Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

21: La historia.

Todo el trayecto hasta el hotel me mantuve callada. Zac notó el cambio, pues aunque él pensaba que disimulaba bien, no dejaba de mirarme con pena.

Odiaba las miradas de compasión, no era un cachorro en apuros.

Igual de enfurruñada que en el episodio de los paparazzi, entré en la habitación de hotel y me encerré en el cuarto con un portazo.

Zac, haciendo caso omiso del gesto, entró detrás mío con calma.

Lancé el hielo a la mesita de noche que correspondía a mi lado y me quité los dichosos tacones, dejándolos a los pies de la cama.

Zac me miró desde la puerta con los brazos cruzados.

—Ven aquí—. Pidió, aunque no de forma exigente.

Hice oídos sordos y procedí a desvestirme para ponerme la camisa que me había prestado él como pijama.

En cuanto llevé las manos al lado de los tirantes, me topé con sus dedos, que ya habían comenzado mi tarea.

Esperé pacientemente hasta que deshizo el nudo para proceder, pero en seguida él tomó la iniciativa en quitarme el vestido.

No puse resistencia, es más, alcé los brazos para que pudiese sacármelo con más facilidad.

—Ingrid.

—¿Qué?

Me giré para devolverle la mirada. En ningún momento sus ojos descendieron a ninguna parte de mi cuerpo, aunque tuviese mis pechos al descubierto.

Hizo una pausa tan larga que creí que no me contestaría.

Pareció dudar, pero terminó hablando.

—Nada—. Suspiró.

Retrocedió hasta alcanzar la camisa que me había prestado aquella misma mañana y me ayudó a ponérmela.

No entendía de dónde salía toda aquella preocupación, pero contra más detalles tenía conmigo, más me molestaba.

Sencillamente no comprendía sus motivos, y me enojaba no tener respuestas a mis dudas.

Me abrochó tres botones, dejando un poco de escote, tal y como yo había hecho por la mañana.
Qué observador.

Sin decir nada más, metió las manos en los bolsillos, me echó una última mirada que no supe identificar y se alejó hacia el baño.

Salí a la puerta.

—Zac.

—¿Qué?—. Se giró a verme.

Sonreí.

—Nada.

•••

De nuevo compartíamos cama.

Al parecer ninguno de los dos tenía sueño, ya que él tenía los ojos tan abiertos como yo. No sabía sus razones, pero yo no dejaba de darle vueltas al encuentro con Harry.

Todo lo que nos habíamos dicho, lo que aún faltaba por decir...

Miré una vez más a Zac, estancándome en sus ojos verdes, en vez de su torso desnudo.

—Fue hace tres años —comencé—. Lo conocí igual que a ti; en la calle. Pero él no quería mis servicios como tal, le gusté y quería tener una cita conmigo—. Me encogí de hombros.

No tuve que decir mucho más, pues Zac asintió, comprendiendo de qué hablaba.

—Por supuesto accedí, y seguí haciéndolo una y otra vez aunque siguiese trabajando de lo mío. Simplemente lo llevábamos bien, algo así como una relación abierta —sonreí inconscientemente por el recuerdo—. Nos enamoramos. Aquel año fue uno de los mejores de mi vida, solamente quería estar a su lado. Él me prometió que nos fugaríamos y que podríamos vivir juntos lejos de Nueva York. Me sacaría de las calles... Pero no apareció en la noche fijada, jamás nos fugamos... Harry no apareció en dos años.

No pude continuar, pues mi voz se quebró. No habían signos de lágrimas en mis ojos, pero mi voz me delataba.

—No tienes que seguir, está bien, descansa—. Murmuró Zac, acariciando mi brazo.

—Quería hablarlo con alguien—. Confesé.

Su mano se posó entonces en mi mejilla, y la dejó allí. Su pulgar trazaba círculos en mi pómulo de forma distraída y sus ojos viajaban por todo mi rostro.

—No fue sin pensar —explicó, como si así intercambiase mi historia por la suya, aunque no sabía a qué hacía referencia—. Había pensado en contratar a una actriz, pero te vi. Joder Ingrid, no pude apartar la mirada de ti.

» —Volví a pasar por allí dos veces más, dando vueltas a la manzana solamente para verte. Y cuando caí en la cuenta de qué hacías, no dudé en acercarme.

No me lo esperaba.

Pero no me costó reaccionar. Reí levemente de inmediato.

—Podrías haber sido menos frío conmigo—. Me quejé bromeando.

—Que seas guapa no significa que no me molestes. Tienes un carácter fuerte—. Replicó.

Ambos nos reímos. Unas risas genuinas que llenaron la habitación en aquella madrugada.

—Mañana volamos de vuelta a Nueva York—. Explicó, a lo que asentí.

En mi interior me dio pena abandonar tan rápido Londres, pero por otra parte ya echaba de menos la ciudad donde vivía.

—Podrás volver con tus compañeras de piso—. Dijo, medio dormido.

Por supuesto. Ahí terminaba la farsa.

Ya no requeriría más de mis servicios, así que volvería a la normalidad.

No me sentó bien. Me apagó anímicamente, aunque no entendí porqué.

Quizá me había acostumbrado a estar con él, o al menos a los lujos que me proporcionaba.

En medio de aquellos pensamientos, me surgió una duda.

No tenía mucha relación, pero al mismo tiempo estaba conectado totalmente.

No quería separarme de él tan rápido por algo que aún no podía confirmar.

Pero él...

—¿Por qué me fuiste a buscar a los aseos?—. Pregunté en un susurro.

No sabía si se había dormido o no, pero esperaba obtener una respuesta.

Abrió un ojo.

—¿Sinceramente?

—Sí.

—¿Estás segura de querer saberlo?

Rodé los ojos y él los cerró.

—Déjate de juegos y dímelo.

—No me gustó imaginarte cerca de Harry—. Murmuró con la voz apagada por el sueño.

Acto seguido su respiración se realentizó, dando a entender que por fin había caído en los brazos de Morfeo.

Sus palabras me dejaron pensando.

Además, también provocaron una nueva sensación en mi estómago. La misma que había sentido aquella mañana.

Entonces pensé en que a la mañana siguiente todo terminaría y el vacío reemplazó aquella sensación.

Me había acostumbrado a su presencia en tan sólo dos días y una noche, aunque la mayoría del tiempo estuviésemos discutiendo o molestándonos. Pero me había hecho a la idea.

Cerré los ojos y traté de dormir.

No supe en qué momento había ocurrido, pero para cuando me dormí estaba refugiada en los brazos de Zac.

___________________________

¡Maratón! 2/3.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro