Capítulo 1
1999. Mánchester.
Liam había estado llamando a Sandrine todos los días por teléfono. Ella al principio atendía sin saber que era él, ya que podría ser su exsuegra, y con ella seguía teniendo buena relación. Además de que podría llamar para hablar con sus nietos. Pero luego ella supuso que podría ser Liam. Dejó de atender, y empezó a atender el teléfono su familia. Menos sus hijos, quienes tenían prohibido. Si era Peggy, le pasaban sin problemas con ella o los nenes; si era Liam, le colgaban sin dudarlo.
-¿Otra vez tú? -preguntó Sandrine harta-. Ya perdí la cuenta de todas las veces que llamaste. Fui muy clara contigo cuando te dije que no llames más y mi familia también. ¿Estás en otro planeta cuando te hablan?
-No me trates así, por favor. Tú y tus papás me pueden impedir entrar, pero no llamar. ¿Vas a bloquear el número de mi casa? ¿Y si quiere llamar mi mamá? Ni siquiera con mis hijos puedo hablar ni los dejas atender el teléfono.
-Para mí ya es tarde. Con respecto a nuestros hijos, sabes que tienes prohibido hablar con ellos por teléfono. Confórmate con verlos los sábados o nunca. Así ellos te extrañen, no voy a volver contigo. Ya no confío en ti. ¿Cómo puedo confiar en alguien que me dio una trompada? Por eso prefiero que te vigilen cuando estás con tus hijos.
-Mi princesa, no sabes cuánto me duele que me hables así. Quiero que volvamos a ser la familia de antes, nada más te pido una oportunidad. Te extraño.
-Tú te la buscaste. ¡Y déjame en paz! -finalizó y colgó con bronca. Liam también colgó, aunque con tristeza y se dejó caer en el sofá. Peggy entró a la casa. Había escuchado la conversación desde el patio. Se sentó a su lado.
-Liam, no insistas más, va a ser peor. Llevas meses intentando.
-Pero la tengo que recuperar, no puedo vivir sin ella, y nuestros hijos quieren vernos juntos también.
-Sí, pero ella solamente aceptó dejártelos ver. Si sigues molestándola, es capaz de prohibirte verlos de vuelta. No lo arruines.
-No puedo. La extraño mucho. -Su mamá se quedó un rato a consolarlo.
Un día, Liam decidió ir a ver a Sandrine. Sus hijos no estaban en la casa, los abuelos los habían llevado a tomar helado. Sandrine y sus hermanos intentaban detener a Liam. Estaba detrás de la puerta.
-¡No me voy a ir hasta que me abran! -gritó mientras seguía empujando y golpeando. Sandrine pensó unos segundos.
-Te voy a dejar entrar.
-¡No seas estúpida! -la retó May.
-¡Sé lo que hago! -Le abrió y le pidió a sus hermanos que los dejaran solos.
-Pero yo me quedo por acá cerca -le avisó Spencer. Se fueron todos, y quedaron Sandrine y Liam solos en el living. Spencer estaba escondido en la cocina.
-Gracias por dejarme entrar -dijo sonriendo un poco.
-Y también agradece que nuestros hijos salieron con mis papás, así no te veían hacer semejante escándalo.
-¿Hasta cuándo vas a tratarme mal? ¿No me vas a perdonar nunca? -preguntó dolido.
-Te estoy tratando como te mereces. A pesar de que me contaste que tu papá te pegaba, yo esperaba que no fueras igual, y ojalá Natasha no se equivoque con Noel.
-Tú sabes que no quise lastimarte y no va a volver a pasar.
-También le pegaste a tu cuñada -le recordó.
-Ya le pedí perdón, y me perdonó, así que tú también puedes. Además, fue sólo una vez, no te agredí toda la vida.
-¡No interesa si fue una sola vez, tenía que alejarme de ti antes de que haya una próxima!
-¡Ya te dije que no va a haber próxima vez! Mi vida, yo estoy arrepentido de verdad y estoy cambiando. Hasta reconocí a mi hija.
-Me contaron y me alegro por eso, que al fin te ocupes de ella, pero ni así voy a volver contigo. Lo nuestro ya no puede ser.
-Ahora que lo pienso, tú también me estás perdonando. Me dejaste ver a nuestros hijos.
-Eso no tiene nada que ver. Si aflojé, en parte fue porque tu familia me convenció y más que nada porque ya no quería ver sufrir a nuestros hijos -aclaró.
-Les prometí recuperarte y lo voy a hacer como sea.
-No debiste decirles eso. No los llenes de falsas esperanzas. Vete; ahí está la puerta. -Se sentó en el sofá, se cruzó de brazos y miró para un lado, esperando a que su ex se fuera. Pero su marido se quedó parado frente a ella. Luego se arrodilló frente a su mujer y le agarró las manos.
