Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

17:Cena Familiar.

Después de haber declarado mi posición en la familia de Atem, habíamos llegado, hasta ahora a la cena familiar, el lugar se mantenía en silencio todo el tiempo, nadie decía nada y eso me incomodaba demasiado, aún que admito que empate es culpa mía por mantener así el ambiente, pues después de que me enfrente a Timaeus los familiares de mi "querido" esposo no querían hablarme, ni siquiera Haku.

Lo único que tenía para reconfortarme era tener a Yami cerca de mi.

— Y entonces. — Habló por fin Sekemeth atrayendo la atención de todos mientras sonreía hacia mí dirección, sus ojos profundos y rojos sólo se fijaron en mi, podía notar que me veía como si fuera una adquisición de mucho dinero. — ¿Cómo está Atem?, ¿mi hijo está siendo bueno contigo?, odiaría saber que uno de mis hijos este despreciando tan bello y encantador joven. — Me dijo.

— Pues el esta bien. — Respondí mientras miraba mi plato, estaba medio vacío debido a los alimentos que había ingerido.

— ¿Sólo eso?, ¿no, nos vas a contar detalles de la boda?, supe que se casaron. — Prosiguió y en ese momento el par de ojos de cada integran se incrustar in en mi, sobre todo uno de color esmeralda.

— ¿La boda?. — Pregunté en un susurro un poco indeciso, no sabía si soltar todo lo que me había pasado con él o mentirles y hacerles creer que yo era muy feliz con él.

—Así es, la boda. — Puntualizó Sekemeth, está vez colocó su barbilla en sus manos.

— Yo... No sabía que te habías casado, Yugi. — Isis me ve interrogante y sorprendida. — Y no sabía que había sido con Atem. Creí que que tu y él... —

—Hemos resultó algunos incombenientes. — La interrumpí.

—¿Incombenientes?.— Por fin el chico de ojos esmeraldas habló. Su semblante se volvió a endurecer y yo me volví a poner a la defensiva. —¿Qué incombenientes?. —

— Antes de que yo me casara con él, tuvimos un “reconcilio”. — Eso se podría interpretar mal, pero ya había hablado y no diría de más.

Haku sólo comenzó a toser por mis palabras, luego soltó un pequeña y ligera risa mientras yo me sonrojada, él sabía que esa interpretación se podía tomar de dos maneras.

— Oh, vaya... — Dijo Timaeus desviando su mirada y con sus mejillas un tanto sonrojadas como el resto.

Dios mío, ahora creen que me acosté con Atem, cuando no era así, aún qué... Para mí era mejor que creyeran eso, así me quitaría de encima por un momento el tema de Atem.

— ¿Y eres feliz con Atem?. — Pregunto la rubia.

Fue muy pronto para decir que el tema de Atem quedaría atrás. La rubia parecía estar entusiasta por saber mi vida matrimonial con Atem, ¿qué puedo decirle?.

— Pues, hasta ahora lo único que nos interesa a ambos es cuidar de Yami. —Respondí con una sonrisa para ella, que la hizo sonrojar.

— ¿Y?. — Prosiguió el de chico de ojos verdes.

—¿Y?. — Pregunté de vuelta confundido. Timaeus bebió un poco de vino de su copa y luego redirigio su mirada a mi. Pará evitar su intensa mirada tome mi copa para beber un poco de vino.

—¿Qué harán de su vida más adelante?, ¿Han pensado tener más hijos?. —

Al escuchar eso, me fue inevitable tener un ataque de tos que alertó a todos, pero que sobretodo divirtió y llamó la atención de Timaeus y Sekemeth.

—¿Estas bien Yugi?. — Haku estaba a mi lado sobrando mi espalda en un intento por calmar mi tos, Isis me tendía un servilleta y me daba pequeñas palmaditas igualmente en mi espalda, la rubia solo se comenzó a reír y la madre de Haku solo se tapó la boca en una expresión de estar sorprendida por las preguntas y mi reacción.

Cuándo por fin me recupere, volví a reincorporarme.

Timaeus y Sekemeth solo esperaban mi respuesta.

— Es... Es un poco apresurado para pensar en tener otro bebé. — Respondí un poco sonrojado.

Jamás me había puesto a pensar en tener un bebé yo mismo y con Atem... No, será mejor que no piense en eso.

No es correcto.

Con él no tendría un bebé.

— ¿En qué te basas para decir eso?. —Dijo Sekemeth atrayendo la atención de todos nuevamente. — Tienes un bebé justo ahora. —Su sonrisa se ensancha, a este punto debo de comprender que debo de andar con cuidado con este sujeto, no sólo con Timaeus. —¿No quisieras darle un hermanito a mi nieto?. —

—Por supuesto. —  Haku me miró impresionado e Isis. — Me gustaría mucho darle un hermanito a mi Yami. —Proseguí. — Pero por ahora no es el momento. Quiero decir, Yami aún ni siquiera sabe hablar o caminar. — Acarició la cabellera de mi bebé. — Por ahora me enfocare en él y ya después, cuando llegue el momento, le brindaré un hermanito o hermanita. No quiero que todo el tiempo se la pase solo mientras crece, algo de compañía estaría bien. Ya qué, si algún día uno de nosotros faltara en sus vidas, quiero que Yami tenga en quien sostenerse y viceversa. —

Sonrei con ternura hacia Yami. Un hermanito para Yami sin duda alguna no estaría mal, ellos se llevarían bien, jugarían juntos, crecerían juntos; Apoyándose mutuamente. Ambos llamándome...

“¡Mamá!.”

¡Ah!, ¡¿en qué estoy pensando?!, ¡no debo de pensar en eso!... Aun que... ¡NO!, ¡fuera impulso de idiotez!.

—De repente me dieron ganas de tener gemelos. — Dijo Rebeca de repente, atrayendo mi atención y la de los demás. —¿Qué?. —

—Nada. –Contestaron los demás, volviendo mi vista hacia a mi.

Creo que será mejor que me retire, ha pasado el tiempo suficiente, ya conocí a los familiares y he vuelto a ver a una vieja amiga, es tiempo de retirarse.

Me levante.

— Muchas gracias por invitarme a cenar. — Hice un reverencia a ellos, luego me dirigí a Timaeus. — Enserio, espero llevarme bien contigo. — Dije de la manera más seria y fría posible.

—Digo lo mismo. — Me dijo sin mirarme ya que estaba jugando más con la orilla de su boca. —Cuidate. —

Asentí.

Haku se paro de inmediato para irnos juntos.

Cuándo...

—¿Cuál es la prisa por irse tan rápido?. —

Me quedé pasmado al verlo enfrente de mi, bien vestido, reluciendo una sonrisa que me pareció desafiante y burlona. Aún así, no cabía duda que me impacta ver a Atem enfrente de mi.

¡¿CÓMO DEMONIOS SALIÓ DEL HOSPITAL?!, ¡¿QUIÉN LO DEJÓ IR?!.

—Ahí estas. — Me dijo Atem caminando hacia mí. — ¿Sabes cuanto te extrañe cariño?. —Continuó mientras se planteaba frente a mí, tomó mi cadera, me acercó más a él, colocó una de sus manos en mi trasero, la sensación hizo que me encrespara y me sonrojara. Finalmente tomó mentón, delineó mis labios y me beso para luego separarse lentamente mientras soltaba unas palabras en un susurro que solo los dos escucharamos. 

—“Game start.” —

Mierda.

×Continuará...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro