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20: Corazón Roto. Mente Inestable.

- ¡Yo no quería un hijo!, ¡me has condenado!. -

-Calmate. Solo necesitamos hablar. -

-¡¿Hablar?!, ¡¿hablar de qué?!, ¡¿sabes que me he quedado sin casa?!, ¡mis padres ni siquiera quieren verme!, ¡y todo por tu culpa!. -

Aquella chica rubia tomó lo que estaba a su alcance y se lo arrojó a Atem mientras este lo esquivaba con facilidad.

- ¡Amelia!. - El Moreno la detuvo cuando estuvo a su alcance, la rubia sólo comenzó a llorar. - Ya basta, no llores. Lo solucionaremos. -

- Quiero abortar. -

×××

- ¡Ahm!. -

Atem se despierta agitado, sudando frío y con el corazón latiendole a mil por aquel sueño que tuvo . Vio a todos lados intentando recordar donde estaba, palpo el lugar donde estaba recostado y alcanzó a tocar algo suave.

Giro su vista y su mirada recayó en la mano de Yugi que se encontraba cerca de su camilla.

- ¿Qué?, ¿dónde estoy?. - Murmuró bajamente, para el mismo, volvió a examinar el lugar y se dio cuenta que traía una intravenosa en su brazo derecho, sus muñecas habían sido tratadas y vendadas, miró las máquinas donde una de ella contaba su ritmo cardíaco. - Un hospital. Otra vez. -Se volvió a su lugar nuevamente, suspirando pesadamente.

¿Cuándo se desharia de los hospitales?, ya lo tenían harto, ir de aquí para allá, lo estaba aguñotando demasiado y más con las Pesadillas que traía consigo.

-Menuda mierda. - Dice fastidiado, levantó su brazo derecho para ver la intravenosa. - Vamos, pudo ser algo mucho peor. - Se dice mientras recuerda cuando se corto las venas. Frunce el ceño al verse tan débil, se rindió tan fácilmente, ¿cómo pudo haber hecho eso? Y más frente al bebé . - Qué idiota fuí al hacer eso. -

- Hmm. -

Atem escucha un quejido, voltea a su lado izquierdo y nota que su mano izquierda es tomada por otra, sigue esa mano que esta conectada al brazo de la única persona que quisiera ver ahora.

Yugi se encuentra sosteniendole la mano en un leve apretón , su cabeza está recostado a la orilla de la camilla, sus ojos están cerrados y respira tranquilamente a pesar de la incomoda posición que tiene para dormir.

- Sigues aquí. - Habla Atem bajamente mientras a su memoria le llega el vivido recuerdo del beso que le dio a Yugi. - No debí de haber hecho eso. - Atem se le queda contemplando un poco más a Yugi, nota que bajó sus párpados hay ojeras en ellos, no ha dormido bien, supone Atem.

Entonces Atem siente en su pecho algo de remordimiento y preocupación por el chico de bellos ojos amatistas.

- ¿Por qué sigues ayudándome? - Sabe que Yugi no le responderá ya que el chico está durmiendo. - Pudiste haberme dicho que no. Pudiste rechazarme. Pudiste desearme el mal. Y no lo hiciste. -

Ahora que lo piensa mejor, Yugi no lo ha dejado solo desde que nuevamente llegó a su vida. Ha estado para él en todo momento.

¿Acaso será plan del destino el tenerlos juntos hasta poder concluir con la amistad que ellos tuvieron?.

- Hmm... - Yugi comenzó a despertar, Atem rápidamente se alejo de Yugi y soltó sus manos. Yugi por su parte abrió los ojos y se los tallo, bostezo y después se estiró.

Aquella imagen se le hizo tierna a Atem, le recordaba cuando Yugi le invitaba a su casa a pasar la noche y ya por las mañanas, Atem era el primero en despertarse para contemplar a Yugi en cómo dormía y como despertaba.

