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•#24•

El castaño estaba perdido en sus pensamientos, ya habían pasado unos 4 meses desde que Fred le pidió matrimonio y unos 3 meses desde que por fin se casaron.

Sonrió como un bobo recordando como Fred estaba tan nervioso que casi deja caer el anillo por despistado, empezó a divagar más en su mente.

De repente sintió unas manos en su pancita ya crecida de 4 meses, sonrió con ternura al ver como esas manos daban pequeños masajes en su vientre brindándole un lindo sentimiento acogedor.

-¿En que piensas, corazón?

-En el día en que nos casamos...-miro su anillo y lo acarició suavemente.

-Oh, vamos...se que fue hermoso pero también fue un poco vergonzoso para mi. No puedo aún creer que me haya puesto nervioso mientras te veía entrar con una sonrisa de ángel, aquella que me enamoró desde un principio.

-Lo se~ -el Omega se sonrojo- Pero aún así no puedo evitarlo, fue tal y como lo soñé...junto a la persona que amo.

-Yo también te amo, bebé. Y, ¿Como esta mi chiquito? -Se agachó un poco para luego levantar el suéter que tenía el menor dejando expuesta su gran pancita.

-Ya, no subas mi suéter me avergüenza -soltó riendo.

-Como si fuera la primera ve que te veo así...-sonrió para luego besar la pancita del Omega- ¿Como esta mi pequeño?

-Aún no sabemos si es niña o niño...tu mismo dijiste que preferias que fuera una sorpresa para cuando naciera.

-No me arrepiento de nada~ -canturreo para dejar otro beso en la pancita de su esposo y luego dirigirse al comedor.

-Vamos a desayunar, bebé -habló solo mirando su pancita como si su hijo o hija pudiera oírlo.

Ambos se sentaron a comer y como ahora era normal el castaño comía más de lo común, tener a esa pequeña criatura dentro hacia que sintiera más ganas de comer y de vez en cuando le daba un par de malestares pero nada grave.

(...)

-Freddy...necesito que hoy vayas a dejar mi almuerzo en mi trabajo, ¿Puedes, cielo? -Mencionó mientras se acomodaba la inútil corbata.

-Claro que sí, me gustaría ver a quienes atiendes -se acercó arreglando la corbata del mayor- Quien sabe que por ahí alguna paciente o algún intente algo más contigo por ahí. Eso no lo permitiré, no, nunca.

-Amo tus celos, amor -beso los labios del omega.

-Y yo amo que siempre me lo digas -dijo con una sonrisa mientras sus labios seguían posados en los del Alfa.

Ambos soltaron una risa y se dirigieron a la entrada de su -ahora- nueva casa.

-Espero que te vaya muy bien~

-Espero que llegues rápido hoy~ no quiero dejarte aquí sólo y que estés con el pequeño sin mi -hizo un puchero infantilmente.

-Ay, Fred~ -soltó una risa- Estaré bien, tu solo concéntrate en ir a trabajar, tener todo lo que deseas y más...y también poder tener a este pequeño -puso su mano en su panza- El sera todo lo que nos importará desde ahora en adelante.

-Si, claro que lo se -beso los labios del Omega y dejó un beso en su pancita también- Nos vemos después mis Ángeles.

Dicho esto se fue dejando a Freddy solo, quien suspiro con alegría. Tendría el placer de ir por segunda vez a aquel lugar donde trabajaba Fred con esfuerzo, sonrió, ya había pasado un tiempo en casa y todo por que su preocupante esposo le decía que era mejor quedarse en casa con su embarazo.

Se dirigió rápidamente a la cocina a preparar algo para el azabache, aunque estaba claramente consciente de que aún faltaban horas para que fuera el almuerzo no podía evitar emocionarse con tan solo pensar que saldría de nuevo y que volvería a ver a los compañeros de su esposo incluso encontrarse con el mexicano y su compañero, que por alguna extraña razón se le hacía conocido.

(...)

Ya estaba listo, ya era hora. Tenía todo preparado para ir a la clínica dónde orgullosamente trabaja su esposo. Miro la hora, sonrió, agro la bolsa junto con sus llaves y salió de su casa para empezar a caminar a la clínica que ahora quedaba cerca de la casa.

Tuvo un pequeño dolor en su vientre al cruzar la puerta. Posó una de sus manos en su vientre mientras se recargada en la pared para respirar irregularmente. Esto llamo un poco la atención.

-Joven, ¿Se encuentra bien? -Una enfermera se acercó.

-S-si, estoy bien...solo...es un poco de dolor -una sonrisa forzada apareció en su rostro.

-Tranquilo -lo ayudó a sentarse en una de las bancas- Respire, voy a traer un vaso de agua, espere aquí por favor.

La muchacha se fue un poco apresurada mientras el dolor empezaba a disminuir.

La beta llegó con el vaso de agua y se lo ofreció.

-Creo que debería llamar al doctor, el también puede saber que te pasa -empezó a pasear su mano de arriba a abajo en la espalda del Omega.

-N-no se preocupe...ya estoy mucho mejor, tengo que buscar a alguien -entregó el vaso- Busco al doctor Anderson.

-Oh, yo soy la ayudante del doctor Alfred -sonrió enternecida- Tu debes ser el lindo y tierno Omega del que tanto habla y balbucea a veces.

Ambos empezaron a reír, al parecer el lado infantil de Fred salía a veces al aire.

-Venga, sigame -ayudó al menor- Ahora el doctor Alfred está con los niños...se quedó con ellos en lo que usted llegaba.

Empezaron a dirigirse a la sala de infantes.

-Ya veo, me alegro que una Beta como tu sea la ayudante de mi esposo -sonrió- La tal Eliza siempre me miraba mal y me insultaba -hizo una pequeña mueca- No me agradaba.

-Ah, si...ella es muy ofrecida, por eso ningún doctor la quiere de ayudante -sonrió- Bien, aquí está, puede pasar si quiere los niños son muy buenos.

-Gracias.

La Beta se retiró con una sonrisa. El castaño quedó frente a una puerta, suspiro y decidió entrar.

Ahí estaba, hablando y jugando con los niños, se veía tan lindo, todos decían su nombre y reían.

El soltó una risa cuando hicieron caer a Fred al suelo. Los niños y su Alfa lo vieron.

-¡Amor! -El azabache se levantó con cuidado de lastimar a algún niño.

-Hola, Cielo.

-Hola~ -beso los labios del castaño- ¿Por que te tardas tanto? -Hizo puchero.

-Lo siento -río por la actitud infantil del Alfa- Veo que tienes amigos.

Los niños estaban detrás de Fred ocultandose de Freddy.

-Si...yo los cuido a ellos -sonrió- Niños el es el Omega del que tanto les hable.

Una niña se acercó a Freddy con confianza.

-¿Tu eres el que hace feliz a Fred? -Señaló la menor.

-Si, pequeña -se agachó un poco quedando a la altura de la niña.

-Je -ella sonrió y abrazo al castaño- Que bien...la enfermera Eliza es muy fea y mala. Siempre nis dice que la ayudemos a acercarse a Fred pero no le hacemos caso, ella es mala y malvada con nosotros.

Todos soltaron un Si.

-Pues...mientras yo esté aquí, esa tal Eliza no se acercara a Fred ni a ustedes.

Todos los niños empezaron a celebrar y se acercaron para acariciar la pancita de Freddy.

-¡Pateó! -Grito una de los niños.

-¿Eh? -Fred y Freddy quedaron atónitos, era la primera patada del pequeño.

»“Que lindo son los niños...yo espero que el nuestro sea así, de un buen corazón...”«














Que debería ser?

Niña----->

Niño----->

Me woy~

Denme lof UwU -------->

Nos leemos~











PandiCornioUwU03.
Mizu-Chan2313.

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