Luego de esperar varias horas en la enfermería, al fin es el turno de Calum. Una enfermera muy linda y con curvas lo llama y le ordena esperar en un cuarto.

–Que chica. –suspira –Es mucho más linda que la hija de mi ex jefe. –en ese momento la puerta se abre y una enfermera entra a revisar al muchacho pero no es la chica de las curvas, se trata de una robusta y bastante vieja –Rayos. –dice entre dientes.

–Quítese toda la ropa. –le ordena ella seria.

–Pero sólo tengo un golpe en la cabeza. –habla confundido.

–Quítese la ropa. Puede tener otras heridas. –dice y se cruza de brazos. Él se comienza a quitar su ropa estando un poco avergonzado, queda completamente desnudo, pero aún con los boxers puestos, y fue cuando escuchó el sonido del seguro de la puerta.

–Hora de examinar. –la mujer comienza a desprenderse su camisa.

–Ay no... –Calum toma toda su ropa e intenta escapar.

Unos minutos después...
Él da una fuerte patada a la puerta y sale corriendo mientras se intenta poner los pantalones. La enfermera gorda corre detrás de él diciendo que debía examinarlo.

–¡Está loca! –dice y sale corriendo de ese hospital.

En ese momento alguien lo derriba haciendo que se golpee contra el suelo –Arg... –se recuerce sobre el pavimento y ve a Michael luego de mirar sobre su hombro.

–Quieto Policía. –dice él serio –¿Qué querías robar?

–Ah, no robé nada... u-una enfermera loca quiso violarme. –contesta mientras quita al oficial y se pone de pie. En eso el moreno siente un fuerte dolor en su cabeza y se tambalea un poco.

–Estás sangrando. –Michael toma el brazo de su amigo y lo lleva al hospital de nuevo pero esta vez un doctor lo examina.

–¿Qué le ocurrió? –le pregunta el hombre serio teniendo una planilla en sus manos donde anota todos los datos.

–Tuve un accidente, no es nada en serio. –contesta para quitarle importancia al asunto pero él se siente un poco mareado.

–No se ve bien, debería quedarse aquí para que lo controlemos. –dice el doctor mientras anota algunas cosas y agrega –Voy a apartar un cuarto y una enfermera lo llevará a él.

–Genial. –gruñe sarcástico mientras mira a un lado.

Para su suerte no fue la enfermera gorda quién lo llevó a su cuarto, sino una chica de cabello teñido de violeta, así como el cabello de Michael.

–¿Cómo te llamas? –le pregunta ella mientras empuja la silla de ruedas en dónde se encuentra sentado el muchacho.

–Calum... Calum Hood. –contesta malhumorado mientras mira a un lado.

–Uyyy ¿Por qué esa cara? –dice ella en un tono animado.

–Fue un día de mierda. –gruñe él apretando con fuerza los puños. Ellos llegan al ascensor y ella hace pasar la silla y aprieta el número 6 para ir a ese piso.

–Bueno, mañana será un nuevo día. –lo alienta mientras coloca un collar de flores jaguayanas en el cuello del chico haciendo que él arquee una ceja.

–No lo creo niña. –contesta serio devolviendo el collar.

–Soy Judy. Mucho gusto. –sonríe y le vuelve a colocar el collar haciendo que Calum bufe.

–Sabes, tengo un amigo que te tiñe el cabello como tú. –comenta el moreno mientras levanta la mirada para ver a la chica.

–¿Ah si? –ella ledea la cabeza mientras sonríe.

–Sip, pronto ambos se quedaran calvos. –agrega y luego suelta una risita.

–Escúchame. –Judy cambia su adorable tono de voz a otro mucho más firme y da vuelta rápidamente la silla de ruedas dejando a Calum frente a ella –Nadie insulta mi cabello. –le aclara seria.

–Supongo que todos se burlan de él. –comenta el moreno con una sonrisita.

–Fui amable pero todo tiene un límite, mi cabello me ayuda mucho en mi trabajo y no soporto las burlas de un idiota. Así que tú sólo busca tu habitación. –habla ella mientras toca en pecho del moreno con su dedo índice. Las puertas del ascensor se abren y ella coloca su pie entre las piernas de Calum y patea la silla haciéndola rodar hacia afuera.

–Bye bye. –se despide Judy con su mano y baja en el ascensor.

–Todos en este hospital están locos. –dice Calum mientras mira a su alrededor sin saber cuál es su cuarto.

Mueve la silla de ruedas con sus manos y se resulta mucho más cómodo que caminar –Esto me gusta, además fortalesco los brazos. –dice sonriendo. Como no sabe dónde está su habitación decide explorar el hospital, en el piso donde se escuenta están todos los ancianos, luego baja al primero con ayuda del ascensor y se encuentra en maternidad.

–Awww... –piensa al ver a todos los bebés dentro de sus cunas durmiendo cómodamente.

Una enfermera de acerca y toca su hombro –¿Cuál es el suyo? –le pregunta sonriendo.

Calum aprieta con fuerza los labios para no soltar una carcajada en la cara de la mujer porque ni loco sería padre aún, mucho menos cuidaria de un niño. Es muy joven aún para eso.

–Es esa. –dijo apuntando a una niña con cabellos negros como los de él.

–Es muy bella. Se parece a usted, sacó sus mejillas. –contesta ella y regresa a su labor.

–Que no juegue con eso. Nadie tiene como mis majillas. –se dice así mismo y vuelve a empujar la silla de ruedas. Ahora va al 3 piso dónde están todos los niños.

–Rayos. –dice arrepentido de haber subido.

–¡Damas y caballeros! –escucha a Judy en unas de las habitaciones. Impulsado por la curiosidad, él se acerca a la puerta, la cual está abierta y ve a la chica de cabello raro vestida de payaso mientras le cuenta historias a los niños enfermos y los hace reír.

Ahora él entiende del color de su cabello, a los niños les encanta, y sus historias y trucos de magia hacen que ellos se recuperen más rápido. Ahora Calum sabe a lo que quiere dedicarse.