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Capítulo 32

2005. Abril.

En los últimos cinco años, Liam estuvo trabajando en la cocina del bar donde había sido contratado antes como mesero. A pesar de ser muy feliz con Daphne, tenía discusiones con ella por dejar el tratamiento, incluso más que él. Sumado a que ella seguía teniendo relaciones sexuales con algunos compañeros del trabajo tanto dentro como fuera del mismo a pesar de las reglas. Liam soportaba todo esto, pero a veces también le reclamaba. Lo bueno es que su marido y ambas familias la convencían de volver al hospital, y ella aceptaba, pero escapaba a veces. Lizette seguía sin aceptar a Grace y a Liam, y siguió intentando sabotear los matrimonios de sus hijos, pero nunca logró separarlos. Por otro lado, Nigel se había jubilado y le cedió su restaurante a su hija May, quien a su vez le ofreció a Noel ser gerente, y este aceptó.

Daphne y Liam estaban en una discoteca con sus hermanos y las parejas de estos. Daphne le avisó a su esposo al oído, por lo fuerte que estaba la música, que iría al baño, y él asintió.

—¿Cómo va Jenna de novia con Shawn? —preguntó Nathan con una ligera sonrisa mientras algunos estaban en la pista. El policía había subido al cargo de sargento.

—Esperamos que por el momento no pase de besos y tomadas de mano, Jenna es muy pequeña, pero me gusta como yerno —contestó Liam—. Además, no me gustaría que se pierda la relación.

—A mí tampoco. Shawn es muy bueno —agregó Isabelle—. Espero que a tu madre no se le ocurra querer separarlos. Bueno, si es que ya sabe o saben.

—A Jeremy le contamos y por su puesto lo tomó bien —contó Gisel con agrado—. Era de esperarse viniendo de él.

—Bueno, ya tenemos un consuegro a favor —celebró Stanley, bromeando un poco con la palabra consuegro.

—Si se le ocurre tratar mal a Jenna, voy y la enfrento —habló Liam muy decidido.

—También nosotros —agregó Isabelle.

—No se preocupen. Mi padre también tiene derecho, y Jenna puede visitar a Shawn en la casa de él —aseguró Nathan.

—Además, ahora van al colegio juntos según sé —dijo Gisel.

—Así es —confirmó Liam, quien al instante vio que Daphne salía del baño, pero se puso en alerta cuando un tipo que no conocían se acercó a saludarla y se pusieron a hablar a gusto—. ¿Quién mierda será? —preguntó sintiendo celos, pero tratando de controlarse. Nathan también vigilaba que no pasara nada.

—Tranquilo, Liam, ya va a volver —dijo Gisel.

—Parece que se conocen —notó Isabelle—. ¿Será uno de sus compañeros?

—Tal vez sea Steve o, ¿cómo se llamaba el otro? ¿Andrew? —intentó recordar Stanley.

—No lo sé, no los recuerdo muy bien y nunca fui amigo de ellos. Sólo de Natasha —contestó Liam sin dejar de vigilar. Su cuñada volvió y pidió un trago en la barra.

—¿Hablaban de mí? ¿Qué tanto miran? —preguntó riendo un poco y dio un sorbo.

—Naty, ¿conoces al tipo que está hablando con Daphne? —Natasha miró unos segundos entre la gente para ver si lo reconocía.

—Sí, es un chef que entró a trabajar este año —lo reconoció.

***

—Fue un gusto verte, tengo que volver. Nos vemos el lunes, Lance —se despidió e intentó irse, pero su compañero la detuvo agarrandolá del brazo. Ella lo miró incómoda.

—¿A tu marido le molesta que hables con otras personas?

—No exactamente, pero si no vuelvo, se preocupará. Además, vine con ellos —explicó con paciencia y soltandosé del agarre, pero Lance la volvió a agarrar.

—Al menos dime cuándo podemos vernos. —En ese momento llegaron Liam y Nathan casi corriendo, y el marido de Daphne los separó. Se pusieron delante de ella.

—Mi mujer quiere que la dejes en paz —la defendió—, ¿eres imbécil?

—Calma, no hay necesidad de ser agresivos —dijo fingiendo ser amistoso.

—Tú mejor piérdete y no vuelvas a tocar a mi hermana —le advirtió el policía.

—¡¿Quieres que te baje todos los dientes para que entiendas?! —lo amenazó Liam. Levantó el brazo para darle con el puño, pero Daphne y su hermano lo detuvieron.

—¡Liam, detente! —exigió Nathan.

—¡Liam, no te pongas a pelear, tranquilízate! —pidió Daphne casi como una orden mientras le bajaba el brazo. Su marido, como siempre, terminó cediendo y luego le tomó el rostro. Lance levantó una ceja, sorprendido de ver cómo un hombre hacía casi de inmediato lo que le decía una mujer.

—¿Estás bien? —preguntó mientras la acariciaba.

—Sí, descuida. Volvamos. —Lo tomó de la mano y se fueron de ese sector sin mirar atrás. Lance intentó seguirlos, pero el hermano de Daphne se le puso enfrente, impidiendolé el paso mientras lo miraba fijamente. Luego daba media vuelta para irse mientras no le quitaba la vista y se fue finalmente. Llegaron a donde estaban los otros. Noel, Dylan y Grace se acercaron.

—Daphne, ¿estás bien? —preguntó Dylan preocupado.

—Vimos de casualidad que te estaba molestando un tipo. ¿Quién era? —se preocupó también Grace.

—Sólo un compañero de las cocinas. Por suerte tengo a mi salvador —dijo mirando a Liam, quien la tenía junto a él y le hizo un mimo.

—Estuvimos vigilando algunos desde aquí para ver si teníamos que interferir. La próxima vez no te alejes sola aunque Liam o cualquiera de nosotros te defienda —aconsejó Nathan.

—Está bien, lo haré —prometió su hermana. Dejaron de lado el asunto.

***

Era lunes. Liam y Daphne estaban desayunando.

—Avísame si despidieron al que te acosó la otra noche —dijo mientras cortaba un chorizo.

—Ya deja eso, no me va a pasar nada. Estuviste todo el día ayer con ese tema —se quejó y le dio un sorbo al café—. Además, ni siquiera tiene mi número.

Más tarde, ambos se despidieron y se fueron cada uno al trabajo.

Daphne llegó al restaurante minutos después en una moto que se había comprado, la estacionó, dejó el casco, entró al lugar y fue a las cocinas.

La jornada laboral transcurrió con normalidad. Una vez que Lance terminó de emplatar y puso el plato para que lo retiraran, se acercó a Daphne.

—Perdón por lo del sábado, no fue mi intención.

—Está bien —lo disculpó, desconfiando al mismo tiempo.

—Todavía me debes una salida. Al menos quiero salir contigo como forma de pedir disculpas.

—Ya te perdoné recién, y estoy casada —rechazó.

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