Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 2: PRIMERA FIESTA

Llegó el gran día, la gran fiesta de bienvenida a la que me obligaron a ir o mejor dicho Lía me suplicó ir con ella, en serio prefiero quedarme acurrucada en mi cama escuchando música hasta quedar dormida e iba hacerlo, le iba a mentir diciéndole que estaba enferma o tenía una alergia, pero estuvo en mi departamento justamente a las siete de la noche en punto, aun siendo la fiesta a las diez.

-Apresúrate Mari, llegaremos tarde a la fiesta. - exclamó mi linda amiga, está semana hemos entrado más en confianza, de verdad quisiera tener esa habilidad para ser sociable como Lía, ya ni siquiera me dice Marian, solo Mari, pero cuando algo es muy serio o pasa algo que no le gusta dice mi nombre con normalidad.

-Pero si la fiesta es a las diez, ¿por qué debemos arreglarnos ahora? - hice pucheros mientras me dirigía hacia el sofá de mi sala.

-Es nuestra primera fiesta del semestre, debemos arreglarnos ¡Ya!

-¿Primera? Ósea que habrán más, que abrumador.- se dio cuenta que estaba cansada desde ya.

-Deja la pereza, esta es tu primera fiesta de toda tu vida, aun así, es más importante, vamos levántate de allí, debemos ir con Joey.

- Te aprovechas porque tengo auto ¿verdad?

-Obvio, por eso soy tu amiga...

-¿Disculpa?- pregunté sorprendida, pero seguía jugando con ella.

-Claro que no tonta, te conocí sin saber que tenías un enorme departamento y un auto, así que recuerda que te quiero desde tus inicios.- Lía siendo Lía.

-Ni que me vaya a convertir en famosa.

-Uno nunca sabe qué nos espera en el destino.

-Ya deja de decir esas cosas, cómo alguien como yo puede serlo.

-Primero que nada, eres muy buena en la carrera de diseño, eres muy inteligente y brillas con tu personalidad, aunque no lo aceptes, así que veo un gran futuro ahí y te apoyaré para que lo descubras.

-Creo que andas muy filosófica hoy Lía.

-Joey me obligó a leer uno de esos libros, creo que se me ha quedado en mi cerebro, vaya que genial, me estoy volviendo mucho más inteligente.

-Sí, si como digas, voy a dormir un rato... encerrada en mi habitación.- tuve una pequeña oportunidad de huir en cuanto Lía tomaba la plancha para el cabello, pero...

-No irás a ninguna parte.- Lía me detuvo con la plancha en frente de mí y de ella salía humo como si estuviese a punto de estallar.

-¿Por qué maltratas así a tu pobre cabello?- miré detenidamente la plancha hasta que alcé la mirada y vi a una Lía que también iba a estallar sino le hacía caso.

-¿Decías Marian?- Oh no.

-Iré con mi cabello normalmente, no necesito plancharlo, amo mis rizos. - le tenía tanto miedo que empecé a tartamudear, al menos sé que la tengo de amiga y si alguien me hace algo creo que tendré quién me defienda.

-Bien Mari, aquí está el vestido que compré para ti. - Su cambio de humor fue repentino, de seriedad pasó a felicidad, como si le hubiese comprado un dulce a una niña.

-No era necesario comprarme un vestido. - dije mientras habría la caja con el vestido nuevo.

- Sino lo hacía con qué hubieras ido ¿con un suéter grande?

- ¿Qué tiene de malo? Son muy cómodos. - murmuré

-No, ni qué hablar, anda a cambiarte ya mismo vamos con Joey.

- De acuerdo iré, me arreglaré, a las ordenes jefa.

-Bien dicho, te doy quince minutos.

- ¡Eso es injusto!

-Diez minutos.

-Oh que hermoso vestido, ya me voy- Antes de que solo me de cinco minutos.

Estaba en frente del espejo de mi habitación, jamás pensé en mi vida ponerme un vestido como este, era color azul marino, tipo corcel, un escote algo abierto con tiras y con ello un brillo en todo su frente y la falda era algo corta pero amplia y tenía algunas capas de tul, por primera vez me sentía algo bonita y diferente, sonreí un poco al verme, pensar en cómo cambió mi vida de esta manera, por primera vez me haría vivirla y disfrutarla en serio.

-Sabía que te quedaría bello en cuanto lo vi. - Lía entro a la habitación con la bolsa de maquillaje que ocupaba hace un momento.

- Debe haberte costado una fortuna, te lo devolveré.

-No digas esas cosas, es mi regalo para ti.- Lía se acercaba a mí para maquillarme, tenía muchas brochas, polvos, bases y sombras, yo apenas con rímel, base en polvo y para mis cejas, no le llegaba ni a los pies mi maquillaje.

-¿Regalo?- Estaba algo consternada, tan bien le caía a Lía que me regalo un vestido ¿así es como se siente tener una amiga?

- Claro, eres mi amiga, puedo regalarte cosas si quiero, eso hacen las amigas... cierra un momento los ojos, voy a difuminarlos. -Lía seguía maquillándome, hacía gestos algo raros al hacerlo, era gracioso.

- Gracias por considerarme tanto, sin ti, te lo juro no creo que saldría a ningún lado.

- No me sorprende, pero cambiarás, con lo que me has dicho, es momento de que vivas como alguien normal y disfrutes lo que hay alrededor.

Contar con Lía como amiga es una verdadera fortuna en mi vida, a pesar del corto tiempo que llevamos conociéndonos, nuestra amistad ha florecido de manera notable, su apoyo va más allá de eso, Lía posee un don natural para socializar y su capacidad para entablar conversaciones de manera fluida y persuasiva ha sido de gran ayuda para mí en diversas situaciones. Su amistad es un activo invaluable que aprecio profundamente, y estoy agradecida por la conexión que hemos establecido en tan poco tiempo.

-Gracias por todo, en serio. - dije mientras terminaba de maquillarme.

-Gracias a ti mi pollito. – respondió con una sonrisa. - Ahora sí, mira mi obra de arte

Lía se apartó del espejo dejándome ver directamente hacia él, si antes de maquillarme me sentía bonita, ahora me siento como una reina, era yo, con mi esencia, pero en otra perspectiva, me sentía bien conmigo misma.

-Deberías seguir una carrera como estilista. - Noté su sorpresa al escucharme, ella es grandiosa con el maquillaje.

-Deja los halagos, obvio que lo sé, soy una gran maquilladora. – parecía muy sobresaliente, tomaba la brocha de un lado a otro.

-Creo que no es el termino correcto. – mencioné.

-¡Ay! Ya vámonos, maquillista, maquilladora, lo que sea, tu entiendes, vamos que ahora sí, llegamos tarde.

Después de una motivadora charla con mi amiga, creo que, si era hora de irnos, ya iban a ser las ocho y media y no recordaba lo tardado que era el tráfico, así que hasta recoger a Joey y buscar la dirección correcta nos demoraríamos más. Salimos inmediatamente del departamento que ni siquiera cenamos, según Lía comeríamos en el camino.

-Ya ubiqué la dirección en el GPS, sólo guíate con ello.- Sí, era lógico que yo debía manejar, solo espero no perderme a veces me confundo con ese GPS.

- ¿Vamos a su casa? – pregunté.

-No, en realidad vamos a hacer una pequeña paradita. – parecía sospechosa.

-¿Paradita? Habla Lía, qué pasa.

-Gadiel vendrá con nosotros.

-Ah, al final si se animó. – Gadiel, es un chico algo culto, secreto, no sé cuál sería el término adecuado, en esta semana que lo conozco, no ha dialogado mucho conmigo la verdad y cuando lo hace, me recuerda que estoy en su banda o club de amiguitos, sé que es sarcástico de vez en cuando, pero según Lía es así porque estoy yo, creo que todavía no le genero tal confianza, Joey dice que así es al inicio y que le dé tiempo de aceptar que soy la nueva amiga de Lía y que ahora pasaré tiempo con ellos.

-En realidad, vamos a secuestrarlo. – Miró disimuladamente hacia la ventana. – Oh qué lindo retrovisor y el color de tu carro es único.

-¿Secuestrarlo? – pregunté muy asombrada, ¿qué estaban planeando?

- Más bien, rescatarlo.

-¿De qué o quién?

- De la reunión de su padre, vamos a ayudarlo a salir de su martirio.

-Por eso querías salir cuánto antes, ahora lo entiendo.

-Obvio, Joey nos está esperando en la reunión.

-Claro, comprendo todo, lo que no entiendo es por qué no me lo dijiste, seré su auto de huida como en las películas, ¿por qué no decírmelo? Al fin y al cabo, son mis amigos.

-Sí, jajaja huida de acción, que graciosa amiga mía. - seguía algo nerviosa, ¿qué habrá hecho? - Oh mira ya llegamos.

Me estacioné a un lado, después de un recorrido de quince minutos, Joey estaba allí, con cara de angustiado, yo aún no sabía lo que había detrás de todo esto.

-¡Amor! Te extrañé cariño, vaya que guapo estás. - ni bien apagué el auto, Lía saltó en los brazos de su amado.

-Hola preciosa, estás bellísima. - Su amor es mutuo, cada vez que los veo me empalagan más.

-Hola Joey, ¿cómo estás? - me dirigí hacia él.

-Apunto de que Gadiel me mate. - respondió, aun no sé qué están tramando.

- Muy bien, ya que Lía no quiere decirme qué es lo que está pasando, puedes decírmelo tú.- añadí

- ¿Lía no te ha dicho nada? - Su cara de sorpresa me decía mucho y a la vez nada.

-Cariño ¿No deberías llamar a Gadiel?- Lía se escudó detrás de Joey para decirme algo.- Dile que su novia ya llegó.

-¿Novia? ¿Cuál novia? - pregunté muy desesperada.

-¡Sorpresa Marian! tú y Gadiel son novios.- Aunque Joey estuviera protegiéndola en algún momento debía salir para pegarle o algo.

-¡Lía! ¿Qué hiciste?- me estaba frustrando- no entiendo nada.

-Marian te explicaré, ya que mi princesa no lo hizo, lo que pasa es que para rescatar a Gadiel de la reunión que tanto odia, le dijo a su papá que tenía una cita con su novia a las nueve, entonces su padre no le creía nada, porque pensaba que no salía con nadie, y sorpresa tú eres la afortunada de ser su novia por hoy.

-¿Novia? ¿Y por qué yo?, apenas y nos hablamos ¿qué les pasa?- En vez de enojarme me estaba avergonzando, Gadiel me daba mucha intriga, y fingir ser su novia así por así, no lo creo.

-No te lo dije porque sabía que reaccionarías así y eres nuestra única opción, por favor Marian ya eres parte de nuestro grupo.- parecía suplicarme, agarró mi brazo y no me soltaba.

- Lía, sabes que no he salido con nadie en mi vida, ¿Cómo crees que actuaría?- le murmuré

-Gadiel hará todo el trabajo, no tienes que preocuparte, vamos ayúdalo, si no lo haces se quedará toda la noche ahí y no podremos ir a la fiesta.

- Marian sé que Lía hizo mal en no contártelo, pero por favor solo por esta vez ayúdalo ¿sí? - Debía aceptar, al fin y al cabo, ellos me acogieron en su grupo de amigos, era lo menos que podía hacer.

-Bien, lo haré, pero que no se repitan cosas como estas Lía.

-Te amo Mari, gracias, gracias, si lo rescatas nos iremos enseguida, no te preocupes, allá terminan su relación falsa.

-Cariño, ya aceptó, pero puede cambiar de opinión, tranquila- murmuró Joey muy sonriente.

- Pero también podías hacerte pasar por su novia ¿por qué tuve que ser yo? - seguía insistiendo, aun me daba temor.

-¿Yo? Jajaja, déjame reírme, su padre conoce a Joey y obvio que a mí también, o ¿acaso no es notorio mi relación con Joey?

-No sé ni porqué pregunté, claro que es obvio.

-Ahora lo entiendes, querida amiga. - me sujeto del brazo nuevamente, como si pensara que iba a escapar.

- No puedo creer que me hagas esto Lía.

-Tranquila, ahí vas haciendo práctica. - murmuró.

- Si no quieres hacerlo, no lo hagas y ya. - Tras de todo lo que habíamos dicho esa voz del chico solitario apareció por detrás de nosotras.

-Gadiel, ¿Todo bien bro?- preguntó Joey.

-Creí que le habían dicho de su tonto plan.- parecía confuso al igual que yo y me parece que tampoco le agradó la idea.

-Apenas lo supe hace cinco minutos- respondí.

-Si le decía se negaba, podía haber esa posibilidad y encontrar a alguien de confianza para que se haga pasar por tu novia iba a ser difícil.

-¿Confianza? Apenas la conoces hace una semana. - y ahí está la ironía de Gadiel.

-Cállate tonto, ella es tu boleto de libertad- Lía queriendo arreglarlo todo.

