Capítulo 35
Daphne y Nathan estaban en casa de Lizette junto con sus parejas. Era el momento perfecto para hablar de la novia de Shawn.
—Vamos, dile —lo animó Daphne.
—¿Decirme qué? ¿Qué me estás ocultando? —preguntó Lizette a su hijo con su severidad de siempre. El adolescente estaba cabizbajo y apenas levantó la cabeza para ver a su madre, quien lo seguía mirando seriamente.
—Tengo novia —soltó—. Es Jenna. —Lizette lo miró perpleja.
—¿Una novia? —preguntó sin poder creerlo y con su nieto en la falda. No era una noticia que le desagradara, pero tampoco consideraba que fuera para alegrarse. Finalmente, largó un suspiro, miró a sus hijos mayores, a las parejas de estos, y luego a su hijo menor—. Sólo porque esa niña me cae bien, la acepto. —Todos quedaron sorprendidos con la respuesta, era la primera vez que Lizette estaba aceptando a la pareja de un hijo suyo—. Pero eres muy joven para esto, así que las citas no las vas a tener a solas —puso como condición—. Que venga aquí, ve a su casa, a la casa de tu padre, quien supongo que ya sabe —agregó en tono de queja—, salgan en grupo con sus hermanos como siempre, pero nada de andar solos por las calles. —Philip se bajó de su regazo para agarrar unas galletas de la mesa.
—Está bien —aceptó Shawn, y la abrazó. Su madre le correspondió el abrazo con gusto.
—Al fin aceptas a una pareja de uno de tus hijos —celebró Nathan sonriendo ligeramente.
—Tal vez porque conozco a Jenna hace ya unos años.
—Ella es muy agradable —comentó Liam mirando desafiante a su suegra mientras Daphne le tocaba la mano, en señal de apoyo—, es imposible que Jenna le caiga mal a alguien, y lo mismo digo de Emily y mis otros hijos —agregó sabiendo que no era tan cierto, pero no quería hablar mal de sus propios hijos.
Horas después, cada pareja se fue a su casa. Liam y Daphne iban conversando y aliviados de que la madre de esta había aceptado a Jenna.
Al día siguiente Lance volvió a invitar a Daphne, y ella nuevamente aceptó y le avisó a Liam. Él, obviamente, no lo tomó bien, pero se contuvo y la noche que ella y su amante salieron, Liam los volvió a seguir.
***
—¿Lo has vuelto a ver? —preguntó Natasha a su cuñado. Liam estaba de visita en su casa junto con Dylan y Grace, mientras que Daphne estaba con sus amigos de la cocina. Ella, hasta el momento, ya había salido con Lance por dos semanas, y no sólo un día, sino dos veces por semana.
—Sólo cuando los sigo, y muchas veces he querido bajarme y...—se calló mientras apretaba la mandíbula y las rodillas al ver que su sobrino de cinco años estaba en el sofá con un rompecabezas y comiendo un sandwich.
—En el restaurante siempre tenemos que intervenir para que no esté encima de ella —contó Noel—. May, yo y los demás lo hemos visto seguirla fuera de la cocina.
—Daphne no está tomando las pastillas, ¿verdad? —sospechó Dylan por el comportamiento que estaba teniendo su hermana—. ¿O sólo tiene recaídas?
—No, bah, las toma, pero hay días que sí y otros que no —contestó Liam—. Tengo que insistir mucho para que las tome.
—Vas a tener que tener paciencia si ella no coopera —aconsejó Grace—, y si quieres seguir con ella.
—Lo sé y entiendo que no quiera tomarlas, yo a veces tampoco quiero seguir y dejo el tratamiento, luego vuelvo. No la culpo, pero aun así me da miedo que me deje, se harte de mí y le haga caso a su madre con buscarse un hombre completamente soltero —dijo Liam con el mentón apoyado en la mano. Luego bajó el brazo y los miró—. No sé, tal vez hasta...le gusta más que yo —continuó con la voz quebrada y encongiendosé de brazos.
