⭐Capítulo 16⭐
La tarde se había asentado con una ligera brisa que entraba por las ventanas del comedor. Finalmente habían salido de esa mugrosa biblioteca después de estar allí todo el día.
Twilight y Sombra estaban sentados en una mesa llena de bocadillos variados: frutas frescas, panes y quesos exquisitos. La atmósfera era extraña, cargada de una tensión palpable que ambos intentaban ignorar, pero por razones muy diferentes.
Sombra, a pesar de estar rodeado de deliciosa comida, miraba los bocadillos con una expresión de aprehensión. Cada bocado que intentaba tomar parecía ser una batalla, como si la comida se negara a bajar por su garganta. Estaba avergonzado por lo que había sucedido esa mañana; había llamado a Twilight "ángel", y aunque no se arrepentía, la situación le hacía sentirse incómodo. Twilight era, en cierto modo, un ángel para él, ayudándolo a pesar de sus temores iniciales.
Por su parte, Twilight no podía tragar nada. Se sentía culpable por haber escondido el libro, y la tensión entre ellos solo acentuaba su malestar. Notando la incomodidad de Sombra, lo observaba con una mezcla de curiosidad y preocupación.
—¿No te gusta la comida? —preguntó Twilight con una sonrisa amable, intentando romper el hielo, aunque ella misma apenas podía comer.
Sombra forzó una sonrisa y sacudió la cabeza, dándose cuenta de que estaba preocupando a la alicornio.
—No es eso. Es solo... —dijo, tomando otro bocadillo y masticando con dificultad—. No estoy acostumbrado a comer. Realmente no necesito comer, ya sabes... —añadió con una sonrisa para aliviar la tensión—. Pero hoy parece que estoy aprendiendo a disfrutar de las pequeñas cosas.
Twilight lo miró con sorpresa, la idea de que él no necesitara comer era algo nuevo para ella. Sin embargo, su intento de relajarse y disfrutar del momento la hizo sonreír.
—Quizás te gustaría probar algo diferente —dijo, levantándose y dirigiéndose a una bandeja con postres—. Esto es un "brownie". Nunca lo has probado, ¿verdad?
Sombra levantó una ceja, intrigado por la novedad. Twilight le sirvió un pequeño trozo de brownie y lo colocó frente a él. Desde su perspectiva, el brownie se veía como un pequeño ladrillo de chocolate. Miró el postre con escepticismo, preguntándose por qué la alicornio le estaría ofreciendo algo que parecía tan... sólido y poco apetitoso.
—¿Esto es... un brownie? —preguntó, con una mezcla de curiosidad y duda, mientras giraba el trozo en su plato—. ¿Por qué me darías un ladrillo para comer?
Twilight soltó una risa suave, tratando de no sentirse ofendida.
—No es un ladrillo —dijo con una sonrisa—. Es un dulce muy popular aquí. Te prometo que es delicioso.
Sombra tomó el pequeño trozo con cautela, observando el postre como si fuera una criatura exótica. Lo llevó a su boca y dio un primer bocado. Sus ojos se abrieron de par en par al sentir el sabor, como si acabara de descubrir un nuevo universo de dulzura.
—¡Esto es... increíble! —exclamó, con una expresión de asombro—. ¿Por qué no me dijiste antes que esto existía? No, no ¿Por qué es la primera vez que pruebo esto?
Twilight se rio, aliviada al ver la reacción positiva de Sombra.
—¿No hay postres en tu mundo o qué? Empiezo a pensar que de donde vienes es el peor lugar para vivir —dijo con un tono juguetón, aunque en el fondo sus palabras revelaban una chispa de preocupación.
Sombra la miró, intrigado por la broma, y respondió con una sonrisa.
—Claro que hay postres. Es solo que, en Auralis, la comida tiende a saber un poco insípida cuando la comes sin disfrutarla realmente. Nunca me había dado la oportunidad de probar algo así.
Twilight lo miró sorprendida, dándose cuenta de que había más en el comentario de Sombra de lo que él había dejado entrever. Se quedó en silencio un momento, dudando si debía expresar lo que estaba pensando, pero finalmente decidió hacerlo.
—Entonces... podrías... venir de vez en cuando para comer postres —dijo en un susurro casi tímido. La propuesta sorprendió a Sombra, quien se sonrojó levemente. ¿Acaso no sonaba eso como una cita?
Sin embargo, rápidamente recuperó la compostura y preguntó con seriedad:
—¿Es siquiera posible? Una vez que regrese, ¿podré volver?
Twilight quedó estupefacta por la pregunta. No sabía si, una vez que él regresara a su mundo, habría una forma de volver a verlo. Forzó una sonrisa, intentando mantener el ánimo alto.
—No lo sé —dijo, con una sonrisa algo forzada—. Pero mientras estés aquí, ¡tendrás que comer todos los dulces que puedas!
Sombra lo miró con una mezcla de sorpresa y expectativa. Parecía que esperaba una respuesta diferente, como si el hecho de que ella no supiera si podrían volver a verse alguna vez no le resultara del todo satisfactorio.
—Sí... —respondió con desgana, luego forzando una sonrisa juguetona—. Pero supongo que engordaré si sigo comiendo estos postres.
Twilight se rio, aliviada al ver que Sombra tomaba la situación con humor. La tensión se desvaneció un poco más, y ambos continuaron disfrutando de los postres mientras compartían risas y conversaciones, el brownie nunca supo tan delicioso.
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