Y hasta aquí esta historia.

Espero de corazón que les haya gustado esta historia tan hot sobre los coreanos :P

Las cosas entre nosotros iban de maravilla, la estrategia que ella me ayudó a montar hizo que los rumores cesasen sobre mi persona y que la gente empezase a creer que las palabras de Ailein eran totalmente falsas. Solía pasear con Susana por la calle agarrados de la mano, sin escondernos ni un poco de los periodistas que nos seguían o las fans locas que querían saber hasta el más mínimo detalle. En poco tiempo ella se ganó un hueco en el rincón de todos ellos. Tenía mucho carisma y su dominio del coreano cada vez era mejor. Aunque aún existía una minoría que seguía apoyando a mi exmujer, y nos encontrábamos el coche con pintadas con asiduidad, incluso le tiraron huevos a la cara alguna vez y la llamaron "usurpadora". Ella se lo tomó con bastante calma, y en aquella ocasión fui yo el que me enfrenté a esas acosadoras, dejándoles bien claro que no iba a quedarme callado.

Esa chica me hacía sentir bien. Mamá no dejaba de presionarme al respecto, sobre que debía dar un paso más antes de que se me escapase. Ella era una buena chica y mis padres la adoraban.

Pero ... yo tenía demasiadas cosas en la cabeza en aquellos días. La revista iba demasiado bien, y nos llovían las propuestas y colaboraciones.

- Susana – la llamé, aquella noche, dejando de prestar atención al libro que leía. Porque lo cierto era que tenía tantas cosas en la cabeza, que ni siquiera me concentraba. Había leído el primer párrafo más de treinta veces sin entender absolutamente nada. Ella contestó con un ruidito afirmativo, sobre mi regazo. Acaricié su hombro y sonreí - ¿de qué hablasteis Ailein y tú el otro día?

- Mmmm ... - se quedó pensativa. Sabía que estaba agotada aquellos días, pues hacía horas extras en su trabajo.

- Si te puso las cosas difíciles...

- No – contestó tajante – no fue nada de eso. Ella no volverá a molestarnos, Oppá – eso me sorprendió demasiado. Pero no dije nada, tan sólo dejé que ella recordase la conversación que tuvo lugar entre ambas a principio de semana, cuando nos la encontramos por casualidad en una cafetería.

Besé su mejilla y apreté su mano en señal de que todo estaba bien, antes de entrar en el local junto a mis padres. Ella se quedó fuera un rato más, mirando de reojo a mi ex mujer.

+ Sólo eres su juguete de mientras que vuelve conmigo... - ella sonrió, como si no le molestasen aquellas palabras.

+ Debe ser realmente frustrante ¿no? – se cruzó de brazos antes de mirar hacia el interior, dónde yo le hacía señas para que entrase – Aún sientes cosas por él, eso puedo verlo. Pero ... lo que sientes no es algo sano – Ailein se sorprendió demasiado, incluso abrió la boca para contra atacar. Pero Susana fue más rápida – Cuando amas a alguien no le humillas públicamente, no le acusas de maltratador y depravado, y menos aún le haces daño.

- Oppá, saranghe (te amo) – sonreí, plenamente feliz. Si pudiese elegir un momento en el que morir... sin lugar a dudas sería aquel. Me sentía pleno.

- Nado saranghe (también te amo).

FIN.