⭐Capítulo 19⭐
En la biblioteca, el ambiente estaba envuelto en una calma inusual, interrumpida solo por el suave crujido de las páginas y el ocasional susurro del viento que entraba por la ventana abierta.
Sombra estaba reclinado en su sillón, con la mirada fija en el libro que tenía en las patas, pero su mente estaba claramente en otro lugar. Los pensamientos lo mantenían ocupado, y su expresión pensativa no hacía justicia a la tranquilidad que parecía reinar en la biblioteca.
Twilight, por otro lado, estaba visiblemente nerviosa. Ocultaba algo detrás de sí con su magia, el libro de distorsión espacial, mientras se acercaba lentamente a donde Sombra estaba sentado.
Su expresión era una mezcla de ansiedad y determinación, y su corazón latía con fuerza en su pecho. Había estado dándole vueltas a cómo revelar la verdad, pero el momento siempre parecía escaparle. Sin embargo, esta vez estaba decidida a hacerlo.
—Sombra, hay algo que quiero decirte —dijo Twilight, su voz temblando ligeramente mientras intentaba mantener un tono calmado.
Sombra, notando el cambio en el tono de Twilight, alzó una ceja y sonrió con una mueca juguetona.
—¿Oh? ¿Algo tan serio? —dijo él, su tono lleno de humor. — ¿Vas a confesar que si me has estado alimentando de ladrillos?
Twilight, al escuchar la broma, intentó sonreír, pero la seriedad en su rostro no se desvaneció. La preocupación en sus ojos era evidente, y la broma de Sombra no hizo más que aumentar su nerviosismo.
—No es una broma —dijo Twilight, su voz temblando un poco—. Es algo importante...
Sombra, al ver la expresión triste en el rostro de Twilight, dejó de sonreír y se enderezó en su sillón, preocupado.
—¿Qué pasa? —preguntó, su tono ahora serio—. ¿Estás bien?
Twilight abrió la boca para hablar, claramente a punto de revelar el secreto del libro, cuando de repente la puerta de la biblioteca se abrió de golpe. Un grupo de ponis entró en la sala, hablando animadamente entre ellos. Rainbow Dash, Rarity y Applejack estaban conversando.
—¡No puedes creer lo complicado que fue encontrar ese ingrediente! —decía Rainbow Dash mientras entraba, sin notar a Twilight ni a Sombra.
—Sí, y ni hablar del tiempo que nos llevó arreglar ese desastre en la cueva de gemas —respondía Applejack.
—¿Cómo pudo ser tan difícil? —se quejaba Rarity.
De repente, Rainbow Dash se detuvo y, al mirar hacia el frente, vio a Sombra sentado en el sillón con Twilight a su lado. La conversación se detuvo en seco, y el grupo se quedó en silencio, con la mirada fija en el rey sombra.
—¡Chicas! —dijo Twilight, sobresaltada al ver a sus amigas.
—¡¿El Rey Sombra?! —exclamó Rainbow Dash, sorprendida y con los ojos bien abiertos.
—Uh, este es... —Twilight tartamudeó, sin saber cómo presentar a Sombra.
Sombra, por su parte, se levantó del sillón, sintiendo la tensión en el aire. Sus ojos se encontraron con los de las ponis que acababan de llegar, y su expresión cambió de sorpresa a una sonrisa diplomática.
Era un momento inesperado y complicado, y tanto Twilight como Sombra se encontraron atrapados en una situación que ni siquiera habían anticipado.
El silencio se hizo en la biblioteca, interrumpido solo por el sonido de las páginas de un libro al caer al suelo.
La biblioteca quedó sumida en un silencio incómodo mientras las ponis miraban a Sombra con una mezcla de sorpresa y desconfianza. Rainbow Dash, con sus alas extendidas y su expresión de incredulidad, dio un paso hacia adelante, y la tensión en el aire se volvía palpable.
—¡¿Cómo ha vuelto el rey sombra de la muerte?! —exclamó Rainbow Dash, su voz llena de alarma. Se acercó a Twilight con una actitud defensiva—. ¡¿Y qué está haciendo aquí?! ¡Tienes que alejarte de él!
Sombra levantó una ceja, un tanto sorprendido por la reacción hostil. Se volvió hacia Twilight con una mirada de preocupación.
—¿Qué es esto? —preguntó, tratando de mantener la calma mientras miraba a las ponis—. ¿Acaso tengo que preocuparme por esto también?
Twilight se levantó rápidamente, interponiéndose entre Sombra y sus amigas, tratando de apaciguar la situación.
—¡No, no, esperen! —dijo Twilight con urgencia—. ¡Él no es el Rey Sombra! ¡No es el que conocen!
Las amigas de Twilight se quedaron paralizadas, con la mirada fija en Sombra, y la confusión se hizo evidente en sus rostros.
—¿Qué? —dijo Applejack, sus ojos muy abiertos—. ¿Y entonces quién es él?
Sombra, con una sonrisa amable, intentó aliviar el ambiente.
—Hola... —dijo con un tono amigable.
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El grupo se quedó en silencio, sin saber cómo reaccionar. Twilight suspiró, aliviada al menos de haber detenido el enfrentamiento, aunque ahora tenía que enfrentar las preguntas que inevitablemente vendrían.
Rainbow Dash, con la curiosidad reemplazando su tensión, se adelantó y preguntó.
—¿Viene de otra dimensión?
Twilight asintió, aliviada de que Rainbow hubiera dado el primer paso para entender la situación.
—Sí, exactamente. Él está aquí por un accidente mágico en mi laboratorio y está tratando de encontrar una manera de volver a su mundo.
Rarity frunció el ceño, confundida.
—¿Es algo como lo que ocurrió con Sunset Shimmer? —preguntó, recordando la experiencia con la princesa del espejo.
—Algo así —confirmó Twilight—. Sombra proviene de un mundo diferente, y estamos trabajando para encontrar una solución.
Las amigas de Twilight intercambiaron miradas de asombro y alivio, mientras empezaban a procesar la nueva información. La tensión en la biblioteca comenzó a disiparse lentamente, reemplazada por una sensación de intriga y curiosidad. Aunque no se sentían muy cómodas con él, confiaban en su amiga.
—Entiendo —dijo Applejack, asintiendo lentamente—. Entonces, ¿qué podemos hacer para ayudar?
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