Capítulo 6
Sandrine y su marido fueron con los niños a ver a Liam. Él estaba en su habitación como de costumbre con su mamá, hermano y cuñada. Vio entrar primero a sus hijos, a quienes recibió mientras la madre y padrastro de ellos saludaban al resto. Luego saludó a Vincent y, finalmente, vio a Sandrine. Como siempre, no pudo evitar contemplarla. Hacía semanas que no la veía. No sabía si acercarse rápido a abrazarla y acariciarla, a pesar de que Vincent estaba ahí en la habitación y que oficialmente ahora eran marido y mujer. Decidió actuar con calma.
—Hola, mi —se interrumpió a sí mismo—..., hola, Sandrine —la saludó corrigiendosé.
—Hola, Liam —le respondió con una sonrisa leve. —Los demás, menos el marido de ella, salieron con los niños para que hablaran en privado.
—Vincent me contó que estás mejorando, pero que no has salido de la habitación en todo este tiempo —se preocupó.
—Es que te extraño. Casi no tuve ganas de hacer nada. Aunque tomara los antidepresivos y...como te dije por teléfono, todavía me siento muy mal con todo lo que hice. Me alegra tanto que hayas venido a verme.
—Y a mí me alegra que hayas decidido tratarte. En serio, nos tenías preocupados a todos. Cuando tuviste el accidente, —hizo una pausa de unos segundos— yo también me preocupé —confesó. Liam la escuchaba muy atento—, aunque para ese entonces mi preocupación fue más por que tus hijos, tus cuatro hijos, se quedaran sin padre, pero tuve que ser fuerte para que no confundieran las cosas. Esto que voy a decirte Vincent ya lo sabe —continuó, mirando unos segundos a su nuevo marido—, se dio cuenta y le dije lo que me seguía pasando mientras él y yo empezamos a salir. —Volvió a mirar a su ex—. Tenías razón, todavía te amaba, pero tenía que disimularlo frente a algunos de mi familia y principalmente de nuestros hijos para que no se ilusionaran. Al final pude olvidarte. Y no, no puedo volver contigo —Liam la miraba con los ojos llorosos—, y espero nunca volver —se lo decía con seguridad, pero sin bronca, de forma neutral, y sintiendosé a salvo porque Vincent estaba ahí, por si Liam le volvía a pegar—. No es de mala, Liam, es sólo que tienes una enfermedad con la que no puedo lidiar. Espero que tú también me olvides un día. Ya dije todo lo que tenía que decirte y te perdono. —Liam le sonrió y se secó las lágrimas. Se sintió aliviado con esas últimas palabras y que se sacaba un peso de encima.
—Muchas gracias. Yo —miró el suelo unos segundos y la volvió a mirar—...no sé qué más decir. Está bien, si te sientes así conmigo, no voy a enojarme. Lo entiendo. Pero quiero que sepas que no voy a poder olvidarte. Aun así, espero que sean muy felices, en serio. Sé que tú y nuestros hijos van a estar mejor con Vincent, así como Jenna está mejor con Stanley.
—Sabes que puedes seguir viéndolos. Te dejaría ver a los nuestros siempre que quieras una vez que te den el alta, pero el régimen de visitas ya está arreglado.
—¿Te puedo abrazar? Sólo eso —le pidió—. No voy a hacerte daño, nunca lo volveré a hacer, en serio. Si no te molesta —dijo esta vez mirando a Vincent.
—Sabes que no soy celoso. ¿Tú quieres? —le preguntó Vincent a su esposa.
—Sí. Sí, Liam, sí puedes. —Liam se acercó más y los dos se abrazaron. La única diferencia es que Liam la abrazaba con mucha ternura como cuando estaban juntos. Era la primera vez en mucho tiempo que la estaba tocando y tenía que aprovechar ese momento porque iba a ser el último. Luego, no pudo aguantar y empezó a acariciarle de la nuca a la espalda y le susurró un "te voy a extrañar", que fue audible también para Vincent. Sandrine se sintió incómoda y lo empujó suavemente para alejarse. Su ex no puso resistencia.
—Disculpa; no me pude resistir —se disculpó apenado—. Perdón, Vincent.
—Está bien, Liam, No pasa nada —lo disculpó ella.
—Entendemos cómo te sientes; nadie está enojado contigo —agregó el terapeuta—. Sé que te va a llevar tiempo dejar de amarla.
—Creo que ya dijimos todo. Pueden llamar a los demás para que vuelvan si no hay nada más que decir. —Sandrine salió y les dijo que ya podían pasar. Jenna ya había llegado con su mamá y su padrastro. Liam y su ex les dijeron que ya estaban en paz y todos se alegraron, incluso los hijos de Sandrine a pesar de saber que sus padres no iban a volver a estar juntos.
***
Terminó el horario de visita. La familia y amigos de Liam se fueron de a poco.
—Pórtense bien los tres; no den problemas —dijo Sandrine.
—Hace bastante que nos portamos bien —contestó Emily riendo un poco.
—Pero, ¿van a volver? —preguntó Keegan. No sólo se habían encariñado con Vincent, sino que también era la primera vez que no iban a tener a ninguno de sus padres en casa. Sandrine siempre que tenía torneos en otra ciudad o país, se llevaba a su familia con ella.
—Claro que sí. Sólo va a ser una semana —les aseguró mientras les tocaba la espalda a los mellizos y luego le acariciaba la cabeza a Lester.
—Mientras los cuidan los abuelos, y visitan a papá —agregó su padrastro.
Katrina les dijo a los mellizos y a Lester que ya era hora de irse y que se despidieran. Estos se despidieron con besos y abrazos, y se fueron con los abuelos maternos y la tía Grace.
—Y tú, Liam —le habló Vincent.
—¿Mm?
—No vas a tener las sesiones esta semana, así que sigue portándote bien. No les des problemas a los médicos y a los enfermeros, y sigue tomando las pastillas —indicó.
—¿Se pusieron de acuerdo para esto? —bromeó Liam—. Sí, me seguiré portando bien —prometió, haciendo puchero. Vincent rió levemente. Luego él y Sandrine se despidieron—. Que sean felices —les deseó con una pequeña sonrisa. Ellos se la devolvieron y se fueron.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro