lunes›‹01
Lo primero que hice en la mañana fue investigar sobre ella, sobre Kim Jennie.
En mi salón de la primera hora como me sentaba hasta atrás, tomé una hoja y la hice una bolita, después la aventé contra Wonyoung, la chica se levantó de su asiento molesta.
— ¿Quién fue? — preguntó con tono agresivo y rostro de indignación, pero curiosamente tenía una voz demasiada aguda y no me la podía tomar enserio, no con esa voz.
Le sonreí y ella cambió su expresión a una más
amable y amistosa, con mi mano le pedí que viniera hacia mí, ella lo hizo mientras el profesor calificaba las tareas.
— ¿Qué pasó? — me preguntó tímidamente.
— Kim Jennie, ¿la conoces?
Wonyoung negó... pero se puso pensativa y luego hizo una "oh" con su pequeña boca.
— Ahora que recuerdo creo que es la número uno de la escuela.
— ¿La número uno? — pregunté curiosa.
Asintió. — Sí ganó en las mate olimpíadas de la escuela, también en el concurso de ajedrez y por si fuera poco tiene el mejor promedio — dijo concisamente.
— Entonces es toda una nerd.
La peli naranja asintió jugando con su cabello.
— Gracias princesa — acaricie su cabellera y sonrió. — Eso era todo.
Regresó a su asiento y yo puse toda mi concentración a mi libreta.
Cuando salí de la primera clase, fuí directo hasta el tercer piso donde sería la siguiente, caminé porque el elevador estaba atascado como todos los días y hacer un poco de ejercicio no le hacia mal a nadie.
Ross pasó su brazo por mi hombro. — ¿Cómo vas? — me preguntó burlonamente.
— Apenas empezó el día, pero al menos tengo unos datos, no podrías hacérmelo más fácil y pasarme su horario para buscarlo.
Rosé negó con la cabeza.
— No lo tengo, no se nada de ella, sólo la he visto unas cuantas veces en la biblioteca.
— ¿Y cómo es? — sonrió descaradamente.
— Ella es todo un caso, Lalisa.
Lo miré con una ceja alzada. — ¿Debo preocuparme? — pregunté.
Rosé asintió.
La afirmación de Rosé me dejó algo preocupada pero decidí que no sería la gran cosa, un reto es un reto y a mi me gustaban.
Miré por los pasillos porque todos se había reunido en un punto específico silbando y burlándose, entonces ví a Minnie frunciendo el entrecejo caminando con un pantalón negro y zapatillas deportivas.
Traté de no reírme pero cuando me mando un beso volado y saludo energéticamente a mi dirección no me aguanté.
Minnie sí era todo un caso.
Pasé mis manos por mi cabello negro, y fuí hasta el salón corriendo para entrar antes que mi profesora y evitar que ella me cerrara la puerta en la cara.
Me senté al lado de Rosé y saqué mis libros. le dije. — Vi a Minnie, Aún sigue siendo popular.
Rosé se rió por un momento.
Cuando mis horarios terminaron caminé a la biblioteca por primera vez desde que entré a la secundaría.
Sentí la mirada de todos los presentes ahí, como si fuera un bicho raro. Por dios Lalisa Manoban está en la biblioteca, ¿que hay de malo en ello?
Tomé el primer libro que encontré y me senté en un lugar de unas de las mesas.
Miré la portada y decidí que era aburrido, no quería saber nada de geometría, suspiré y observe a la chica que estaba frente a mi, al parecer leyendo y haciendo apuntes.
Era un asco, piel pálida pero descuidada, lentes de botella de pasta negra y gruesa, labios partidos sin color, pómulos grandes, ojos pequeños, el cabello castaño sin brillo, falto gusto por la ropa, una camisa azul fajada en pantalones de vestir color beige.
— Oye... — la llamé para pedirle información, ella me miró entre asombrada y curiosa. El efecto de Lalisa Manoban. — ¿De casualidad conoces a Kim Jennie?
— Sí la conozco — respondió en voz baja.
— ¿Enserio?, ¿puedes decirme quién es? — pregunté más animada, entre más rápido hiciera esto mejor.
— ¿Quién eres y para que la quieres?
— ¿No me conoces?, soy Lalisa Manoban.
Ella negó por lo que me sentí algo ofendida pero no podía exigirle nada cuando se veía claramente que era un ratón de biblioteca.
— Necesitó que me ayude con algunas materias. ¿Podrías decirme quién es?
Ella me miró detenidamente lanzando un suspiro, su aliento mentolado golpeó el aire. —Soy yo.
La miré de nuevo, una y otra vez, cada vez más profundamente y...
Mierda.
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