Capítulo 8 - Las mentiras.
¡Cómo lo prometido es deuda... aquí tienen el especial de hoy, al ser el último día del año!
Espero que les guste.
Disfruten :D
----
No sé qué era lo que más me sorprendía de todo aquello, sí que ella escribiese en un blog, la naturalidad con la que trataba de hablar para no hacerme sentir incómodo, apreciando mi estúpido gesto de vernos y actuar amablemente el uno con el otro, o que mi mejor amigo y ella hubiesen tenido algo.
- Valla... - su amiga estaba flipando, no era para menos. No tenía idea de quién era, pero ella parecía conocernos bien – así que este es el idiota del Kyu Jin del que siempre me hablabas – dijo, en inglés, consciente de que ambos podíamos entenderlo. Ella rompió a reír, perdiendo un poco de su frustración - ¿sabías que también es el idiota de mi jefe? - ¿Qué? La trama se complicaba – Y este otro tipo, tu repentino fan, es el CEO de la compañía.
La sorpresa se vio pronto reflejada en el rostro de ella, se soltó de mi mano, realmente incómoda. Comimos en silencio, con ella a cada rato intentando sacar conversación, al final lo consiguió, con Kyu Jin hablando sobre el antiguo grupo con el que tocaba cuando era joven, y ella haciendo bromas al respecto. Me molestaba, joder, que ellos hubiesen tenido un pasado juntos.
- Se os ve bien juntos – dijo el tal Yunho, haciendo que ella bajase la cabeza, incómoda - ¿por qué lo dejasteis?
- Porque el muy capullo sólo la estaba usando para follar – dijo la impertinente de Olivia, haciendo que Susana se sintiese incómoda, y que Kyu Jin se atragantase con un trozo de pasta.
- No es cierto – se quejó ella, pero pude ver que sólo lo hacía para salvar la situación – acabó porque era una relación un poco imposible, yo en España... - ¿España? Al fin sabía su procedencia - ... y él en Corea, era del todo improbable un futuro juntos.
- El mundo es un lugar más pequeño de lo que parece – dijo Yunho - ¿cuántas posibilidades había de que te encontrases de nuevo con él cuando volvieses a Corea, y de que fuese amigo de tu fan? – ella sonrió, divertida.
- Es cierto – rio, y me miró de reojo - ¿cuántas posibilidades había?
- ¿Y cómo te van las cosas? – quiso saber mi mejor amigo - ¿te casaste? – ella negó con la cabeza, algo melancólica al respecto.
- ¿y tú? – él asintió.
- Me casé y tengo dos niñas – aseguró, ella asintió, sin saber que más decir. Pensé que la cosa acabaría ahí, pero ella dijo algo más.
- Quizás yo también pueda tener tu misma suerte algún día – me aferré a su mano, mientras su amiga se percataba de ello y miraba hacia ese punto, y luego hacia ella.
- ¿Es "El Sexy"? – inquirió, haciendo que esta se girase a mirarla, sorprendida, sin comprender cómo podía saberlo, y yo empezaba a comprender el mote que ella me había puesto.
- Hablemos de esto luego, en casa – pidió, su amiga la asesinó con la mirada, pero no dijo nada más al respecto – quizás deberíamos irnos ya...
- Apenas has comido nada – me quejé, fijándome en su plato de pasta, estaba casi entero. Se soltó de mi mano, con disimulo, y tragó saliva, altamente incómoda.
- No tengo mucho apetito – aseguró, poniéndose en pie, al igual que su amiga, mientras Yunho tragaba con rapidez un poco de zumo y seguía los pasos de aquellas dos – me ha gustado mucho verte – mintió, cuando se notaba a leguas que no era así. Me di cuenta en seguida, aquel acercamiento entre nosotros había sido una pésima idea. Debíamos haber dejado las cosas como estaban, ser sólo dos desconocidos que tienen sexo.
Kyu Jin tiró de su corbata, aflojándola, respirando con normalidad, como si se hubiese quitado un peso de encima cuando ellos se fueron.
Un mensaje llegó a mi teléfono, descansaba sobre la mesa, así que sólo me asomé un momento a mirarlo.
Desconocida:
Tenías razón, era mejor para nosotros haber seguido siendo desconocidos, siento todo esto, de verdad.
- ¿De qué os conocéis en realidad? – levanté la vista para observarle, perdiendo el hilo de mis pensamientos, dejando el mensaje en visto – Sinceramente, no te veo leyendo blogs poco conocidos por internet, y no sabes español, así que es imposible que ... - sonreí, divertido, sin querer soltar prenda, no quería reconocer que era tan capullo como él, que estaba usando a esa preciosa chica de la misma forma en la que él lo hizo.
- La conocí en una aplicación de citas – mentí, él se sorprendió al respecto – ella estaba avergonzada de reconocerlo, así que se inventó esa historia.
- ¿Has decidido seguir mis consejos sobre mantener relaciones sexuales con una extranjera?
- No – contesté, devorando mis macarrones con queso, sin querer soltar prenda, era bastante reservado con mi vida privada, y él lo sabía – me pareció divertido salir de mi zona de confort y conocer a alguien por una vez – él lucía sorprendido, pero yo iba a hacerlo más creíble – incluso ella puede practicar su coreano.
- ¿Te lo ha contado? – le miré, sin comprender, pues todo aquello que estaba saliendo por mis labios no eran más que mentiras – Era una gran fan del kpop cuando la conocí, estudiaba coreano y su sueño era acabar la carrera para venirse a vivir a Corea – me sorprendí al respecto, no tenía ni idea de nada de aquello – creo que la defraudé bastante cuando lo dejamos...
- No debiste usarla así – fue lo único que dije, dando un sorbo a mi copa de vino, escuchando como un nuevo mensaje llegaba a mi teléfono.
Desconocida:
Quizás deberíamos dejarlo aquí.
Me atraganté con el vino, preocupando a mi amigo, pero le ignoré y contesté a ese mensaje.
Yo:
Tres preguntas, un café y un polvo rápido, en mi casa, a las diez. Lo hablaremos luego, ¿vale?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro