"Chapter Two"
“Chapter Two”
★
Nuevos sentimientos
por el cuñado.
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Desde que Sesshomaru había salido por esa puerta se sintió algo extraño. Conocer a la novia de su hermano le causó, seguramente, esa sensación tan rara. Su corazón latía fuertemente y no sabía el por qué sentía que esa joven era algo más que su "cuñadita". Estuvo andando por el salón; saludando a todos los conocidos y tomando de vez en cuando una nueva copa de champán. Salió al balcón y se encontró a sus tres tías.
—Lo que me faltaba... — suspiró internamente y se fue a saludar a su "amadas" tías. Las tres lo abrazaron como una anaconda apretando a un ratón. —Tía Kayuga, tía Urasue, tía Tsubaki, me alegro mucho de volver a verlas. — dijo y les besó los nudillos a cada una de las mujeres.
—Oh, Sesshy lindo. Ninguna tenía la esperanza que su sobrino favorito apareciera. — la menor de todas, Kaguya, simuló limpiarse una lágrima.
—Ha pasado tanto tiempo. — Tsubaki acaricio su hombro, como si tratara de trasmitirle su falsa añoranza.
—Mira como has crecido. Cuando te fuiste no eras tan alto y robusto; ahora pareces un chico malo de la calle que se mete en bares y casinos para apostar. — Urasue le sonrió.
Cada una de esas mujeres parloteaba lo mucho que lo habían extrañado. Sin embargo, Sesshomaru no les creía ni una sola palabra. Esas mujeres sólo sabían decir mentiras a lo igual que muchos de sus familiares.
—Si me disculpan, tías, iré a saludar a otros conocidos. — se excusó. La verdad es que quería huir de esas tres desquiciadas.
—Adiós, tesoro. Esperamos ver pronto a tu novia. — se despidió de él Urasue. ¿Qué carajos...? ¿Ahora se creían su madre para conocer a su novia? Además, ¿qué novia? Aún continuaba soltero.
Se fue a paso rápido hasta terminar en la barra y pedir un tequila a La Roca. El anciano detrás del mostrador se lo sirvió enseguida y el platinado se fue tan pronto como recibió su trago.
Se fue a su antigua habitación —si es que aún era suya— abrió suavemente la puerta y se llevó la sorpresa más grande en la noche: Kagome estaba cambiándose de ropa en su cuarto.
—Perdón. No sabía que estabas aquí. — dijo calmado. Se cubrió los ojos y entró a la alcoba.
—Se supone que debes salir, no entrar. — dijo ella con un deje molesto.
Sesshomaru, tocando las paredes hasta dar con otra puerta, llegó hasta el baño.
—¿Este es el baño, no?. — gritó.
—Sí. ¿Cómo lo sabes?. — preguntó incrédula la muchacha. Él sonrió, de seguro ella no lo sabía.
—Esta es mi antigua habitación, Kagome. — le susurró y entró al baño, dejando a una Kagome atónita.
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—¿A dónde fue mi hermano?. — preguntó un Inuyasha preocupado. Su hermano mayor parecía un fantasma que una persona. Apenas llegaba a un lugar y ya andaba deambulando por doquier.
—Me parece haberlo visto entrar a su antigua habitación. — le respondió una criada.
—Ah. Iré a ver que hace.
Y así el menor de los retoños Taisho subió las escaleras como un niño emocionado. Fue corriendo por los pasillos decorados de jarrones de porcelana cara y paredes llenas de cuadros familiares. Al final del pasillo encontró la habitación que una vez fue de su hermano; bueno, siempre ha sido su habitación. Entró sin llamar y en vez de encontrar a Sesshomaru se encontró a su novia maquillándose.
—Oh hola. — le dijo ella con el brillo labial rosa puesto en los labios.
—¿Sesshomaru está aquí?. — le preguntó. Kagome señaló la puerta gris del baño sin dejar de prestar atención a su reflejo en el espejo.
Inuyasha, temeroso, tocó dos veces la puerta señalada; al instante fue abierta por su hermano y se llevó una sorpresa: estaba sin la camisa y el sacó rojo vino que traía puesto.