- ¿Estas despierto?. - Yugi es el primero en hablar, Atem parpadea saliendo de su ensoñación reciente.

- Acabo de hacerlo. - Miente y ve al tricolor pararse.

- Deberias de dormir un poco más, lo necesitas. - Le aconseja el tricolor en cuanto ve la hora en el reloj que está puesto en la pared. - Son las 5:00 de la mañana. -

Yugi se dirige a la salida.

- ¿A donde vas?. - Atem no sabe por qué, pero siente desesperación cuando ve a Yugi alejarse de él.

- Me iré por un café. - Le contesta aún soñoliento. Atem por su parte quiere preguntar si volverá, más su orgullo le impide el preguntarle si volverá. Y Yugi quién nota enseguida la expresión de Yami endurecerse un poco sabe que se está continendose en preguntarle si volverá. - Regreso en 10 minutos. -

-¿No deberías de seguir durmiendo?. - Le pregunta Atem, desvía la mirada hacia la ventana donde nota que aún sigue siendo de noche.

- No. - Contesta Yugi calmadamente. - Además, no puedo seguir durmiendo en esa incomoda posición, me duele el cuello. Necesito estirar las piernas también. -

- Entiendo. - Es lo único que responde Atem. Es cuando vuelve a escuchar los pasos de Yugi alejarse y vuelve asentir ese sentimiento de ser abandonado. -¡Espera! - Grita. Yugi respinga en su lugar asustado por el grito de Atem y voltea a verlo para saber si le pasó algo. - ¿D- dónde está Yami?. - Pregunta este con la esperanza de que Yugi se quedara un poco más de tiempo con él hasta que el alba se asomara, es en ese momento cuando dejaría ir a Yugi.

El mencionado se queda en su lugar, procesando aún la pregunta de Atem.

-¿Qué?. - Es lo único que suelta Yugi y se acerca a Atem para volver a escuchar las palabras del egipcio. - ¿Qué dijiste?. -

- Yami... - Nombra Atem y siente un vacío en su corazón al escuchar el nombre de su hijo. - ¿Él cómo está? Y ¿donde está?. -

¿Acaso sigue soñando? ¿O acaso esta muerto?, porque si Atem estaba preguntando por Yami, estaba completamente seguro que no estaba en la realidad tan cruel en la que vive, pero al parecer no era así. Todo era real.

- ¿Enserio me estas preguntando por él?. - Pregunta Yugi, Atem alza los hombros encogiendose en su lugar.

- Soy su padre. - Contesta. - Debo saber de él, ¿no?. -

- La última vez me dijiste que no lo querías ver. -

- Es cierto. -Corabora el Moreno. -Pero quiero saber... Dime, ¿qué tal van los estudios médicos del niño?. -

Yugi se queda en silencio algunos segundos para analizar determinadamente bien a Atem. Antes no le importaba saber sobre Yami y ahora... ¿Le importaba?.

- ¿A qué quieres llegar con esto?. - Cuestiona Yugi sin perder más tiempo.

-¿Qué?, ¿no puedo saber de Yami?. -

- No lo sé, dime tu. -Contra ataca Yugi. - Él tiempo que hemos estado juntos, has despreciado a Yami, me dijiste que no lo querías ver, y ahora ¿sí?. Anda, di que es lo que estás buscando, ¿tiene algo que ver con tu pequeña venganza en contra mía solo por haber conocido a tu familia?. -

Aquello molesto a Atem, no le molesto lo de Yami, bueno tal vez un poco, pero el que Yugi mencionara a su "familia", le había fastidiado.

- No vuelvas a mencionarlos.- Fríamente le dijo a Yugi. Este último se acercó al Moreno. - Y te prohíbo verlos y acercarteles. -

-¿Quién te crees que eres?, ¿mi dueño?. - Cuestionó Yugi molestandose.

