41:Ten Mi Corazón
-¿Cómo puedes asegurarme que ese es mi hijo?. -
-Porque lo es. - Asegura la chica con la mirada fría. - Lo único que te estoy pidiendo es que te encargues personalmente de él. -
-Estupideces. - Escupe con veneno el hombre adulto viendo a Amelia directo a los ojos. - Tú y yo... -
-Ese bebé es tu hijo. - Dijo una vez más. - Tú y yo tuvimos sexo, muchas veces, engañado a tu propio hijo y al quien era mi novio. -
- Amelia, eso... -
-¿Ahora fingiras que no hicimos nada?. - Amelia se levantó de aquel sofá posado en aquella oficina. La chica con lágrimas en los ojos y la rabia apuntó de salir de su garganta la retenía por completo, claramente quería matar a ese hombre por haberla engañado tantas veces, todas esas promesas de amor hacia ella eran una vil estafa, ¡estaba tan enojada!.
-Te di todo de mi. Confíe en tu hasta la último grano de mi alma. - Sus lágrimas salieron de sus párpados. - ¿Qué no te da asco el engañar a tus propios hijos de esa manera?. -
Amelia levantó su mirada para enfrentar aquel hombre tan repulsivo.
- ¡¿Cómo puedes dejar que tu hijo Atem este cuidando de su hermano menor?!. - Grito con rabia para luego ser silenciada por una bofetada que la mandó al suelo..
- Cierra la boca, mujer asquerosa. - Aquel padre de los trillizos avanzó hacía Amelia. - Nadie sabe de esto. - La tomó del cabello y la alzó para ver ese rostro. - Lo que dices es una mierda.. -
-¿Tu crees?. - Ella sonríe, hurga en su bolso y saca un papel que tiene escritas las palabras : "Prueba de paternidad."
...
..
.
- ¿Duele?. -
Yugi negó con las mejillas rojas.
Atem empujó más hasta sentir como Yugi se acostumbraba hacia su presencia, no quería lastimarlo, quería hacer que su compañero sintiera placer, tanto, qué así mismo lo hiciera sentir tan bien.
- Ah~ Atem. - Yugi sonrió, estiró sus brazos hacia a Atem para poder abrazarlo y atraerlo hacia él..
- ¿Listo?. -
Yugi asintió.
Fue entonces cuando Atem comenzó a moverse, lento, despacio, al principio. Yugi sólo podía gemir levemente mientras abrazaba a Atem.
La cama se movía de manera leve y con un rechinido que sólo podía ser escuchado por ambos jóvenes.
Las respiraciones de ambos se volvían de cierto modo rápidas, erráticas.
- M-más fuerte... Más fuerte. - Pidió Yugi desesperado. Atem le dio un beso profundo y luego se acomodo mejor, tomó ambas piernas de Yugi y se las coloco sobre sus hombros.
Quería ser dulce, tierno con su compañero, pero sí Yugi pedí ser destrozado con fuerza, bueno, ¿quién iba ser él para negarse?.
- ¡Ah~!, ¡ah~! . -
- Shhh, vas a despertar a Yami. - Decía Atem entre gélido mientras movía su cadera en círculos, arrancando le aún más gemidos fuertes a Yugi.
- ¿C-cómo puedes... Decirme eso c-cuando... M-me estas follando de esta manera?. -
Atem no puede evitar sonreír, que Yugi hable de esa manera mientras lo está follando solo lo pone aún más caliente.
- ¡AH~!. - Rápidamente Yugi cubre su boca por el grito que dio, la estocada que le dio Atem le había dado en aquel punto dulce que lo hacía perderse... Y eso, le gustaba demasiado. Le gustaba que Atem fuera así en la cama, salvaje e intentando ser lindo y resistiendo se a controlarse a pesar de que Yugi le decía que no lo hiciera.
Quería mucho a Atem y era por eso qué...
- ¿Yugi?. -
- Te quiero. - Declaró Yugi. - Te quiero mucho Atem. - Lo siguiente que paso fue a Yugi besar los labios de Atem antes de terminar.
...
..
.
- ¿Me quieres?. -
- ¿No fui claro?. - Dijo Yugi viendo a los ojos a Atem acariciando le la mejilla con suavidad.
- ¿Por qué?. - Preguntó este sin entender. Yugi era una de las personas que aseguraba que le guardaría rencor hasta el fin de su vida. Sin embargo, la realidad le mostraba otra cosa, Yugi decía que lo quería mucho con aquellos ojos brillantes que le dedicaba antes de conocer a Amelia.
Y se preguntaba, muy en el fondo de su corazón, si de verdad era digno de tener a ese ángel a lado suyo.
Porque él pensaba que no, no lo merecía, Yugi debía de estar siendo feliz con alguien más y no estará atorado con alguien como él quién lo lastimó.
- ¿Qué sucede?. - Yugi se reincorporo de la cama al ver a su esposo llorar de la nada. - ¿Atem?. -
Él no dijo nada, solo se dedico a llorar, ocultándose en el pecho blanco de su compañero.
Yugi no sabía cómo interpretar aquello que lo sorprendió, su Atem estaba llorando de nuevo y está vez no sabía si se trataba de algo bueno o algo malo.
Quería preguntarle, pero al ver el estado de Atem decidió callar y mejor abrazarlo, acariciando le la cabeza para calmarlo.
- Yugi, yo de verdad... Yo... -
-Shhhh... - Lo callo Yugi suavemente. - Puedes decírmelo mañana. Debes descansar. -
- Pero quiero decírtelo. - Salió de su escondite seguro, y se reincorporo para ver a su pareja. - No entiendo porque me quieres, ¿cómo puedes decirme eso?. -
-¿Esta mal?. -
-No, yo... Es qué... -
- ¿Crees que estoy mintiendo Atem?. - Dijo Yugi. - ¿Crees que no diría esas palabras si no las sintiera de verdad?. -
Atem suspiro, su corazón dolía y sus pensamientos eran una catástrofe, en el pasado, cuando Yugi recién había aceptado el contrato, le dijo que lo deseaba, todo bien hasta ahí, pero jamás pensó que de verdad extraño tanto a Yugi, le hacía falta y el tenerlo ahí solo podía llenar el vacío que se había alojado en su alma.
- Atem. -
Lo llamó nuevamente Yugi limpiando las lágrimas de Atem. Ya no quería ver a su esposo llorar, sabía que su corazón estaba muy herido y que cualquier tipo de afecto, cariñoso o daniño, lo golpeaba como un maremoto hacia su corazón, por eso, Yugi trataba de ser sutil con sus palabras y con el afecto hacia Atem, para evitar esa inseguridad en su persona y ese miedo constante de sentirse inseguro.
-Perdón. - Atem sujeto con delicadeza la mano de Yugi y la llevó a su mejilla disfrutando de la calidez de Yugi. - A veces me siento insuficiente. -
- No deberías. - Dijo Yugi con una sonrisa. - Ya has demostrado varias veces tu valía. No hay porque sentirse así. - Se acercó un poco más a Atem para poder recostarlo de nuevo a la cama y ponerse encima de su regazo.
Atem se sonrojo.
- ¿Sabes?, hay ocasiones en las que yo me siento igual, pero volteo hacia atrás y analizó lo que he hecho en mi vida y a veces me sorprendo de mi mismo, los logros que he alcanzado y las veces que he perdido, y es por eso que en el último punto siempre pienso en mejorar. - Acerca sus labios a Atem. - Deberías hacer lo mismo, cince trate en ti, ¿bien?. -
- Pero yo quiero entregarte todo aquello que me pidas. -
- Y agradezco mucho el gesto Atem, pero si es así, lo único que quiero es que te recuperes, que vuelvas a sonreír y a brillar como el sol cómo antes lo hacías, aquella energía que te envolvía y me hacía acompañarte en tus travesuras. - Ríe. - Quiero que de nuevo te aceptes, Atem. ¿Puedes hacer eso por mí?. -
-Lo voy a intentar. - Declara. - ¿Pero no quieres otra cosa, aparte de lo que me pides?
Yugi solo se sonrojo y una sonrisa traviesa cruzó sus labios.
A veces podía ser un sin vergüenza.
- Quiero hacerlo de nuevo. - Dijo, Atem parpadeo confundido. - Quiero montarte. -
¡QUÉ DIRECTO!. pensó Atem mientras sus mejillas se coloraban.
- ¿Podemos tener una segunda ronda?. -
Bueno, esa noche Atem no durmió toda la noche.
....
..
.
- ¿Cansado?. - Le preguntó Joey a su amigo quien bostezaba por quinta vez.
- Algo, pero puedo con ello. - Aseguró Atem.
-¿Seguro?, ¿no quieres sentarte?. - Dijo Anzu viendo las piernas de Atem temblar con ligereza mientras el moreno se sonrojaba.
Las noches con Yugi si que eran intensas y muy calientes.
- Yo creo que sí. - Decía Tristan aún lado viendo que su amigo se sentaba en una banca para reposar.
Atem dejó sacar un suspiro.
No se arrepentía de hacer el amor con Yugi, pero demonios, ¡mínimo que le diga que tendrán una tercera, cuarta, incluso quinta ronda!, porque así, no resistiría todo el santo día.
Hoy le tocó ir a clase y Yugi le tocó ir al trabajo, pero en realidad no pensaba que podría durar tanto tiempo.
Solo esperaba las últimas horas para salir de la escuela, ir a casa y dormir todo el día junto con su hijo.
*Continuará...
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