—¿Ya terminó?. — Sesshomaru fue el primero en romper ese duro silencio. Asomó su cabeza y vio a su cuñada preparada. —Sí. Ya terminó. Dame un momento, Inu. Casi termino. — le cerró la puerta en la cara sin que el pobre de Inuyasha le dijera algo.
—¿Qué... qué estaban haciendo ustedes dos aquí?. — preguntó el peliblanco menor, señalando la puerta. Kagome negó con la cabeza sonriente y se acomodó el vestido que recién se había puesto.
—Nada. Él vino hace un momento a visitar su habitación y da la casualidad que yo me estaba cambiando aquí, entró al baño y yo seguí preparándome. — le sonrió y salió de la habitación dejando atónito a su novio.
Sesshomaru salió del baño abotonándose los botones superiores de su saco color rojo vino y bostezó. Salió de su antigua alcoba sin decirle nada a Inuyasha. Bueno... él pensaba que ya se había ido con su novia.
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Kagome iba bajando las escaleras dudosa. No dudaba que su vestido, calzado, peinado y maquillaje eran excepcionales, al contrario, le encantaban y la hacían sentir segura. Sólo temía que fuera muy llamativa en la fiesta cuando en realidad el que debía llamar la atención era el cumpleañero: su suegro.
Irazue notó a su nuera bajando las escaleras y corrió a verla. Al tocar el último escalón, la albina chilló encantada. Su nuerita se parecía a ella la primera vez que usó ese vestido. Exacto. El vestido que usaba Kagome años atrás lo había usado Irazue.
—Pareces una princesa. Te queda justo como a mí me quedaba a tu edad. — ella cruzó de brazos y sonrió. Kagome le devolvió el gesto.
¿Por qué nuestra querida protagonista tuvo que cambiarse el disfraz? Simple. En un descuido tonto se volteó enzima la salsa de tomate sobre su vestido y lo arruinó completamente. Ante la gran vergüenza que pasaría si salía con su ropa así, Irazue la ayudó a subir; cuidando que nadie las viera, y en la habitación de Sesshomaru le entregó el vestido que una vez fue suyo.
El bonito vestido color azul Prusia era bastante llamativo. Corto a mitad de muslos, escote que dejaba ver claramente la mitad de sus pechos, de tirantes y con pequeños broches de oro en los inicios de los finos tirantes. Sin duda se veía hermosa. Su maquillaje básicamente era como la noche: oscuro y a la vez brillante. Sus mejillas iban de color rosa a lo igual que el brillo labial en sus labios. Sombra de ojos negra brillante decoraba sus párpados. Traía también un fino delineado negro y las pestañas peinadas. Estaba radeante.
—Gracias. — dijo algo apenada con las mejillas más sonrosadas de lo que estaban.
Sesshomaru venía bajando mientras ambas mujeres hablaban. Se acercó por detrás y se unió a la conversación.
—¿De qué hablan?. — las observó atentamente a ambas.
—Hablabamos del atuendo de Kagome. ¿Precioso, no?. — le dijo su madre. Kagome juntó ambos brazos detrás de la espalda mientras era observada por la curiosa mirada dorada de su cuñado.
Esa mirada ámbar la traía un tanto loca. Su novio, suegra y suegro tenían en mismo color de ojos que él. ¿Por qué sus ojos le traían más curiosidad? Eran de una forma diferente. Como si fueran ojos felinos y curiosos de gato. Su mirar no expresaba mucho sus sentimientos; pero la curiosidad era claramente reflejada. Y eso le gustaba: causar curiosidad en esos bellos ojos dorados. Sesshomaru la observó directamente y le sonrió. Eso la hizo enrojecerse más.
—Opino que se ve mucho más hermosa que una modelo de Hollywood. — le dijo.
—¿Verdad? Yo también pienso lo mismo. — le siguió Irazue. —¿Qué te parece mi hijo mayor, Kagome? ¿Un caballero no es verdad?.
Inmediatamente, como si le hubieran sacado el hechizo de hipnotización que traía puesto por esos bellos ojos dorados, observó a las dos personas que tenía a su lado. Ambos, madre e hijo, rieron; pues su acompañante azabache no había escuchado nada.
—Perdón, no escuché. ¿Qué dijo?. — quiso saber la ojiazul.
—¿Qué te parece mi hijo Sesshomaru?. — volvió a decir la peliplata.
—Ah, bueno... No lo conozco suficiente para darle mi criterio sobre él. Apenas hemos hablado un poco. — dijo la muchacha.
—Pues vamos a conocernos ahora. Ven, vamos a bailar. — y sin escucharla, Sesshomaru tomó el antebrazo de su cuñada con delicadeza y la llevó la pista de baile.
La música comenzó y no era nada más y nada menos que Bloody Mary de Lady Gaga. Sesshomaru sonrió escuchando el inicio de la canción.
—Me encanta esta canción. — confesó y tomó los brazos de Kagome para colocar ambos en sus hombros.
Love is just.
A history that they may prove.
And when...
You're gone
I'll tell them my religion's you.
When Punktious comes...
To kill the king upon his throne
I'm ready for... Their stones.
Iban al ritmo de la canción dando giros y caminando por toda la pista de baile. Muchos de los invitados se habían aventurado a bailar mientras que otros formaban la circunferencia perfecta, siendo espectadores del espectáculo. Uno de esos espectadores era Inuyasha, quien se había quedado boquiabierto al ver a la pareja que todos alentaban.
—Qué bien bailan. — dijo por detrás un hombre mayor.
—¿Que no es esa la novia del menor de los Taisho?. — murmuró otra señora.
—Hacen mejor pareja que ella e Inuyasha. ¿Acaso se conocían? ¿Serían amantes antes?. — preguntó una chica a otra.
Todas esas preguntas y murmullos entraban y daban vueltas en un gran torbellino en la cabeza de Inuyasha.
—No puede ser... Ellos no pueden hacerme esto... — pensó. Una pequeña lágrima se escapó de su ojo izquierdo y esa pequeña lágrima se convirtió en el llanto que estaba a punto de soltar en algún rincón oscuro, sin que nadie lo viera o escuchase.
Salió corriendo al gigantesco invernadero y debido a la música no se escucharon los sollosos que el joven gritaba; preguntándose el porqué le ocurría eso.
La música continuaba y la pareja principal continuaba con sus pasos de baile, como si hubieran sido coreografiados antes.
I'll dance, dance, dance.
Whit my hands, hands, hands.
Above my head, head, head.
Like Jesus said.
I'm gonna dance, dance, dance.
Whit my hands, hands, hands.
Above my head.
Hands together.
Forgive him before he's dead.
Because...
—¿Dónde está Inuyasha? Se está perdiendo esto. — dijo un poco a gritos Touga Taisho, meneando su cabeza y pies al ritmo de la canción.
—No lo sé. Debe estar en la cocina o viendo el show desde la barra con sus amigos. — le gritó Kaede. Irazue movía alegremente sus brazos y cabeza. —¿Cómo es que nunca escuché esta canción tan pegadiza?. — gritó la anciana a Touga. Él rió con fuerza ante el comentario de la abuela.
—Ni en mis tiempos había música tan buena. La música de este tiempo es mil veces mejor que la antigua. — le comentó a la anciana. Ella asintió y continuó moviendo su cabeza al ritmo de la canción y mostrando una gran sonrisa.
—Se ve divertido. ¿Probamos nosotros dos?. — sugirió una Irazue animada a su marido. Él peliblanco asintió dándole un último trago a su bebida y se sumó a la pista de baile. —¡Bailemos!.
—¡Vamos a lucirnos, cariño! ¡Mueve ese sensual cuerpo al ritmo de la música!. — le gritó Touga. Kaede siendo espectadora reía ante la actitud positiva de la nueva pareja que se sumaba a la pista de baile.
I won't cry for you.
I won't crucify the things you do.
I won't cry for you.
See, see.
When you're gone...
I'll still be Bloody Mary.
♪♪♪
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Mientras la fiesta continuaba, en el invernadero Inuyasha continuaba llorando y rompiendo macetas para descargar su malestar y dolor. Ese escaso ruido que apenas se podía oír atrajo a una joven pelinegra de ojos negros, aparentemente tristes y casi inexpresivos. La muchacha se acercó al joven que lloraba y le tocó sus hombros. Inuyasha volteó y vio a la joven detrás de él con la mirada seria. La mano femenina limpió las lágrimas de los ojos y mejillas del contrario y las retiró luego de terminar.
—¿Por qué lloras?. — fue la inquietud de la joven pelinegra de ojos inexpresivos. Inuyasha la miró atónito. Ella parecía un ángel... Pero un ángel al que le habían arrancado las alas y quitado su color. —Soy Kikyo Kasutora. — se presentó y luego, dándole la espalda al muchacho, se sentó en el banco más cercano para luego invitarlo a sentarse junto a ella con una suave palmadita sobre el asiento de mármol frío.
Inuyasha se sentó junto a la joven, algo dudoso pero se sentía en confianza con ella. —Soy Inuyasha Taisho. — le confesó.
—Lo sé. Sería una tonta si no conociera a un Taisho a simple vista. — le sonrió y un apenado Inuyasha se rascó la nuca. —Cuéntame, Inuyasha. ¿Qué es lo que te aflige tanto?. — preguntó. Inuyasha tomó aire profundamente y comenzó a contar su historia.
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La multitud había comenzado a aplaudir al ritmo de la canción mientras que las parejas bailaban, dando giros, saltos y pasos largos de baile. Era una muy brillante coreografía. Kagome se sentía de maravilla bailando con su cuñado. Le había robado sonrisas a él sin siquiera hacer algo. Se observaban mutuamente de vez en cuando; el nuevo brillo dorados de Sesshomaru hacía la mejor combinación con el brillo azulino de Kagome. Ambos disfrutaban estar en brazos del otro; siendo guiados por la pegadiza música de Bloody Mary.
—Esto me encanta. — le confesó Kagome a su pareja de baile. Él sonrió.
—¿Sabes que te encantaría más?. — la giró para colocarse detrás suyo, pegando sus caderas al trasero femenino.
—¿Qué?. — preguntó ella.
—Un beso mío. Te encantará, lo juro. — le dijo casi a gritos.
—Soy novia de tu hermano, ¿recuerdas?. — le dijo una muy sonriente Kagome. Se había tomado el comentario de su cuñado como una broma pesada y sin sentido.
—Unos cuernos no le quedarían mal a mi hermanito. No es que sea un maldito pero, siendo sincero, eres demasiado para él. — le comentó al oído.
—¿Y para quien sería poco o igual?. — le susurró.
—Para nadie. Eres demasiado para todos. — la giró y volvió a tenerla de frente. —Aunque, siendo sincero contigo, eres también demasiado para mí, Kagome.
—Me parece que alguien se ha pasado de copas y está diciéndome tonterías ahora. — sonrió la muchacha. Sesshomaru negó y esa fina sonrisa se borró de sus labios. —¿No mientes?.
—Me encantas. — confesó el albino. Kagome quedó atónita. ¿Le gustaba a su cuñado?.
We... Are not.
Just art for Michelangelo.
To carve.
He can't... Rewrite the aggro of my furied heart.
I'll wait... On mountain tops in Paris, cold.
J'veux pas mourir toute soule.
I'll dance, dance, dance.
With my hands, hands, hands.
Above my head, head, head.
Like Jesus said.
I'm gonna dance, dance, dance.
With my hands, hands, hands.
Above my head.
Hands together.
Forgive him before he's dead.
Because...
—¿Estás loco?. — le preguntó sonriente la azabache de mirada azulina.
—¿Por ti? Sí, creo que sí. — le dijo entre risas.
—¿Crees?. — cuestionó ella.
—Estoy... — besó su frente y acortó casi a milímetros sus labios a los brillantes y carnosos labios de su compañera de baile. — Estoy loco por ti... — la besó.
Le restó importancia que su madre y padre estuvieran a su lado y los observaran atónitos. Le restó importancia que casi su abuela le diera un infarto de lo que sus viejos ojos veían y le restó importancia de que ella, su "cuñada", fuera novia de su hermano menor.
¡Al diablo todo!.
Esa mujer era de él apartir de ese momento en el que fueron presentados en la cocina por Irazue. El corazón obviamente le dolía por hacerle eso a su hermano pero estaba seguro que él lo entendería; Inuyasha era demasiado inteligente como para saber lo que era lo mejor para él y para todos. Y Kagome también estaba segura de lo que sentía por su "cuñado" luego de adentrar su lengua en la cavidad bucal masculina.
Era amor lo que sentían ambos.
|•••|
El beso continuaba y una nueva acción ocurría en el invernadero. Quién diría que el joven Inuyasha, un muchacho caballeroso y educado, profanaba el interior de una mujer que ni siquiera era suya y apenas conocía. También fue una gran sorpresa los sonoros gemidos que soltaba Kikyo al recibir las embestidas de Inuyasha que, si no fuera por la música del interior de la mansión, serían fácilmente escuchados.
—¡Más...! — gritó la chica y recibió una etocada fuerte en su interior que la hizo tener el primer orgasmo.
Inuyasha no se quedó atrás. Soltando un gemido escandaloso con otra estocada cargaba la vagina de Kikyo con su semilla blanquecina y pegadosa. Se salió de ella para sentarse en el banco a descansar. Cerró un poco los ojos y los abrió de golpe al sentir una lengua acariciar la punta rosada y mojada en semen de su pene.
—Es mi turno. — le dijo Kikyo y comenzó las delicadas mamadas en la verga de Inuyasha.
—Oh sí. Que bien se siente. — gimió un desvergonzado Inuyasha.
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El beso Sesshome continuó a lo igual que la música. Bailarines y espectadores observaban curiosos el beso de los jóvenes bailarines. Cuando el gesto desvergonzado de ambos terminó se miraron con una gran sonrisa maliciosa en sus caras y pegaron más sus cuerpos para continuar bailando.
I won't cry for you.
I won't crucify the things you do.
See, see.
When you're gone...
I'll still be Bloody Mary.
♪♪♪
Gaga, Gaga.
Gaga, Gaga.
Gaga, Gaga.
Gaga, Gaga.
Gaga, Gaga.
Gaga, Gaga.
Gaga, Gaga.
Gaga, Gaga.
Kagome observó a su compañía. Sin duda se había vuelto a enamorar. Su corazón latía de nuevo por un nuevo hombre. Él debía ser suyo. Quería estar siempre en la calidez de su cuerpo, sentir su aroma a menta y gotas de lluvia mezclado con calientes y fieros rayos de sol. Deseaba pasar miles de noches candentes a su lado y nunca cansarse de ese nuevo amor. Apenas lo conocía, es verdad. Pero lo que sentía no se apagaría jamás aunque él apenas es un desconocido para ella.
Se pegó a su cuello e inhaló el masculino aroma. La excitaba, no iba a negarlo. Sentía su ropa interior humedecerse. Ese hombre en ella estaba causando un completo descontrol.
La tomó de ambos brazos y comenzaron a hacer círculos en sincronía junto al ritmo musical.
Dum-Dum.
Da-Di-Da.
Dum-Dum.
Da-Di-Da-Dadda-Da-Di-Da.
Dum-Dum!
Da-Di-Da!
Dum-Dum
Da-Di-Da.
Dum-Dum.
Da-Di-Da-Dadda-Da-Di-Da.
Dum-Dum!
Da-Di-Da!
I won't cry for you.
I won't crucify the things you.
Do, do, do.
I won't cry for you.
See, see.
When you're gone...
I'll still be Bloody Mary.
Nuevamente volvieron a besarse intensa y apasionadamente. El matrimonio Taisho reía sin control, no sólo por el baile, sino también por la gran alegría que su hijo encontrara su mitad aunque fuera la novia de su hermano.
|•••|
—¡Por Dios, no pares!. — gimió Inuyasha. Agarró a Kikyo por el cabello y la ayudó a moverse más en el oral que le aplicaba su hinchado y erguido pene. Iba casi a explotar.
—¿Te gusta?. — preguntó inocente la chica. Colocó el miembro entre sus pechos desnudos y lo abrazó con ellos, continuó asiendo movimientos de arriba-abajo en esa misma posición.
