— Estoy tan cansado y hambriento —

Por fin y después de 10 horas de estar afuera ocupándome del trabajo y de Atem por fin llegábamos a casa.

Fue un día agotador para los tres, sobre todo para Yami quién desde hace un par de horas venía bostezando y no era el único, pues mientras estaba veníamos en la camioneta, yo también venía cabeceando en la parte del copiloto mientras Haku venía conduciendo, insistiendo en que debería de dormir un poco, pues se me notaba que debería de dormir tan siquiera un día entero, pero eso sería imposible mientras tendría tareas que hacer.

Y yo era muy comprometido con mi actual trabajo. Con mi vida de custodiar a mi hijo. Y con mi nueva vida de “casado”.

— Al menos tu deberías de dormir de una vez mi pequeño. — Acuesto a Yami en mi cama, acomodando las almuhadas a su alrededor para que no rodará y cayera, ya hace unos días que el bebé dormía conmigo, pues la cama se sentía tan sola, más en las noches que por el día, pero sentía una soledad que me abrumaba durante las noches, que no podía soportarlo y prefería salirme de esa habitación e ir a la de Yami para dormir en la silla mecedora abrazando a un peluche que me servía como almuhada.

Muchas veces Haku me ha preguntado que si estaba bien y le he contado que sí, pero él parece leerme cómo un libro abierto y siempre que digo un “Estoy bien" o “no pasa nada”, Haku me tomaba de los hombros, me veía directamente a los ojos y me decía directamente que no le mentiera para nada que podía confiar en él y decirle todas mis preocupaciones, él ya vería después cómo podía ayudarme u apoyarme; pero él me pedía de todo corazón que no le mintiera.

Después de todo, él no era cómo Atem.

“No soy tu enemigo. Ni planeo ser tu amigo. Soy un aliado, tú aliado; así qué por favor, permiteme cuidarte cómo corresponde.”

— ¿Por fin duerme?. —Me pregunta el pelí-negro mientras se coloca detrás de mi y me quita el abrigo que traigo para después colgarlo en el perchero.

— Sí. Yami por fin descansa, fue un día muy largo para él. — Me dirijo hacia la cocina, me remango las mangas de mi camisa, me pongo un delantal y saco algunas carnes para freír y unas papas junto con un cuchillo.

— ¿Y tú?, ¿no deberías de descansar adecuadamente?. —Me pregunta, toma asiento enfrente de la barra donde estoy cortando las papas.

Enciendo la estufa, un sarten, le pongo un poco de aceite y en lo que calienta me vuelvo a ver a Haku.

—¿Quieres soda, agua o una cerveza para acompañar la cena?. — Me dirijo de nuevo al refrigerador para sacar algo de beber, pero no escucho la respuesta de Haku, me volteo a verlo y este me ve un poco sonrojado. —¿Qué tienes?, ¿por qué me ves de esa forma?. —

Me refería a la forma tan graciosa que me veía, tenía sus ojos iluminados junto con una pequeña sonrisa.

—Una cerveza. — Me dijo. Yo asentí, saque una soda para mi y una cerveza para él.

—¿Te importa si las abres?, tengo que freír la carne y las papas. —

Tomé los alimentos y los comencé a freír juntos, la carne y las papas convinaron sus sabores y pronto la cocina se lleno de un rico aroma.

—No sabía que cocinabas. — Me dijo de repente. — ¿Te gusta?. —

—Tomé un curso de verano. Puede que no sea un profesional, pero se defenderme. — Tape la comida con una tapa para que terminará de cocinarse y me volví a dirigirme a él notando que no había bebido de su cerveza, ni siquiera la había abierto, solo mi soda.

—¿No bebes?. — Le pregunté.

—Solo un poco. Conozco mis límites. —Me dijo.

—¿Y entonces?. — Le miró confundido.

— Es qué yo no bebo si no estoy con las personas correctas. —Me contestó de vuelta. Agache la mirada, creo que se refería a que yo no era de fiar, sin embargo. Escuché a Haku reír suavemente, levante la mirada. — Tú Yugi, eres una de ellas... Pero no quisiera pasar solo la noche bebiendo contigo así. — Me dijo. —A mi me encantaría disfrutar de tu compañía, de beber alcohol mientras disfruto de tu comida. —Me tomo de las manos y su sonrisa se alargó un poco más mientras sus mejillas se ponían cada vez más rojas. —'aelam limadha aikhtar 'akhi lika. 'ant mumayaz lilghayat , bisarf alnazar ean allatif.—  Me dijo.