—La verdad es que dos hermanos míos insistieron mucho con que te dijeramos lo que May y los demás habían visto en su restaurante —contó Grace, bajando la mirada, ladeando la cabeza y mostrando incomodidad en su voz—. Sandrine te superó, así como tú a ella, pero May y Spencer no.
—Creen que vas a volver a buscarla si te separas —agregó Dylan.
—Y yo creo que por primera vez estoy agradecido de que esos dos se metan. Sé que no lo hacen para ayudarme, pero aun así —reconoció Liam—. Quiero que todos nos libremos de ese infeliz de una vez.
Más tarde, Natasha estaba llevando los vasos y el plato a la cocina, y su marido se puso a lavarlos. Dylan y Grace estaban en el patio conversando. Liam se había quedado en el sillón, con el codo apoyado en el brazo del mismo y tapandosé los ojos, pensando en lo que le estaba pasando. Tenía mucho miedo de perder a su esposa. No quería estar con nadie más. Sentía que ninguna otra mujer iba a quererlo ni entenderlo ni tenerle tanta paciencia como Daphne. Josh lo miró y sacó un bombón de un frasco que había en la mesa para café.
—Tío —lo llamó mientras estiraba la mano. Liam lo miró y vio que le ofrecía el dulce. Le sonrió y se lo aceptó.
—Gracias —dijo y se lo comió. Lo levantó y lo puso en su regazo para luego hacerle caballito. El nene se reía, mientras que los padres de este veían la escena con gusto desde la cocina, cómo Liam había sonreído por primera vez en ese día.
***
Al día siguiente, sábado, Liam, su hermano y cuñada andaban paseando por el centro con sus hijos y el amigo de estos. Ellos estaban caminando adelante, mientras que Lester y Josh iban junto a sus padres. Los adolescentes vieron a Daphne con Lance en una mesa de un bar. Los mellizos se adelantaron, y los otros dos los siguieron por detrás gritando "¡espérennos!". Llegaron cuando la "pareja" estaba terminando de pagar. La camarera se retiró.
—Ahora entiendo por qué no estabas en la casa cuando fuimos —dijo Emily indignada y tomandolós por sorpresa—. ¡Papá!
—Emily, cálmate, no es nada —intentó calmarla Daphne, mientras que Jenna y Shawn miraban la escena impactados.
—¡¿A qué te refieres con "nada"?! ¡Danos una explicación ahora! —exigió Keegan.
—¿Ya no quieres a mi papá, Daphne? —preguntó Jenna con tristeza.
—Claro que sí, esto es sólo una...
—Ahora ella está conmigo —la interrumpió Lance—. Ya somos novios —mintió.
—¡¿Qué?! ¡Es mentira, no somos novios! ¡Ya te lo había dicho! —se quejó molesta y mucho más porque la estaba haciendo quedar peor delante de sus hijastros y de su hermano. Liam y los demás llegaron corriendo. Los chicos se arrimaron a su papá.
—¡Eso, no te metas! ¡Tu puta amante está casada con mi papá, idiota! —lo enfrentó Keegan. Noel, por suerte, le había tapado las orejas a su hijo antes de que completara la palabra con p y siguiera la frase.
—Keegan —le llamó la atención su padre por el vocabulario. Daphne se acercó a Liam, quien le puso un brazo alrededor.
—Es la verdad —defendió Emily a su mellizo—. Daphne se está portando como una ramera. —Su madrastra bajó un poco la cabeza, no porque la hayan ofendido, sino porque los chicos tenían razón, y ella era consciente de que lo que hacía estaba mal.
—Está bien, no se metan más —ordenó Liam suavemente. Lance miró a los chicos con sonrisa cínica y una ceja levantada.
—Así que estos son tus hijastros. Qué linda familia tienes, o mejor dicho, te encajaron. —No te metas con mis hijos. Daphne es feliz con nosotros. Lárgate de aquí o no respondo, infeliz —lo amenazó Liam.
—Más te vale que te comportes en el restaurante, Lance —le advirtió Noel, teniendo en cuenta lo que le contaron y vio.
—Eso, todos te tenemos en la mira en la cocina —agregó Natasha—. May no es nada blanda, y Daphne puede hartarse de ti y hablar en cualquier momento. —Su compañero se encogió de hombros.
—Sólo hemos hablado, nunca hice nada malo —minimizó sus acciones.
—Papá, ¿quién es este tipo? —preguntó Lester.
—Sólo un compañero de trabajo de tu madrastra y tus tíos.
—Va a ser mejor que te vayas —le pidió Daphne a su amante.
—Nos vemos —se despidió confiado de que tendrían otra cita.
—Papá, ¿qué fue todo eso? —preguntó Jenna.
—Daphne, ¿qué hacías con ese tipo? —preguntó Shawn, pues apenas empezaba a estar más al tanto de la enfermedad de su hermana.
—¿Por qué mi papá no te reclamó? —agregó Emily.
—Tranquilos, vamos a explicarles —dijo su madrastra—. Vamos a aquella banca —sugirió señalandolá—, así dejamos de obstruir el paso. —Fueron todos a la banca a sentarse, algunos se quedaron de pie, donde Daphne y Liam les explicaban porque ella se comportaba de esa forma. Natasha y Noel se habían alejado con su hijo por un momento para que no escuchara. El nene se puso a perseguir palomas.
—¿No sería más fácil que tomaras las pastillas? —preguntó Keegan.
—Sí, después no quieres volver al hospital y vas resignada para después escaparte —le reprochó su hermano.
—Ojalá nunca estén en la situación de su papá y la mía —deseó—, aunque él ha sido más responsable que yo con el tratamiento últimamente —admitió.
—Ya te dijimos que tú también deberías serlo —le recordó Liam.
—¿Por qué no tomas las medicinas? ¿Saben feo? —preguntó Lester, y su madrastra echó una risa corta.
—De hecho, lo son, son amargas.
—Pero, ¿vas a dejar a mi papá? —siguió preguntando Lester, esta vez con miedo de que la respuesta fuera afirmativa.
—Sólo te queremos a ti de madrastra, así como sólo queremos a Vincent —avisó Keegan.
—Si dejas a mi papá, no te lo perdonaremos nunca —advirtió Emily.
—Yo tampoco quiero otro cuñado ni otro suegro —agregó Shawn. Jenna lo miró con una sonrisa ante ese comentario, pero decidió no opinar. A ella le daba lo mismo con quien estuviera su padre, siempre y cuando fuera feliz y los siguiera queriendo a sus medio hermanos y a ella. Liam sonrió bajando un poco la cabeza y agradeciendo el apoyo de sus hijos y de su cuñado y yerno.
—Mantengo mi promesa de nunca dejarlo por nadie —aseguró mientras le tocaba la mano a Liam. Él la miró al sentir el tacto y le sonrió. Luego miró a sus hijos.
—Pueden decirles a los tíos que vuelvan —les pidió él. Jenna fue a buscarlos.
Al otro día, Daphne ignoraba todo el tiempo a Lance en la cocina. Solamente lo había saludado por ser educada al llegar al restaurante y le hablaba para lo necesario. Él intentaba acercarse, pero ella se alejaba, se concentraba demasiado haciendo los postres, y los demás también intervenían como de costumbre cuando veían que la estaba molestando.
—¿Vas a ignorarme todo el día o toda la vida? —se quejó.
—No hubieras dicho tantas estupideces ayer.
—¿Y no es verdad todo lo que dije? —Ella lo miró con odio—. Bueno, perdón —se disculpó por compromiso, como si ella estuviera exagerando—. Pero es verdad, te casaste con alguien con hijos y tienes que aguantarlos. ¿No viste cómo son de respondones?
—Hace mucho tiempo ya que me aceptaron y tuvieron sus razones para no hacerlo al principio. Además, no te importa. —Terminó un postre y lo puso para que lo retiraran. Siguió haciendo otro, y Lance le tocó el hombro.
—Está bien, perdón, no lo diré más.
—Gracias —aceptó la disculpa mirandoló seriamente, y siguió batiendo.
—Entonces podemos volver a salir, ¿no? —la invitó.
—Sí, dejando en claro que no somos novios.
—Está bien —aceptó creyendo que ella se refería a que no eran novios por el momento, pero estaba equivocado—. Después acordamos cuándo.
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