—¿Qué si me gusta? ¡Me encanta! ¡Es... Es increíble! ¡Ahhh!. — gruñó y gimió cuanto pudo hasta terminar de correrse entre las tetas de su nueva compañera.
El semen de Inuyasha estaba por todo el cuerpo de Kikyo e incluso partes de su delicado rostro de porcelana. Inu se acercó a ella y le depositó un casto beso en los labios suaves de Kikyo. Se separaron debido a la falta de Oxígeno y se observaron un rato en silencio.
—Esto no ha terminado. — le dijo él y la subió en su regazo, clavándose inmediatamente en el interior mojado de Kikyo.
|•••|
Y mientras la otra pareja se daba amor carnal, los bailarines se besaban suavemente y no tenían ningún tipo de apuro en ir a la cama y completar su rito amoroso: tener sexo. Bailaban el final de Bloody Mary con mucha pasión y encanto sin apurarse. Besarse mientras danzaban era, sin duda alguna, algo tan sublime como hacer el amor.
Oh-Oh-Oh-Oh-Oh.
Oh-Oh-Oh-Oh-Oh.
Oh-Oh-Oh-Oh-Oh.
Oh-Oh-Oh-Oh-Oh.
Oh-Oh-Oh-Oh-Oh.
Oh-Oh-Oh-Oh-Oh.
Oh-Oh-Oh-Oh-Oh.
Oh-Oh-Oh-Oh-Oh.
Oh...
Libérate, mi amor.
La canción al fin había terminado y cuando todos aplaudieron alegremente la pareja estrella de bailarines enamorados ya se había ido.
Sesshomaru se escapaba con Kagome hacia el penth-house del novio. Una pareja de enamorados muy risueña se subía a un Mustang negro. El auto se puso en marcha mientras que la fiesta continuaba.
|•••|
Inuyasha y Kikyo se colocaban sus ropas nuevamente en silencio. Habían tenido sexo sin ningún tipo de vergüenza y ahora... Ahora ninguno de los dos se atrevía a romper ese incómodo silencio.
Kikyo fue la más valiente y metiendo su mano en su bolso de mano sacó una tarjeta con su número y la dirección de su casa. Se la entregó a Inuyasha un poco sonrojada mientras se acomodaba un mechón de cabello detrás de la oreja. Inuyasha sonrío y le acarició la mejilla.
—¿Puedo volver a verte?. — le preguntó. Ella asintió afirmativa. —¿El martes a las 8 de la noche?. — volvió a asentir la muchacha. —Bien. Te veré allí. — le dio un beso en la frente y caminó hasta la salida del invernadero.
—¡Espera!. — gritó la pelinegra de mejillas sonrosadas y ojos más expresivos. —¿Q-qué te gusta comer?. — preguntó dudosa.
—Me encanta el curri pero no muy picante sino me quema la lengua. — le dedicó una sonrisa sincera y se fue dejando a Kikyo con una gran sonrisa.
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★To be Continued★
Uno o dos capítulos más y terminaré este pequeño fic Sesshome e Inukag. También pienso agregarle un epílogo y tal vez un Drabble o un pequeño Shot, no sé. Aún no me siento capaz de crear un Drabble.
La canción es de Lady Gaga, ya leyeron que se llama Blody Mary y, sí, es la canción que baila Merlina en uno de los capítulos de la serie. La puse en ingles, y seguro pudieron ver que tiene una oración al Francés y otra al español. Pues así es como lo tengo yo en un vídeo que tengo por aquí, ojalá les pudiera copiar el enlace para que lo vean y no tener que traducirlo yo misma pero he tratado y no he podido. La traducción al español se las pondré en el siguiente capítulo ya que este se me ha extendido demasiado y no pensaba escribir tan largos los capítulos, espero que me perdonen.
Espero que les vaya gustando y me haya expresado lo suficiente en las encenas de sexo del Inukyo, aún práctico para mejorar así que pueden ser críticos y darme algunos consejos al escribir lemos.
¡Nos leemos pronto!
Bye-Bye!
by: Mary__🌸
😘♡
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