Epílogo.
Las maletas están listas, todo recogido, todo en orden.
Ahora sólo queda una cosa; decir adiós a dos de las personas más importantes de mi vida, esas que me han acompañado en una de las épocas más difíciles sobretodo por cuestión de trabajo.
Anne y Josie me esperan al final de las escaleras, con los brazos abiertos dispuestos para un último abrazo que no les negaría por nada en el mundo.
Así, abrazadas, puedo sentir lo mucho que las voy a echar de menos. Quizá esta despedida es mucho más dolorosa que cualquier otra, incluso que la de mi madre después del funeral de papá. Al fin y al cabo nunca estuvimos tan unidas.
Sin embargo, sé que esto no es definitivo.
—¡Vamos chicas! Que sólo me voy a mudar a unas cuantas calles lejos de aquí—. Les recuerdo con una sonrisa radiante, de oreja a oreja.
Hace unas pocas horas que le di el "sí" a Zac, y desde entonces no he podido dejar de sonreír.
Hemos llegado a un acuerdo. Podríamos estar juntos en Nueva York, él se mudaría aquí para dirigir sus negocios y yo seguiría con mi puesto de trabajo. Pero no sólo se tendría que mudar él, yo dejaría a mis compañeras de piso por vivir con Zac, y la verdad era una idea tentadora a la cual no pude negarme.
—¡Lo sabemos! Pero no será lo mismo sin ti—. Replica Josie con un puchero infantil.
—¡Claro! ¿Quién nos despertará con agua fría los fines de semana de resaca?—. Dice Anne totalmente en serio, pues más de una vez me vi obligada a hacérselo.
Sí que las echaré de menos.
—Yo también echaré en falta esos momentos chicas, vivir con vosotras estos años ha sido una de las mejores cosas que me han pasado, os lo prometo—. Confieso con la voz a punto de quebrarse por la emoción.
Ellas también comparten el sentimiento y me estrechan aún con más fuerza entre sus brazos, casi tan fuerte que seguro nos ahogamos mutuamente, pero poco importa eso ahora.
Al finalizar el encuentro, nos reímos por lo patéticas que nos vemos llorando por una despedida que apenas lo es.
—Como si no os fuese a ver cada día, o como si no fueseis a llamarme a menudo fingiendo emergencias—. Me quejo con tal de darle humor a este momento agridulce y así poder dejar un buen sabor de boca a la despedida.
Frente a nosotras, llega Zac con el coche negro, la misma imagen que cuando nos conocimos pero de día y en otro contexto. Esto me hace reír.
Nunca sabes a dónde te llevará la vida.
—Me envían a recoger a la señorita Gómez—. Dice Zac mientras baja la ventanilla.
—Ya voy, un segundo—. Me quejo, volviendo en seguida a centrar mi atención a las chicas.
Ellas admiran unos segundos más tanto al vehículo como a su conductor. Aún no se creen que todo esto esté sucediendo de verdad, y lo cierto es que yo tampoco.
—Os avisaré cuando esté instalada, segundo que a Zac no le importará que vengáis algún día a dormir—. Digo con entusiasmo.
Nuestro apartamento será grande. No lo he visto, pero cualquier cosa me sirve, sobretodo viniendo de alguien con el gusto y el dinero de Zac. Además, comparado con el apartamento que compartíamos ellas y yo, seguro que es un palacio.
—Está bien, ahora ve, tu príncipe azul te espera—. Me insta Anne, haciendo gestos para que me marche.
—De acuerdo, os quiero chicas—. Me despido por última vez, dándoles un abrazo a cada una respectivamente.
—Y nosotras a ti, mucho mucho mucho—. Me recuerda Josie con su dulce voz.
Zac sale del coche para recoger mis maletas y ponerlas en el maletero mientras me despido.
—¿Lista?—. Pregunta él cuando ambos nos sentamos en el coche.
Tras asentir, les dedico un gesto de despedida a ambas, que me esperan de pie hasta que el coche desaparezca calle abajo.
Parece la separación más eterna de mi vida, pero en realidad quiero alargar el momento lo máximo posible.
Aunque quiera con todas mis fuerzas irme con Zac, no puedo evitar mirar atrás con nostalgia.
Sin embargo, al mirarle una vez estamos a solas, sé que estaremos bien. Ambos somos muy parecidos, muy cabezotas y confiados, pero por mucho que lleguemos a discrepar o discutir por tonterías, al final estaremos bien.
Porque aunque lo nuestro haya sido extraño, algo que estaba destinado a fracasar desde el inicio, ha sido una de las mejores cosas que nos podría haber pasado.
Veníamos de dos mundos completamente distintos, y aunque parecían incompatibles, con ganas y esfuerzo hemos probado que pueden llegar a fusionarse.
Estaremos bien.
_____________________________________
Nota: ¡Hola hola! Llegamos al final 😔
Pero aunque suene doloroso estoy feliz porque ha sido una experiencia maravillosa escribir esta historia, sobretodo con vuestro apoyo. Muchísimas gracias por haberla seguido y haberme animado hasta el final, espero que os haya gustado tanto como a mí. Todos echaremos de menos a Ingrid y Zac 😔
Por ahora me despido, abrazos a todos y una vez más: gracias ❤️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro