Sombra se debatía entre el sueño y la vigilia, con una confusión palpable. Había soñado con ella, gritaba internamente. Era un sueño tan vívido y peculiar: estaban en un día de campo, rodeados de una felicidad simple y natural, pero en un lugar que no reconocía. No era su mundo, pero tampoco era completamente extraño. Twilight le sonreía con una calidez que él había deseado recibir solo de ella, la abrazaba y.... bueno, el sueño se cortó bruscamente en ese punto.

Al despertar, se encontró abrazándola de verdad, y por un momento, casi pensó que seguía en el sueño. La realidad de tener a Twilight tan cerca lo sorprendió y confundió. La calidez de su cuerpo y el suave latido de su corazón lo hicieron cuestionar si estaba soñando o si esa conexión era real. 

La tentación de abrazarla aún más era fuerte, pero Sombra se detuvo, consciente de que estaba cruzando un límite. La línea entre el sueño y la realidad se desdibujaba, y sus sentimientos por Twilight se volvían cada vez más complicados.

Sombra se sentía al borde de la locura, un estado que nunca antes había experimentado y que, francamente, lo aterrorizaba. Estos sentimientos que no comprendía del todo lo estaban llevando al límite. 

La incertidumbre y la proximidad diaria a ella lo mantenían en un estado constante de confusión emocional. Ya casi se cumplía una semana desde que llegó al castillo Arcoíris, como él lo llamaba, cautivo en un lugar que no era su hogar, pero que llegó a sentirse como uno, y Twilight aún no había encontrado una forma de devolverlo a su mundo, aunque él, seguía dudando de por qué no sentía tanta prisa de volver.

Se acercó a ella, sintiendo un torbellino de emociones mientras trataba de lidiar con la complicada realidad de su situación.

Cada día que pasaba en el castillo parecía intensificar sus sentimientos, haciéndolo cuestionar lo que realmente quería y necesitaba.

—Entonces, ¿cómo va la investigación del hechizo que te permitirá devolverme a mi dimensión? —preguntó Sombra, con un tono que revelaba una mezcla de curiosidad y ansiedad.

Twilight se sobresaltó ligeramente, como si acabara de despertar de un sueño. Se le notaba una expresión de sorpresa y algo de incomodidad. De hecho, había estado tan inmersa en las conversaciones y en la compañía de Sombra que había olvidado por completo su investigación.

—Oh, eh... —dijo Twilight, parpadeando mientras intentaba recuperar el hilo de sus pensamientos—. Bueno... no he avanzado tanto como esperaba.

La alicornio se dio cuenta de que le estaba mintiendo nuevamente, y le dolía un poco hacerlo. Se suponía que hoy le diría la verdad, pero nunca parecía ser el momento adecuado. 

Cada vez que pensaba en la situación, sentía que el momento perfecto nunca llegaría. La presión de sus sentimientos y la dificultad de encontrar las palabras adecuadas la estaban abrumando. Su mente se debatía entre la urgencia de ser honesta y el temor a las posibles consecuencias.

Sombra la miró con una ceja levantada, extrañado por su actitud evasiva.

—Supongo que es hora del plan B, ¿no? —dijo, con un tono que denotaba una mezcla de certeza.

Twilight levantó la vista hacia él, confundida.

—¿P-Plan B? —tartamudeó, sin entender a qué se refería.

—Sí, ¿no lo recuerdas? Si no encontrabas una solución, dijiste que pedirías ayuda externa —afirmó Sombra con seguridad, aunque su tono ocultaba un deseo de evitar enfrentar lo inevitable.

Twilight se quedó paralizada. La idea de que Sombra quisiera recurrir a un plan B la hizo sentir un nudo en el estómago. ¿Era tan urgente para él irse? Después de todo, este no era su hogar, y era lógico que extrañara su mundo y todo lo que conocía. A pesar de comprender esto racionalmente, no podía evitar sentir una presión en el pecho, una mezcla de ansiedad y desilusión.

Sabía que debía ayudarle a regresar a su dimensión, pero la idea de que él ya estuviera considerando un plan B la afectó más de lo que esperaba. Levantó la vista rápidamente, sus ojos llenos de determinación.

—¡Espera! Aún no he terminado con todas las variantes de la investigación. Solo... necesito un poco más de tiempo, ¿puedes darme eso? —dijo, casi desesperada, pero intentando mantener la calma.

Sombra la miró con una mezcla de sorpresa y consideración, captando la desesperación en su voz y la intensidad en su mirada. ¿Qué le ocurre? pensó, sintiendo una punzada de duda.

Tal vez la había presionado demasiado. La preocupación en su expresión revelaba que la situación estaba afectándola más de lo que había anticipado.

Se preguntó si quizás había sido demasiado brusco al mencionar el plan B. Aunque su intención era clara, no había considerado del todo el impacto emocional que podría tener en ella.

A pesar de su propio deseo de regresar a su mundo, no pudo evitar sentirse un poco culpable por la angustia que estaba causando.

—Está bien —dijo finalmente, con una expresión más suave—. Te daré el tiempo que necesites y no quiero presionarte. Solo quiero asegurarme de que estás bien para seguir con esto...

Twilight lo miró fijamente, sus ojos reflejando un dolor palpable que sabía cómo disimular. Era consciente de que, desde el principio, esta era la dirección en la que todo debía ir.

Sin embargo, la tristeza que sentía no se debía solo al proceso en sí, sino a la inminente pérdida de alguien mucho más significativo que un simple amigo. No era solo un amigo, sino el que había despertado sentimientos profundos y desconocidos en ella.