- Soy tu esposo. -

-¿Desde cuando?. - Siguió Yugi. - Tu bien sabes que tu y yo no tenemos que ver, y si nos casamos fue por Yami. - Ataco el tricolor.

- Y si fue solo por eso, ¿entonces por qué puta razón te quedaste conmigo?. - Atem se sienta en la camilla confronta a Yugi de igual forma que hace con él.

Al menor le sorprende la pregunta, ¿por qué se quedó con Atem?.

- ¿De qué estás hablando?, yo no... -

-No me lo niegues. - Le interrumpe Atem, mira directamente los ojos del amatista, que ahora busca desviarlos a otra parte, más sin embargo Atem no se lo deja tan fácilmente. El Moreno le sujeta de la barbilla para enderezar lo. -¿Qué buscas de mi?, ¿qué quieres?. -

Yugi se mantiene callado y le azota un fuerte sonrojo que vino de la nada. Atem contempla esto, aún que Yugi no diga nada se ve lindo con ese sonrojo en sus mejillas.

¿Y como pude notar todo esto?

Pues el alba ya había llegado.

- ¿Qué es exactamente lo que quieres conmigo, Yugi?.-

Escuche a Yugi como jadea de la impresión cuando el egipcio menciona suavemente su nombre.

- ¿Y bien?. - Insiste Atem.

- Yo... - Comienza Yugi, pero él solo hablar le tiembla la voz. - Solo quiero que te des cuenta de todo lo que tienes. - Dice bajito. - Y quiero que mejores. - Atem escucha atento y pude notar que Yugi tiene la voz quebrada, intenta aguantar no llorar. - Se que tienes el corazón Roto y tu mente está Inestable por el daño que ella te hizo. - Explica Yugi. - Eso es lo que quiero de ti. Que te recuperes tan pronto como sea posible, por qué hay personas que te quieren y te necesitan. -

- Eso no es posible. - Dijo Atem. - Nadie de mi familia me necesita, para ellos es mejor si estoy muerto. -

- Yo no me refería a ellos. - Dijo Yugi, entonces el Moreno le vio confundido. - ¿Qué hay de nosotros?, ¿Yami y yo no somos tu familia?. -

El corazón de Atem latió fuerte y un sonrojo del mismo tono de Yugi apareció en sus mejillas.

- Se que nuestro compromiso fue a la fuerza. - Prosiguió Yugi, tomó las manos de Atem que le sostenían la barbilla para tomarlas y darle un leve apretón. - Yami te quiere, aún que tu lo quieras lejos, él jamás va dejar de quererte y yo... Aun que no lo creas... Yo también te quiero y te necesito. -

Un sonrisa sincera apareció en los labios de Yugi, luego se acercó a Atem y le brindó un beso en la frente al Moreno.

- Voy por un café, ya vengo. - Soltó las manos de Atem y se retiro dejando a un Atem paralizado por las palabras y el gesto tan cariñoso de Yugi hacia él.

¿Qué había sido todo eso?.

Se preguntó el amatistas una vez se encontraba afuera de la habitación de Atem.

¡Qué vergüenza!, se gritaba así mismo mientras sentía el calor en sus mejillas. ¡Debe creer que estoy loco!, además, ¡eso parecía una confesión de amor!.

¡Ahg!

Yugi toma sus mejillas aún sonrojado.

- ¿por qué le dije todo eso?. - Se preguntó así mismo. - Debí cuidar mis palabras. No debí dejarme llevar por el momento y mis sentimientos. -

Yugi ahora coloca sus manos en su pecho, siente como late desenfrenadamente su corazón.

De una discusión pasaron a decirse algunas cuantas cosas cursis que mantenían muy confundidos a los tricolores.

- ¿Problemas en el paraíso?. -

Yugi volteo a su derecha, ahí se encontraba cierto chico de ojos verdes.

- ¿Timaeus?. -

- Buenos días cuñado. - Saludo este parándose justo enfrente del menor.

*Continuará....

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