lunes›‹02
Maldije una y otra vez a Rosé mientras miraba a la chica siguiendo su lectura.
Era una hija de puta, pensé que mi reto sería el más fácil pero juraría que hacerle un oral a la profesora de historia no era tan malo como tratar de llevar a esta chica a la cama.
— Bueno yo... — tenía la lengua trabada, jodida mierda esta chica me ponía nerviosa. — Quería saber si podrías ayudarme a estudiar, escuché que eras el mejor promedio de la escuela.
Ella asintió y luego negó con la cabeza.
— Lo siento no puedo ayudarte, yo no estudio simplemente soy bueno con la memoria.
Okey, mala excusa y ahora qué hago, ella siguió leyendo ignorándome.
— Entonces, ¿No puedes ayudarme aunque sea un poco?
Me miró de nuevo como si estuviera escaneando.
— Tal vez podría ayudarte a hacer apuntes y señalarte los puntos más importantes, algunas palabras claves y lo que creo que vendrá en los exámenes.
Sonreí, por lo menos tenía una oportunidad de tratarlo.
Diablos no podía ser tan malo, podría tener brackets y acné o ser gorda pero no era así.
Y no es que yo fuera una persona superficial, bueno sí, tal vez un poco, cuando quería tener una pareja formal era bastante selectiva y quisquillosa pero cuando se trataba de una noche sólo bastaba con que fuera bonita.
Bueno, yo podría tener sexo con ella, si le pusiera una máscara o con ella boca abajo.
Sí, no podía ser tan malo.
— Me ayudarías mucho si hicieras eso — le dije mostrándole un sonrisa.
Ella me miró con el entrecejo fruncido como si fuera la cosa más extraña que hubiera visto.
— ¿Con qué materia empezamos?
Aproveché que tenía el libro y dije: — Geometría.
Odiaba la geometría, toda clase de matemáticas, por eso había decidió que al salir de la secundaria aplicaría para una licenciatura como para ser abogado o Psicólogo algo que no tuviera nada que ver con números.
Sin embargo cuando ella lo explico lo comprendí, aún lo odio pero su explicación fue más fácil de entender que las explicaciones de mi gordo profesor.
No podía ser tan malo si ella iba a ayudarme a pasar mis exámenes.
Después de dos horas ella dio por terminada la
sección.
— Eso será todo por hoy, estaré aquí mañana también por si te interesa otra materia.
"oh" su amabilidad me sorprendió, tal vez yo había llamado su atención y eso era bueno.
— Claro lo haré — sonreí amablemente.
Miré a una chica deslizarse por la banca a su lado.
— Me ayudas con esto — le pidió y ella asintió amable.
Okey, tal vez no estaba interesada en mi y era amable con todo el mundo.
— Nos vemos — me despedí dejando un beso en su mejilla, por algo se empieza, ella me miró extraño y se limpió con la manga de su camisa.
Yo sólo reí y salí de allí lo más rápido posible.
Miré a Rosé en la cancha de basketball y la espere afuera sentándome en las gradas a lado de Momo y Minnie.
— ¿Cómo van? — pregunté.
— Yo perfecto — dijo Momo, Minnie no dijo nada y sólo rodó los ojos.
— ¿Y tú?
— Roseanne es una hija de puta. — Ellas se rieron. — El problema no es sólo su aspecto, ella no se ve como una chica al que le guste meterse en la cama con cualquiera, apuesto a que es virgen.
Ellas asintieron y suspiraron.
Por fin mi amiga que era un poste andante, Rosé salió toda sudada de la cancha y aproveche para golpear fuertemente su espalda.
Se quejó y me miro con ganas de golpearme.
— Te lo mereces — le dije sonriendo.
— Oh~ ya entendí — dijo sonriendo. — ¿Ya la conociste?
Tenía que hacer algo más que sólo dejar que me enseñe dos horas, tenía que acercarme a ella y hacer que confiara en mí.
No regresé al departamento que comparto con Seulgi y mejor decidí esperar a mi chica.
Pero se hicieron las cinco de la tarde y ella no salía de la biblioteca.
Media hora después ella apareció en mi vista y fue hasta la entrada de la escuela.
— Oye, Jennie espera.
Se detuvo y de nuevo me miró como si yo fuera un bicho raro.
— Como agradecimiento déjame llevarte a casa.
Hizo una "oh" con su boca y asintió.
Vale...eso fue demasiado fácil.
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