-Princesa, no sabes cuánta falta me haces. Vuelve conmigo, por favor. -Empezó a mimarla y a besarle las manos. Sandrine no lo tocaba y seguía sin mirarlo, tratando de ignorarlo aunque le gustaran sus caricias, pero tenía que ser fuerte y mantenerse fría para no dar a entender que quería volver-. Te prometo que no te vuelvo a pegar ni mentir. Voy a ser mucho mejor marido y padre. Además, tú sigues siendo mi mujer, te fuiste pero no firmamos el divorcio. Todavía me quieres. -Spencer no aguantó más. Entró, lo agarró del brazo y lo levantó bruscamente. A Liam no le dio tiempo de defenderse.
-Mi hermana fue muy clara contigo. ¡Ya hartaste, te vas! -Lo sacó y lo llevó del brazo por el sendero.
-¡Suéltame, no te metas! -Su excuñado lo soltó cuando ya estaban en la vereda.
-Parece que de la única forma que hay que sacarte es a patadas. ¡¿Cómo tenemos que hacerte entender que Sandrine ya no te quiere y que ya no eres bienvenido?!
-¡Sí me ama y mucho! ¡Tú no tienes por qué decidir por ella! ¡Ni tú ni nadie!
-¡Hacemos esto por su bien! ¡No como tú que tienes doble cara y finges arrepentirte! Encima pretendes engañar a todo el mundo con haber reconocido a tu otra hija. ¡Nada más lo hiciste para buscar el perdón de mi hermana! -Liam se sintió tan ofendido que le dio una trompada, y su cuñado se la devolvió. Se agarraron a golpes los dos, pero May y Grace salieron y se metieron para separarlos, y le dijeron a Liam que se fuera. Se fue en su auto. Llegó a su casa, Noel y Natasha estaban de visita con su hijo, pero Liam los saludó así nomás. Se preocuparon al verlo con la cara golpeada.
-¿¿Qué pasó?? ¿¿Con quién peleaste?? -preguntó su mamá horrorizada.
-No quiero hablar con nadie. -Subió la escalera sin mirarlos hasta llegar a su pieza. Su hermano decidió ir. Entró y lo vio en el piso. Se sentó junto a él.
-¿Qué pasó? ¿Por qué llegaste así?
-No quiero hablar de eso, no me siento bien -contestó bajando la cabeza y agarrandoselá.
-Cuéntame, para eso estoy. A lo mejor te puedo ayudar. -Liam no decía nada-. ¿Querés contarle a mamá también?
-Sí -contestó mirándolo- y también a Naty. -A pesar de que con Natasha en el pasado se llevaban como perro y gato y la despreciaba, se había hecho amigo de su cuñada. Esta era la forma que tenía Liam de compensar todas las veces en que la trató mal o quiso hacerla a un lado. Se levantó, y Noel también. Salieron los dos y bajaron. Ya en el living, Liam les contó todo lo que pasó-. Cuando me dijo eso, no me pude contener y le di una trompada. Ahora mis hijos me deben estar odiando porque le pegué a su tío.
-Al menos tú reconoces que estuviste mal -lo consoló Natasha.
-Te dije que no siguieras rogando -lo retó Peggy-, Sandrine va a reconciliarse contigo cuando vuelva a confiar, y eso va a llevar tiempo. Si es que lo hace.
-Pero...a lo mejor si ustedes hablan con ella, vuelve a estar conmigo. Lo lograron con pedirle que me dejara ver a los chicos.
-Son dos cosas distintas -aclaró Noel.
-Es verdad -concordó su mamá-. Además, ya viste de niño que tu padre me golpeaba, sería hipócrita de mi parte ir a pedirle a tu ex que te perdone.
-Se los pido. A ustedes sí les va a creer.
-Lo único que te prometo es pedirle a Spencer que no te vuelva a hablar como lo hizo.
En lo de Sandrine, ella estaba con sus dos hermanos en el living. Sus hijos ahora estaban en el patio con sus abuelos y su tía Grace.
-¿No te pasaste con decirle a Liam todo eso? A pesar de todo es buen padre, y Jenna está feliz de haberlo conocido.
-No seas ingenua. La reconoció porque le convenía -dijo Spencer.
-No le creas nada -agregó May-. Está fingiendo porque cree que así lo vas a perdonar. Cuando vuelvan a estar juntos, va a volver a ser una basura.
-No le importan ni sus hijos, sino no te hubiera agredido. -Sandrine suspiró.
-Voy a ver a los niños. -Se levantó y fue al patio.
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