martes›‹05
— Gracias por traerme — sonrió mostrando su sonrisa que había decidido me gustaba mucho.
— No es nada, he dicho que lo haré mientras estés ayudándome con mis estudios y los exámenes de la semana que vienen, ¿Entonces nos vemos a las dos en la biblioteca? — Ella asintió acomodando su cabello y relamiéndose los labios partidos.
Tomé mi bálsamo labial y se lo di.
— Para tus labios — le dije.
Jennie me miró extraña y luego al labial.
— Esto es para chicas como tú — dijo frunciendo el entrecejo.
— Oh vamos, por favor no me digas que eres de las personas que no usan rosa porque consideran que es un color para niñas populares — parpadeó y no negó nada.
— ¿Qué me dices de llorar o hacer berrinches? — Se quedó callada de nuevo, parecía que estaba haciéndose bolita en el asiento.
Que frustrante, seguramente era una clasista de mierda, sólo a Rosé se le ocurriría ponerme este jodido reto, probablemente incluso era homofóbica.
— Es sólo que, tengo padres estrictos, no tatuajes ni perforaciones, o maquillaje y esas cosas — jugueteó nerviosamente con sus manos.
Un gesto lindo.
— Olvida a tus padres, en este siglo las mujeres también se suelen pintarse más extravagante y tienen cabellos de colores. — Ella me miró y sonrió.
— Eres genial.
— Me has dicho cuando estábamos desayunando que tus padres nunca estaban en casa — asintió nerviosamente. — Si te maquillas y arreglas, incluso si pintas tu cabello no lo notarán, no te estoy diciendo que cambies el color de tu cabello, el castaño te queda bien pero ellos no sabrán si usas bálsamo labial y le harán bien a tus labios, si los chupas sólo harás que se rompan más y duelan.
Pinté mis labios y ella siguió el movimiento con sus ojos.
Sonreí.
— Lo ves, brillan bien y se sienten suaves, ahora hazlo tú. — Tomó el bálsamo y lo puso mirándose en el espejo del coche.
Hizo "pop" y sus labios ahora eran rosas.
— Se ven bien.
— Se siente bien — dijo pasando los dedos por sus labios, ni muy gruesos ni muy delgados. — se ven bonitos.
— Podríamos mejorar muchas cosas, como esos lentes, ¿haz pensado en usar lentes de contacto? — Negó, ya me lo suponía, ella no era fácil de leer. — ¿Y cambiar tu vestimenta?...
— ¿Por qué estás haciendo esto? — me preguntó de repente.
— Porque me agradas y porque me imaginó tu vida, con pocos amigos, sin conquistas, los chicos de seguro huyen de ti y no quisiera estar en tu situación.
Ella se hizo más pequeña en el asiento y volvió a poner bálsamo en sus labios. Una idea loca brotó en mi mente y salió de mis labios sin que le diera permiso
— Beso indirecto.
De nuevo Jennie me miró sin entender y tuve que decirle que no era nada.
— Me gusta mi vida como esta ahora.
— Entonces olvida lo que te he dicho. — De nuevo asintió y se bajó del coche apretando el bálsamo en sus manos.
— ¿Puedo quedarmelo? — preguntó y yo asentí regalándole una sonrisa, ella hizo lo mismo dejándome apreciar su sonrisa gomosa.
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