-Si no quieres mi ayuda para escapar, lo entiendo, dilo de una vez, tenemos que ir a una fiesta. - No sé de dónde, pero saqué el valor para pagarle con la misma ironía que él.

-Vaya, vaya, muy bien ¿Entonces aceptas hacer este jueguito? - Las miradas entre Lía y Joey al vernos discutir eran como zic zac, de un lado a otro.

-Hagámoslo, ya estoy aquí.- era firme con mi respuesta, ¿Quién era esta nueva Marian?

-Esperen aquí ya volvemos. - dijo mientras me miraba, se giró y siguió su camino.

-¿Vienes o no?

-Claro, ya voy. – respondí.

-¡Suerte Mari!.- miré su cara de emoción y aterrada de mi querida amiga, mientras seguí a Gadiel. Dios mío de dónde saqué tanto valor para responder así, que miedo, nunca le había respondido así a nadie.

Antes de entrar a la sala de recepción Gadiel se pausó un momento y pegó un gran suspiro, lo quedé observando por un momento, esperando alguna respuesta por su parte.

-Sé que no hemos dialogado tanto en estos días y no nos llevamos del todo bien y me disculpo por ello, pronto sabrás el estrés del porqué me sentía abrumado esta semana, pero en serio te pido que me ayudes con esto, no lo soporto.- todo lo que me dijo, parecía sincero, lo decía de forma melancólica, quería saber qué pasaba y en serio ayudarlo.

-Lo haré, te ayudaré, tranquilo todo está bien, gracias por confiar en mí para hacerlo. - lo miré fijamente y le dije aquellas palabras de la misma manera, vaya, no me había dado cuenta de sus ojos, eran color café muy claritos, creo que era la primera vez que nos veíamos fijamente.

- Gracias, te debo una.

-Dime qué tengo que hacer.

-Sólo sé tú, siendo mi novia. - esa palabra es tan fuerte que se me eriza la piel.

- ¿Puedes ser más específico? - mis nervios se dieron a notar tanto que vi en su rostro una pequeña sonrisa.

-Tranquila, sólo sígueme la corriente. - cada vez sonreía más, no podía ocultarle la verdad.

-Espera...- lo detuve un momento.

-¿Qué pasa? ¿Ya te arrepentiste?

-Quiero que sepas algo antes de entrar.

-¿Eres vampiro?

-No.

-¿Mujer lobo?- que imaginación tiene.

-No, ¿Qué estás diciendo? - me estaba confundiendo.

-¿Qué pasa? Sólo hacía la misma pregunta que tu cuando nos vimos por primera vez- su sonrisa pequeña apareció de nuevo.

-Muy gracioso, pero en realidad... nunca he salido con nadie. - murmuré

- ¿Qué?- se hacía el que no escuchaba.

-Que no he salido con nadie en mi vida. - de seguro me sonrojé.

-¿Y qué pasa? No entiendo- el seguía actuando normal.

-Que no sabré cómo actuar, ni qué decir y si lo hago mal nos descubrirán y será por mi culpa.

-Marian, salir con alguien no tiene ninguna guía o pasos a seguir de cómo hacerlo, sólo déjate llevar.

-De seguro lo dices por experiencia ¿verdad? - estaba más nerviosa que nunca.

-¿Quién ha dicho que he tenido novia?- eso si no le creo en absoluto.

-Ya en serio, no te burles.

-¿Parezco mujeriego? Vaya me ofende señorita Marian.

-Pues si tú no has tenido novia y yo novio ¿cómo crees que funcionará?

- Vamos practicando entonces. - apareció en él una pequeña sonrisa, sonará raro, pero me generó confianza, más aún con su mirada seguro de sí mismo, me extendió su mano para poder ingresar, sólo espero no arruinarlo, está es la primera vez que sostenía la mano de alguien, si suda mi mano ¿debo decirle? ¿Y si me pica la nariz? Siempre uso mi mano derecha, ¿Qué hago?

- Entonces me dejaré llevar por ti. - le respondí mirándolo fijamente.

Así fue cómo pasó, terminé engañada en mi primera fiesta universitaria, se suponía que iba con mis amigos a una fiesta de bienvenida en la piscina, pero al parecer dimos una "paradita" en la que ahora estoy tomada de la mano con el chico que menos a interactuado conmigo y ahora soy su novia por una noche, este es el costo de ser amiga de Lía.

Entramos al gran salón, todos vestían formalmente, parecían ejecutivos, ahora que lo pienso, ni siquiera sé en qué trabaja el papá de Gadiel y yo ya ando aquí de infiltrada y agarrando su mano a la vista de todos.

-Sólo sígueme la corriente ¿de acuerdo? - susurró en mi oído, yo solo asenté con la cabeza.

-Hasta que por fin podré conocer a la dichosa novia de mi hijo.- Apenas me vio, el papá de Gadiel me quedaba viendo de pies a cabeza, era un hombre mayor, con rasgos similares a mi supuesto novio.

- No la espantes papá.- respondió, parecía algo molesto.

-Buenas noches señor, un gusto. - apenas lo saludé el extendió su mano, por lo tanto, dejé detrás la mano de Gadiel para corresponderle.

-Vaya, vaya, el gusto es mío señorita...

-Marian Ríos.- respondí sonriendo un poco.

-Bueno papá, conoces a mi novia ¿nos dejas ir al fin? - mientras Gadiel hablaba, lentamente rodeo mi cintura con su brazo. Así que esto es sentir tener novio, de segura estoy roja, lo único que podía ser era sonreír y ver a mi "novio".

-¿Cuál es la prisa? Quédense para la cena- ahora veo de donde vienen tanta prepotencia, pero este señor parece ser peor.

-No era el plan, tenemos que irnos, al menos que para ella no sea un infierno. - Gadiel aun sosteniéndome de la cintura, tenía una leve discusión son su padre.

-Sólo es una cena y se irán o ¿hay algún problema? - ahora me está viendo a mí, no sé qué responder.

-Bueno, tenemos planes a las nueve, sólo vine a ver a Gadiel, no creía que nos demoraríamos. - ¿hice bien o mal?

-No la pongas incómoda, padre. – Yo aún seguía sin entender.

-Una cena, primer platillo y ya. - él sólo se alejó, para que le siguiéramos el paso.

-Creo que quiere que comamos aquí. - murmuré.

-Sólo vamos a comer un poco y nos vamos ¿sí? - No me mires así Gadiel que me la creo todo.

- Bien... aguarda, Lía y Joey nos están esperando.

-Tienes razón, les envió un mensaje para que se adelanten, ¿trajiste auto?

-Sí, tengo las llaves. - tomó su celular y le estaba escribiendo a Joey, esto iba a tardar más de lo que se suponía, pero para mí ya no es tortura, es intriga, quiero saber por qué esto es un infierno para Gadiel.

Nos dirigíamos a una mesa grande, todos los que estaban allí cabían, siquiera eran unas treinta personas, estaba algo asustada, ya no con la relación falsa, sino con lo intimidante que parecen ser.

Me senté junto a Gadiel a un lado de su padre, él estaba como principal en la mesa y las demás personas a un lado murmurando.

-Tranquila hermosa, ya nos vamos de aquí.- ¿Hermosa? Bueno supongo que me lo dice por si su padre nos escucha.

- Tranquilo, estoy bien. - Yo seguía su corriente, le tomé la mano que estaba sobre la mesa por un momento y volví a mi lugar, a la nerviosa de Marian.

-Buenas noches queridos invitados, para mí es un honor tenerlos aquí reunidos e informarles que el triunfo del contrato empresarial es un éxito, la empresa AS y GR han unido alianzas desde ya y juntos haremos que todas las sucursales de restaurantes de la zona tengan éxito. – El padre de Gadiel empezó a dar un pequeño discurso y así pude determinar que era sucursales de restaurantes, de esto trata todo.

-Sin más que agradecerles por su arduo trabajo, los felicito y agradezco con esta deliciosa cena- Todos aplaudían alrededor, parecían felices por su logro y yo sigo sin entender del infierno del que habla.

-Ah, lo olvidaba, mi hijo está aquí, mi mano derecha y heredero de esta empresa, bueno, futuro heredero, aún estamos discutiéndolo un poco ya que está entre escoger una empresa ya segura o cumplir sus metas desde cero. - Ahí está el infierno, ¿cómo se atreve a decir eso en voz alta? A todos les parecía gracioso solo porque él se reía un poco, miré de reojo a Gadiel y desde allí supe el motivo del porqué tanto odio.

-Y lástima que no se pudo cumplir lo de las familias, hubiera sido mucho más exitoso- de un lado de la mesa un hombre que parecía ser muy importante mencionó aquello.

-Creo que en decisiones del corazón ya no pude intervenir más, pues mi hijo me dio la sorpresa de que tengo nuera. - esa creo ser yo, todas las miradas se fijaban en mí, además de estar avergonzada, ¿cómo se atreve a decirlo así cómo así?

-Pero tranquila Stefany, si no hay boda aun, todavía tienes la oportunidad con mi hijo.- tomó una copa de la mesa y se dirigió hacia la chica que estaba al otro extremo, supongo que es hija del hombre que mencionó sobre las familias. Todos parecían felices y dispuestos a lo que decían estos dos sujetos, la chica de en frente también parecía incómoda, era como si no les importara que las personas de que hablaban estaban ahí.

-Sí, señores, este es mi padre, que no permite que su hijo cumpla sus sueños y sepa lo que cuesta que es la vida en realidad, lo de heredar la empresa... si lo estoy pensado, quién sabe qué me haga mi padre si no acepto en el futuro, porque si no es por sobornos o tratos algo sospechosos, la empresa no sería lo que es ahora- Gadiel habló más de lo normal, si a su padre se le hacía fácil decir todo eso sobre los demás, él debía defenderse, pero no creí que llegaría a este extremo.

-Deja de hablar muchacho insolente- murmuró su padre.

-¿Qué? Creí que estábamos diciendo lo que queríamos ahora, ah espera, ya mismo acabo, queridos presentes que se hacen de la vista gorda a lo que pasa la empresa, pues sí, tuve suerte de estudiar lo que quiero gracias a mi abuela, porque ella si es consciente de lo que es cumplir un sueño...

-Basta. ¡Basta! - su padre no aguantó más y estalló

- Un momento más, no dejaré que te metas con mis sentimientos tampoco y menos menospreciar a mi novia de tal manera, apenas la conoces y ya la haces a un lado, es la primera vez que la ves y la estás haciendo menos a lado de Stefany y no lo permitiré- Dios mío en qué me metí...

-Sí, gente ella es mi novia, el amor de mi vida y no voy a permitir que mi padre también me quite eso y quienes recién entraron a la empresa, huyan, es el mejor consejo que les puedo dar.- ¿Amor de su vida? Apenas y nos saludamos, esto está muy mal, estoy en medio de una discusión familiar y empresarial muy importante. En cuanto Gadiel terminó de hablar, me miró fijamente, tomó mi mano y me dijo con su voz leve...

-Vámonos de aquí. - Me levanté de donde estábamos y antes de seguirlo me dirigí hacia su padre.

-Retiro lo dicho señor, hoy...no fue un gusto en conocerlo, pero igual le deseo muchas bendiciones en lo que realice. - yo firmé con mi respuesta y una pequeña sonrisa, aun el "gran señor" estando enojado, me di la vuelta seguí los pasos de Gadiel y al verlo vi una cara de asombro y a la vez satisfacción.

Salimos de inmediato de aquel lugar, nos dirigíamos a mi auto sin mencionar ninguna palabra y antes de ingresar Gadiel me dijo que quería conducir, le di mis llaves sin objeción alguna, yo ahora me encontraba en el asiento del copiloto, él puso sus manos sobre el volante, parecía desilusionado o con exactitud disgustado por todo lo que había pasado, rompí el hielo y empecé hablar.

-¿Debería conducir yo?- fue la pregunta más absurda que pude decir en ese momento, pero lo es lo único que se me ocurría.

-No, tranquila, te hice pasar por un mal momento, déjame ser tu chofer por ahora.- en medio del desánimo, una pequeña sonrisa salió de su rostro. Encendió el auto y seguimos en marcha, estábamos ya en la autopista, como por cinco minutos no decía nada hasta que...

-Mi padre tiene una empresa de alimentos, tiene varias franquicias y estuviera orgulloso de él, pero como la administra, el cómo genera dinero, hasta este punto ya te lo imaginas...- me miró por un momento - No quiero ser parte de ello, pero por la única razón de ser su único hijo no me queda más, pero dicen que al final del túnel siempre hay una luz y esa luz es mi abuela, que pase lo que pase ella permite que cumpla mis sueños y metas y lo que él diga queda de menos.

-No creí qué tan aterradora era tú situación hasta que la vi. - no sabía que más mencionar, lo importante era que él parecía estar más tranquilo.

-Te debo más de una cosa, apenas llegaste a la universidad y ya te involucré en esto, de verdad lo siento.

-Claro que no lo sientas, mejor te lo agradezco, por primera vez en mi vida siento que estoy viviendo realmente las cosas que decido y no lo que quieran mis padres, decidí ayudarte porque ahora ustedes son mis amigos, algo que nunca tuve y lo encontré aquí y si no te ayudaba me hubiera sentido de lo peor porque eso no hacen los amigos...- Ahora que entramos en confianza, la niña tímida de Marian quedó atrás.

-Sí, aunque admito que la forma de pedirte ayuda de Lía, no fue la correcta.

-Dímelo a mí, ahora entiendo porque me arregló tanto.

-Sin su ocurrencia loca, yo seguiría allí.- nos encontrábamos en un ambiente de burlarnos de Lía, era como si conversara con mi amigo desde hace años.

- Hasta me regaló un vestido, eso fue extremo. - En medio de risas, Gadiel parecía confuso.

-¿Vestido? ¿te gustó el vestido? - preguntó de la nada.

-Sí, aunque siento que es demasiado para mí, me siento como en un reinado de belleza. - poco a poco me iba sincerando con lo que sentía.

-Así que Lía dijo que te compro el vestido. - seguía confundiéndome.

-Sí ¿por qué lo preguntas?

-No, está bien, te luce increíble. – creo que los halagos de mi novio falso por una noche siguen apareciendo de la nada.

-Pues gracias, creo- dije en voz baja.

Íbamos de camino a la fiesta en la piscina de la que hablaba Alex, Lía y Joey ya estaban allí, de donde estábamos sólo nos faltaba media hora para llegar, según la fiesta iniciaba a las diez de la noche, espero no haya problema llegar un poco tarde.

-¿Qué está pasando allí?- En medio de la nada Gadiel bajo el vidrio del auto para dirigirse al policía, al parecer a unos cinco metros de donde estamos habían ambulancias, conos de tráfico por doquier y oficiales de tránsito desviando el camino.

- Lo siento, hubo daños en la carretera un eslabón lo ha ocasionado, por favor desvíen el camino.

-Muchas gracias oficial.- respondió atentamente, mientras seguíamos nuestro carril.

-¿No hay otro camino para llegar allí?- pregunté.

-Sí, lo hay pero tomará más tiempo, en cuarenta y cinco minutos más o menos.

- Vaya, es demasiado.- De verdad no me agrada la idea de ir a una fiesta, ni siquiera quería ir desde un inicio.

-Por tu cara me doy cuenta que emoción de ir no la tienes.

-¿Se nota tanto?- pregunté con gracia.

-Déjame adivinar, Lía te obligó.

-Tal vez...- me miró dudosamente- bueno, sí, me obligó y me señaló con una plancha de cabello caliente, no podía negarme.

-Ya lo imaginaba, pues déjame decirte que no eres la única, a mí también me obligó.

-¿Con qué te amenazó?- pregunté

-Con que no me ibas ayudar y seguir encerrado allá.

-Eso es muy cruel de su parte.

-Olvidémonos de Lía, qué te parece si vamos a comer algo, de tantas cosas que pasaron, no pude comer ni un bocado.

-Yo tampoco había comido nada, según Lía en cuanto te rescatábamos íbamos a comer de paso.

-Bien, yo invitó, ¿quieres unas hamburguesas o pizza o quizá KFC?

-Vamos por unas hamburguesas.

-Hamburguesas serán.

Nuestro camino había cambiado, ya no nos dirigíamos a la fiesta, por un lado, me siento más tranquila, apenas ingresé a la universidad, ir, así como si nada a una fiesta lo considero muy pronto, a diferencia de salir con amigos a cenar, charlar, jugar o ver películas, no sé, creo que es mucho mejor y en este caso la primera salida de amigos la tengo con Gadiel, el lobo solitario que al parecer es muy amable conmigo. 

-¿No deberíamos decirle a Lía y a Joey?- insistí.

-Si les decimos, estoy seguro que Lía nos encontrará y arrastrará hacia la fiesta ruidosa, es mejor que piensen que seguimos atrapados.

-Tienes razón, en lo poco que la conozco, si me da miedo a veces.

-Imagínate yo, que la conozco años, ya me acostumbré. – Todo parecía ir bien, nos reíamos de Lía y sus ocurrencias.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro