Capítulo 27
Era sábado y llevaron a los nenes a casa de Liam. Ellos estaban abrazando a su papá.
—Papá, te extrañamos mucho —dijo Keegan.
—No nos vuelvas a dejar, ¿sí? —pidió Emily.
—Yo también los extrañé.
—No vas a volver a abandonarnos, ¿verdad? —se esperanzó Jenna.
—Promételo, papi —pidió Lester.
—No los vuelvo a dejar, lo prometo. También la pasé mal estando lejos de ustedes. —Los nenes dejaron de abrazarlo y lo rodearon.
—Confiamos en que vas a cumplir —dijo Isabelle con esperanzas y mirandoló seriamente.
—Liam, no importa qué tan triste estés, no te tienes que alejar nunca de tus hijos. Todos ellos ya tienen suficiente con no tenerte en casa —le recordó Stanley.
—Lo sé. Perdónenme —se disculpó mirando a los nenes.
—Está bien, ya estamos contigo —lo disculpó Emily. Luego se pusieron a tomar gaseosa, sanguches y helado. Lester se puso a jugar con Alex en el piso.
—Pa, ¿vas a ir a mi cumpleaños? —preguntó Jenna esperando a que su papá dijera que sí.
—Claro que sí. Es este viernes, pero te lo festejan el sábado, ¿no? —Keegan se acercó a su abuela, quien tenía a Josh en la falda. El nene jugaba un poco con su primo.
—Sí.
—El viernes lo festeja con los amigos y el sábado, con la familia —contó Isabelle—. Es al mediodía. Bueno, el viernes tus hijos también irían, ya que es en un parque.
—Quiero que vaya Sandrine también los dos días.
—Si no le molesta verme —dudó Liam.
—Le decimos a mamá igual —dijo Lester.
—Sólo espero que no vaya Vincent aunque ahora viva con Sandrine —deseó su papá. Nadie dijo nada al respecto.
—Abuela, ¿me das a mi primo? —pidió Keegan.
—Eres muy chiquito para alzarlo. Está pesado —advirtió su abuela.
—Si te sientas, va a ser mejor —sugirió Noel. Su sobrino se sentó en el sofá al lado de su abuela, y esta le dio el bebé para que lo tuviera en su regazo. Alex se acercó a la mesa y quiso agarrar un sándwich, pero Isabelle le agarró la mano, y el nene hizo berrinche.
—Vamos a lavarte las manos primero, que estuviste en el piso. —Lo alzó y se lo llevó al baño.
***
A la noche, llevaron a los chicos a sus casas. En la semana, los mellizos y Lester le contaron a su mamá sobre las dos fiestas de Jenna y que también estaba invitada a ir el sábado. Aunque estaban de a poco aceptando a Vincent como padrastro, intentaban convencerla de que fuera a los dos festejos, así de paso ella y el papá de estos se veían y al menos hacían las paces. Sandrine les dijo que solamente los llevaría el viernes y que el sábado los llevaría su tía Grace, ya que no se quería seguir encontrando con Liam. Sus hijos prefirieron no seguir insistiendo.
***
Era sábado de nuevo, Grace llevó a los chicos al cumpleaños de Jenna. Liam le dio el regalo a su hija.
—Feliz cumple, mi vida.
—Gracias, papi. —Se lo recibió, lo abrió y era un libro para pintar—. ¡Ay, qué lindo, gracias! —dijo abrazandoló.
—Me alegra que te guste.
—A mí me alegra más que estés acá, tú y mis hermanos.
—A mí también, te dije que iba a recuperar el tiempo perdido y lo estoy haciendo.
—Qué bueno que al fin pases tu cumple con tu papá y todos tus hermanos —dijo Natasha sonriendo.
—¿Y cómo la pasaste ayer en el parque? —preguntó Noel.
—Bien, nos subimos a muchos juegos.
***
Más tarde, Jenna jugaba en el patio con sus hermanos, su papá y sus tíos con la pelota que le regaló el abuelo materno. Luego salió Stanley de la casa con Alex a upa.
—Vamos a cortar el pastel—avisó. Los nenes entraron corriendo. En pocos minutos, estaban todos adentro. Se lavaron las manos y luego estaban todos rodeando y cantando el feliz cumpleaños.
«Deseo que mi papá supere su divorcio y sea feliz», pidió como deseo en sus pensamientos y apagó las velas. Todos aplaudieron. Isabelle cortó la torta y le dio el primer pedazo a su hija.
—Que la próxima porción sea para mi papá —pidió la nena.
—Bueno —accedió su mamá sonriendo. Cortó otra porción y se la dio en un plato a Liam.
—Gracias —dijo recibiendo el plato. Lo dejó sobre la mesa—. Gracias, mi amor —le agradeció a su hija dandolé un beso.
—Dame torta, dame torta —pidió Alex mientras tiraba del pantalón a su mamá.
—Ya te doy —dijo Isabelle pacientemente. Le cortó una porción, y su papá se acercó a cortarselá en pedacitos mientras el nene iba comiendo. Isabelle siguió cortando para todos.
***
Grace pasó a buscar a sus sobrinos y los llevó a casa de Sandrine. Ella y Vincent les preguntaron cómo les había ido, y los nenes les contaban todo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro