Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

31: Propuesta.

Zac descansa en la camilla, dormido con una expresión de paz que nunca le había visto antes. Eso en parte me alegra, pero después de saber las verdaderas razones de sus desmayos, no puedo evitar estar algo inquieta. No he dejado de morder la piel alrededor de mis uñas desde que llegamos, un viejo hábito al que pensé que no recaería.

Con intención de salir de la habitación y despejarme un rato, me inclino para levantarme, pero la mano de Zac se posa sobre la mía repentinamente. Al parecer no estaba tan dormido.

Le dirijo una sonrisa para no alarmarlo.

—Estás despierto—. Murmuro con voz tranquilizadora, acariciando su mano que agarra la mía.

Él eleva un poco las comisuras de sus labios, pero se le nota cansado.

—No se me da bien hablar con los médicos—. Se excusa, encogiéndose de hombros levemente.

—No soy tu niñera—. Ruedo los ojos, pero no puedo evitar que se me escape una pequeña risa.

Aún así, a los pocos segundos mi expresión vuelve a ser más seria, los resultados no han sido del todo buenos.

—Sabes que tendrás que cuidarte más a partir de ahora, ¿Verdad?—. Digo, preocupada, porque sé que no se le da especialmente bien.

—Sólo es un poco de estrés, Ingrid.

Niego. No es sólo eso.

—El corazón no es algo que puedas ignorar, tienes que tener cuidado o...—. Me detengo antes de terminar la frase y trago saliva, no es algo que quiera decir en voz alta.

—No me dará un infarto, te lo prometo—. Concluye él, sabiendo a lo que me refiero, y aprieta mi mano levemente para reforzar su promesa.

Esbozo una mueca, no muy segura de ello, pero tampoco quiero seguir la conversación. Somos propensos a discutir, eso está claro, y ahora es lo último que Zac necesita.

Pero aún queda algo que decir, y eso probablemente le siente peor.

—He llamado a tus padres...—. Murmuro, como si mi tono de voz pudiese suavizar la noticia.

Él aparta la mano para tocarse el puente de la nariz, pensando en ello.

—Joder... Mi madre estará histérica... ¿Cómo has conseguido su número?

Señalé con el mentón su teléfono, que descansaba en la mesita al lado de la camilla.

—Deberías ponerle una contraseña mejor que 1111.

Él me responde con una mueca, tal y como un niño de cinco años haría.

Por un momento, me detengo a pensar qué sería de mi vida si realmente pudiese estar junto a él, sin contratos, sin dinero, solamente Zac y yo, siendo nosotros mismos.
Una parte de mí desearía que fuese así de sencillo, pero primero debería aclarar algunas cosas.

—¿Qué ocurre?—. Pregunta Zac, sacándome de mis pensamientos.

Yo niego un par de veces, antes de intentar explicárselo.

—Es sólo que... Te he echado de menos—. Digo al final. Admitir la realidad nunca ha sido uno de mis fuertes.

Por suerte Zac siempre parece leerme la mente, pues su expresión, aunque sonríe, es de preocupación.

—Si es por Selene, te puedo asegurar que está olvidado, siento mucho...

—No—. Le detengo, acariciando su mano—. No es eso... Se trata de mí. No creo que pueda tirarlo todo por la borda ahora mismo.

A pesar de todo, él parece no comprenderme.

—Ahora tengo trabajo, uno de verdad, en el hospital. Después de tanto esfuerzo para llegar a donde estoy no puedo dejarlo todo y seguirte a tu vida, Zac. Las cámaras y los vestidos caros no son parte de mi mundo—. Aclaro, por más que me duela, pero es la verdad.

Él tarda unos segundos en reaccionar. Parece comprender al fin, pero no le gusta oírlo.

—Ingrid, ante todo, estoy feliz por ti—. Suspira, haciendo una pausa—. Pero tampoco quiero dejarte marchar como la última vez.

Para reafirmarse, se incorpora en la camilla, sentándose de modo que nuestros rostros quedan a la misma altura, y puedo volver a perderme en su verde mirada.

—Podemos hacerlo, juntos. Puedo instalarme en Nueva York, hay una central allí...

Su voz casi suena a ruego, lo es. Ni siquiera puedo disimular lo tentadora que suena esa opción.

—Con la prensa no puedo hacer nada, no te mentiré, es algo de mí que tendrás que aceptar, pero no tienes porqué usar vestidos caros ni ir a cenas con champagne de mil dólares—. Esboza una sonrisa débil, sincera, convincente—. Podemos al menos intententarlo si estamos juntos... Quiero que te quedes todas las noches, y mañanas, del resto de mi vida.

No recibe respuesta por mi parte, soy incapaz de decir nada aún.
Es cierto que suena tentador, no puedo negarlo.
Una parte de mí quiere seguirle a dónde sea y a pesar de lo que sea, pero otra parte de mi interior me grita que no puedo dejarlo todo y a todos por nadie, aún menos después de estabilizar mi vida.

Zac vuelve a acariciar mi mano, para recuperar la atención, y yo le devuelvo una mirada dudosa.

—Sé que mi mundo no es perfecto, pero tiene cosas buenas, al igual que yo. ¿Podrás aceptar eso?

_____________________________________

Nota: ¡Hola hola! Este ha sido el PENÚLTIMO capítulo de esta historia / novela. Espero que os haya gustado tanto como a mí, aunque sea triste que ya se termine todo 😔
Decidme qué pensáis, ¿Ingrid escogerá a Zac y su vida de papel, o preferirá su vida normal?
Os leo 💗✨

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro