Capítulo 33 - Entre bambalinas.
El capítulo de hoy es de lo más fan. xD
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Estaba de lo más entusiasmado con nuestra segunda cita, no dejaba de decirme que iba a flipar. A mí me divertía mucho verle tan feliz.
Esa mañana llegamos temprano al set, estaba histérica, debo admitir, era la primera vez que iba a un set de fotografía, justo donde nos harían la entrevista que él había prometido, la exclusiva sobre nuestra relación.
- No debes estar nerviosa – me dijo, justo cuando nos sentamos en el sofá en el que iban a entrevistarnos, mientras los fotógrafos se preparaban para hacernos fotografías. Él estaba guapísimo, aún con ese tupé extraño que le habían peinado hacia arriba. Me gustaba mucho más con flequillo – tienes que relajarte y posar. Yo también estaba histérico la primera vez, pero aprendí del mejor.
- ¿Y quién es el mejor? – quise saber. Él sonrió, haciéndome una señal con la mano, en señal de que no iba a decírmelo.
- Estropearás la sorpresa de luego – se quejó, mientras yo rompía a reír.
- Así mejor, mucho más natural – sonreí, sin lugar a dudas él me hacía sentir bien.
Los flashes comenzaron aquí y allá, mientras él me echaba una de sus miradas, y yo me quedaba observándole, enamorándome de forma literal, un poco más de él. ¡Dios! ¿Porqué era tan guapo?
- Creo que después de esto voy a necesitar un buen revolcón en el coche antes de nuestra segunda cita – bromeé. Lo cierto es que me estaba poniendo a tono con tanta excitación. Rompió a reír, sin poder evitarlo, y yo sonreí como una tonta, mordiéndome el labio a cada tanto. ¡Dios! Su sonrisa era perfecta.
- Bueno – comenzó una voz llegando hasta nosotros. Era una mujer muy atractiva, que rondaba los cincuenta. Nos miraba con cierto brillo en los ojos – deberíamos empezar ya con la entrevista ¿no?
- Por supuesto – aceptó él. Entrelazando nuestras manos para darme ánimos para seguir con aquello.
- Es más guapa de lo que se ve en las fotos, Kang Hyuk Shi – llamó hacia él, refiriéndose a mí, por supuesto. Bajé la cabeza, algo avergonzada, antes de que aquella mujer comenzase a preguntar, según el guion que habían estado ensayando – ¡Dios! Ni siquiera sé por dónde empezar, estoy tan feliz de teneros aquí, que quiero haceros muchas preguntas – él rompió a reír, divertido, muy modesto – Empecemos por la pregunta que todas estamos deseando conocer. ¿Cómo os conocisteis?
- Fui de lo más osado – aseguró él – la invité a bailar en un club – el público estalló en un largo "Oh", como si fuese impactante la noticia. Demasiado osado para la gente – Al principio pensé que no iba a aceptar, no tenía ninguna posibilidad. Pero ella... aceptó.
- ¿Y cómo surgió el romance? – insistía la presentadora.
- La verdad... no lo sé – lucía tan cool en ese momento, que yo sólo podía sonreír, morderme el labio inferior y mirarle a cada tanto, en ese orden - ¿cómo algo que era del todo improbable pudo surgir? Lo cierto es que no pensé que llegaría a ser alguien tan importante para mí. Ella debía volver a su país y yo tenía negocios en Seúl. Era obvio que un futuro para nosotros no podía ser – la gente lo observaba con detenimiento, era la primera vez que él estaba hablando desde el corazón, y la gente lo sabía – Estuvimos unos meses separados... pero la oportunidad de volver a verla sucedió cuando casi había perdido la esperanza, gracias a una empresa de cosmética española, con un concepto sobre mascarillas coreanas muy interesante. Querían una colaboración con una revista coreana, y nos contactaron. Supe, en seguida, que iba a pasarme por Granada a ver a mi chica.
- Entonces... ¿Ella es española? – quiso saber la presentadora, con gran admiración – Pero ... Tengo entendido que ella puede hablar coreano muy bien.
- Oh, sí, ella puede hacer eso.
- Susana – me saludó la mujer – Es un gusto tenerte aquí – sonreí.
- El gusto es mío – contesté en un perfecto coreano, sorprendiendo a muchos, que volvieron a lanzar un leve "oh" en la sala.
- ¿Qué fue lo que te llamó la atención de Kang Hyuk Shi? – lanzó hacia mí. Aquello no estaba preparado, pero yo no iba a quedarme callada.
- Fue su carisma – contesté, mientras él tragaba saliva, altamente nervioso. Presioné su mano con la mía, dándole ánimos para enfrentar aquello – No suele andarse con rodeos a la hora de decir las cosas, me gusta que sea tan directo.
- Tenemos entendido que no es la primera vez que sales con un chico coreano – aquella afirmación me cogió demasiado desprevenida, pero disimulé mi sorpresa con una sonrisa de calma.
- Es la primera vez que es genuino – contesté, dejándole claro que la primera vez el tipo con el que estuve había sido un capullo – tipos malos hay en todas partes ¿no? – ella asintió, entendiendo mi punto de verlo.
- ¿Qué opinión tienes sobre los múltiples rumores que existen sobre Kang Hyuk Shi? – quiso saber. Miré hacia él antes de contestar, parecía que la presentadora estaba improvisando, y eso ponía muy nervioso al chico que tenía al lado. Yo iba a seguir su consejo, calmarme y contestar con naturalidad.
- Son solo rumores – contesté, con tranquilidad – él jamás sería capaz de hacerme daño – sonrió a mi lado, dedicándome una sonrisa de agradecimiento, mientras la cámara nos filmaba en ese momento.
- Ya lo han visto, señores, nuestro Kang Hyuk Oppa enamorado.
Caminamos juntos hacia la calle, después de que él firmase algunos autógrafos. No entendía cómo él podía ser tan famoso. Si era solo porque había salido con una famosa, jamás lo admirarían tanto, incluso solía ser un bias para los chicos.
- Me has mentido, ¿a qué sí? – me quejé en el auto, de camino hacia alguna parte – Tienes demasiados fans para ser sólo el ex marido de una cantante – me quejé. Rompió a reír, divertido.
- Me has pillado, antes de ser un simple CEO hice algunas cosas en el mundo del Entretenimiento – le miré, con la boca abierta, eso no me lo esperaba.
- ¿Cuándo pensabas decirme que eras famoso? – volvió a reír, parecía que todo aquello le hacía mucha gracia.
- No soy famoso – se quejó – Sólo he actuado junto algunos idols en el escenario, como bailarín.
- Ahora entiendo tantas cosas – rompió a reír, sin poder evitarlo, mientras yo pensaba en lo bien que se movía en la pista de baile y en la cama - ¿con qué compañía?
- Sobre todo, con SM – contestó, eso me sorprendió demasiado – lo dejé después de que traicionaran a un amigo – eso me sorprendió demasiado. Y entonces me acordé de su ex mujer. Quizás a ella la conoció gracias a ese mundo, y eso me dio que pensar. Ellos tenían tanto en común, él y yo no teníamos nada.
- A ella la conociste ahí ¿no? – se sorprendió por la facilidad que tenía de unir conceptos. Sonrió y asintió.
- Nos presentó un amigo en común – contestó – Era curioso, pues por aquella época yo no estaba buscando nada serio. Ella quedó prendada de mí en seguida, pero pasaron algunos años antes de que le diese una oportunidad.
¡Oh Dios Mío! ¿Y si ella aún sentía cosas por él?
Cada cosa que descubría sobre él me parecía más genial que la primera. Pensé en ello de camino hacia nuestra segunda cita, sin que me hubiese cambiado si quiera.
Cuando salimos del coche, me sorprendió encontrarnos en el barrio rico de Corea del Sur, frente a una casa de diseño que no era la suya. ¿Dónde demonios estábamos?
- Voy a presentarte a mis antiguos amigos – le observé, sin comprender, mientras él tiraba de mi mano hacia dentro, después de que la sirvienta nos hubiese abierto la puerta. El lugar era amplio, tenía un enorme jardín, frente a la casa, pero rodeamos esta, por las escaleras del lateral, hasta llegar a la parte de atrás, donde se escuchaban varias voces, incluso risas locas, y a alguna que otra chica.
Reconozco que soy como un topo de noche, pierdo visibilidad y no puedo ver bien. Ni siquiera veía bien a sus amigos. Él tiró de mi mano hasta que nos detuvimos junto a la barbacoa. Aquello olía de vicio. La mesa estaba servida, y había una chica que me resultaba extrañamente familiar. ¿Dónde la había visto antes? Porque otra cosa no, pero yo jamás olvido una cara.
- Hola – saludó ella, ofreciéndome un vaso de vino que cogí en seguida, mientras los chicos se saludaban entre ellos, antes de reparar en mí – tú debes de ser Susana – asentí, me calmaba el corazón que él les hubiese hablado sobre mí – Tengo una consulta, ¿cuál de todos ellos es tu favorito? – La miré, sin comprender. Era más que obvio que me había perdido algo – A Jaejoong Nah va a darle un infarto si dices que prefieres a Junsu.
- ¿Qué? – pregunté como una maldita subnormal. La chica sonrió, divertida, parecía que mi nivel de idiotez le estaba alegrando el día. Me estrujé el cerebro. Quizás estábamos hablando de ... ¿música? - ¿Te refieres a DBSK? – Pregunté, como una idiota. Ella asintió - ¿También eres fan?
- Soy su fan número uno – aceptó, sonreí, me alegraba encontrar a alguien más como yo. Pero entonces me detuve a pensar en algo. ¿Cómo había sabido ella que yo era una fan? No es como si lo llevase escrito en la cara.
- Tú debes de ser Susana – dijo una voz suave detrás de mí, haciendo que me diese la vuelta con calma, quedándome tan terriblemente pasmada, que incluso dejé de respirar y comencé a toser, sofocada, preocupando a los presentes - ¡Iah! – se quejó hacia el resto, en especial hacia uno de aquellos chicos al que yo conocía muy bien – Seguro que ni siquiera le has contado que venias a vernos.
- Dejaría de ser una sorpresa si la cuento – contestó él, encogiéndose de hombros, mientras yo seguía hiperventilando. Porque sí, estaba allí, de pie, frente a cuatro chicos, y tres de ellos eran idénticos a Yoochun, Junsu y Jaejoong de DBSK. No podía ser una coincidencia, ¿o sí?
- Mírala, pobrecita, se ha quedado muda – se quejaba Yoochun, mientras Kang Hyuk caminaba hacia mí, deteniéndose a mirarme.
- ¿Estás bien? – quiso saber. Miré hacia él, mientras miraba de reojo a los chicos. Estaba histérica, joder. Asentí, poco a poco, mientras él sonreía, pero de pronto perdí las ganas de hacer eso y empecé a negar con la cabeza, preocupándole.
¡Dios! ¿Cómo iba a estar bien? Estaba allí, de pie, en la casa de uno de esos chicos, que una vez formaron parte de un grupo que adoraba cuando era joven.
- Te escuché el tono de llamada el otro día – confesó, haciendo que recordase el día en su casa, después de que su madre se fuese y nosotros hiciésemos las paces – reconocí en seguida esa música, entonces llamé a Hyun...
- ¿Hyun? – repetí, como una subnormal. Él asintió.
- ¿Recuerdas cuando te dije antes que bailaba en algunos conciertos? - ¡Oh Dios Mío! Esto no podía estar pasándome. Iba a darme un maldito infarto – Lo siento, no pensé que pudiese molestarte...
- Es la mejor segunda cita de la historia – le dije, haciéndole sonreír, contagiándome yo también.
- Mírale – comenzó Junsu divertido – nuestro Kang Hyuk se ha enamorado.
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