No podía quitar la sonrisa boba de mi rostro.

Ni porque Minnie fuera llamada a dirección. Se supone que debería estar preocupada por mi amiga pero la sonrisa no desaparecía.

— Minnie está fuera — declaró Rosé.

— La profesora de historia la reportó a dirección, lo más probable es que la expulsen una semana.

Seulgi suspiró.

— Entonces significa que nosotras ganamos — señaló a Momo y Rosé.

— Minnie perdió y tú aún no logras nada.

Asentí.

— Ella es realmente dificil, supongo que tiene algún tipo de Hafefobia, aceptaré cualquier castigo.

Me encogí de hombros.

Rosé me miró dudando.

— ¿Que es Hafefobia? — preguntó.

— Miedo a ser tocado.

— Oh~ entiendo, entonces sí existe ese alguien que no es seducida por ti — se burló — es por eso que hoy está lloviendo.

— ¿No es tonto?, eres la que propuso este juego y no cumpliste ― Momo hizo un puchero molesto.

— Supongo que lo es — volví a encogerme de hombros. — Pero mi reto era muy difícil.

— Yo podría intentarlo ― Rosé se burló y todas rieron excepto yo.

— No, no podrás se pone histérica si alguien la toca, no querrás ser demandada.

Dios, sólo pensar en Rosé tocándola me hacía rabiar.

Ella negó.

— De todos modos, tenemos que pensar en un castigo súper vergonzoso para ti y Minnie.

Les di la razón y no replique.

Sólo quería que acabaran las clases para ir de nuevo con Jennie.

Esperé a Jennie fuera de su salón, sus compañeros salieron y parecía una estampida.

Ella salió, tenía los ojos rojos e hinchados y pasó de largo sin dirigirme la vista. Me temblaban los pies cuando le seguí.

La seguí varios minutos hasta que los pasillos estuvieron despegados.

— ¿Qué pasó? — le pregunté, mi voz sonaba más aguda de lo normal.

Ella se detuvo y me miró.

— Tienes amigos muy raros — dijo sin verme a la cara — eso pensé al enterarme que esa chica amiga tuya había engañado a Somi, ¿Quién en su santo juicio engañaría a Somi y por qué? ella es preciosa, luego la chica alta, Roseanne, repartiendo las fotos del engaño y una chica que se viste de chico y no me salgas con los estereotipos ahora que no necesito escucharlo — mi garganta empezaba a secarse, ella lo sabía. — súmale a eso el acoso de una de tus amigas hacia una profesora respetada, casada, con hijos que podrían ser padres de tu amiga.

— Jen yo...

— Sólo cállate — dijo apretando los puños, obviamente molesta. — Yo pensé, creía que no eran buena compañía para ti y ahora resulta que todo esto fue tu idea, Jisoo lo investigó ― reprimió un gemido doloroso y las lágrimas se le escaparon de sus ojos empañando sus lentes. — "Confia en mí", debes creer que soy idiota y una fácil, pero realmente confié en ti, fuiste la primera persona que se me acercó a parte de todos aquellos que me piden las tareas, estaba muy feliz, pero...

— Jen déjame explicarte.

— ¿Te divertiste no es así?, Ya le contaste a tus amigas lo fácil que he sido.

— Las cosas no son como parecen definitivamente no es como crees.

— Sólo vete, ya no me hables.

Se dio la vuelta y siguió caminando.

Mierda...

Debía dejar que se fuera, no había razón para detenerla, sin embargo tomé su brazo, se dio la vuelta y su puño se estampó en mi nariz.

— Deja de jugar conmigo, ya me follaste ¿qué más quieres?, oh sí, las pruebas, no te preocupes le mandaré un mensaje a tus amigas y lo confirmaré. ¿Estás contenta ahora?, entonces suéltame.

Negué, mis manos estaban temblando, mi cuerpo también.

Sentí un jalón, Jennie se apartó y luego se fué enseñándome la lengua.

Que bonita forma de mandarme a la mierda.