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Antes de la tormenta.

Renuncia de derechos, los personajes que aparezcan aquí les pertenecen a sus respectivos dueños y autores.

El azabache abrió los ojos bastante sorprendido mientras un pequeño chorro de plasma sanguíneo comenzaba a extenderse bajo su sombra, debido a que Reynare le atravesó el abdomen con una lanza sacra de luz.

-¿Ahora qué me dices basura? Dónde esta tu puta gata para que pueda darle su merecido -habló Reynare con una sonrisa de orgullo impregnada en sus labios.

El pelinegro abrió todavía más sus ojos ónix al oír como aquella basura de ángel caído llamaba a Kuroka.

-R-reynare ¿qué haces aquí? -preguntó Dohnaseek bastante sorprendido, aunque agradecía mentalmente su presencia pues si no, hubieran sido asesinados.

-Vine en cuanto oí que habías reunido a un grupo para acabar con este inmundo humano, al parecer asesinó a la mayoría -indagó Reynare viendo la cantidad de sangre impregnada en el suelo así como todos los cadáveres.

-Así es, si tú no hubieras venido nos habría acabado asesinando -indicó Mittelt con una pequeña sonrisa y Reynare asintió viendo al trio de caídos.

-Ahora ya no es una amenaza para nosotros, así podremos seguir con el objetivo de Kokabiel-sama -dijo Reynare pero enseguida sintió una potente ventisca que erizó su vello y el de sus tres compañeros caídos.

-¿Pensabas que podrías asesinarme con facilidad, asquerosa rata? -preguntó Goku sacando la lanza de su abdomen y pulverizándola al instante ante los ojos de Reynare- pagarás tu insolencia mocosa, y pagarás la manera en que te has dirigido a Kuro -añadió-

Reynare tragó saliva al ver los ojos llenos de oscuridad del muchacho, sentía tanto pavor que parecía que todo a su alrededor se había envuelto en un manto de oscuridad que parecía extenderse hacia el infinito.

Dohnaseek le estaba rezando a dios a pesar de ser un ángel caído, Kalawarner comenzó a marearse y Mittlet se hizo pis encima a causa del miedo que sentía.

Goku comenzó a silbar la triste melodía que le acompañó durante los 500 años del castigo que él mismo se impuso, mientras caminaba hacia el cuarteto de caídos, que comenzaron a retroceder bastante atemorizados.

-P-por favor no n-nos hagas daño, perdónanos -habló Mittelt juntando sus manos y el ojinegro la vio fríamente.

-Primero, irrumpen en mi noche atacándome sin ningún motivo en especial. Segundo, me perforan el abdomen con una lanza de luz y tercero, pero no menos importante insultan a la persona más importante en mi vida delante de mis narices, ¿creen que merecen un perdón? -inquirió el pelinegro burlonamente- lo lamento, ustedes vivirán una pesadilla para que vean con quien se han metido.

Los cuatro ángeles caídos trataron de escapar pero sus alas no respondían, ahora el orgullo que habían mostrado se convirtió en miedo... Miedo hacia la muerte.

Departamento.

Kuroka nuevamente pensaba en la manera de poder quitar sus alas de demonio mientras estaba sentada en el asiento del salón principal del departamento de Goku.

Vestía un 'top' dejando al aire su ombligo así como resaltando sus senos. Un corto pantalón que apenas alcanzaba la mitad del muslo cubría su parte inferior.

Si bien la única manera de dejar de ser un demonio era retirando las 'Evil pieces' con las que se le reencarnó, el riesgo principal residía en que el usuario podría perder la vida, aunque Kuroka no lo sabía a ciencia cierta, pero no soportaba seguir viendo aquellas alas.

"Ojalá Kotoshirō-nushi-no-kami me ayude en esto. Yo sólo quiero..."-. Indagó Kuroka hasta que oyó el sonido de la puerta abriéndose abruptamente y se levantó del asiento.

Lo primero que vio fue a Goku con la mano posada en su ensangrentado abdomen mientras caminaba lentamente hacia ella. Kuroka se estremeció al verle en ese estado.

-Go-chan ¿Qué es lo que te ha ocurrido? -preguntó Kuroka acompañando a Goku al sofá para que se sentase.

"Si no me hubiera empezado a doler la herida no les habría dejado marchar, que suerte tienen esos malditos"-. Se dijo Goku. Más tarde le daría una paliza a aquellos caídos, de momento curar su herida era prioritario.

-Una pequeña pelea, no es nada -habló Goku sentándose mientras sentía un increíble dolor, hacía tiempo que no sentía algo parecido- ¿Q-qué haces Kuro? -preguntó.

Kuroka se sentó en su regazo y le retiró la camisa de un arañazo exponiendo su torso desnudo. La chica no pudo evitar lamerse los labios al ver aquellos abdominales.

-Voy a curarte nyan~ puedo utilizar mi Sennjutsu y tratar tus heridas -respondió Kuroka mientras posaba sus manos en el pecho desnudo de Goku.

Antes de que el pelinegro pudiese hablar una cálida luz comenzó a envolver su cuerpo mientras Kuroka mantenía sus ojos cerrados con una sonrisa en sus labios.

Estuvieron así un par de minutos, hasta que le herida del muchacho se cerró del todo, quedando una pequeña marca y un poco de sangre impregnada a su alrededor.

-Ya está nya~ estás como nuevo Go-chan -habló Kuroka con una sonrisa y Goku vio maravillado aquello.

-Es increíble Kuroka, realmente eres fantástica -señaló el pelinegro y Kuroka se sonrojó furiosamente ante el halago, sin bajarse todavía del regazo de Goku.

-Te he tenido desatendido estos días, además tampoco de has portado muy bien, siempre me dejas aquí sola y eso es aburrido nya~ -Kuroka habló con una leve mueca.

-Irías conmigo a la academia, pero como ese lugar está dirigido desde las sombras por diablesas y tú tienes problemas con esa facción, prefiero no arriesgarme a perderte -respondió Goku y la chica gata comenzó a besarle sensualmente el cuello sin previo aviso- ¿Kuro?

-Disfrutemos el momento ¿sí? -Kuroka tomó gentilmente las manos de Goku y se las llevó a sus senos, teniendo en cuenta que no llevaba ningún sostén ni nada debajo.

El saiyajin podía sentir perfectamente la sensación de sus pechos, su elasticidad, suavidad, sus duros pezones, etc..

Kuroka comenzó a mover aquellas manos alrededor del aérea de sus senos mientras soltaba suaves gemidos.

Antes de que Goku pudiera darse cuenta Kuroka enlazó sus labios a los suyos en un profundo beso, pero antes de que pudiera ser alargado el chico decidió cortarlo.

-Lo lamento Kuro, también tengo ganas de esto pero... simplemente no puedo, aún no ha llegado el momento de hacerlo -habló Goku retirando a Kuroka de su regazo y dejándola en en sofá, a unos centímetros de él.

Kuroka bastante molesta desde luego infló sus mejillas y se cruzó de brazos, era la tercera vez que lo intentaba en esta semana y la tercera vez que había fracasado.

-¿Por qué no quieres? ¿Acaso no soy atractiva? -preguntó Kuroka con un puchero y Goku negó observándola.

-Es como si preguntas si un caracol es más rápido que una tortuga -habló Goku irónicamente y la chica se cruzó de brazos- claro que eres bastante atractiva Kuro-chan, me gustas pero... aún no ha llegado el momento.

-Le quitas lo divertido a la vida nya~ -habló Kuroka levantándose con molestia mientras caminaba a la puerta de salida- ¿entonces qué somos tú y yo? -preguntó ella-

"..."- el pelinegro no supo qué o cómo responder a aquella pregunta llena de hesitación. Si bien es cierto que ambos se habían besado e incluso toqueteado un par de veces, veían películas o series cada noche, comían juntos, se reían, charlaban y dormían los dos en la misma cama todas las noches, el chico de cabello fosco no tenía muy claro qué tipo de relación mantenía con Kuroka.

¿Amigos? Teniendo en cuenta que Kuroka le besaba a cada rato el término no abarcaba del todo su relación.

¿Amigos con derechos? Quizás la palabra se ajustaba, pues Kuroka le permitía a Goku tocar su cuerpo o en este caso ella incitaba tocamientos en su cuerpo, más de unas vez el pelinegro vio los grandes senos de la chica y más de una vez estuvieron a punto de tener sexo.

Pero daba la sensación de que Kuroka anhelaba más que una simple amistad 'con derechos'. El caso es que Goku temía fracasar de nuevo... le amedrentaba el hecho de que pudiera fallar como lo hizo con Milk, obviamente había aprendido la lección pero el miedo al fracaso y a perder a Kuroka le hacía no querer dar el paso.

-No lo sé Kuroka -habló Goku sinceramente- no sé qué somos tú y yo, no sé quién soy en realidad -agregó él bajando la mirada, pero cuando la alzó, Kuroka ya había salido de casa dejando la puerta entreabierta.

"He vuelto a fallar por no saber tomar decisiones en el momento indicado. Pero esta vez será diferente, iré a buscar a Kuro"-. Habló el pelinegro mentalmente mientras tomaba su gabardina y abandonaba su departamento.

Más tarde.

Kuroka estaba columpiándose en un parque mientras una mueca de insatisfacción estaba impregnada en su rostro.

Ella estaba locamente enamorada de Goku, desde hacía unas semanas confirmó ese sentimiento, pero al parecer no había sido correspondida por su amado saiyan.

-Yo te amo, pero al parecer tú a mí no -habló la chica con un puchero mientras balanceaba su cuerpo.

-¿Hace bastante frío no crees? -una voz sonó a su lado y al girarse vio que se trataba del pelinegro.

-¿Cómo has llegado hasta aqui nya~? -preguntó Kuroka bastante sorprendida desde luego.

-Sentí tu ki en esta zona, me sorprendió que conocieras este parque -respondió Goku viendo a Kuroka.

-Suelo venir aquí a menudo -habló secamente la gata mientras desviaba su mirada hacia otro lado.

Goku suspiró, abandonaría su lado frío y solitario para revelarle a Kuroka sus verdaderos sentimientos. Sólo con ella podía y era capaz de hacerlo gustosamente.

-Kuro... no fue mi intención hacerte daño, ya sabes lo importante que eres para mí, pero temo que si llegáramos a tener una relación yo volviera a... -habló Goku mientras tomaba la mano de Kuroka-... Fallar.

-¿Fallar? -preguntó Kuroka alzando la vista.

-Por mi culpa perdí a mis seres queridos, temo que pase lo mismo contigo -respondió Goku con un deje de tristeza- tú has sufrido bastante en el pasado, y yo no quiero ser nuevamente la causa de tus sufrimientos Kuroka.

-¡N-no digas eso nya~! Desde que conocí a Go-chan toda mi vida ha cambiado, cada vez que estoy a tu lado siento una sensación extraña en mi pecho, siento que todos mis problemas se van, siento ganas de besar tus labios cada minuto, quiero estar contigo para siempre pero parece que tú no sientes lo mismo que yo nyan~ -habló Kuroka bajando la cabeza- pero da igual no te preocup...

Antes de que pudiera terminar alzó la vista y vio a Goku besando sus labios suavemente. La chica no se opuso a aquel acto, sino que afianzó el roce de labios enrollando sus brazos en el cuello de la antigua leyenda saiyajin...

-Tengo miedo de fallar contigo Kuroka, pero si tú estás dispuesta, abandonaré todos mis temores -habló Goku mientras mantenía su frente pegada a la de la chica.

-Claro que estoy dispuesta Go-chan -Kuroka volvió a besarle suavemente mientras sentía arder su pecho.

-Entonces estamos oficialmente en una relación, ¿dónde firmamos? -preguntó Goku y la chica soltó una pequeña carcajada- gracias por liberarme de la soledad en que vivía, te prometo que me esforzaré al máximo, no sé bien qué es el amor pero estoy seguro de que iré aprendiendo.

-Gracias por estar a mi lado, te amo nyan~ -añadió Kuroka felizmente mientras le besaba. Realmente valía la pena pasar una vida tranquila con aquel chico, Kuroka se arrepentía de todo menos de haberle conocido.

"¿Realmente estoy haciendo lo correcto... Milk?"-. Discurrió el muchacho dirigiendo su vista al cielo.

"Gracias a Kuroka hoy en día puedo cargar con esta culpa, ella se lo merece más que nada. Además, ella también ha de sonreír después de tanto sufrimiento ¿no?"-. Siguió indagando Goku. Estaba claro, daría su mayor esfuerzo en una de sus peores asignaturas... Los sentimientos.

Sin duda Goku aprovecharía en mejor manera esta oportunidad que le brindaba la vida, pero esta vez no actuará con ingenuidad, ya aprendió la lección.

-Regresemos a casa, y no. No te compraré dulces -añadió Goku levantándose y Kuroka hizo un tierno puchero.

Ambos comenzaron a caminar en dirección a su departamento, que se encontraba a unas calles más.

Kuroka aprovechando el momento tomó la mano de Goku y la apretó con suavidad, el saiyajin simplemente soltó un bufido y esbozó media sonrisa mirando hacia otro lado.

.

[...]

.

Una importante reunión estaba teniendo lugar en el Olimpo, lugar regido por Zeus, el soberano del cielo, donde residían los dioses y diosas pertenecientes a la mitología griega, además de otros animales o criaturas mitológicas evidente y lógicamente.

Los dioses olímpicos salvo Hades, dios del Inframundo, se habían reunido en aquel lugar por orden de Zeus.

-¡¿QUIÉN HA ROBADO MI RAYO?! -Zeus bramó con furia y su voz resonó como un trueno en aquella sala.

El motivo de aquella reunión es que el rayo de Zeus, una de las armas más poderosas del panteón Griego, había sido robado hace unas noches, por eso el dios padre quería saber quién había sido el autor de tal fechoría. Obviamente el ladrón no saldría bien parado, tenía una plaza asegurada en el Tártaros para el resto de su vida.

Los dioses comenzaron a murmurar entre sí, pero Zeus no estaba de humor como para perder el tiempo.

-¿Por qué acudes a nosotros, padre? No sería... demasiado lógico -habló la hija de Metis, Atenea, y Poseidón asintió tranquilamente a sus palabras.

-Lo más lógico es que el ladrón haya sido... -comentó el dios de los mares, pero no supo encontrar un culpable, pues limitados seres tenían acceso al Olimpo.

-¿Y si ha sido Hades? Tiene motivos para hacerlo -Ares habló tranquilamente pero Démeter le lanzó una mirada gélida y el dios se encogió de hombros con una sonrisa.

Al principio Hades no le caía bien a Démeter, y no es por nada, dado que el soberano del Seol secuestró a su hija Perséfone cuando ésta se encontraba recogiendo flores con toda la calma del mundo en un campo de Enneas.

Démeter lloró día y noche, hecho que supuso terribles sequías y hambrunas en la Tierra. Hécate, la diosa bruja, le sugirió que consultase con Helios, quien todo lo ve.

Helios le dijo que el responsable del rapto fue Hades, por lo que Zeus trató de intermediar con el fin de que Perséfone regrese con su madre, pero Hades se negó.

Hades puso como condición para el regreso de Perséfone que ésta no hubiese probado los frutos del Tártaro.

Resultó que la diosa comió seis semillas de granada, así que Zeus, sin poder contentar a sus hermanos, decidió realizar un juicio, que tuvo como veredicto que Perséfone acabaría pasando seis meses del año con su madre Démeter y los otros seis con Hades, su nuevo esposo.

Pero con en paso del tiempo, Démeter supo que Hades secuestró a su hija por mera soledad. No es por nada pero Hades se pasaba eones y eones viviendo solo en el Inframundo, por el hecho de que a él le tocó custodiar aquel territorio mientras que sus hermanos Zeus y Poseidón, gobernaban cielo y mar respectivamente.

Démeter aprobó el matrimonio de su hija y su hermano Hades, incluso en sus ratos libres le hacía galletas.

-No ha sido Hades, él ha estado la mayor parte de este tiempo con mi hija, al menos estos cinco meses -habló Démeter arguyendo a las palabras de Ares, el dios bélico.

-¡¿ENTONCES QUIÉN DEMONIOS HA SIDO?! -gritó Zeus con voz atronadora mientras las níveas columnas del Olimpo hacían el amago de agrietarse.

-No creo que haya sido nadie de ninguna facción extranjera, teniendo en cuenta que nos hemos recibido visitas en los últimos años, y ningún semidiós ha pisado siquiera los terrenos del Olimpo -indicó Hermes.

Αλεξιάρης y Ανικητος [Alexiares y Aniceto] eran los guardianes del Olimpo, pero hacía bastante tiempo que no notificaban la llegada de una deidad extranjera.

-Eso quiere decir... -habló Atenea dando por hecho que el culpable estaría presente en aquella sala.

-Un momento. Artemisa -habló Apolo girándose hacia su hermana- ¿No dijiste que hace tiempo conociste a un sujeto junto a sus cazadoras? Sun Gumball creo que se llamaba, me dijiste que incluso venció a todas tus cazadoras en un pestañeo -añadió el dios del sol-

-Son Goku -corrigió Artemisa algo irritada- mis cazadoras y yo encontramos herido cerca de aquí y decidí traerle a este lugar para curar sus heridas, y sí Apolo, venció rápidamente a mis cazadoras en un combate amistoso.

Artemisa recordó aquel combate, sin duda si Zoë llegaba a encontrarse con Goku algún día le haría pagar caro.

-Eso sucedió hace bastantes meses, ¿adónde quieres llegar con todo esto? -preguntó Artemisa viendo a su hermano- No estarás insinuando que Goku es el ladrón del rayo ¿verdad? Eso es ilógico además de absurdo.

-¡SILENCIO! -bramó Zeus, el nombre de aquel chico lo relacionaba con el Shintō- Artemisa, dile a tus cazadoras que traigan a ese hombre a este lugar en menos de dos semanas, ¿Cómo es posible que trajeras a uno del Shintō a este lugar sin consultarme? Si ese mocoso es el ladrón del rayo habrán problemas entre ambas facciones.

Artemisa se maldijo mentalmente escuchando aquello, ahora le causaría problemas a Goku. Quería decirle a su padre que Goku no era del Shintō, pero sabía que si lo hacía Zeus acabaría enojándose más de la cuenta.

"Lo lamento Goku, estés donde estés necesito que me ayudes a descubrir quién ha robado el jodido rayo"-. Habló Artemisa mentalmente. De inmediato contactaría con Zoë para intentar localizar de la manera posible a Goku.

-Doy por concluida esta reunión, Artemisa ya sabes lo que tienes que hacer -habló Zeus y la pelirroja asintió saliendo de la sala- si alguno de ustedes se ha atrevido a robar mi rayo, más vale que se arrepienta ahora porque haré que el Tártaros sea un dulce paseo en comparación al castigo que le espera -añadió el dios del trueno bastante serio.

Todos los dioses se retiraron a sus dominios, pero cierta deidad problemática mantenía en su rostro una sonrisa perversa, pues su plan estaba siendo un éxito.

Antes de la tormenta sucederían varias cosas según lo previsto, aunque desde luego aquel dios se preguntaba quién era ese tal Goku que estaban inculpando.

Más tarde.

"Creo que se acerca una tormenta, o será un mero pensamiento. Bueno, da igual, no es nada importante"-. Se dijo Goku sintiendo un pequeño escalofrío, pero lo dejó pasar. Kuroka estaba sentada en su regazo mientras veían una película, ambos disfrutaban aquel momento.

-Gochi~ -habló Kuroka suavemente mientras el pelinegro arqueaba una ceja ante aquel apodo, Kurola soltó una risita al ver el rostro sorprendido de su novio Son Goku- ¿no te gusta el nombre? -preguntó fingiendo tristeza.

-D-digamos que me pilló desprevenido -respondió el chico rascándose la nuca- ¿Qué querías preguntarme... Kurochi?

Esta vez fue Kuroka quien se sorprendió, para instantes después, soltar una suave risita ante su nuevo apodo.

-Quería saber quienes te hicieron la herida de antes nya~ -Kuroka preguntó mostrando una sonrisa tranquila.

-Ah, fue un ángel caído pero descuida. Tendrán su merecido más tarde -habló Goku tranquilamente.

-A sí que fueron ellos, van a pagar por haberse metido con las pertenencias de Kuroka Hellcat -dijo Kuroka liberando parte de su poder, dejando de lado sus maullidos.

-Ok ok así que soy una de tus pertenencias, genial -habló Goku sarcásticamente antes de recibir un suave beso de Kuroka- al menos podías avisar, ya van tres besos iguales.

