediana edad vestido con un yukata blanco se sentó enfrente de Goku. El pelinegro le identificó rápidamente como un ángel caído, seguramente debía ser alguien de gran envergadura.

Una camarera pelinegra con rostro de aburrimiento se acercó sosteniendo una pequeña libreta, pues iba a tomar nota del pedido del hombre recién llegado.

-¿Qué es lo que desea señor? -preguntó la muchacha de nombre Esmeralda, una chica que trabajaba en aquel local para pagar el alquiler de su departamento.

-Una simple hamburguesa con un refresco de cola -respondió el hombre mirando disimuladamente el escote de aquella chica.

Esmeralda se fue hacia el mostrador, mientras Goku veía seriamente a aquel hombre.

-¿Quién eres? -el ojinegro preguntó en primer lugar, y el hombre sonrió tranquilamente.

-Azazel, gobernador de los ángeles caídos -el hombre se presentó, ganándose un bufido por parte del saiyajin, quien le observaba tomando una 'coca-cola'.- supongo que debes ser Son Goku, he oído bastantes cosas de ti -mencionó con calma.

Azazel era el líder de un grupo de ángeles que perdieron la gracia de Dios debido a las consecuencias de sus actos, actos 'impuros'.

Comenzaron a vivir en el Inframundo, compartiendo territorio con los demonios, quienes se mostraron reacios desde el principio a convivir con los caídos de Grigori.

-¿A qué debo el honor de tu visita? -Quiso saber Goku, seguramente venía a pedirle que su uniera a su facción, cosa que negaría en primera instancia.

-Oí que detuviste sin problemas a varios de los subordinados que están causando problemas aquí en Japón, por su culpa no llegan a terminarse los acuerdos con la facción yokai -habló Azazel rechinando sus dientes con molestia.

-Un caído de cinco pares de alas y una chica de ojos violetas si no recuerdo mal, trataron de asesinar a un poseedor de Sacred Gear -comentó Goku recordando los acontecimientos del día anterior.

-Así es y te agradezco que los detuvieras, aún no logro descubrir quién está detrás de todo esto. Pero necesito tu ayuda, más bien tu protección -el azabache arqueó una ceja, esperando saber qué es lo que quería Azazel.

Azazel sacó una fotografía y la posó sobre la mesa. En ella se veía a una muchacha rubia de ojos verdes sonriendo agradablemente.

-Esa chica posee un importante Sacred Gear y temo que pueda ser asesinada por otro de mis subordinados. Necesito que te encargues de su protección hasta que yo sepa quién está detrás de todos estos acontecimientos -propuso Azazel y enseguida negó el pelinegro.

-Lo lamento, pero no quiero involucrarme con ninguna facción, si te preguntas porqué salvé a aquel muchacho fue por pura casualidad. Deberías centrarte más en la dirección de tu gobierno que en la investigación de Sacred Gears, tal vez el enemigo esté a tu lado y no te das cuenta de ello -dijo Goku mientras se levantaba de su asiento.- te deseo suerte, puede que alguien más desee ayudarte.

-Una última cosa ¿eres un humano? -preguntó Azazel y el pelinegro soltó una pequeña carcajada.- dudo que un humano consiguiera detener a un Cadre de cinco pares de alas.

-Soy un humano que ha entrenado lo suficiente como para defenderse de cualquier amenaza. Vigila a tus subordinados, si vuelven a meterse en mi camino no dudaré en exterminarlos -el azabache soltó aquellas palabras mirando con seriedad a Azazel, antes de irse de aquel local.

Azazel esbozó una sonrisa. Haría lo imposible por tener a aquel muchacho de su lado, costase lo que costase.

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Fin del capítulo.

Espero que les haya gustado, tal vez la próxima actualización sea a principios de abril.

¿La razón? estoy en cuarentena, sin celular y con el internet apunto de agotarse :'v. Cuídense gente, esto del COVID-19 no es ninguna broma.

Sin más que decir se despide su escritor y amigo del alma Destroit-san.

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