(“Ya se porqué mi hermano te eligió. Eres muy especial, aparte de lindo.”)

—¿Qué?. —No le había entendido nada, estaba hablando otro idioma.

—Qué se te está quemando tu comida. —Me contestó.

Yo me separe de inmediato de él y fui a ver la comida.

Unos 10 minutos después ya estábamos cenando y bebiendo juntos.

— Lamento que se sobrepasará de cocción. — Me disculpe.

—No, nada de que disculparse. Esta bueno. — Me dijo mientras terminaba su último bocado y bebía el resto de su cerveza. —Gracias por la comida, my boss. —

—¿Sabes hablar diferentes idiomas? —Le pregunté curioso.

—Sí, de niño me gustaba mucho el aprender idiomas. —Me contó.

—¿Y que tipo de idiomas hablas?. —Le pregunté mientras terminaba de cenar y de beber mi soda.

— Un poco de todo. —Me dijo.

Iba a preguntarle más cosas acerca de él, parecía que con la cerveza y la cena se había relajado, pero el sonido de su teléfono me interrumpió.

Haku se disculpo conmigo, se paro y fue hasta el balcón a atender una llamada mientras yo recogía los platos y hecha a ambas latas directo a la basura. Limpie la mesa y la cocina, heche un vistazo a Haku y este seguía hablando por teléfono, parecía molesto.

Yo mientras tanto aproveche para cambiarme a una pijama.

Luego salí a la sala para saber que estaba pasando con Haku.

Él estaba sentado en el sofá con un semblante serio. El más serio que hasta ahora he podido apreciar.

— ¿Estas bien?. — Me atreví a preguntarle mientras me le acercaba.

— De hecho no. — Me respondió.

—¿Qué pasa?. —

—Pasa, que toda la familia se ha enterado de ti. Y ahora mañana mismo quieren conocerte y hacerte miembro oficial de la familia Halackti Sennen. —

No sabía que pensar. Ni cómo reaccionar, sólo podía pensar en una cosa y ese era en que si podía presentarme ante esa familia cómo un amigo o cómo un enemigo.

— Mañana te llevaré con ellos.— Prosiguió Haku, yo negaba varias veces. — No te asustes. Esto es... —

—¡Es cómo ponerse la soga al cuello!. —Dije— No puedo. No lo haré. Si ellos se enteran de lo que he hecho me van a matar. —

—No harán eso. —Dijo Haku. —Es más... —Me extendió su celular. —Mi hermano quiere hablar contigo justo ahora. —

Dios mío.

Mire el móvil con temor, como si se tratara de un arma letal.

Con duda y algo de miedo acepte el teléfono y conteste.

—¿Hola?.—

—Con que tu eres la famosa "esposa" de Atem. — Su voz sonaba tan parecida a la de Atem, incluso sentí que estaba hablando con él mismo Atem, solo que había algunos detalles en su voz; era un poco más profunda.

Yo me quedé sin voz, no podía ni afirmar ni negar, sólo me quedaba escuchar.

— Un gusto, soy Timaeus, el hermano mayor de Atem y de Haku. Y tío de mis sobrino Yami, el niño al que cuidas. —

— Pues yo soy... —

—Se quién eres. —Me interrumpió. — Y déjame decirte, que una puta no se hará cargo de mi sobrino. —

Me quede con la boca abierta y una enorme ira se instaló de inmediato en mi.

Apesar de ser hermano de Atem, no cabe duda que es un maldito.

—Y además... —

—Cierra la boca. —Le interrumpí de inmediato. Le hice señas a Haku de que me dejara solo y él lo hizo. — Se que la familia que tienes es respetada y previlegiada, pero oyeme bien. No dejo que nada ni nadie me hable de esa manera. Porqué mire usted "cuñado", mi hijo está bien. Esta en buenas manos y si usted está amenazando con quitarme a mi hijo, puede irse directo a la mierda, pues si usted quiere pelear la custodia de mi hijo, no voy a dejar que gane. Si quiere guerra, guerra tendrá. Buenas noches. —

Colgué esa llamada de inmediato, Haku en ese instante apareció, le di su teléfono.

—¿Y entonces?. —Me preguntó.

— Iremos mañana a conocer a la familia. —Dije serio y directo. — Ya me dieron muchas ganas de conocer a su hermano mayor. —

Con esas palabras, me retire a mi habitación.

*Continuará...