-Claro que eres mi pertenencia nya~ -habló besándole lentamente- tú eres sólo mío y de nadie más, no voy a permitir que otra chica te toque ¿entendido? -preguntó Kuroka serenamente activando el [Modo Yandere] y Goku asintió sintiendo bastante miedo.

El pelinegro se preguntaba si su contraparte de algún mundo alterno corría la misma suerte que él, aunque hace tiempo vio una realidad donde era el novio de una loca princesa con afanes de dominar el mundo, en otras realidades era un dios nórdico con una esposa valquiria, él y Bulma temían un hijo por accidente o sus amigos se presentaban en sus versiones femeninas.

Fue bastante perturbador ver a Krilin y al maestro Roshi en su versión femenina, pero bueno. Extraños sucesos.

-Ahora mi pregunta Kuro -habló Goku y su novia asintió comiendo chocolate- ¿Odias tus alas de demonio?

Kuroka se bajó del regazo de Goku y se sentó en el sofá, desde luego sorprendida por aquella pregunta.

-¿P-por qué lo dices? -preguntó Kuroka desconcertada, acaso él se había dando cuenta de ello.

-Hay noches en las que te veo maldiciendo tus alas o maldiciendo ser una diablesa -respondió tranquilamente.

-Por culpa de estas alas yo perdí a Shirone, yo pensaba que formar parte de una nobleza nos beneficiaria a ella y a mí... pero resultó lo contrario. Todos pensaron que el Sennjutsu me volvió loca como a mis ancestros, pero eso nunca sucedió -dijo Kuroka con un deje de tristeza.

-Lo lamento Kuroka -habló el pelinegro tomando las manos de la gata- supongo que los dos hemos perdido a personas importantes en nuestra vida pero nos tenemos el uno al otro, eso nadie lo cambiará jamás.

-Gracias Gochi, te amo nya~ -añadió Kuroka abrazando al ojinegro, quien sonrió ante aquel acto- lamento que tú también hayas pasado por lo mismo que yo.

-Bueno, al menos tú estás a tiempo de recuperar a tu hermana, yo... ya no puedo hacer nada -dijo Goku con una leve sonrisa- pero estoy contigo, y voy a ayudarte en lo que pueda, todo por que seas feliz. Te lo prometo Kuro.

Kuroka iba a preguntarle acerca de su oscuro pasado, pero prefería no hacerlo, se notaba a simple vista el sufrimiento que acompañaba a Goku cada día.

-Gochi, prometo que nunca te abandonaré, pase lo que pase -habló Kuroka con firmeza y Goku alzó sus cejas un tanto sorprendido- cuando quieras hablarme acerca de tu pasado, hazlo. Tú me prometiste que me ayudarías a reconciliarme con Shiro y yo te prometo que jamás me apartaré de tu lado -añadió firmemente-

-Kuro... gracias. Cumpliré mi promesa cueste lo que cueste -indicó el azabache con una sonrisa.

-¡¡Yo también!! -exclamó ella saltando al regazo de Goku y mirándole con sus felinos ojos- Te amo Gochi nya~

-¿Qué es eso? ¿Se come? -preguntó el chico rascándose la nuca nerviosamente, pero a Kuroka con le hizo ninguna gracia- es broma, también te quiero Kurochi...

Ambos unieron sus labios lenta y suavemente, antes de que sus lenguas adquisieren el protagonismo absoluto enrollándose de manera afrodisíaca, extendiendo aquel beso e ignorando completamente las leyes del tiempo.

El amor unió a dos jóvenes con una vida llena de dolor y un desdichado pasado, pero que están dispuestos a superarlo construyendo un mejor futuro día tras día.

Su relación apenas estaba empezando, aunque el camino del amor sería lento para Goku. Los dos superarán unidos numerosas barreras impuestas por el fatídico destino...

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Fin del capítulo.

¿Les gustó? :3 4000 palabras fueron, nuevo récord.

Pronto estaré actualizando sin falta [El Guardián del Ki] y la otra de DxD [Trueno de Oscuridad], que está a punto de terminar. Terminaré tres o cuatro historias antes de subir otras nuevas, pero de momento acabarlas es prioritario.

Si tienen sugerencias para la historia no duden en dejarlas, soy todo oídos o en este caso todo ojos :v

No pos dinosaurio :v si llegamos a 200 votos actualizo, como eso no pasará nunca así tengo una excusa ;)

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